Mi blog sobre Economía

viernes, 13 de junio de 2014

MININT informa detalles de investigación sobre crimen en Playa Baracoa

Nota informativa

Como resultado de las investigaciones sobre los hechos de asesinatos publicados el pasado miércoles, se han identificado 11 personas que desde el mes de abril organizaban una supuesta salida ilegal del país con apoyo del exterior, las cuales se agruparon el sábado 7 de junio en el Ranchón El Yunque, ubicado en Playa Baracoa, en el municipio artemiseño de Bauta.

Cuatro de los involucrados fueron transportados individualmente hasta las inmediaciones de la finca Niña Bonita en un “bicitaxi” conducido por Orlando Gutiérrez Padilla, de 43 años de edad, quien residía en la propia localidad. Tres de ellos fueron asesinados y ocultados: Yariel Valdés Rodríguez, de 26 años, Luis Adrián González Torres, de 34, y Juan Antonio Breuil Espinosa, de 25, residentes en los municipios capitalinos de Boyeros, Playa y Arroyo Naranjo, respectivamente; mientras que el último, Pedro Luis Rodríguez León, de 25 años de edad, logró escapar luego de ser agredido y lesionado de carácter grave, encontrándose detenido.

El otro cuerpo encontrado sin vida correspondió al ya mencionado Gutiérrez Padilla. Sus cadáveres fueron inhumados en la mañana del 12 de junio.

Continúa la investigación sobre un grupo de detenidos para identificar los autores y determinar los móviles que provocaron estos lamentables sucesos.


Ministerio del Interior
13 de junio de 2014

La muchacha que derrotó al FBI

Por Ricardo Alarcón de Quesada 


La buscaron febrilmente, día y noche, durante mucho tiempo. Era la única pista para descubrir a los autores de un hecho insólito que estremeció a la sociedad norteamericana y fue un duro golpe al régimen de Richard Nixon que entonces parecía imbatible. Nunca antes alguien fue capaz de entrar a una oficina del Buró Federal de Investigaciones, vaciar sus archivos secretos y salir con su abultada carga sin dejar rastro.

No es difícil imaginar la ira de J. Edgar Hoover el todopoderoso Jefe del FBI. Tras minuciosa revisión del local no encontraron huella ni indicio alguno. Solo poseían un dato, la única persona que días antes los había visitado, supuestamente interesada en averiguar, para un trabajo universitario, acerca de la política de empleo de la Agencia. Les llamó la atención su indumentaria, especialmente el gorro que encerraba la cabellera hippie y los guantes invernales de los que nunca se despojó. Quizás también la aparente torpeza con la que, a la hora de salir, equivocó el camino y entró a otra oficina. Todos los que la vieron ese día contribuyeron a hacer un “retrato hablado” que sería distribuido después a los agentes y colaboradores en todo el país. A encontrarla Hoover destinó más de 200 oficiales a tiempo completo. “Tráiganme a esa muchacha” fue su orden inapelable. Una verdadera cacería humana se desató a escala nacional. Era necesario castigarla a ella y a todos los culpables.

El 8 de marzo de 1971 un grupo de desconocidos había penetrado en las oficinas del FBI en Media, Pennsylvania y se llevó un millar de documentos secretos de la Agencia. Para muchos aquella noche fue la de la pelea por el campeonato mundial de boxeo entre Mohamed Alí y Joe Frazier que mantuvo a millones frente a los receptores de radio (por razones comerciales en el país donde se efectuó la pelea no la transmitió la televisión).

Para ocho jóvenes fue una noche diferente. Se desplazaron por calles desiertas, lograron superar obstáculos imprevistos, llevaron los papeles hasta un lugar apartado y se dedicaron a revisarlos hasta el amanecer. Entonces comprendieron la magnitud de su acción. Lo descubrieron al tropezar con un vocablo, hasta entonces desconocido, que aparecía una y otra vez: COINTELPRO.

Durante varias semanas continuaron durante el día su rutina normal, en la universidad o en otras actividades laborales o familiares y en las noches se encontraban en la cabaña ubicada en la zona rural cerca de Media donde guardaron los expedientes, algunos firmados por el propio Hoover.

La misteriosa palabra seguía apareciendo en textos que trataban las materias más extraordinarias: desde planes para penetrar, dividir y provocar enfrentamientos entre las organizaciones pacifistas, afroamericanas y progresistas hasta proyectos para dañar la reputación y desestabilizar emocionalmente a Martin Luther King y otros luchadores sociales. Ante sus ojos asombrados se abría un mundo que ni siquiera ellos –forjados en las protestas para detener la guerra contra el pueblo vietnamita- habían imaginado: un mundo de intrigas y soborno, falsificaciones y mentiras y también de amenazas, terror y muerte, fabricado y convertido en un programa secreto, nada más y nada menos, que por la Agencia Federal encargada de asegurar la ley y el orden.

El siguiente paso fue fotocopiar los documentos y hacérselos llegar a varios periodistas en nombre de un inventado “Comité de Ciudadanos para Investigar al FBI”. Pese a las presiones que le hicieron, al más alto nivel, el Washington Post comenzó a publicar algunos documentos provocando que, por primera vez desde su creación, algunas voces se alzaran, incluso en el Parlamento, para criticar una entidad gubernamental, hasta entonces intocable, y solicitar que su labor fuera sometida a escrutinio público. Hasta mediados de mayo estuvieron apareciendo, también en otras publicaciones, aquellos papeles que nunca más serían secretos.

Con la ayuda de la Compañía XEROX identificaron el tipo de máquinas utilizadas para hacer las copias enviadas a los diarios, las buscaron por todo el país y las revisaron en búsqueda inútil de quienes las habían empleado.

La persecución se intensificó. Miles de personas, sospechosas por su participación en protestas contra la guerra, fueron vigiladas e interrogadas. El FBI llevó a cabo operaciones especiales, incluyendo algunas fabricadas con el único fin de capturar a los que se habían apoderado de su archivo clandestino. Jamás pudieron encontrarlos. Fueron inútiles sus esfuerzos para hallar a la muchacha que era su única pista.

El tiempo pasó y con el muchas otras cosas. Hoover murió. Nixon se vio obligado a renunciar envuelto en una tormenta de escándalos. El programa COINTELPRO fue objeto de audiencias públicas en el Senado y ya nadie puede ignorarlo. Viet Nam derrotó a los agresores, alcanzó la reunificación y hoy avanza como país independiente reconocido así por sus antiguos enemigos. Washington siguió embarcándose en otras guerras y extendió la represión contra nuevas generaciones que reclaman la paz. Otros jóvenes han arriesgado sus vidas para descubrir nuevos secretos de la conducta imperialista. Wikileaks, Maning, Snowden, forman parte ya de la cultura contemporánea y son conocidos en todo el planeta.

Pero sus precursores, los héroes de Media, guardaron total silencio durante 43 años. Hasta ahora.

Un libro recién publicado en New York revela por primera vez, esta historia que es real aunque parece surgida de la ficción. Titulado “The Burglary – The discovery of J. Edgar Hoover’s Secret FBI” (“El robo – el descubrimiento del FBI secreto de J. Edgar Hoover”). Lo escribió Betty Medsger quien años atrás fue la periodista que dio a conocer antes que nadie en el Washington Post informes secretos sustraídos de la oficina de Media.

Es la historia de tres mujeres y cinco hombres, cuyas edades entonces oscilaban entre 20 y 44 años, cuatro judíos, tres protestantes y uno católico. Todos involucrados en la lucha contra la guerra, motivados en gran medida por las campañas en favor de la paz que en la zona donde ellos residían desarrollaban los jesuitas Daniel y Philip Berrigan.

Medsger nos ofrece una descripción acuciosa de los preparativos para la acción del 8 de marzo de 1971 y la trabajosa reproducción y divulgación de los documentos sustraídos, así como sobre la vida posterior de aquellos jóvenes, orgullosos por lo realizado pero sometidos a años de ansiedad y zozobra ante las terribles consecuencias que habrían enfrentado si los hubieran descubierto. La autora entrevistó personalmente a siete de los participantes, cinco de los cuales estuvieron dispuestos a identificarse, los otros dos aun buscan protección en el anonimato y al octavo no pudo encontrarlo. Quien concibió la idea y organizó el grupo, William Davidon, a la sazón profesor de física, se reunió con la autora y aportó importantes elementos para el libro que, sin embargo, no alcanzó a ver publicado. Víctima de Parkinson por muchos años, falleció el 8 de noviembre de 2013.

Las entrevistas facilitaron a Medsger presentar en toda su dimensión humana las vicisitudes que rodearon aquella acción, el idealismo que motivó a sus autores, su disposición al sacrificio y al mismo tiempo las dudas, los temores y sobre todo la angustia por el futuro de sus hijos, entonces niños muy pequeños, si sus padres hubieran sido capturados y encerrados en prisión hasta el final de sus días.

El libro se nutre igualmente de una cuidadosa revisión de la inmensa papelería que generó el FBI en su descomunal empeño por aprehender a quienes fueron capaces de darle un golpe tan sorprendente y desmoralizador. Estudió el voluminoso expediente, 33 698 páginas, de la investigación oficial, clasificada por la Agencia como MEDIABURG.

La obra, además, ubica el suceso en el contexto de las contradicciones en las esferas del poder y de la brega librada por lo mejor del pueblo norteamericano por la libertad y la democracia. Medsger también lleva el tema hasta el presente y las revelaciones sobre las actividades de espionaje global de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)

Es sorprendente, cuán cerca de los buscados estuvieron los agentes represivos. Después de todo, ellos siguieron viviendo como antes, en la misma región de Pennsylvania y continuaron haciendo acto de presencia en actos y manifestaciones de protesta y nunca abandonaron sus ideales. Todas las personas semejantes a ellos eran objetivos de la desesperada búsqueda. Quizás los salvó el despliegue masivo, ilimitado, de la persecución. ¿Cuántas muchachas hippies, desaliñadas, de atuendo despreocupado, no encontraban los agentes por todas partes?

A veces los hechos descritos superan la ficción. Como la visita de Davidon a la Casa Blanca, junto con otros críticos de la guerra y su reunión con Henry Kissinger quien buscaba un gesto de propaganda para retocar su imagen, dos días antes de la ejecución del plan que aquel dirigió.

Davidon era el más conocido en el movimiento pacifista entre los miembros del grupo de Media. Después del hecho habló en varios actos públicos denunciando la conducta ilegal del FBI a partir de los documentos rescatados por él y sus amigos. Pero él nunca fue interrogado por el FBI sobre lo ocurrido el 8 de marzo. Tampoco la muchacha que estaba, sin rostro ni nombre, entre las pocas mujeres en la lista de los “más buscados por el FBI”.

Otros miembros del grupo sí fueron entrevistados por los investigadores. Pero irónicamente sólo uno fue catalogado como sospechoso: precisamente alguien que, habiendo pertenecido al grupo original, decidió abandonarlo la víspera de aquel día y no participar en la acción cuyos detalles conocía, lo que causó entre los demás la mayor preocupación. Sometido a presiones que lo hicieron vacilar, sin embargo, obviamente, no delató a sus ex compañeros.

Con motivo de la presentación del libro apareció ante las cámaras Bonnie Raines. Con sus hijos y sus nietos y su esposo John uno de los ocho participantes de aquel suceso que conmovió a Estados Unidos. Sin alardes, serenamente, pero con firmeza, se le veía orgullosa de haber sido por tanto tiempo la muchacha que el FBI nunca pudo encontrar.



Publicado en el No. 806 de la Revista Punto Final, Chile 13 de junio de 2014

Desarrollo local cubano pasa por la descentralización

Dejar atrás el centralismo es una vía para que los decisores se acerquen verdaderamente a los entornos locales, según especialistas.

La Habana, 13 jun.- Por estos días en Cuba se habla con entusiasmo del paso hacia una mayor autonomía de las empresas estatales y la necesidad de ampliar la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones, sobre todo en los ámbitos más locales. 

“Descentralización” constituye una de los vocablos de orden en estos debates, a los que científicos sociales contribuyen desde distintas disciplinas. 

Tal es el caso de un estudio realizado por investigadores del estatal Centro de Estudios de la Administración Pública, adscrito a la Universidad de La Habana, que sistematiza algunas de las claves fundamentales para la gestión pública en escenarios donde se busca la sostenibilidad y el desarrollo local. 

En un artículo difundido a través de la revista digital del Programa- Red Gestión Universitaria del Conocimiento y la Innovación para el Desarrollo, las profesoras Odalys Cárdenas y Noris Tamayo explican cómo los cambios en el modelo económico cubano podrán alcanzar mayores niveles de eficiencia y eficacia mediante la descentralización. 

“La necesidad de desburocratizar los procesos y el tránsito hacia una concepción más amplia y cualitativamente superior del ciudadano como razón de ser de la gestión de gobierno debe erigirse en el primer paradigma de gestión del sector público en el contexto contemporáneo”, apuntan las expertas. 

En este sentido, destacan que las entidades y órganos estatales no solo deben conocer las necesidades y expectativas de la población, sino hacer que sus normas y reglas se subordinen a las demandas ciudadanas. 

Cárdenas y Tamayo consideran que “ello también se asocia a procesos tendientes a la consolidación de un sentido de pertenencia efectivo en la sociedad por parte de los niveles gubernamentales intermedios y de base”. 

En su artículo, las académicas llaman “enfoque tradicional introvertido” a la forma de gestión predominante en el sector estatal en este archipiélago caribeño, la cual ha tenido también un componente “instructivo, basado en reglas, reglamentos y directivas”. 

A su juicio, la gestión estatal debe transitar hacia una perspectiva orientada al aprendizaje. 

Las transformaciones que deberán producirse en entornos barriales, municipales y provinciales en el país con la aplicación de nuevas medidas de descentralización permitirán, a juicio de estas profesoras, alcanzar celeridad en la solución de problemas y coordinar mejor los recursos disponibles. 

A partir de intercambios con otros expertos que acumulan experiencias en la gestión pública, Cárdenas y Tamayo concluyen que la urgente descentralización debe cuidarse de “no ser caótica a contrapelo de las necesarias decisiones y actividades que reclaman un alto nivel de centralización”. 

“Ambos procesos deben complementarse”, advierten finalmente las expertas. 

La búsqueda de mecanismos económicos y políticos menos verticales y centralizados aparece en varias de las transformaciones encauzadas desde 2008 por el gobierno de Raúl Castro, que impactan en todos los ámbitos de la vida cubana. (2014)

¿Socialismo a la cubana o Cuba sin socialismo?


Una contradicción fundamental a la que se enfrenta Cuba, y por la que pasaron la desaparecida Unión Soviética y los países de Europa del Este

Alejandro Armengol, Miami 

El problema fundamental que encara el gobierno cubano y sus economistas, ante la necesidad de llevar a cabo reformas que alivien la crítica situación del país, es la respuesta a una pregunta: ¿puede permitirse la actividad privada, aunque sea en una escala reducida, sin poner en peligro la sociedad socialista? O dicho con las palabras del economista húngaro János Kornai: ¿es reformable el socialismo?

Kornai encontró que la interrogante solo admitía una respuesta negativa. Llegó a esta conclusión a partir de los principios más elementales del marxismo-leninismo, y cuando la formuló en 1990 no estaba abogando por el mantenimiento de ese sistema, sino simplemente evaluando los hechos. Al utilizar los términos de la economía marxista-leninista, se refirió a la conclusión clásica de que la pequeña propiedad mercantil engendra capitalismo, de forma constante y sin detenerse. “Lenin tenía toda la razón. Si una sociedad permite que haya un gran número de pequeños productores de mercancía, y los deja acumular y crecer con el tiempo, tarde o temprano surgirá un genuino grupo de capitalistas”, afirmó Kornai.

En el caso cubano, tampoco se pueden eludir otras dos interrogantes. La primera lleva a cuestionarse si realmente existe el socialismo en la Isla y la segunda es aún más concreta: ¿Qué hacer entonces?

Un análisis de los factores económicos debe dejar a un lado los aspectos políticos del tema, en lo referente a las implicaciones y preferencias que encierra cualquier ideología, así como todo lo relacionado con la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho.

La respuesta a la pregunta de si hay socialismo en Cuba es negativa desde una perspectiva económica, a partir del hecho de que desde hace años subsisten dos modelos en el país: uno fundamentado en la propiedad privada y otro tradicional, que tiene su base en los medios de producción estatales.

Con bastante éxito, el régimen de La Habana ha logrado mantener separados estos dos modelos. Su estrategia ha estado dirigida tanto a reducir la esfera de producción privada nacional —autorizada durante el llamado “Período Especial”— como a concentrar la inversión extranjera y las empresas conjuntas con capital privado (foráneo) en un número reducido de grandes corporaciones, y en sectores que siendo fundamentales a la hora de obtener ingresos, pueden ser “aislados” de la población. La minería y el turismo son dos buenos ejemplos.

Las principales víctimas de esta estrategia han sido los cuentapropistas cubanos y los pequeños empresarios extranjeros. Por otra parte, la estrecha colaboración con el gobierno venezolano ha resultado un factor clave en lograr este objetivo.

Una contradicción fundamental a la que se enfrenta Cuba, y por la que pasaron la desaparecida Unión Soviética y los países de Europa del Este, es que al igual que el sector privado crece de forma “espontánea” y más allá de lo previsto, cuando se posibilita la menor reforma, también la burocracia crece a pesar de los esfuerzos por reducirla.

Lo que ocurre en la práctica —y está sucediendo en Cuba en estos momentos— es la existencia de dos modelos que compiten por la supervivencia.

Las economías socialistas clásicas (pre reformistas) combinaban la propiedad estatal con la coordinación burocrática, mientras las economías capitalistas clásicas combinan la propiedad privada con coordinación de mercado.

“Estos dos casos simples pueden considerarse modelos históricos de referencia”, de acuerdo a Kornai.

Uno de los aspectos negativos de la mezcla de ambos sistemas, en una misma nación, es el aumento del desperdicio de recursos.

Mientras que un sector privado vive constantemente amenazado en un sistema socialista, al mismo tiempo se beneficia de un aumento relativo de ingresos, al poder fácilmente satisfacer necesidades que el sector estatal no cubre. Sin embargo, estos artesanos o propietarios de restaurantes ―para poner dos ejemplos clásicos— no tienen un mayor interés en cultivar a sus clientes, y tampoco en acumular riqueza y darles un uso productivo. Y como el destino de sus empresas es bastante incierto, en la mayoría de los casos emplean sus ingresos en mejorar sus niveles de vida mediante un consumo exagerado.

Esta actitud y conducta no difiere de la del burócrata, que sabe que sus privilegios y acceso a bienes y servicios escasos dependen de su cargo.

Es por ello que el economista húngaro destaca que, si bien “la propiedad estatal y privada pueden coexistir dentro de la misma sociedad. Sin embargo, en los ambientes político, social e ideológico de los países de socialismo reformista, ésta es una simbiosis incómoda plagada de aspectos imprácticos”.

A este problema se enfrenta el presidente Raúl Castro, al tratar de buscar una mayor eficiencia en la economía. Al mismo tiempo, su gobierno está tomando medidas destinadas a evitar fenómenos que van del lavado de dinero —no de fondos provenientes del narcotráfico sino de actividades ilícitas, como el tráfico de divisas— a la evasión fiscal, la corrupción y el robo en las empresas estatales.

Sin embargo, tanto el limitado sector privado, como el amplio sector de economía estatal, están en manos de personas que conspiran contra esa eficiencia por razones de supervivencia.

La fragilidad de un socialismo de mercado es que su sector privado, si bien en parte está regulado por ese mismo mercado, en igual o mayor medida obedece a un control burocrático. Al mismo tiempo, este control burocrático lleva a cabo muchas de sus decisiones a partir de factores extraeconómicos: políticos e ideológicos.

Una solución parcial a este dilema sería aumentar el papel del mercado y concederle mayor espacio a las actividades privadas, de forma legal y dejando la vía abierta a la competencia y la iniciativa individual. Solo que entonces el éxito en el mercado tendría un valor superior a la burocracia.

Esto es lo que algunos temen en la Isla y otros ansían.


Comentario HHC:


Muy interesante pero vale la pena en otra momento hablar de otro autor(es) que no sea Kornai, hay muchos que dicen lo contrario por ej: el Argentino Claudio Kats y hasta el norteamericano David Harvey.

Mi criterio es que en Cuba igualmente en lo económico no ha existido el Socialismo, hay una confusión muy frecuente de igualar propiedad estatal con socializacion de la producción y de la propiedad que es lo que caracteriza al Socialismo, tener propiedad estatal sobre los medios fundamentales de producción es condición necesaria pero no suficiente por lo apuntado, y ese proceso de socializacion no se ha realizado en Cuba. y cómo hacerlo, hay mucha discusión en ello.

Por otra parte, el trabajo privado en Cuba no llega al 15 % del PIB en estos momentos, pero la perspectiva que se quiere es que este ronde del 40 al 50 % del PIB.

La empresa estatal cubana se esta reformulando, ya se tomaron las primeras medidas descentralizando autoridades y funciones, que antes tenían los organismos centrales, porque no se necesita un Estado Administrador sino Regulador, y ese es el reto, las Reformas impulsadas por Raul. Su éxito depende de la eficiencia de la empresa estatal que seguirá siendo mayoritaria.

En cuanto al Libre Mercado no hay un economista serio en el mundo que sostenga la tesis que el libre mercado se autorregula y por tanto corrige las deformaciones del mismo. Pero soy de los que aboga por un mercado regulado por el estado con las herramientas que hoy existen ya en la ciencia de la economía capitalista para todos los entes económicos privados, cooperativos y estatales. En las sociedades donde predomina la propiedad estatal, es mas fácil la regulación del mercado por razones obvias.

Otro problema fundamental y decisivo es el tema de la productividad, tenemos que ver si nuestra competencia y nuestras necesidades a satisfacer, en relación a qué parámetro nos medimos, nos evaluamos, nos proponemos como meta, ¿queremos una economía de consumo? ¿ Esta es la que satisface las necesidades de todos los seres humanos en lo fundamental? la respuesta es NO. pero la productividad es lo decisivo para el sostén de cualquier sociedad.

Otro problema que crea el LIBRE Mercado es la desigualdad galopante incompatible con los postulados socialistas ¿ Esto es lo eficiente para todos? Hay ejemplos en el modelo nórdico que conjugan las dos cosas, alto nivel de vida e igualdad, pero con altas tasas impositivas, para realizar la función de redistribución entre todos los miembros de la sociedad. ¿ Este camino conduce al socialismo? en mi opinión si, mas no es el único.

Las sociedades todas tienen reglas tanto para la reproducion simple y ampliada que ningún modo de producción puede eludir y es en la economía, en la base material, donde se decide el futuro del modelo o modo de producción que adopte cada país

A Cuba podemos caracterizarla como que se encuentra en periodo de transito al Socialismo, donde la ley que funciona es quien vence a quien, aunque tengamos en lo político un Estado consolidado, no es así en la economía, de la evolución de esta en los próximos años dependerá la solución a la pregunta de ¿ quien vence a quien? Para lograr vencer es que se hacen muchos esfuerzos.

Hoy por ejemplo esta la Noticia que un Premio Nobel de Economía va dirigir el diseño de una propuesta de un modelo económico de bienestar para Cuba, que se presentara en la Universidad de la Habana a principios del 2015, amen de las reformas actuales que se realizan con la actualización.

Cuba desnuda en ONU doble rasero de EE.UU. en tema terrorismo

Naciones Unidas, (PL) Cuba colocó hoy una vez más al desnudo en la ONU el doble rasero de Estados Unidos en el manejo del tema del terrorismo, caracterizado por acusaciones a otros países mientras protege a autores de crímenes abominables.

En un diálogo interactivo de la Asamblea General sobre el terrorismo y los factores que lo propician, la diplomática y jurista Tanieris Dieguez denunció la manipulación de Washington en un tema tan sensible, al incluir nuevamente a la isla en su unilateral lista de promotores del flagelo.

Rechazamos enérgicamente la inclusión en el listado espurio que Estados Unidos confecciona cada año con los supuestos auspiciadores del terrorismo internacional, una lista unilateral, políticamente motivada y proveniente de un gobierno sin autoridad moral para juzgar a otros, sentenció.

Dieguez recordó a la plenaria de los 193 miembros de la ONU que en la nación norteña, sobre todo en Miami, con total impunidad se proveen y recaudan fondos para realizar actos violentos, se operan cuentas bancarias para financiar el terrorismo, se ofrece refugio seguro y se les permite el uso del territorio a quienes financian, planifican y ejecutan ataques contra Cuba.

Muestra de ello continúa siendo el caso del terrorista Luis Posada Carriles, responsable por la voladura en pleno vuelo, en octubre de 1976, de un avión de Cubana de Aviación con 73 seres humanos a bordo, añadió.

Posada Carriles -prosiguió en el foro- es además responsable de los atentados a instalaciones turísticas en La Habana, en 1997, donde resultó muerto un turista italiano.

De acuerdo con la diplomática, el doble rasero y la manipulación de Washington también se manifiestan en la condena a largas penas a cinco cubanos detenidos en 1998 por monitorear a grupos extremistas radicados en Miami que promueven, ejecutan y financian el terrorismo contra la Mayor de las Antillas.

Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero continúan encerrados en prisiones norteamericanas, mientras René González y Fernando González regresaron a la isla después de cumplir las condenas impuestas.