Mi blog sobre Economía

viernes, 27 de junio de 2014

La seguridad alimentaria en la Cuba actual (II)

Por Jose Luis Rodriguez

Los avances logrados en la producción agropecuaria durante los 30 primeros años de la Revolución se reflejaron en un crecimiento medio anual del 2,6%, aunque el mismo resultó inferior al 4,4% alcanzado por el PIB en esa misma etapa.

La crisis del Período especial golpeó muy duramente al sector, provocando una caída de 51,4% en el valor agregado bruto (VAB) entre 1989 y 1994, impacto que superó con creces la caída del PIB en esa etapa y que fue del 34,8% hasta 1993.

La situación afrontada hace ya dos décadas no es un mero referente histórico, ya que hasta 2013 el crecimiento del VAB fue de solo 22,8%, por lo que aún no se ha recuperado el nivel previo a ese momento; de ahí que el peso de la producción agropecuaria en el PIB haya descendido de 9% en 1989 a solo 3,6% el pasado año.

La carencia de recursos llevó a que las inversiones anuales promedio entre 2000 y 2012 solo alcanzaran el 28,8% de lo logrado en los años 80, y a que entre 1990 y mediados de los 2000 el uso de fertilizantes se redujera en 88,5%, los combustibles en 47,9% y los piensos en 59,8%, y que el área bajo riego disminuyera en 29,2%.

Esta situación condujo a que la cantidad de tierra cultivable ociosa -incluyendo los pastos- pasara del 35 al 51% del total a mediados de esta última etapa, en lo que incidió no solamente la falta de recursos materiales, sino también la creciente emigración de la población rural hacia las zonas urbanas.

Tal vez en ninguna otra esfera de la economía cubana se hayan mostrado con mayor crudeza las dificultades que ha enfrentado el país para lograr alimentar a la población durante los últimos 25 años, y los enormes esfuerzos que se han requerido para ello.

Habría que apuntar que la reducida asignación de recursos para la producción agropecuaria a partir de 1990 no se debió a una disminución de su prioridad. Realmente el país se vio obligado a concentrarse en la obtención de las divisas indispensables para asegurar su sobrevivencia a corto plazo, y ello solo resultaba posible donde se dispuso de financiamiento externo (producción de níquel) o en aquellos sectores de rápida recuperación (turismo).

La alternativa de colocar los escasos recursos disponibles para fomentar una producción nacional de alimentos requería un volumen tal de financiamiento y un tiempo que no podía competir con la compra de los productos importados para asegurar la supervivencia de la población a corto plazo.

No obstante, ante la falta de recursos y buscando vías para incrementar la producción agropecuaria, se produjo una transformación profunda en el sistema de gestión del sector agropecuario.

La decisión más importante en este sentido se adoptaría en 1993, al crearse las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, en las que pasaron a trabajar -en la modalidad de usufructo gratuito- los obreros agrícolas de una parte considerable de las tierras en manos de las granjas estatales, cuya producción se encontraba prácticamente paralizada por falta de recursos. De tal modo, el sector cooperativo en el campo cubano pasó a gestionar el 52% de la tierra, mientras que las tierras explotadas directamente por empresas estatales se reducían al 33%.

Sin embargo, la vinculación entre los organismos estatales y el sector de las UBPC no asumió las transformaciones necesarias, y los resultados productivos no fueron los esperados. De tal modo, los costos de producción se elevaron notablemente, pero los precios de acopio no lo hicieron durante un número de años, lo que repercutió en una elevada irrentabilidad, reforzándose el criterio de que resultaba más barato importar a corto plazo comparado con la alternativa de emprender una producción doméstica.

Con el objetivo de resolver los problemas que afectaban la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria del país, entre 1994 y el 2008 se adoptó un conjunto de medidas dirigidas a atenuar sus negativos efectos.

Entre ellas cabe destacar la creación en 1994 de los mercados agropecuarios de oferta y demanda, en los que los productores pueden vender sus excedentes productivos a precios de mercado, lo que incentivó un grupo de nuevas ofertas, pero a precios que aún hoy permanecen elevados en relación con los ingresos de la mayoría de los trabajadores. Para atenuar el impacto en los precios se crearon mercados controlados por el Estado con precios más bajos, aunque sin subsidios, pues salieron prácticamente todos los productos agrícolas del sistema de racionamiento.

También se generalizó la agricultura urbana y suburbana, la cual dio un significativo impulso a la producción de hortalizas, y se ensayó la entrega de unas 100 mil hectáreas de tierra en usufructo para la producción de café, tabaco y madera fundamentalmente, medida que no alcanzó a generalizarse como política.

Igualmente, se elevaron gradualmente los precios de acopio de productos agrícolas y pecuarios, para tratar de compensar el incremento del costo de los insumos y en especial de los combustibles.

La aplicación de todas estas decisiones mostró -sin embargo- que a pesar de su racionalidad puntual, se requería de un entorno macroeconómico diferente para poder avanzar.

La necesidad de una reorientación de la actividad económica del país condujo a la revisión de la política agraria. En ese sentido, de las 313 directrices contenidas en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en 2011, un total de 37 se dedicaron a la política agroindustrial.

De entre esos aspectos se destaca la entrega de tierras improductivas en usufructo, proceso que se anticipó en 2008 mediante la aprobación del Decreto Ley No. 259, que posteriormente fue modificado por el No. 300 de 2012, con el objetivo de poner en explotación bajo un régimen de usufructo gratuito un volumen de tierras improductivas que llegó en una primera aproximación al 18,6% del área agrícola.

Desde entonces se ha reportado la entrega de alrededor de 1,5 millones de hectáreas en parcelas que pueden llegar hasta 65 hectáreas, y que han beneficiado a unas 140 mil familias en el país.

El impacto inmediato de la medida, que se ha acompañado de una favorable política de crédito y fiscal, ha sido propiciar el asentamiento de nuevos productores en las zonas rurales con el objetivo de impulsar prioritariamente la producción de alimentos, aunque todavía no se observan incrementos significativos asociados a esta medida, tomando en cuenta la necesidad de un mayor volumen de inversiones y de los aseguramientos que se requieren para ello.

Los resultados de las políticas aplicadas a partir de 1993-1994 se han reflejado en cierta recuperación y crecimiento de un grupo de productos, si comparamos cifras de 2013 con las existentes en 1989.

Así, creció nueve veces la producción de maíz; 9,2 la de frijoles; casi cuatro veces la de hortalizas; 25,4% el arroz y 5,3% los huevos. De otra parte, descendieron 79,8% los cítricos, muy afectados por plagas, 62,1% la papa, y 38,1% la leche de vaca, entre los rubros de mayor importancia, todos ellos afectados por falta de insumos básicos de importación.

También se logra un crecimiento en los rendimientos de producciones más concentradas y beneficiadas con mejoras tecnológicas importantes. De este modo, crece tres veces el de la cosecha de maíz, 2,2 veces en los frijoles, 34,6% en la papa y 10,3% en los huevos. Por otro lado, cae 35,8% el de la producción de leche de vaca y 3,4% el arroz.

El impacto final de todas las medidas adoptadas en el consumo de alimentos indica –según los últimos datos disponibles- que el consumo calórico diario por persona alcanzó 3,256 kilocalorías y 86,6 gramos de proteínas, lo que representa un crecimiento de 14,4 y 13,2%, respectivamente, en comparación con 1989.

Sin embargo, el componente autosostenible de esa alimentación no varió favorablemente, ya que en términos de calorías descendió del 54% de componentes importados en 1986 al 50% en 2007, mientras que en las proteínas se incrementó del 61 al 82%, lo que se explica por el descenso de la producción nacional de proteína animal, especialmente de leche y sus derivados.

La importación de alimentos se ha incrementado 2,4 veces entre los años 2000 y 2012, con una fuerte incidencia del auge de los precios en el mercado internacional, ya que no hay aumentos significativos de volumen.

Esta tendencia se mantiene en el actual año, con crecimientos muy notables en los precios de los frijoles, chícharos, soya, pollo y leche en polvo, lo que apunta a una factura mayor a la de 2013 en nuestras compras externas de alimentos.

El acceso de la población a los alimentos a precios subsidiados mediante entrega a través del sistema de racionamiento, consumo social y autoconsumo se ha mantenido, aunque muestra una tendencia al descenso en la cobertura del 77,3% del insumo calórico en 1989 al 60% en 2010, mientras que en relación con el consumo mínimo se pasó del 99,2 al 88,1%. No obstante, en ambos casos se ha mantenido la garantía de los requerimientos nutricionales básicos para los menores de siete años por estas vías.

También las tensiones que persisten de desequilibrios generados durante el Período especial muestran una proporción creciente del gasto en alimentos en los hogares, que pasó del 49% del total a finales de los años 80, a un estimado de entre 59 y74% en 2011, según datos de Anicia García y Betsy Anaya (1).

Las cifras actuales reflejan una política dirigida a focalizar más la asistencia social en la población más vulnerable, reduciendo el subsidio generalizado a productos típicos del racionamiento y el consumo social indiferenciados, lo que –hasta tanto no se incrementen los salarios en el sector estatal- genera fricciones que deberán ser atendidas puntualmente.

En general, las potencialidades de incremento de las producciones agropecuarias como base para garantizar la alimentación de la población muestran un conjunto de factores positivos entre los que cabe destacar el nivel alcanzado por las investigaciones científicas en ese campo, el grado de calificación de la fuerza de trabajo, la positiva experiencia acumulada por el sector cooperativo y los campesinos, las medidas que se han adoptado para liberalizar el sector y la apertura prioritaria del mismo a la inversión extranjera.

No obstante, el desarrollo agropecuario deberá enfrentar un conjunto de importantes limitaciones, tales como la baja calidad de los suelos, con el 67% considerados pobres o muy pobres; el fuerte impacto de factores climáticos negativos, cuya incidencia ha aumentado en los últimos 15 años; la baja población rural y los bajos niveles de productividad prevalecientes, muy inferiores al promedio nacional.

En síntesis, cabe esperar una evolución favorable de este sector tomando en cuenta los cambios en curso en el entorno macroeconómico y las medidas específicas que se vienen adoptando en el país, lo cual se espera estabilice su crecimiento por encima del 5% anual en los próximos años.



*El autor es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).



1 “Gastos básicos de una familia cubana urbana en 2011. Situación de las familias Estado-dependientes”, CEEC, 2013.

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Empresas chinas buscan incrementar vínculos comerciales con Cuba

Por Marina Lorenzo

Empresas chinas participantes en la I Convención y Exposición Internacional de la Industria Cubana (Cubaindustria 2014) manifestaron su interés en reforzar los vínculos comerciales con la nación caribeña.

El representante de la firma Yutong aquí, Shiguan Cao, afirmó que consideran estratégico el mercado de la Mayor de las Antillas, razón por la que sus trabajadores le prestan gran atención.

Especializada en el negocios de autobuses, esta compañía se encuentra en Cuba desde 2005, año que marcó el inicio del vínculo que comenzó con la entrada de los primeros 12 ómnibus.

Precisó que hasta el momento han llegado más de 4 400 equipos, los cuales se encuentran principalmente en el sector turístico, prestando servicio a los trabajadores y como taxis.

El directivo detalló que tienen un grupo de especialistas que trabajan permanentemente en el servicio de posventa. Además disponen de dos almacenes con una superficie de tres mil metros cuadrados y cuentan con piezas de repuesto con el fin de garantizar el funcionamiento correcto de los ómnibus.

Desde hace varios años empezamos la cooperación con la empresa cubana Caisa para la fabricación de autobuses. Ahora cooperamos para que los equipos tengan nuestros chasis y la carrocería de la isla. Estamos negociando un proyecto de transferencia tecnológica en aras de incrementar su capacidad, añadió.

Puntualizó que planean apoyar a la nación caribeña para poner en funcionamiento para fábricas destinadas al ensamblaje.

También la empresa china de importación y exportación, Ningbo Zhaoke, que comercializa desde hace más de ocho años con Cuba, donde prevé incrementar su presencia.

“Es un mercado con mucha demanda y, además, ya lo conocemos”, recalcó su representante en la isla, Chen Xilin.

Ningbo Zhaoke es especialista en la comercialización de productos tales como ferreterías y herramientas, accesorios de baño y muebles sanitarios, herramientas de jardinería, aparatos electrodomésticos, medios de protección, etc.

Empresarios de ambas compañías opinaron que Cubaindustria resulta un gran empeño para fomentar el intercambio de experiencias y la actualización tecnológica.



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Deuda externa, fondos buitres y criminalidad financiera transfronteriza

Hugo Ruiz Diaz Balbuena, CADTM

Entre 1976 y 1999, la deuda pública argentina estuvo cifrada en la suma de unos 85 mil millones de dólares. Un verdadero festín de corrupción, robo y saqueo para el capital financiero internacional y los grupos económicos nacionales subordinados al proyecto político neoliberal

Como lo demostró fehacientemente en el 2000 la Sentencia llamada Olmos, la deuda externa argentina está intrínsecamente tachada de nulidad y de ilegitimidad. Es el caso típico de la llamada Deuda Odiosa.

Sin embargo, a pesar de la claridad y calidad de la sentencia penal del Juez Ballesteros, de la demostración objetiva de la responsabilidad de los grupos económicos nacionales e internacionales, de la del FMI y del Banco Mundial, la misma no recibió un seguimiento serio ni ninguna aplicación concreta.

Como es sabido, Argentina llegó al colapso institucional-político-económico-financiero en el 2001; un verdadero tsunami que puso al Estado y a los poderes públicos al borde de la descomposición total.

Lo que le alcanza de nuevo hoy a Argentina, no es un problema argentino y limitado a ella. Es un problema mucho más de fondo: es un problema de política internacional de paradigmas de organización internacional, de paradigmas de integración, de paradigmas entre soberanía y subordinación, dependencia o independencia, autodeterminación o satelización.

El “fallo” del juez norteamericano no es una decisión propiamente judicial- aunque se guarden las apariencias jurisdiccionales- , sino un juicio político ideológico bajo ficción de aplicaciòn de reglas jurídicas internas. Es un fallo que intenta legitimar el sistema de criminalidad financiera internacional.

¿Qué camino tomar?

Hoy es Argentina, mañana serán de nuevo Perú, España, Grecia, Irlanda, Portugal, Italia, República del Congo, Bolivia, Ecuador, Brasil, etc.…

Es en el contexto político en que se da el “fallo” que Evo Morales expresó su solidaridad con Argentina y rechazó cualquier decisión de tribunales extranjeros que atenten contra la soberanía en la región.

Correctamente afirmó que este “fallo” es un acto de agresión financiera y económica, lo cual vuelve a poner en el tapete el tema de la definición de la agresión económica como medio e instrumento para liquidar proyectos de independencia y de desarrollo autónomo de los pueblos de la región. El realidad, como lo señaló Evo Morales con este “fallo” la criminalidad financiera transfronteriza y los especuladores no sólo pretenden” provocar nuevas crisis financieras” en los países de la región , sino conducir de nuevo hacia proyectos políticos de privatización de empresas públicas rentables y al saqueo de recursos naturales.

Asimismo, el presidente Mujica observó que el verdadero objetivo de los fondos buitres son los recursos naturales estratégicos argentinos, en particular, el yacimiento de Vaca muerta. Es decir, una nueva entrega de recursos públicos a empresas trasnacionales.

El MERCOSUR sentó una postura a favor de Argentina manifestando “su más absoluto rechazo a la actitud de dichos fondos, cuyo accionar obstaculiza el logro de acuerdos definitivos entre deudores y acreedores y pone en riesgo la estabilidad financiera de los países”. Los presidentes agrupados en el MERCOSUR expresaron su “solidaridad y apoyo a la República Argentina en la búsqueda de una solución que no comprometa su desarrollo y el bienestar de su pueblo, en consonancia con sus políticas de desarrollo nacional”. Por su parte la CELAC recordaron la Declaración de La Habana, adoptada por la II Cumbre realizada los días 28 y 29 de enero de 2014 en la expresaron la necesidad de contar con “instrumentos que posibiliten acuerdos razonables y definitivos entre acreedores y deudores soberanos” y que permitan hacer frente a problemas de sustentabilidad de deuda de forma ordenada.

Como vemos, el problema de la deuda externa sigue siendo un problema político-estratégico que puede poner de nuevo en jaque el esfuerzo de integración en toda la región. Aun cuando el problema de Argentina con los fondos buitres haya sido objeto de tratamiento en bloques como MERCOSUR y CELAC, las declaraciones y posiciones asumidas no bastan. Es un imperativo pasar a la acción con la puesta en marcha de una nueva arquitectura financiera y económica regional y con un mecanismo autónomo de solución de controversias en la región. Es necesario que un foro como la UNASUR tome medidas concretas contra los actos de corporaciones financieras criminales internacionales como la Elliot y Asociados y contra su cabeza visible Paul Singer y otros responsables.

Pero la mejor manera de confrontar a esta criminalidad financiera transfronteriza es haciendo funcionar de una vez por todas el BANCO DEL SUR.

Asimismo, más que nunca es de nuevo de actualidad desplegar una campaña continental por el no pago de deudas odiosas, nulas e ilegítimas y por una auditoría minuciosa de la deuda externa con la participación directa de la ciudadanía. Asimismo, es tiempo que los procesos penales contra los responsables de esta situación lleguen a su fin y que sean condenados debidamente, incluyendo a los más altos dirigentes, técnicos y burócratas del FMI y del Banco Mundial.

ONGs promueven reflexiones por la no violencia

La Asociación Cubana de Producción Animal y el Proyecto Palomas tienen larga trayectoria de trabajo a favor de la igualdad de género y la no violencia.

La Habana, 27 jun.IPS- Con música y reflexiones, se movieron las mentes de mujeres y hombres que participaron en un taller sobre género organizado en esta capital por la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) y el proyecto sociocultural Palomas. 

Integrantes de diferentes cooperativas agropecuarias, asociados de ACPA, representantes de empresas e institutos de investigación, organizaciones no gubernamentales, profesores y médicos veterinarios, entre otros, se acercaron de forma novedosa a conceptos como felicidad, violencia, salud y bienestar. 

El arte de vivir desde la conciencia de género se ha impartido en varios y diferentes espacios urbanos, rurales, centros educacionales y religiosos, bajo el principio de corporizar lo que se aprende y ver qué se incorporó mal. 

"El pensamiento solo se puede estructurar desde la base de los sentimientos y las emociones", explicó la realizadora audiovisual Lizette Vila, fundadora de Palomas, quien llevó algo sin precedentes locales a la Cooperativa de Créditos y Servicios "Orlando López", de La Lisa, en las afueras de La Habana. 

Esta intervención, realizada el 25 de junio, parte de la "Fábrica de la felicidad", una iniciativa con la que Palomas postula la necesidad de ver las igualdades y oportunidades existentes en el proyecto social cubano. 

Con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Embajada de Noruega en Cuba, esta experiencia se inserta en las acciones de la campaña Únete, del secretario general de Naciones Unidas, por la eliminación de la violencia hacia las mujeres y las niñas. 

Acomodadas en círculo e impulsadas por las reflexiones y preguntas de Vila y los movimientos de Isabel Blanco, bailarina del grupo Danza Contemporánea, las personas asistentes realizaron gestos espontáneos, corporizando la felicidad, la culpa que sienten hombres y mujeres y la importancia de conocer el cuerpo. 

El público reaccionó bien, consideró Aurelia Castellanos, presidenta de ACPA en La Habana. 

Mientras algunos hombres dijeron que las mujeres son lo más lindo del mundo y deben cuidarlas, ellas se quejaron de la carga doméstica sobre sus espaldas y el poco valor que se le da al trabajo en el hogar. 

"La subjetividad humana tiene un encanto: pasa desde lo individual pero está nutrida del subconsciente colectivo y la fábrica de felicidad produce afectos, expresa lo que significan la armonía, los espacios de violencia y cómo intervenir esa violencia estructural o simbólica de la que apenas hablamos en Cuba", destacó Vila. 

Para Blanco, el trabajo corporal, los juegos y ejercicios para desinhibir y armonizar al grupo funcionó tan bien que las respuestas tuvieron un elevado nivel de concepto y desenfado, aun cuando se arrastra tanto prejuicio sobre el cuerpo. 

"Se crea una alquimia muy profunda, se unen muchos aprendizajes", opinó Vila. 

A juicio de la cooperativista Georgina Pérez, quien desarrolla el tema de género y violencia en la tercera edad, "esta experiencia debe llevarse a cada centro de trabajo y lugar donde esté la mujer, pues ella no está en todos los lugares cimeros que merece y no porque le falte capacidad". 

Con ese criterio coincidió Juan Carlos Mazo, técnico del Instituto Politécnico Agropecuario Villena Revolución. 

"Reconozco que existe violencia hacia las mujeres y las niñas. No solo es el golpe. Es también la falta de atención en su educación y, en las parejas, va desde el maltrato de palabras hasta el abandonarlas cuando necesitan apoyo", dijo. 

Según Ramón García, presidente de la cooperativa sede, fue un taller instructivo y ameno. "Incluso, las personas que pensé que no se iban a motivar –muy jóvenes o mayores-, se motivaron. Les cambió el rostro y se sensibilizaron", aportó. 

Para Vila, "las organizaciones internacionales, nacionales y las cubanas tenemos que rasgar los velos del dolor si queremos reconocer e intervenir los espacios de las múltiples violencias. Si no se denuncia el dolor, no se van a cambiar muchas cosas y ese enfoque debe estar en las políticas públicas". 

La alianza entre ACPA y Palomas facilitó desde 2010 el impulso de procesos de transformación hacia una cultura de paz en comunidades rurales abocadas a la producción agropecuaria.
Vinculados a la Jornada Cubana por la No violencia, los llamados encuentros interactivos "El arte de vivir desde la conciencia social" y "El arte de vivir desde la conciencia de género" han llegado a comunidades intrincadas como Yateras (Guantánamo), Songo-la Maya (Santiago de Cuba), Manatí (Las Tunas), Guaracabulla (Villa Clara) y La Palma (Pinar del Río). 

Desde 2012, ACPA y Palomas abrieron espacio en su trabajo por la no violencia a los mensajes de la campaña Únete, que en el país se implementa con el mensaje personalizado "Yo digo NO a la violencia contra las mujeres". 

La realizadora destacó que junto a ACPA y la campaña Únete, Palomas está señalando con énfasis la necesidad de eliminar las desigualdades de género. (2014)

Debaten hoy en Cuba sobre competencia y desarrollo

La Habana, 27 jun (PL) Expertos del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) debaten hoy sobre competencia y desarrollo, inversión extranjera y otros temas en un seminario científico de esa institución, que sesiona aquí desde el miércoles.

En el evento participan especialistas, profesores e investigadores de ese centro y otros afines y de las universidades, quienes discuten unas 20 ponencias en varios talleres.

Este viernes, su sesión final, incluye una intervención del asesor del Ministerio de Economía de Uruguay Gabriel Papa, quien abordará las experiencias sobre la inversión extranjera en ese país.

En declaraciones a Prensa Latina, el profesor del CEEC Juan Triana, quien imparte hoy la ponencia Competencia y desarrollo: una mirada desde la economía cubana, se refirió a la necesidad de pensar en el desarrollo desde todas las dimensiones que este tiene.

El especialista aseguró que el país no puede alcanzar la condición de desarrollado si no la logran también los territorios.

A juicio de Triana las crisis constituyen una oportunidad,y si hay quien las mira como un desastre, otros las interpretamos como un reto para salir adelante.

Cuba en la década de los 90 de la anterior centuria fue un ejemplo de aprovechamiento de las crisis y hoy somos un país más diversificado, con otras bases que no teníamos en 1989, por lo tanto, para esta isla fue una oportunidad, subrayó.

En opinión del experto el llamado período especial, crisis que sobrevino tras la desaparición del campo socialista europeo y de la Unión Soviética, fue el momento más difícil para Cuba, un cambio trascendental muy parecido al del año 1959, y sin embargo, el país sobrevivió y sigue adelante.

El CEEC es una de las entidades que juntamente con las universidades y otros centros de investigación, forman parte del Consejo de Ciencia y Tecnología adscrito a la Comisión de Implementación de los lineamientos económicos y sociales.

Tiene la responsabilidad de formar estudiantes, realizar encuentros para su labor de expandir sus conocimientos, así como contribuir con sus propuestas al proceso de actualización del modelo económico del país. tgj/rs