Mi blog sobre Economía

jueves, 30 de noviembre de 2017

“A Fidel le gustó mucho que yo le explicara así…”

Es prácticamente imposible dialogar con Eduardo Heras León (La Habana, 1940) sobre literatura, periodismo, crítica de ballet, cine y magisterio sin que en la conversación no afloren —por azares del coloquio— interesantes anécdotas personales en medio de la extraordinaria modestia de quien, además de ser una de las figuras de mayor relieve de las letras insulares contemporáneas, durante su juventud fue protagonista de notables hechos militares.

El prestigioso escritor cubano en un diálogo con el Comandante en Jefe Fidel
Castro Ruz sobre Universidad para Todos. Foto: Cortesía del entrevistado

Entre esos acontecimientos que marcaron la vida del Premio Nacional de Literatura 2014, se encuentran el haber sido el primer expediente de la Escuela de Artillería Comandante Manuel Fajardo, de Baracoa. Allí, en el acto de graduación, recibió como premio una pistola de manos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con quien compartió el escenario de combate en Playa Girón, como segundo jefe de la Batería 7 de Morteros 120 mm.

También conversó con el Comandante Ernesto Che Guevara durante sus estudios de jefe de artillería en los Cursos Vystrel, de la Unión Soviética, entre 1962 y 1963, donde fue el mejor alumno. Pero mi reunión con este hombre delgado, criollísimo mestizo —mezcla de chino y mulato—, culto y sereno, no fue concertada en su acogedor apartamento del Vedado capitalino para recordar detalles de aquellas —y otras— contingencias que bien merecen referencias periodísticas aparte, y que a través de su maravilloso dominio de las técnicas de narración, provoca que pase veloz el tiempo en un amoroso ambiente familiar, encendido por su cautivadora esposa Ivonne Galeano, de nacionalidad uruguaya.

Acudimos a él para hablar sobre uno de los más nobles proyectos ideados por el líder histórico de la Revolución Cubana en beneficio del enriquecimiento cultural y educacional del pueblo: el programa televisivo Universidad para Todos, del cual Heras fue fundador.

“Fidel me inyectó tal entusiasmo que me sorprendió…”

Todo comenzó a partir del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) de octubre de 1999, donde yo informaba sobre los resultados del primer curso del Taller Onelio Jorge Cardoso, y sorpresivamente se apareció el Comandante en Jefe, y escuchó parte de mi intervención. Se estableció entre nosotros un diálogo vivo, intenso, acerca del Taller, las técnicas narrativas, su utilidad y empleo, y la posibilidad de hacerlo accesible a una mayor cantidad de jóvenes en todo el país.

Yo desconocía que estaba a punto de desencadenarse uno de los más importantes proyectos educativo-culturales de la Revolución. Y así fue. “Unos meses después, en julio del año 2000 me encontraba en Canadá y recibí una llamada de Carlos Martí, entonces presidente de la Uneac. Me preguntó que cuándo regresaba a La Habana y le respondí que en dos días.

Me dijo que el Comandante quería que yo diera un curso de técnicas narrativas a través de la televisión nacional, que cuando viniera me daría más detalles…”, dijo el autor de más de una decena de títulos, entre ellos los cuentos La guerra tuvo seis nombres (Premio David de la Uneac, 1968); Los pasos en la hierba (Mención única del Premio Casa de las Américas, 1970); y Cuestión de principio (Premio Nacional de la Uneac, 1983, y Premio Nacional de la Crítica, 1986).

“Ya en Cuba, Carlos me dijo que Fidel quería escuchar mis proposiciones sobre esta idea. Preparé un plan de 20 horas de clases y esperé la entrevista con el Comandante. “El 9 de agosto del 2000 me llevaron al Palacio de la Revolución. Alrededor de las once de la noche entramos en un salón en el cual ya estaban otros compañeros, entre ellos los presidentes de la Uneac y de la Upec.

Dialogamos con Fidel cerca de tres horas. Fue inolvidable. Él preguntó sobre todo. Yo llevaba impresos los planes de lección de las clases. Y le propuse que en vez de técnicas narrativas, tal vez debíamos comenzar por algo más elemental, como el concepto de literatura, los géneros, etc. Y me dijo que no. Que iniciaríamos con las técnicas narrativas. Estaba seguro de lo que quería…”; resaltó el también crítico de danza y coguionista de varias obras para cine y televisión recreadas de sus cuentos.

“En esa plática Fidel me inyectó tal entusiasmo que me sorprendió. No olvido cuando le dije: ‘Comandante, aunque no lo crea, usted utiliza las técnicas narrativas…’ y me respondió: ‘¿¡Yo!?’, y le dije ‘sí, usted…, mire, en su alegato La historia me absolverá, usted habla en primera persona y de pronto hace un corte y cambia para la tercera, ¿sabe cómo se llama eso?’… y me dijo, ‘no’ y le expliqué que se trataba de una muda del punto de vista espacial, y ‘esa pequeña anécdota que intercala dentro del discurso ¿sabe cómo se llama?’ y volvió a decirme que no, y le dije: ‘eso es una caja china, en términos técnicos.

Usted conoce las técnicas narrativas, intuitivamente, las ha asimilado por lecturas, eso sucede en muchos escritores”’, evocó el poseedor, además, de la Distinción Por la Cultura Nacional, de la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, del Premio Nacional de Edición y de la Distinción Maestro de Juventudes.

“Un momento importante de mi vida como escritor y profesor”

“Conversamos sobre muchas más cosas. Me preguntó acerca de un discurso que pronunciaría ante unos graduados de Medicina, y tenía dudas en un párrafo que había escrito de dos formas. Quería saber cuál de las dos variantes era la mejor. Esa noche Fidel me mostró una faceta de él que yo no conocía”, apuntó Heras León. “El 13 de agosto me invitó a compartir por su cumpleaños. Allí me dijo: ‘Heras, cómo anda tu entusiasmo por el curso’, y le expresé ‘no se preocupe Comandante, que va sin problemas’.

Y entonces me objetó: ‘Me avisas si se te acaba el entusiasmo que yo te voy a inyectar un poquito más’. El curso comenzó el 1º de octubre. Se acordó llamarlo Universidad para Todos. Toda una aventura.

Nos levantábamos a las 4:00 a.m., porque las clases eran en vivo, de siete a nueve de la mañana. Luego se repetían (grabadas) a las 11:00 p.m.”.

Con una sonrisa que asomó a su rostro, el reconocido conferencista igualmente recordó que este proyecto fue “importante en mi vida como escritor y profesor. De ese curso salió el libro Los desafíos de la ficción, la recopilación más completa de la lengua española sobre técnicas narrativas, Fidel se entusiasmó con esta y solicitó que se imprimieran 15 ejemplares, que se hicieron casi manualmente. Fue la primera edición. Quería mandárselos a cada uno de los Cinco Héroes.

También se lo regaló a Abel Prieto y a Jean-Bertrand Aristide, quien entonces era presidente de Haití, que estaba de visita aquí. La segunda edición, de 5 mil ejemplares, se hizo en Colombia. Me dijo bromeando: ‘Este libro hay que analizarlo no solo por su contenido, sino por su peso’.

Tiene casi mil 300 páginas. “Fíjate si le quedaron fijas las ideas sobre las técnicas narrativas, que durante uno de sus viajes a la ONU, en una iglesia de Estados Unidos ante unas 3 mil personas dijo que en Cuba había un escritor joven que estaba dando cursos sobre técnicas narrativas, e hizo alusión a Universidad para Todos. A su regreso participó en una reunión de directores municipales de Cultura a la que fui invitado. Llegó, preguntó por mí y me dijo: ‘Oíste mi discurso en la iglesia de Estados Unidos donde te tiré un piropo?’’’, precisó Heras León. El también director, desde hace 20 años, del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso —especializado en la formación de escritores noveles—, discurrió sobre otras muchas remembranzas relacionadas con sus vínculos profesionales con Fidel, entre ellas sus encuentros con él en la Feria del Libro. Pero en el diálogo fue recurrente el tema sobre Universidad para Todos, y la constante preocupación de Fidel por este proyecto sobre el cual le dijo: “Mire, Comandante, el objetivo de este curso tan breve no es que los televidentes aprendan las técnicas narrativas, sino que adquieran una nueva dimensión de la lectura. A partir de ese conocimiento, se puede leer una novela o un libro de cuentos, haciéndolo desde adentro, desde el laboratorio creador del escritor… y a él le gustó mucho que yo le explicara así… me di cuenta…”.

Argentina abandona las tareas de rescate de los tripulantes del ARA San Juan, continúa la búsqueda del buque



BUENOS AIRES (Sputnik) — Las autoridades de Argentina decidieron suspender las tareas de rescate de los 44 tripulantes del submarino San Juan, perdido desde el 15 de este mes en el Atlántico Sur, y continuar solamente las labores de búsqueda del buque en el lecho marino, dijo en rueda de prensa el portavoz de la Armada, Enrique Balbi.

"El Convenio de búsqueda y salvamento, a las 16:20 horas (19:20 GMT), caso SAR (siglas en inglés de búsqueda y rescate) cambiado a fase de búsqueda", debido a que ha transcurrido más del doble de tiempo factible para hallar con vida a los submarinistas, dijo Balbi.

Balbi continuó observando que "se ha extendido a más del doble la cantidad de días que determinan las posibilidades de rescate de la dotación humana".

"Habiendo analizado todas las evidencias recibidas de las unidades propias y las de distintos países y agencias que han participado en el operativo, el Ministerio de Defensa y la Armada comunican que continuarán con la siguiente fase que comprende la búsqueda del submarino en el lecho submarino", añadió.

Sin embargo, ante una pregunta de un periodista, el marino dijo que "hasta tanto no tener la localización (del submarino) no vamos a dar una versión categórica".

Luego de un esfuerzo concertado de recursos nacionales e internacionales, públicos y privados, no se ha hallado ningún rastro de personas ni del submarino perdido el 15 de noviembre en alta mar, dijo el portavoz.

"Desde hace 15 días se han realizado exploraciones desde la superficie, en diferentes profundidades y en forma área sin obtener contacto con el submarino San Juan ni sus balsas salvavidas", dijo Balbi.

Están disponibles "28 buques, 16 de la Armada argentina, nueve aeronaves, tres de la Armada argentina, 4.000 hombres, 3.200 de la Armada, sumando un total de 18 países en apoyo y, a pesar de la magnitud de los esfuerzos realizados, no ha sido posible localizar el submarino", agregó.

"Habiendo analizado todas las evidencias recibidas de las unidades propias y las de distintos países y agencias que han participado en el operativo, el Ministerio de Defensa y la Armada comunican que continuarán con la siguiente fase que comprende la búsqueda del submarino en el lecho submarino", añadió.

El Ministerio de Defensa de Argentina y la Armada concentrarán los recursos humanos y materiales desplegados en el Atlántico Sur a la búsqueda del submarino, en virtud de la información recibida sobre una supuesta explosión, dijo Enrique Balbi.

"Se mantiene el área de búsqueda en un radio de 40 kilómetros, o 4.000 kilómetros cuadrados" dijo Balbi para añadir que "seis buques siguen haciendo el mapeo del lecho marino".

Además, "se recibió información de dos organizaciones internacionales que dan cuenta de una anomalía acústica en proximidades de la última posición conocida del submarino San Juan, posteriormente confirmada con un evento consistente con una explosión", recordó.

El regreso de algunos buques al puerto de Comodoro Rivadavia se debe a una reestructura de los recursos para dedicarlos solo a la búsqueda del submarino, dijo el portavoz.

El regreso de los buques "forma parte de pasar a esta nueva fase de búsqueda del submarino" y ya no del rescate de los 44 tripulantes, dijo.

El buque de bandera noruega Sophie Siem "está regresando mañana (viernes) a Comodoro Rivadavia, con una contaminación en el agua potable de sus tanques; el Atlantis de EEUU estaría regresando también mañana" y llegaría un avión "también de EEUU con otro vehículo de operación remota de hasta 6.000 metros que sería cargado en el Atlantis", agregó el portavoz.

El San Juan reportó su última posición a 430 kilómetros del punto más cercano de la costa de la Península Valdés, en el sureste de Argentina, el 15 de noviembre.

ESPADAZOS EN HONOR DE ARMANDO HART DÁVALOS

Por Luis Toledo Sande, Facebook

Aunque no lo hubieran llamado, el autor de este artículo habría ido voluntariamente a la despedida de Armando Hart Dávalos. Pero del Centro de Estudios Martianos le hicieron una llamada institucional y amable para avisarle que allí reposaba el cadáver y podría verlo. Tenía, pues, esa razón más para acudir. Hart merece seguir siendo recordado y admirado como el incansable luchador que fue antes y, sobre todo, después del triunfo revolucionario.

No hay más que mencionar su labor al frente del ministerio de Educación, Campaña de Alfabetización incluida. Cuanto hizo llevó el signo de su entusiasmo, de su entrega irrestricta y consciente, y de la condición que distintas personas le han reconocido como dando espadazos contra lo repudiable: era una persona decente, y la decencia le urge al mundo, y como parte de él a Cuba, cultivarla con esmero, máxime cuando parece crecer el número de quienes tienden a considerarla una cualidad superflua y fuera de moda.

Hart acendró sus virtudes en la clandestinidad revolucionaria, en la prisión y al escapar de sus captores, y con particular fuerza en el cumplimiento de las tareas que le confió la Revolución victoriosa, ya fueran cargos del Partido —integró durante años el Buró Político, por ejemplo— o del gobierno. Memorable fue y continúa siendo la acogida que tuvo su nombramiento como ministro de Cultura, y el respeto que ganó con su denuedo en emplear esa jerarquía para bien del ambiente de ese sector, librándolo de daños ocasionados por una política que generó lo que Ambrosio Fornet llamó, con mesura y eficacia, quinquenio gris.

Luego de su etapa al frente de ese ministerio, y hasta su muerte, Hart se desempeñó como director de la Oficina del Programa Martiano, uno de los frentes de trabajo —presidió asimismo la Sociedad Cultural José Martí— en que siguió honrando el legado que la patria recibió del autor intelectual de la Revolución Cubana. En ese camino de hechos e ideas se ubica la producción intelectual que incrementó el prestigio del revolucionario que acaba de morir, la autoridad y el respeto que él cosechó dentro y fuera de Cuba.

Por todas esas razones, es natural que todo cubano y toda cubana de ley lo alaben aunque, por el motivo que fuera, no pudiesen acudir a darle la despedida final. Trabajar —empezar a hacerlo, o seguir haciéndolo— con la mayor entrega, con plena honradez, con toda la inteligencia posible, será una forma segura y digna de honrarlo, aun cuando no se haga pensando en él. Pero al autor de estas líneas, aunque no fue de las personas más cercanas a Hart, solo causas de peso mayor le habrían impedido ir a su velorio, y felizmente no hubo causas tales.

Se levantó bien temprano para llegar hasta el Centro de Estudios Martianos, donde su cadáver estaba tendido —y quizás aún esté cuando empiezan a escribirse estas líneas—, para su traslado al lugar donde tendrá o ya tiene el reposo que él no se permitió darse mientras tuvo alguna fuerza. Hasta el final de su vida quiso darlo todo por la obra que lo hizo el martiano y fidelista que fue, una obra de la que se sintió orgulloso y por la que fue bueno y útil, y dichoso, a pesar de penas personales terribles.

Si el articulista llegó hasta el Centro de Estudios Martianos y se fue de allí sin entrar a despedir el cadáver, no fue porque no le interesara hacerlo, sino por algo que parece un estreno impropio y no se le ocurre suponer iniciativa de la institución nombrada: en la puerta de acceso se topó con que debía esperar a que se comprobara si su nombre aparecía en una lista, como si se tratara de una recepción protocolar o de una determinada reservación administrativa.

En esa espera, sin poder disimular que molestas, se hallaban numerosas personas para ver si finalmente se les permitía entrar. Basta decir que estaban la directora de coros Digna Guerra y la poeta Nancy Morejón. Ser despedido de allí, sin poder entrar, por la posible contingencia de no aparecer registrado en una lista por olvido o por lo que fuese —¿se necesitaban listas tales?—, era un riesgo que no se debía correr: habría sido un acto de mal gusto que no merecía asociarse a la persona ni a la memoria del revolucionario a quien se quería honrar.

Aunque no fuera más que porque ardía en ansias creativas irrefrenables, o porque lo administrativo no era su fuerte, Hart encarnaba la voluntad de un ser humano profundamente ajeno al burocratismo, y no merecía que su velorio terminara atascado en controles de semejante índole. Eso pensaba el articulista al abandonar, sin haber llegado hasta el cadáver, un sitio donde trabajó durante años en tareas vinculadas con Hart y su sentido misional de la existencia. Y pensaba también si trámites burocráticos tan de mal gusto se habrían podido aplicar —para no ir más lejos, ni quedarse más cerca— cuando el pueblo cubano quiso rendirle tributo póstumo a quien fue y sigue siendo el Comandante de ese pueblo y, en él, de Hart.

¿No habría sido preferible que el cadáver del luchador que hoy ha recibido el último adiós se hubiera expuesto en un sitio abierto, donde representantes del pueblo, agradecidos, acudieran libremente a rendirle homenaje? Todo espadazo contra el burocratismo —que el articulista evita calificar aquí con los términos que estima pertinentes— será también, de hecho, una forma de honrar a un revolucionario respetado y querido.

(En la mañana del 27 de noviembre de 2017.)

miércoles, 29 de noviembre de 2017

FIDEL, POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE FIDEL

Yo no sé lo que es vivir sin Fidel

Fidel Antonio Castro Smirnov

CUBADEBATE

Palabras de tributo y homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a un año de su partida Física. Acto Central de la Cátedra Honorífica para el Estudio del Pensamiento y la Obra de Fidel. Universidad de Oriente.

Yo soy Fidel. Mi padre es Fidel. Mi abuelo es y será siempre el eterno e invicto Fidel. Mi nombre es Fidel, y mi vida se llama Fidel. Mis pensamientos, mis sueños, mis anhelos, se llaman también Fidel.

No puedo ni debo decir que converso con él, como en todas aquellas ocasiones que guardo en mi mente, en mi memoria; pero sí puedo, debo y quiero decir que necesito hablarle, y lo hago a menudo.

No puedo, ni debo ni quiero decir que Fidel no está físicamente. Puede no estar presente el calor de Fidel. Pero sí está presente la energía de Fidel, el trabajo de Fidel, el impulso de Fidel, la fuerza de Fidel (más fuerte que las fuerzas nucleares), la dinámica de Fidel, la onda de Fidel, la luz de Fidel (la más bella e intensa), el movimiento de Fidel, el magnetismo de Fidel, el tiempo de Fidel, la obra y la conciencia de Fidel, están muy presentes y perdurarán. Y la energía, el trabajo, el impulso, la fuerza, la luz, el movimiento (también interpretado como cambio, siendo el más integral el movimiento social Fidelista), todo ello es Física, por tanto Fidel sí está presente físicamente.

El ADN de Fidel está presente en millones de revolucionarios dentro y fuera de Cuba, en nuestra América, en el mundo, así que Fidel está presente biológicamente. La química de Fidel une a millones, incluso a quienes no piensan como él pero lo respetan, lo admiran y lo quieren, así que Fidel está presente químicamente. La ciencia toda, nos brinda la tan añorada y querida presencia de Fidel entre nosotros.

No puedo ni debo decir que fueron pocas todas aquellas ocasiones que tuve a mi abuelo para mí, su ternura, sus muestras de cariño, su voz, su calor, su altura y su fuerza, su abrigo intelectual y moral, su estatura impresionante, su imagen conmovedora, su carisma cautivador, sus palabras de aliento, sus valiosos consejos. Aunque lógicamente siempre quise más, me consuela que siempre me esforcé y luché por aumentar el tiempo con Fidel, que me podía haber tocado, por cuidarlo, por atenderlo, por ayudarlo, por acompañarlo, por compartir peligros y desvelos, por brindarle momentos felices. Tuve el inmenso privilegio de que una parte considerable de mi vida transcurrió muy cerca de Fidel, y por ello puedo, debo y quiero hablar en nombre de los cercanos a Fidel.

No puedo, ni debo ni quiero decir tampoco que fueron muchas las miles de horas con Fidel, como joven cautivado por sus ideas y su historia, por su pensamiento y acción, por sus hazañas y proezas, como uno más entre millones. Vendrán muchísimas más horas de Fidel, con Fidel y para Fidel, y nunca serán suficientes. Por ello me considero moralmente identificado con los que lo amaron desde lejos. Puedo, debo y quiero hablar también, en nombre de ellos.

Todo el tiempo con Fidel, todos esos segundos, minutos, esas horas, toda esa unidad de tiempo que no encuentro capaz de describir el tiempo relativo y absoluto junto a él, todo ese espacio vivido en común, los años que colaboré con los compañeros que lo cuidaban, alguna que otra vez que le provoqué carcajadas e incluso aquellas que lo hice molestar.

La vez que se atoró y asustado le golpeé la espalda con error de cálculo en la fuerza. Al día siguiente, durante las entrevistas para el libro “Cien horas con Fidel” y en la escuela donde estudió la primaria en Santiago, le cuenta Fidel a Ramonet de sus peleas, y a mala hora el periodista le pregunta qué significaba un “pescozón”. Mi abuelo me llama y me pide que me ponga en firme, y yo muy orgulloso pero ajeno a la conversación previa cumplo con su pedido. Vino entonces otro error de cálculo en la fuerza de la demostración práctica de un “pescozón por la cabeza”, interpretada por mi como cariñosa represalia y enseñanza de que uno no se puede quedar dado.

De cuando estuve grave siendo niño y él me visitaba a diario, de cuando jugamos ajedrez, de cuando me mostró el histórico fusil que llevó en la Sierra Maestra, el verlo pensativo, verlo recordar, verlo contento por nada o verlo serio resolviendo lo poco y lo mucho, verlo dormir, caminar de aquí a allá, verlo siempre seguro y optimista, siempre combatiendo, pensando, conversando y trabajando.

Disfrutar de la cotidianidad de sus gestos; de su voz de cerca, de lejos, por teléfono, por radio, por televisión; escucharlo despierto y en sueños, descifrar su susurro conspirativo; apreciar y disfrutar con su cultura del detalle; ayudarlo en lo posible e imposible, en lo fácil y en lo difícil; alcanzarle un vaso de agua, un bolígrafo, un discurso; seguirlo en sus ideas, proyectos y experimentos; acompañarlo por tierra, mar y aire, con calor o lluvia, con nieve o en medio de un huracán; sentarme a su lado en un carro, o un avión, o en una mesa, o tantas horas detrás de él en un teatro; caminar detrás, al lado o delante guiándole los pasos. Ponerle las medias, leerle, sufrir más yo cuando lo veía a él sentir dolor, alegrarme más yo con su sonrisa, servirle una copa de vino (y de paso servirme un poco yo del suyo, asegurándome previamente de que estuviera de un excelente humor).

Que me pregunte lo mismo por la nanotecnología, la teoría de la relatividad, del universo, de matemática, de historia, del mar, de lo que estoy leyendo o investigando, o por mis padres y hermanos, por la salud…; que me diga: ¡Fide! ¿Cómo estás? ¡Cuídate!, ven más por aquí, tengo un recado para tu papá… Que diga que yo soy su amigo, que me haya presentado al mejor amigo, Hugo Chávez, con quien compartimos memorables vivencias familiares.

De aquella noche al final de la Gala Cultural por el Día de la Independencia de los Estados Unidos, el 4 de julio de 2002, le dije que tenía algo muy serio que decirle. Me llevó sólo a su oficina en Palacio, y pude finalmente exclamarle: ¡Te quiero con coj….! Posterior a su efusivo y prolongado abrazo, me dijo con cierta timidez y bajito: “y yo también eh, que no se te olvide”.

De hacerme tan feliz, y de verlo hacer feliz a tanta gente. En fin, de una lista demasiado extensa pero que me cuesta trabajo interrumpir, todo eso y mucho más, constituyen lo más preciado y valioso para mí, y encabezan mis vivencias más felices y entrañables.

Fidel, mi abuelo, me motiva, me inspira, me da fuerzas, me impulsa, me guía, me impresiona, cada día. Lo quiero, lo admiro, lo extraño, ni más ni menos que hace un año, ni más ni menos que dentro de 1 año, de 2, de 5, de 10, de 20 o los que me toquen vivir antes de ir a buscarlo donde esté, más allá de la ciencia y el marxismo.

Nunca me despedí de él ni pienso hacerlo. Pensar que no lo puedo abrazar o estrechar su mano, oírlo aclararse la garganta, escucharlo de cerca muy atento, apreciar la expresividad de sus manos permanentemente al acecho de un contacto cariñoso, sentir otra vez su mano en mi hombro, verlo de cerca y tocarlo, darle un beso, bromear con él, brindar con él, sostenerle un vaso o una copa o una taza si se va quedando dormido, llevarle personalmente un diploma, hacerle tantas preguntas que me surgen y respuestas de él que necesito ahora; intentar responder su caudal interminable de preguntas para las que aún continúo buscando respuestas, y que me sorprenden por el genial mecanismo intelectual que a tan avanzada edad llegó a formular. Todo ello y mucho más, me provoca un dolor inefable, que aumenta con el tiempo, que no se deja casi nunca dominar y mucho menos me permite aprender a vivir con ese dolor.

Debo decir aunque no quiera, que no lo he superado. Paliar ese dolor, que es muy fácil decirlo, es uno de mis mayores desafíos y un deber por razones de salud. Lo es también descubrir cómo convertir dolor en felicidad, cómo buscarlo y encontrarlo, para menguar la inevitable ansiedad con homenajes diarios a Fidel.

Hago camino al andar en medio de ese desafío, paso mucho tiempo buscando recursos para evadir y mitigar el luto desgarrador y que este no me domine ni me controle, visito casi mensualmente Santiago de Cuba y paso muchas horas cerca de la Piedra Rebelde que enseña e ilumina; me lanzo en paracaídas a 4 Km de altura para homenajear a Fidel, abrazando una bandera que lleva su imagen.

En el presente sigo teniendo el inmenso privilegio de ser uno más de sus colaboradores, acompañándolo concretamente con mi tiempo y energías en uno de sus proyectos científicos. Continúo cumpliendo con lo que me dijo el 13 de agosto del 2002: cuando te gradúes el año que viene vas a la Universidad de las Ciencias Informáticas (eso fue alrededor de un mes antes de que la UCI comenzara sus labores docentes, hace poco más de 15 años). Fue precisamente en la UCI donde el 29 de abril del 2016 realizamos por primera vez “Un salto por Fidel”, en el que 26 paracaidistas desafiamos la gravedad y las alturas para transmitir un mensaje de cariño y homenaje al Comandante por sus 90 años, regalándole un momento feliz cuando le enviamos el video. Debo y quiero repetir, en cuanto se pueda, una y otra vez, “Un salto por Fidel”.

Me honra también haberle dedicado este año un Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, y el título de Investigador Titular. Me honra venir a Santiago de Cuba a hablarle, a contarle mis cosas, mis planes, a felicitarlo por el día de los padres, a celebrarle su cumpleaños, a darle cariño. Y marcharme más seguro, lleno de fuerzas, motivaciones, y energías. Una vez más, ¡infinitas gracias abuelo! Y como tú decías, en la vida de los hombres agradecidos, infinito más uno, es mucho más que infinito. Exquisita, rigurosa y profunda, la matemática de Fidel.

Por visitarlo tan a menudo, me honra el haber comenzado a colaborar con la Universidad de Oriente, con el Centro de Biofísica Médica fundado por él, y de que me hayan concedido el inmenso privilegio de formar parte de la Cátedra Honorífica para el Estudio del Pensamiento y la Obra de Fidel. Mis dos mensajes a mi querido abuelo, escritos en el libro de Santa Ifigenia, fueron publicados y dieron lugar a hermosos y conmovedores comentarios en la red de redes. Infinitas gracias a todos.

Yo no puedo, ni debo ni quiero decir que no puedo vivir sin Fidel. Yo no sé lo que es vivir sin Fidel. Yo escojo vivir feliz con Fidel, y así contribuyo de manera modesta, a que Fidel también siga siendo feliz.

Cada día recuerdo su consejo el 20 de octubre del 2004, cuando en medio de la tremenda angustia por su accidente en Santa Clara, me dijo: ¡no estés triste! Sí debo y quiero decir que seguiré esforzándome para poder cumplir con ese pedido de un abuelo que no le gusta ver sufrir a un nieto. Yo escojo la alegría de sentirlo siempre conmigo, y aunque nunca supere mi pérdida, nuestra pérdida, sabré vivir feliz con sentimientos tan profundos por mi abuelo, por mi amigo, por mi maestro, por mi paradigma, por mi Comandante en Jefe, por el gran Fidel, a quien siempre tendré presente con inmenso y especial cariño.

Y la convicción de ser feliz guardando vivencias tan valiosas, la convicción de seguir cumpliendo con él, es lo que me permite llevarlo conmigo y en mí, feliz y vivo, todos los días.

Como uno más entre millones que nunca se soltarán de su mano, de quienes lo cuidaron y lo cuidarán siempre, de sus colaboradores, de sus amigos, de los que intentamos acercarnos a lo mejor de su ejemplo y que colectivamente decimos “Yo soy Fidel”, de los hombres de ciencia y de pensamiento que él formó, de los que lo aman de cerca y de lejos, como fruto de lo que él sembró y como uno más de la familia que tanto lo quiere, le envío nuevamente muchos besos, un fuerte abrazo, y mi más sincero y sentido homenaje a un año de su reciente travesía.

A un año del día escogido por él para volver a embarcarse a nuevas batallas, ¡Mi tiempo sigue siendo el tiempo de Fidel!

Dr. C. Fidel Antonio Castro Smirnov.

Santiago de Cuba, 24 de noviembre de 2017

----------------------------------------------------------------------------------------------------- 

La última cita de Fidel Castro



Hace un año usted se nos iba. Los medios de todo el mundo dijeron, con ligeras variantes, algo así como “la muerte se llevó a Fidel”. Pero, con todo respeto, Comandante, usted sabe que no fue así porque usted eligió el día de su muerte. Perdone mi atrevimiento pero ella no vino a buscarlo; fue usted, Fidel, quien la citó para ese día, el 25 de noviembre, ni uno antes, ni uno después.

Cuando cumplió 90 años, le dijo a Evo Morales y Nicolás Maduro que “hasta aquí llego, ahora les toca a ustedes seguir camino”. Pero usted también siguió su camino, aferrándose a la vida unos meses más hasta el momento preciso en que había citado a la muerte para que lo viniera a buscar. Ni un día antes, ni un día después.

¿Qué me lleva a pensar así? El hecho de que en cada una de las cosas que hizo desde su juventud siempre transmitió un significado revolucionario. La simbología de la Revolución lo acompañó toda su vida. Usted fue un maestro consumado en el arte de aludir a la Revolución y su necesidad en cada momento de su vida, pronunciando vibrantes discursos, escribiendo miles de notas y artículos, o simplemente con sus gestos.

Sobrevivió milagrosamente al asalto al Moncada y ahí, de “pura casualidad”, usted aparece ante sus jueces ¡justito debajo de un cuadro de Martí, el autor intelectual del Moncada! ¿Quién podría creer que eso fue un hecho casual?

Es cierto: la muerte fue a buscarlo infinidad de veces, pero nunca lo encontró: burló a los esbirros de Batista que lo buscaban en México y sobrevivió a más de seiscientos atentados planeados por la CIA. Usted todavía no la había llamado y ella, respetuosa, esperó que usted lo hiciera.

Un hombre como usted, Comandante, que hacía de la precisión y la exactitud un culto no podía haber dejado librado al azar su paso a la inmortalidad. Revolucionario integral y enemigo jurado del culto a la personalidad (exigió que, a su muerte, no hubiese una sola plaza, calle, edificio público en Cuba que llevara su nombre) quería que la recordación de su muerte no fuese sólo un homenaje a su persona.

Por eso le ordenó que lo viniera a buscar justo el mismo día en que, sesenta años antes, hacía deslizar río abajo –sin encender los motores– el Granma, para iniciar con su travesía la segunda y definitiva fase de su lucha contra la tiranía de Batista.

Quería de esa manera que la fecha de su deceso se asociase a un hito inolvidable en la historia de la Revolución cubana. Que al recordarlo a usted las siguientes generaciones recordasen también que la razón de su vida fue hacer la Revolución, y que el Granma simboliza como pocos su legado revolucionario. 

Conociéndolo como lo conocí sé que usted, con su enorme sensibilidad histórica, jamás dejaría que un gesto como este –el recuerdo de la epopeya del Granma– quedase librado al azar. Porque usted nunca dejó nada librado al azar. Siempre planificó todo muy concienzudamente. Usted me dijo en más de una ocasión “Dios no existe, pero está en los detalles”. Y en línea con esta actitud el “detalle” de la coincidencia de su muerte con la partida del Granma no podía pasar inadvertido a una mente tan lúcida como la suya, a su mirada de águila que veía más lejos y más hondo. Además, su sentido del tiempo era afinadísimo y su pasión por la puntualidad extraordinaria.

Usted actuó toda su vida con la meticulosidad de un relojero suizo. ¿Cómo iba a dejar que la fecha de su muerte ocurriese en cualquier día y sepultase en el olvido la partida del Granma y el inicio de la Revolución en Cuba? Usted quiso que cada año, al homenajear a su figura, se recordase también el heroico comienzo de la Revolución en aquel 25 de noviembre de 1956 junto a Raúl, el Che, Camilo, Ramiro, Almeida y tantos otros.

Usted la citó y la muerte, que siempre respeta a los grandes de verdad, vino a recogerlo puntualmente. No se atrevió a desafiar su mandato. Y sus médicos tampoco, a los cuales estoy seguro les advirtió que ni se les ocurriera aplicarle medicina alguna que estropeara su plan, que su muerte ocurriera antes o después de lo que usted había dispuesto.

Nadie debía interponerse a su voluntad de hacer de su propia muerte, como lo había hecho a lo largo de toda su vida, su último gran acto revolucionario. Usted lo planificó con la minuciosidad de siempre, con esa “pasión por los detalles” y la puntualidad con que hizo cada una de sus intervenciones revolucionarias.

Por eso hoy, a un año de su partida, lo recordamos como ese Prometeo continental que aborda el Granma para arrebatarle la llama sagrada a los dioses del imperio que predicaban la pasividad y la sumisión para que, con ella, los pueblos de Nuestra América encendieran el fuego de la Revolución y abrieran una nueva etapa en la historia universal.

¡Hasta la victoria siempre, Comandante!

*Argentino, Sociólogo y analista político

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Fidel: forjador visionario de una nueva sociedad

Francisco Lacayo quien fuera representante de la UNESCO en Cuba, reiteró una vez más su propuesta de que Cuba erija el museo de solidaridad con la cooperación de todos los pueblos que se han enriquecido con esas ayudas. Es el único país que puede aspirar a ello en el siglo XXI, afirmó

Albero Corona*

PL - 25 de noviembre del 2017

Fidel Castro fue un forjador visionario del paradigma globalizante de una nueva sociedad y de un hombre y una mujer nuevos, así caracteriza el destacado intelectual nicaragüense Francisco Lacayo -en apretada síntesis- al líder de la Revolución cubana.

Para Lacayo, quien ofreció una conferencia magistral sobre los pilares del paradigma de la educación, la ciencia y la tecnología en Fidel, el líder revolucionario concebía, dirigía y erigía esos elementos interrelacionados e interdependientes como un solo sistema.

A su vez, el exrepresentante de la Unesco en La Habana considera que ese paradigma de la nueva sociedad, heredado del maestro José Martí, no asume una visión de sociedad de masas anónimas.

Para Fidel, explicó, la sociedad tenía rostros, vivencias y nombres concretos. 'Toda la vida Fidel se alimentó de un contacto directo, en actitud de atención especial a la persona con la que se encontraba, como si fuera la única que existiera en ese momento', acotó.

Son ya legendarias sus inagotables preguntas, independientemente de que su interlocutor fuera un reputado científico, político, dirigente o fuera un humilde labriego, una ama de casa de los barrios populares o un niño. Fidel -puntualizó- educaba preguntando.

En opinión de Lacayo es precisamente esa visión holística llevada a la práctica, no solo institucionalizada, sino también interiorizada, la que permitió a un pequeño país, víctima de un ilegal y criminal bloqueo por parte de Estados Unidos, concentrar en un puño todas las fuerzas vivas del pueblo.

'No solo para resistir, sino también para alcanzar la excelencia en todos estos campos, incluso por encima de países muchos más ricos y poderosos', subrayó.

Por otra parte, Lacayo sostiene que la sociedad educativa cubana está formada por dos grandes sectores: los educandos y los educadores, con la particularidad de cada uno es a la vez educando y educador.

'Cada día de su vida Fidel fue, no solo el gran educador estratégico, sino también el más ejemplar de los educandos', ejemplificó.

Lacayo recordó que fue así como el modelo que concibió y dirigió Fidel fue convirtiendo a toda la sociedad en sociedad educativa, paradigma propuesto por la Unesco hace ya algunos años y que los poderes fácticos -dijo- han engavetado por razones obvias.

Igualmente indicó que en primer lugar para el líder cubano y la Revolución la educación fue y sigue siendo un derecho humano y no una mercancía. 'Si no se comprende estas diferencias no se comprenderá nunca el modelo educativo de Cuba', apostilló.

Asimismo, señaló que otro pilar del paradigma de la educación en Fidel fue su fe, razonada y realista, no pragmática, de que la educación no sólo debía de garantizarse a todos, sino que debía alcanzar lo más altos niveles de calidad y excelencia.

Otro pilar, argumentó, fue la solidaridad. 'Ningún país en el mundo ha alcanzado los niveles de solidaridad incondicional con su propio pueblo y con decenas de pueblos pobres y oprimidos del mundo', enfatizó.

No fue nunca una solidaridad con los excedentes, sino el compartir con los hermanos, el rústico pedazo de pan logrado tras heroicos esfuerzos, expresó Lacayo ante un auditorio que escuchó con solemne atención cada una de sus palabras sobre el líder cubano.

En otro momento de su intervención Lacayo reiteró una vez más su propuesta de que Cuba erija el museo de solidaridad con la cooperación de todos los pueblos que se han enriquecido con esas ayudas. Es el único país que puede aspirar a ello en el siglo XXI, afirmó.

La ética, el valor y la dignidad fueron otros de los elementos destacados por el intelectual nicaragüense, que conoció personalmente a Fidel y compartió largas horas de conversación.

Para Lacayo el mejor homenaje que se le puede hacer a Fidel es el de comprometerse y entregarse a la construcción y universalización de la 'eutopía', ese lugar bueno por el que entregó su vida y que nos legó.

*Periodista de la agencia

Fidel Castro murió feliz, asegura el periodista Gianni Mina



Roma, Italia,  noviembre de 2017. Fidel Castro era conocido por sus dotes oratorios. Sin embargo, la entrevista televisiva que concedió en 1987 al periodista Gianni Mina, que duró 16 horas, rompió un récord. También contribuyó a forjar un fuerte vínculo entre el líder revolucionario cubano y el veterano reportero italiano.

Treinta años después, Mina, el periodista occidental que más acceso tuvo a Fidel Castro, sostiene que el líder cubano no fue un “dictador” y confía en que la Revolución Cubana todavía tiene un largo futuro por delante. En esta entrevista también comparte algunos secretos profesionales.

dpa: ¿Murió Castro como un hombre feliz?

Mina: Sí, lo fue. Alguna vez me dijo que se sentía infeliz por no haber podido poner fin al hambre en el mundo. Sin embargo, sin duda alguna, en la Cuba de Fidel nadie pasa hambre, a nadie le falta una atención médica adecuada, nadie tiene que dejar de enviar a sus hijos a la universidad, y esto es mejor que en la mitad de los países de América Latina e incluso mejor que en Estados Unidos.

dpa: ¿Por qué considera que está mal llamar dictador a Castro?

Mina: Porque durante 50 años dirigió un país donde la gente no está muriendo de hambre, en un mundo donde cientos de millones de personas siguen muriendo de hambre.

dpa: ¿Cuándo vio por última vez a Castro?

Mina: Hace dos años, cuando el papa (Francisco) viajó a Cuba. Fidel estaba en silla de ruedas pero estaba muy despierto. A mí me habló maravillas del papa. Castro fue y siguió siendo un marxista-leninista, pero también fue a una escuela jesuita y admiraba al papa Francisco. Yo estaba allí cuando los dos se encontraron. Antes de salir, el papa le dijo a Castro: “Oye, de vez en cuando, tírame un Padre Nuestro”.

dpa: ¿Cuba ha cambiado mucho desde que murió Castro hace un año?

Mina: No. Cuba se ha encerrado en sí misma, como ha hecho muchas veces en su historia, para resistir. El país ha desaparecido de los medios internacionales. Sin embargo, creo que Cuba seguirá siendo preeminente en América Latina.

dpa: El próximo año, Raúl Castro dimitirá. ¿Puede sobrevivir Cuba sin un Castro al frente?

Mina: En este momento (con la amenaza de una guerra nuclear), el mundo entero se pregunta si puede sobrevivir, no solo Cuba. De todas formas, los cubanos siempre han manejado y solucionado sus problemas, incluso en las circunstancias más difíciles.

dpa: ¿Cómo aguantó esa entrevista de 16 horas?

Mina: Tenía un par de sándwiches. En cuanto a Fidel, él alternó entre un buen ron y un buen té.

dpa: ¿Cómo preparó usted la entrevista? ¿hubo algunos temas tabú?

Mina: Me ayudó Saverio Tutino (ex corresponsal en La Habana del periódico comunista italiano “l’Unità”). Le dije que había preparado entre 20 y 30 preguntas, y él respondió: “es muy poco”. Entonces, preparamos más de 100 preguntas y ya sabíamos más o menos que íbamos a marcar récords. Le pregunté a Fidel si quería ver las preguntas por adelantado, y me dijo: “Con la historia que tenemos, ¿crees que es necesario?”. No hubo temas tabú.

dpa: Además de a Castro, usted ha entrevistado a otras muchas personas famosas: líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, de Venezuela; escritores como Gabriel García Márquez y Jorge Amado, deportistas como Maradona y Mohamed Ali. ¿Cuál es su técnica de entrevista?

Mina: Comenzar de manera fácil y lentamente intentar descubrir los puntos débiles de quien está sentado enfrente. Sin embargo, la mayoría de las personas entrevistadas son más inteligentes que los entrevistadores. De todas las personas a quienes he entrevistado, puedo decir que Mohamed Ali era el único a quien yo consideraba un amigo. Los demás me respetaban como periodista, y esto es fundamental: hay que asegurarse de que todos tus datos son correctos para que no parezcas un idiota.

Nota: Alvise Armellini- dpa/ Foto: EFE.

martes, 28 de noviembre de 2017

Una entrevista y un artículo sobre Tina Modotti, una mujer paradigma


Para rendir homenaje a Tina Modotti, hace algunos años hice una entrevista en La Habana y luego de visita en la bella Ciudad italiana de UDINE, que vio nacer a la versátil mujer escribi un artículo sobre ella que publicó el Portal de la radio cubana, ha pasado más de un lustro y hoy retomo el tema con la bella italiana novia de Julio Antonio Mella.


Tina ModottiLa italiana Tina Modotti tuvo una vida tan llena de experiencias, de amor, de conflictos de vínculos con la revolución mundial incluida su relación amorosa con Julio Antonio Mella, que no debe faltar en la idea y en el tintero de algún escritor de nuestra radio para reflejar un modelo de mujer que trascendió su época.

Para saber de Tina hay que visitar la calle San Lázaro de la capital cubana, allí viven Adys Cupull y Froilán González dos escritores unidos en el amor y en el arte de buscar la verdad. (1) En una tarde de agosto de 2008 los visité. Con la misma ternura de contar historias fui recibido, primero en la sala adornada de libros, fotos, recuerdos de recorridos donde sobresalen imágenes del Che, de Julio Antonio y Tina Modotti, protagonistas esenciales para la prosa del matrimonio acucioso de la historia ; luego me invitaron hasta un largo pasillo rodeado de plantas y de un singular ambiente de cubanía. En este lugar sostuve una breve y fructífera conversación con los autores de más 30 libros publicados en varios idiomas. Movido también por ese deseo vehemente de saber más sobre la joven italiana que amó a Julio Antonio Mella (2) me llegué a este hogar para encontrarme con la mujer y el hombre, amigos llenos de sabiduría y prestos a colaborar.

P. ¿Cuáles son los valores que UD aprecia en Tina Modotti?

AC- “Para mí Tina es una fuente de cultura, es una fuente de humanismo, por eso yo le recomiendo a los estudiosos, historiadores, que estudien esta personalidad si miedo, sin temor para trasmitir sus valores a las nuevas generaciones. Tina ha sido muy tergiversada y su vida muy difamada. Es una mujer con muchos valores desconocidos hasta en su propio país auque en nuestra última visita a Udine, (3) tierra donde nació nos dimos cuenta que hay un avance porque varios comités llevan el nombre de Tina Modotti que agrupan fundamentalmente a jóvenes”.

Adys Cupull considera: “Estas agrupaciones son para hacer acciones, para estudiar, para conocer su obra, saber de Cuba y te digo, Tina es una mujer paradigma, porque siendo de origen muy humilde que no llegó a estudiar en la universidad de forma autodidacta asumió la sabiduría de cada una de las personalidades de la cultura que conoció, de ahí sus conocimientos acerca de la pintura, la fotografía, la literatura y la música de su tiempo.

Ella misma entraña un ejemplo al convertirse en una de las primeras mujeres internacionalistas del siglo pasado. Tina fue una mujer del cine de la época, escribió, hizo periodismo y fue una luchadora por todas las causas justas. Tina trascendió por esa vida estoica”.

Adys Cupull hace una pausa y precisa: “si embargo pienso particularmente que se tiene a veces temor y miedo a hablar de Tina Modotti porque hay todavía gente con mente muy oscura que pretenden que no sea bien vista, ni bien querida por las nuevas generaciones. Han difamado de la revolucionaria ¿cuál es la causa? El comunismo, ser comunista, de tener ideas progresistas, de avanzada y defender a los humildes todo eso no gustó a los regimenes imperantes y para aquella época fue un costo mayor para la joven italiana. Pero hoy también el ser comunista y tener ideas contra el imperialismo, contra el fascismo, también tiene su costo. Lo vemos en América Latina, comos se difama y trata desmoralizar a nuestros dirigentes y hasta de asesinarlos por oponerse al imperio. Eso era Tina Modotti una opositora al fascismo y al imperialismo. En nuestra visita a Italia nos alegro ver que en la casa donde nació en la ciudad de Udine, han puesto una placa por la fundación que dirige Riccardo Toffoletti que rememora el momento en que nace Tina, también su muerte. Allí se encuentra los versos de Pablo Neruda, los mismos que aparecen en su lápida en el Cementerio de Dolores en México, con una imagen de ella.”

Froilan González quien ha escuchado muy atento las palabras de su esposa se refiere a los momentos del nacimiento de las averiguaciones acerca de la vida de Tina: “Cuando comenzamos la investigación histórica sobre Julio Antonio Mella en México por los años setenta, que estuvimos como diplomáticos cubanos Adys y yo allí, el conocimiento que teníamos sobre Tina Mododtti casi era nulo de manera que la investigación histórica sobre Mella nos lleva a Tina y a muchos otros revolucionarios pero especialmente a ella, así empezamos a adentrarnos en el mundo de ambos.

Adys escribió un libro que se llama “Semilla Profunda” que publicó en Cuba la Editora Pablo de la Torriente Brau, se tradujo al italiano y se presentó en varias ciudades de ese país. Y ya después en cada una de nuestras obras sobre Mella la presencia de la “fotógrafa revolucionaria” es constante tanto en nuestro libro hasta que “Llega el tiempo” que contiene las cuarenta y siete crónicas intimas que escribió Mella en su primer viaje a México y una segunda parte aparece las relaciones entre ambos o en el libro “Julio Antonio Mella contra el fascismo” traducido al italiano de amplia difusión y conocimiento en los sectores intelectuales y políticos de Italia.

Froilan nos contó en la entrevista que Tina fue una mujer de extracción muy humilde, empezó a trabajar desde muy niña en una fábrica textil en Udine después emigro a San Francisco en los Estados Unidos junto a su padre que ya había emigrado antes junto a su hermana Mercedes y por ahí se va adentrando por ese mundo que se va enriqueciendo: “ por su talento y belleza trabajó en el cine silente de Hollywood y se unió a la intelectualidad de San Francisco y de los Ángeles hasta convertirse en la más importante fotógrafa de la mitad del siglo XX. Sus fotos son famosas porque van al aspecto social”.

Froilan le da una especial importancia a la visita que efectuaron a Udine: “haber compartido con Ricardo Toffeletti y con el presidente de la Asociación de Amistad con Cuba y recorrer las calles e ir a la casa donde nació Tina fue de un alto valor emotivo y sentimental para nosotros”.

El hilo de la conversación sobre la vida y obra de esta ejemplar mujer da un vuelco al preguntarle ¿Cómo reaccionaría Tina ante la crisis actual de los inmigrantes que vive Europa”

FG- “Ella fue una mujer batalladora de carácter internacional y ante esta situación sería eso, una luchadora consecuente como fue toda su vida contra las injusticias en cualquier parte. Tina luchó contra la guerra y en defensa del proletariado, en defensa de la niñez. Para los jóvenes de hoy la revolucionaria italiana dejó muchos valores, entre ellos el internacionalismo y la capacidad de autodidacta, de aprender sola, convertirse en una escritora, dominaba siete idiomas, hablaba el dialecto de su región, el friulano y como te decía, fue una gran fotógrafa. Fue una mujer que se creció y se enfrentó a todas las dificultades”. La propia Tina vestida con la modestia de los grandes afirmó “Soy una fotógrafa y nada más” (4)



Los grandes amores de Tina Modotti


Assunta Adelaide Luigia Modotti nació en la ciudad italiana de Udine el 17 de agosto de 1896 http://es.wikipedia.org/wiki/Udine). Conocida como Tina Modotti ha pasado a la historia como una mujer de grandes amores hacia los hombres, el arte y la revolución mundial, convirtiéndose en un paradigma imperecedero. Su corta y fructífera vida da cuenta de cómo la libertad, los riesgos, el desenfado, la disciplina, la independencia y la responsabilidad son capaces de esculpir la vida de un ser humano como autentica obra de arte de utilidad eterna.

Cada persona en este mundo debiera llevar un pequeño plegable con los detalles de la vida ejemplar de la artista que asumió la alegría como el vino del espíritu. (http://www.patriagrande.net/mexico/tina.modotti/biografia.htm)

En el prefacio del libro “Fotógrafa y revolucionaria” la autora Margaret Hooks realiza una de las más acertadas caracterizaciones de la ejemplar mujer “La tina Modotti de carne y hueso fue calidoscopio de contradicciones, podía ser gentil y cariñosa, risueña y bromista con los amigos: alma melancólica reflexiva y penetrante: un ser disciplinado, de mente firme y a veces egoísta, una artista con extraordinaria sensibilidad y capacidad creativa y una burócrata de terrible eficiencia”

La protagonista de una de las más bellas historias de amor al establecer una hermosa relación con el joven revolucionario cubano Julio Antonio Mella en México, mezcló la infinita alegría de la pasión con la tristeza y el dolor. Al verlo caer asesinado a su lado puso a prueba la hidalguía; mostró ser la mujer de extraordinarias cualidades al sobresalir la valentía y el apego a sus convicciones ante el crimen que no pudo matar las ideas. La mujer amada fue testigo de las últimas palabras del también novio de la humanidad “Muero por la revolución” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=25592

Tina Modotti no puso reparo en enfrentar cualquier reto “en el campo de las relaciones emocionales, la sexualidad y las disyuntivas profesionales tomó decisiones difíciles que desafiaban la tradición: prefirió la independencia sexual al matrimonio, el compromiso político a la seguridad personal, la revolución al arte”.

Tanta historia en tan poco tiempo en la vida de una mujer que le correspondió desarrollar sus actos de creación en los primeros años del siglo veinte nos dejó varias lecciones, entre ellas: una rica y prodiga existencia: amó los detalles con la misma intensidad de captar en su lente el rostro de los desposeídos o la embriagadora imagen de un paisaje matizado por un volcán. Los historiadores coinciden que tina fue “una niña bulliciosa, rebelde, incapaz de permanecer quieta un instante, autentica marimacho, siempre andaba buscando la aventura”.

Antes de la adolescencia, con apenas 12 años la Modotti trabajó en una fábrica de seda para contribuir al mantenimiento de su familia, en ella comenzó a forjar el carácter y a conocer las interioridades del sacrificio; aprendió a relacionarse, descubrir los destellos de la virtud, desarrollar el sentido de la armonía mediante el esfuerzo tenaz y constante. En esa empresa de producción continua asumió tempranamente las responsabilidades de un puesto sin transferirlas a otros. Laborar con la seda fue plantearse los mismos principios de la “Araña Tejedora”: crear novedosos diseños con hilos. Esas hebras las supo estirar luego, y marcharse del país que la vio nacer con solo 17 años.
En el libro “Una mujer sin país” el autor Antonio Saborit da a conocer el entorno que rodeó a Tina Modotti en México y, principalmente, rescata la versión subjetiva de la fotógrafa italiana, concretada en el intercambio epistolar con el estadounidense Edwuard Weston. (http://www.patriagrande.net/mexico/tina.modotti/edward.weston.htm

Comparto con Fabianne Bradu el criterio: “Hay, detrás de toda vida, un misterio que brilla como un resplandor seco en una noche cerrada. Cifrarlo y descifrarlo representa algo más que un reto intelectual porque, como señal Joseph Conrad, “los muertos sólo pueden vivir con la intensidad exacta y la calidad de vida que les otorgan los vivos”. La vida de Tina Modotti aún no ha sido reconstruida con la nitidez que imprimió a sus fotografías”.

Italianos y cubanos en más de una ocasión hemos coincidido en los avatares de este mundo: en el trabajo, en las luchas, amor y amistad. Uno de los ejemplos más trascendentes en la historia de grandes amores del planeta es la relación entre los revolucionarios Julio Antonio Mella y Tina Modotti. Los libros escritos sobre este modelo de amasar la obra humana y transformarla en ternura aun son pocos. Habrá que investigar más, porque tanto la vida de Modotti como la de Mella constituyen senderos por donde debe andar la humanidad al constituirse en luces que iluminan la virtud. http://www.radiohc.cu/espanol/cultura/fotografia/teoricos/tinamodotti.htm

No se debe perder tiempo y de la misma forma que un día el Che puso en su mochila los poemas de Neruda, ahora podemos también tomar, como libro de cabecera “Tinísima” que es como abrazar una Biblia de pasión por la revolución necesaria de los pueblos.

Secretario de Defensa de EE.UU.: Este lanzamiento de Corea del Norte plantea una "amenaza mundial"

Publicado: 28 nov 2017 21:13 GMT | Última actualización: 28 nov 2017 21:37 GMT

El lanzamiento de misiles por Pionyang es el de mayor altura realizado hasta el momento, según el Secretario de Defensa de EE. UU., James Mattis, que alertó de la amenaza mundial que plantea esta acción.


Una mujer mira las noticias sobre el lanzamiento de misiles de Corea del Norte en Tokio, Japón, 15 de septiembre de 2017.
Issei Kato / Reuters

El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, agregó que el lanzamiento de misiles de Corea del Norte representa una "amenaza mundial", ya que sigue poniendo en peligro "la paz mundial".

El Pentágono confirmó que el misil probado de este miércoles se elevó 4.500 kilómetros, lo que representa la mayor altura alcanzada por un lanzamiento de Corea del Norte, superando en más de diez veces la altura a la que orbita la Estación Espacial Internacional.

Anteriormente el ministro de Defensa de Japón, Itsunori Onoderaque, precisó que el misil alcanzó una altitud de unos 4.000 kilómetros y voló durante 53 minutos.

El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el coronel Robert Manning, también dijo que Corea del Norte parece haber lanzado un misil balístico intercontinental.

El presidente de EE.UU. aseguró que "nos ocuparemos de esto", si bien no ha detallado sus futuras acciones. En cualquier caso, Trump ha destacado que esta nueva prueba de Pionyang "no cambia la actitud de EE.UU." respecto a la solución de la crisis en la península coreana.

Poco antes, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, anunció que Donald Trump fue informado del lanzamiento del proyectil norcoreano "mientras el misil aún estaba en el aire".

En Tokio "no descartan" la posibilidad de que el proyectil haya caído en el mar de Japón, probablemente dentro de la zona económica exclusiva japonesa.