Mi blog sobre Economía

sábado, 7 de enero de 2017

Fallece ministro del Interior y Héroe de la República de Cuba Carlos Fernández Gondín

Carlos Fernández Gondín

El ministro del Interior y Héroe de la República de Cuba, general de división Carlos Fernández Gondín, falleció hoy aquí a causa de complicaciones con una enfermedad crónica, indica una nota del Consejo de Ministros de este país.

‘Con profundo dolor, la Dirección del Partido (Comunista de Cuba) y del Estado informa a nuestro pueblo que en horas de la tarde de hoy falleció, a causa de complicaciones de una enfermedad crónica que padecía, el general de división Carlos Fernández Gondín, Héroe de la República de Cuba y Ministro del Interior’, dice el texto.

Recuerda que Fernández Gondín nació en Santiago de Cuba el 1 de julio de 1938, de origen obrero, y se incorporó desde temprana edad a diferentes actividades en la lucha clandestina contra el régimen batistiano en su ciudad natal.

Ingresó en el Ejército Rebelde en abril de 1958 en el II Frente Oriental ‘Frank País’, bajo el mando del entonces Comandante Raúl Castro Ruz y participó activamente en diferentes combates librados en dicho Frente, refiere la información.

Apunta que tras el triunfo de la Revolución, Fernández Gondín ocupó diversas responsabilidades, primero en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y posteriormente en el Ministerio del Interior, así como participó en los combates de Playa Girón y en la lucha contra bandidos.

Formó parte de los primeros combatientes cubanos en arribar a la República de Angola y al constituirse la misión militar fue designado como su segundo jefe, señala.

Añade que Fernández Gondín tuvo una decisiva participación, junto a los valerosos combatientes de las FAPLA, en la derrota de la ofensiva enemiga en la batalla de Quifandongo, a solo 23 kilómetros de Luanda.

Asimismo, prosigue la nota oficial, cumplió importantes misiones combativas en la dirección Norte y con posterioridad asumió el mando del frente Este, dirigiendo la toma de varias ciudades, entre ellas la capital de la provincia de Luena, lo que permitió restablecer una parte de la frontera de Zambia en el extremo oriente de Angola.

El general de división fallecido fue fundador del Partido Comunista de Cuba y delegado a todos sus congresos, integrando su Comité Central a partir del segundo Congreso. Desde 1993 fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Integró la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

Por sus relevantes méritos -destaca- recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre las que destacan el Título Honorífico ‘Héroe de la República de Cuba’ y la Orden ‘Máximo Gómez’ de Primer Grado, en ocasión de conmemorarse el 40 aniversario de la proclamación de la independencia de la República de Angola.

La conducta del general de división Carlos Fernández Gondín es un ejemplo de fidelidad al Partido, al pueblo y a la Revolución, exalta el texto.

Concluye que atendiendo a su voluntad, los restos mortales del compañero Carlos Fernández Gondín serán cremados y sus cenizas expuestas en el Panteón de los Veteranos de la necrópolis de Colón, donde permanecerán hasta su inhumación en el Mausoleo del II Frente Oriental ‘Frank País’, lugar en que recibirá los honores militares correspondientes.

(Con información de Prensa Latina)

140 artículos en un mes: un concentrado de odio contra Fidel Castro que refleja la derrota de El País

José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Nos aseguran que en Cuba no hay libertad de prensa (1). Allí los medios no dan espacio a opiniones diversas, nos dice, por ejemplo, la prensa española.

Ahora veamos qué espacio a las opiniones diversas ofrece esta prensa española. Repasando, por ejemplo, su cobertura sobre la muerte de Fidel Castro (2).

Tomemos como muestra el diario de mayor tirada, El País: un periódico que se presenta como “progresista” y cercano a la socialdemocracia.

En el plazo aproximado de un mes, desde el fallecimiento de Fidel Castro hasta el 1 de enero de 2017, este diario publicó la friolera de 140 materiales (3), entre artículos (4), noticias (5), crónicas (6) o fotorreportajes (7).

Salvo dos o tres textos anecdóticos y sin posicionamiento (8), el resto, en menor o mayor grado, denigraban la figura política de Fidel Castro y condenaban sin paliativos a la Revolución cubana.

Como muestra, la utilización en 106 ocasiones del término “régimen”, sinónimo periodístico de “dictadura” (9); 44 veces la palabra “dictador”, dirigida a Fidel Castro (10); y 9 la de “tirano” (11).

La beligerancia de El País contra el líder cubano destacaba en dos géneros periodísticos: en 42 artículos de opinión y en 4 entrevistas.

Salvo uno neutral (12), los restantes 41 artículos de opinión atacaban, denigraban, insultaban y satanizaban sin paliativos a Fidel Castro (13). Todo un concentrado de odio político contra un líder al que la intelectualidad del sistema -española y latinoamericana- jamás perdonó que no cambiara de bando político. No podían faltar, por ello, de las páginas de El País, los textos viscerales de connotados camaleones ideológicos, como Mario Vargas Llosa (14), Antonio Elorza (15), Joaquín Villalobos (16), Vicente Botín (17) o Jorge Edwards (18).

Las entrevistas también eran prueba de lo que El País entiende por “pluralidad” de visiones. Una era –de nuevo- a Mario Vargas Llosa (19); otra a Antonio Rodiles, “disidente” cubano que defiende el bloqueo de EEUU y es partidario de Donald Trump (20); la tercera era una entrevista coral a 7 escritores durante la Feria del Libro de Guadalajara (México) que, como una sola voz, condenaban sin fisuras a Fidel, incluyendo –otra vez más- a Mario Vargas Llosa (21); y, por último, una entrevista a dos narradores cubanos de la Isla que, sin criticar a Fidel, transmitían el mismo mensaje desesperanzado sobre el futuro de la Revolución (22).

Conclusión: el diario español de mayor tirada, que se dice progresista, publicaba en un mes 140 textos atacando a Cuba y a Fidel Castro, entre ellos 42 artículos de opinión. Ni uno solo era a favor. Ninguna entrevista era a intelectuales o artistas de la Isla que defiendan el legado de Fidel, por ejemplo, en el campo de la cultura.

No parece que esto se asemeje mucho a la “pluralidad de opiniones” que la prensa española exige, con arrogante superioridad, a Cuba, habida cuenta de que el resto de diarios (23), radios (24) y televisiones (25) reproducían la misma práctica informativa que El País.

¿No será que sufrimos, sin saberlo, una brutal dictadura mediática que lleva años pervirtiendo, hasta hacerla ya irreconocible, la libertad de prensa?












(12) http://elpais.com/elpais/2016/11/28/opinion/1480362630_805554.html













PUNTO POR PUNTO: Cómo la cadena RT 'influía' en la política estadounidense

Actualidad

Publicado: 7 ene 2017 18:07 GMT | Última actualización: 7 ene 2017 18:26 GMT

RT ha estudiado el informe de la Inteligencia de EE.UU. y ha analizado en qué se basan las acusaciones que lanzaron hacia la cadena.

Carlo Allegri / Carlos BarriaReuters

Inteligencia de EE.UU. ataca a RT

La Inteligencia de EE.UU. ha publicado los resultados no clasificados de la investigación de la presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU. del 2016. La mayor parte de la culpa recae en la cadena RT y la agencia Sputnik. RT ha estudiado el informe y ha analizado en qué se basan las acusaciones de la Inteligencia estadounidense. El documento está copado de acusaciones hacia RT que han sido pronunciadas varias veces, pero no entra en detalles. Así que, RT ha decidido hacer este trabajo por ellos.

PUNTO POR PUNTO

Según el informe, RT "apoyaba abiertamente a la candidatura del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, durante las primarias". No es verdad. Por ejemplo, aquí Bernie Sanders dice a RT que Trump será una catástrofe para EE.UU. 

Asimismo, según el informe, la cadena intentaba "denigrar" a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, y "dañar su elegibilidad y una presidencia potencial". Durante la cobertura de la campaña de Clinton, RT "se enfocaba en sus correos electrónicos filtrados y la acusaba de corrupción, mala salud física y mental y lazos con el extremismo islámico".De hecho, RT habló por primera vez de la salud de Clinton después de que ella se desmayase y los médicos le diagnosticas en neumonía, lo que provocó una ola de emociones en las redes sociales. 

RT no fue el único medio de comunicación que contó del esquema 'pagar por jugar', por el cual fue iniciada una investigación acerca de la Fundación Clinton, o de las conexiones entre la donación y los Gobiernos que tienen lazos con el terrorismo.

La Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI, por sus siglas en inglés) declara que RT "de forma activa ha colaborado con WikiLeaks". Como prueba se refieren al programa que hace tiempo el fundador de la organización, Julian Assange, tenía en el canal, y agregan que "RT de forma sistemática hace una cobertura empática de Assange y le proporciona una plataforma para denunciar a EE.UU.".

Resulta, que 'ha pillado' no solo a RT, sino también a Fox News, y otras cadenas de noticias a las que a lo largo de los últimos años Assange ha dado entrevistas exclusivas. Aquí está la entrevista a Julian Assange realizada no por RT, sino por el periodista australiano John Pilgery y proporcionada por cortesía de Dartmouth Films.

"RT socava el sistema estadounidense solo contando sobre lo que está pasando en su país"

La directora del grupo RT, Margarita Simonián, ha comentado las declaraciones del director de Inteligencia Nacional de EE.UU., James Clapper, quien este jueves acusó a la cadena RT de socavar el sistema político de Estados Unidos.

"El jefe de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos afirma que RT socava el sistema estadounidense solo contando sobre lo que está pasando en su país", ironizó Simonián.

Aquí están las pruebas:

Según el informe, "la cadena RT a menudo caracteriza a EE.UU. como un "Estado de espionaje" y además habla de infracciones extendidas de las libertades civiles, la brutalidad policial y el uso de los drones".

Es imposible hacer caso omiso a algunas historias. Los primeros mensajes sobre el espionaje por parte de la Agencia de Seguridad Nacional aparecieron en el 2006, mucho antes de Edward Snowden (y de que RT alcanzara tal nivel mundial). Además, empezamos a cubrir las historias que tienen que ver, por ejemplo, con la violencia policial antes de que se convirtieran en cuestiones dolorosas a escala nacional.

"La cadena RT también se ha enfocado en la crítica del sistema económico de EE.UU., la política de divisas de EE.UU., la presunta avaricia de Wall Street y la deuda pública de EE.UU.", señala el informe. Es difícil hacer la cobertura de los acontecimientos en EE.UU. sin menciona rque la deuda pública de EE.UU. superó los 19 billones de dólares.

"RT emite programas de 'antifracking' que enfatizan en cuestiones medioambientales y los impactos en la salud pública. Probablemente, ello refleja la preocupación del Gobierno ruso acerca del impacto del 'fracking' y la producción del gas natural por EE.UU. para el mercado energético global, y los potenciales retos a la rentabilidad de Gazprom".

¿Significa esto que el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) —una organización gubernamental estadounidense— también está en el bolsillo de Gazprom?





Nearly Half of Americans Exposed to Potentially Damaging Earthquakes -almost double prev. est. http://on.doi.gov/1TfTdjN 



Seguro que Reynard Loki, quien denuncia el riesgo del 'fracking', también está a sueldo de los rusos.

Ah, y gracias por la publicidad gratuita, ¡ODNI! No tengan dudas de que verán más de nuestra cobertura aquí.

El antimperialismo no es una servilleta

Fuente: CUBARTE

En respuesta a un adversario —en quien no se detendrá este artículo, entre otras razones porque ya ha merecido muchas refutaciones más—, Atilio Boron se ha referido a la América Latina y el Caribe y, en el área, a “sectores minoritarios de nuestras sociedades que todavía creen en la eternidad y el carácter inexpugnable del imperio americano, cual si fuera una maldición bíblica de inexorable concreción”. Sin reparar en el empleo de americano por estadounidense —uso incorrecto que comúnmente pasa como si fuera una minucia léxica, pero acarrea una gruesa confusión conceptual—, las palabras del sociólogo argentino merecen atención. Él suma su voz a las que han advertido y advierten sobre una realidad peligrosísima, signada por el poderío de los medios (des)informativos dominantes, y por la inercia con que a menudo se acepta lo que ellos propalan, aceptación que debilita a las fuerzas llamadas a enfrentarlos resueltamente en la lucha contra el imperialismo.

Ni siquiera Cuba, fraguada en lucha contra imperios, y que sigue en pie por su resistencia frente al que tiene cuartel general en los Estados Unidos, se libra de que asome la errónea perspectiva refutada por Boron. Que también en territorio cubano hay quienes, aunque sean minoritarios, consideran al imperialismo como un ente eterno, lo muestran algunas señales: ¿se debe descartar del todo que sea un culto consciente o inconsciente a los Estados Unidos, y la presunta eternidad mencionada, la presencia de su bandera en soportes y contextos varios? Un ejemplo de la aceptación de la supuesta eternidad del imperialismo irrumpió en un documental incluido en la Mesa Redonda televisual el pasado 18 de noviembre.

Nutrido de entrevistas callejeras, y exhibido allí en función del tema tratado —el antimperialismo y su importancia en particular para la nación cubana—, en el documental priman rotundas muestras de claridad en el entendimiento popular de tan vital asunto, y también aparece alguna idea que va por otro camino. Tal es el caso de un entrevistado que se cuestiona el papel que pudiera tener el antimperialismo porque, a su juicio, el imperialismo existirá siempre. ¡Nada menos que siempre!

En un país donde —por grandes que hayan sido los errores al enseñar la historia— se han logrado índices de instrucción tan altos que los han reconocido hasta instituciones internacionales insospechables de querer congraciarse con un gobierno de signo comunista, un hecho debería ser de conocimiento general: desde el surgimiento de la humanidad, pasando por la comunidad primitiva, la esclavitud y el feudalismo, ninguna formación económico-social ha sido eterna. Para que la excepción fuera el capitalismo con su fase imperialista, la humanidad debería ser eterna también, y ello difícilmente se logrará si se perpetúa un modo de producción y de explotación tan depredador como ese.

Pero ¿basta que algo no exista para que no exista su contrario? Si el imperialismo desapareciera y lo sustituyese una sociedad portadora de justicia, ¿sería esa una razón suficiente para que el antimperialismo se extinguiera? Si no se cultivan las ideas y las prácticas necesarias para que no resurja un mal, este tendría abiertas las puertas —las condiciones— para volver. Es algo tan aplicable a los problemas sociales como a la salud corporal. Si se olvidan y se incumplen medidas que deben mantenerse para que no resurja una enfermedad ya erradicada, esta puede brotar nuevamente. Pero el pensamiento anti- puede concernir asimismo a realidades que no hayan existido —no, al menos, plenamente— en ninguna parte del planeta. Lo saben bien, y lo manejan con astucia, los agentes del anticomunismo, quienes invierten grandes recursos en impedir que la utopía comunista llegue a triunfar, aunque ni el socialismo lo haya conseguido en plenitud.

Pero hay quienes se ofrecen para ser presa de las confusiones, u objetivamente lo son, y llegan a dar por sentado que el imperialismo cambia su naturaleza opresora o renuncia a ella con solo anunciar que cambia o darse una modificación cosmética. Si, por ejemplo, alguien escribe sobre las similitudes entre la realidad política y social de los Estados Unidos que José Martí denunció con tanta lucidez y lo que allí ocurre hoy, no faltará quien proteste y diga que ya ese país es diferente, otro, porque tiene un electorado, una economía y un desarrollo tecnológico distintos y el presidente puede ser “negro” o mujer.

Sería ridículo ignorar los cambios ocurridos en esa sociedad, y no solo en ella, pero la tendencia a creer que los cambios factuales la han transformado esencialmente en su naturaleza social ¿será solamente fruto de una incapacidad de análisis que impide ir más allá de ramonear en la información sin calar en los hechos medulares? ¿No pudiera también ser obra del deseo de dejarse confundir, de la disposición a edulcorar la realidad, a tomar lo fenoménico o anecdótico como si fuera esencial?

No es propósito de este artículo devaluar a nadie. Más bien lo que personalmente podría entristecer al autor radica en que juicios como el que acaba de refutar son erróneos, porque ¿quién no quisiera amanecer un día y toparse con que el imperialismo ha cambiado de entraña y dado paso, sin trámites cruentos, a un sistema justiciero? Solo que no parece muy sensato confundir realidad y deseo. Ni su fuerte crisis sistémica autoriza a vaticinarle un final cercano: a fuerza de haber protegido sus reservas naturales saqueando a otros pueblos, aún pudiera durar quién sabe cuánto, y —lo dijo un revolucionario a quien se ha querido silenciar, pero la realidad es más fuerte que tapabocas y tapapáginas—, en sus estertores pudiera ser todavía más peligroso que en sus años de mayor poderío.

Por lo pronto, la mujer que —como otro síntoma de cambio— se preveía posible primera presidenta de los Estados Unidos perdió en un pugilato de víboras, aunque en torno a ella se habían levantado expectativas infundadas tratándose de una intervencionista activa con vocación criminal: de la secretaria de Estado que fue habla a las oscuras su actitud en Libia, donde celebró grotescamente la ejecución del gobernante depuesto por la intervención de la OTAN, la que aplaudieron, dicho sea de paso, “izquierdistas” como el refutado por Boron.

A esa mujer la derrotó un yanqui varón, blanco, atorrante, millonario, fascistoide, de mal gusto visible en sus derroches de ostentación y hasta en su ridículo peinado. Un neroniano desde la médula. Ese negociante —de quien se ha dicho que triunfó electoralmente contra el establishment, cuando en el fondo apuntala lo más oscuro de este, y en lo más oscuro se afinca él, si es que hay en la política de aquella nación algo más claro que la maldad—, da continuidad a la era Bush, no a su contrapartida formal, marcada por la elegancia y el encanto engañosos, y llena también de genocidios internacionales y mentiras. Esta es la que personifica un Barack Obama a quien le regalaron prematura y desvergonzadamente el Premio Nobel de la Paz para que siguiera haciendo guerras auxiliado por tropas terroristas. Siria —Alepo en particular— es una prueba categórica, pero ni remotamente la única.

Al margen de matices personales puestos al servicio del imperio que los tres han representado o representan, Obama hizo, e Hillary Clinton habría hecho —lo hizo en sus anteriores funciones— y el tal Donald Trump hará lo que le permitan u ordenen hacer los dueños del país, y estos actúan según se acomoden o se revuelvan dentro de las circunstancias domésticas e internacionales. Hoy por hoy, entre dichos dueños predominan los mayores capos trasnacionales de la muerte: el consorcio bélico-militar.

Ya se va apreciando que, al menos en imagen, el burdo Trump es menos peligroso que Obama. En “Sí, Obama es mejor que Bush”, publicado a inicios de 2010, el autor del presente artículo sostuvo que Bush era peor, por más basto y también neroniano, que su elegante y elocuente relevo. Pero por ello este último resultaba más peligroso. Sus cualidades las ponía al servicio del mismo imperio, para hacerlo más llevadero y que se pudieran aceptar sus coyundas, sus ukases guerreristas, con menos complejo de culpa.

Damas de la “izquierda” europea suspiraban y se declaraban incapaces de ser críticas con respecto al encantador presidente —mucho más consumado actor que Ronald Reagan—, y políticos de esa misma “izquierda” aplaudían que la potencia estadounidense recuperase el liderazgo mundial que perdía con George W. Bush. A este algunos lo tenían por estólido, aunque —sin dejar de serlo— al parecerlo podía también ejercer dotes histriónicas.

El que Obama era más peligroso que Bush, y acaso el presidente más peligroso de aquella nación por lo menos de John F. Kennedy para acá, lo reiteró de distintos modos el articulista a raíz de los célebres y, a no dudarlo, importantes anuncios hechos simultáneamente en La Habana y en Washington el 17 de diciembre de 2014. No faltó entonces quien reaccionara azorado o colérico ante la “impertinente” reiteración, propia de aguafiestas. ¡Cómo no rendirse sin más ante “la bondad” expresada por el césar! No saldrá sobrando recordar que —como le dijo un torero a José Ortega y Gasset— “hay gente pa’to”, incluso para ilusionarse hasta la desmesura y dejarse engañar voluntariamente.

Claro que para Cuba era y sigue siendo un desiderátum, y merece que este se haga realidad plena, verse libre del bloqueo, que se le devuelva el territorio de Guantánamo ocupado por los Estados Unidos hace más de un siglo y que —como parte de una normalización de relaciones que permanece fundamentalmente en el digno reino de lo utópico, aunque no sea imposible lograrla— cesen prácticas discriminatorias, aberrantes, como la denominada ley de ajuste cubano. ¿Quién pudiera negar que ese desiderátum es digno y justo?

Pero Obama fue sincero hasta la desfachatez en sus declaraciones: había que cambiar la táctica contra Cuba, porque el bloqueo no la había doblegado, ni siquiera aislado, y sí aislaba a los Estados Unidos en la América Latina y el Caribe. También lo fue en hechos: de su visita a La Habana —donde entró de chistoso en los hogares del país por la televisión nacional, que asimismo difundió su imagen mientras disfrutaba, en el Gran Teatro, de una concurrencia que él, a juicio no solo de este articulista, no merecía— partió a Buenos Aires, para reforzar modos de reatar a nuestra América y seguir intentando neutralizar a Cuba.

Díganlo, si no, hechos como, entre otros, los vistos en la propia Argentina y en Brasil, y en Venezuela, donde si el gobierno constitucional y progresista se ha mantenido contra vientos y mareas feroces se debe a un hecho fundamental: es fruto de lo mucho y bueno sembrado por el bolivarianismo chavista, capaz de resistir brutales embestidas a pesar de ingratitudes, traiciones y, sobre todo, maniobras de la oligarquía interna aupada por el imperialismo y sus servidores internacionales. Lo que allí las fuerzas de la reacción buscan no dista de lo que buscaron y en 1973 consiguieron cruentamente en Chile.

Si maniobras y mentiras de Obama en el plano mundial son, para quienes quieran ver, palmarias, con respecto a Cuba —es decir, al levantamiento del bloqueo y a la normalización de relaciones entre ambos países—, el presidente imperial saliente deja la realidad no tan lejos de donde estaba aquel 17 de diciembre. Incluyendo el establecimiento de embajadas en las cuales la del imperio estuvo asimétricamente sin embajador durante un largo trecho, los pasos positivos son harto insuficientes. Diversos observadores aprecian una realidad: el gobernante que en campaña electoral abogó, para su propia nación, por un cambio que no llegó a definir en qué consistía, y tantas promesas incumplió, no usó todas las prerrogativas a su alcance a para normalizar las relaciones con Cuba.

Lo que pudiera ocurrir a partir de ahora queda aparentemente en manos del nuevo césar. Pero sería otra muestra de ingenuidad atribuirlo todo al papel desempeñado por individuos, sean estos lo importantes que puedan ser. Si se trata del imperialismo, la vida confirma que lo determinante radica en la naturaleza voraz, belicista, de un sistema que, como los que le han precedido, tendrá su final. Y solo dejando de existir podrá renunciar a su esencia.

Para un pueblo que debe seguir resistiendo, y vencer, para salvar su soberanía, su existencia como nación, su derecho a labrarse el presente y el futuro, ni imperialismo ni antimperialismo son accidentes. Y el antimperialismo es una opción que no cabe confundir con una servilleta que se usa a la mesa y luego se tira como algo inútil.

Tampoco el imperialismo es recuperable, aunque disfrute de ciclos de adaptación para conservar su poder. Oponérsele no es resultado básicamente de prédicas, por muy elevadas que estas sean, sino consecuencia de la naturaleza de un sistema contra el cual se yergue la ética. El Martí que enseñó: “Ver en calma un crimen, es cometerlo”, fue el iniciador del antimperialismo que, abrazado por líderes como Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Antonio Guiteras y Fidel Castro, arraigó en la mayoría del pueblo cubano.

"¡Querida CIA! Lo que han garabateado aquí es un 'suspenso' total"

Publicado: 7 ene 2017 13:05 GMT | Última actualización: 7 ene 2017 13
:59 GMT

La directora del grupo RT ha proporcionado varios consejos a la Agencia Central de Inteligencia tras el informe sobre la presunta injerencia de Rusia en las presidenciales de EE.UU.

Evgeny BiyatovReuters

La directora del grupo RT, Margarita Simonián, ha proporcionado su opinión acerca del informe preparado por la Inteligencia de EE.UU. sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de ese país, en el que han destacado acusaciones contra los medios rusos. El documento afirma que el Gobierno ruso se valió de la cadena RT para apoyar la candidatura de Donald Trump.

"¡Querida CIA! Lo que han garabateado aquí es un 'suspenso' total", ha declarado Simonián, destacando que "el tema no ha sido desarrollado, las fuentes no han sido mencionadas, los datos de inteligencia son obsoletos y/o incorrectos, el ensayo ha sido escrito de forma amateur".

La directora de RT ha sugerido a la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. varios "hechos" necesarios para realizar un "trabajo de corrección". En particular, ha compartido que en el año 2001 a la edad de 21 años ella había llevado a cabo una cobertura de las elecciones en Crimea. "En aquel entonces (por cierto, como siempre), allí reinaba un fuerte sentimiento prorruso", ha señalado. "Después de mi viaje de dos semanas no se debilitó. Saquen sus propias conclusiones", indicó.

Además, Simonián ha subrayado que la cadena RT fue la primera en alcanzar 1.000 millones de visualizaciones en YouTube entre todas las cadenas de noticias, ya en el 2013. Ha ironizado que está claro que en aquella época "los 'hackers' rusos ya habían 'hackeado' a todos los usuarios de YouTube". Lo que no está claro es cómo un número tan grande de personas por su propia voluntad consume 'propaganda' rusa.

Hace un año RT preparó un video sobre cómo el actual presidente de EE.UU., Barack Obama, y el secretario de Estado, John Kerry, "tras jubilarse van a ver RT en casa y llorar". Simonián ha recordado que el video está disponible en Internet, así que "saquen sus propias conclusiones", ha vuelto a aconsejar a la CIA.

La directora de RT ha compartido que a la edad de 15 años, "sin tener ni contactos ni dinero", fue a EE.UU. para estudiar siguiendo "un programa escolar financiado por contribuyentes estadounidenses". "Ya en aquella época uno de los contribuyentes más significativos era Donald Trump. Saquen sus propias conclusiones", ha concluido.