Por Shirley S.Wang
A pesar de que parece que la sociedad hace cada vez más difícil que la gente sienta lealtad hacia sus puestos de trabajo, relaciones sentimentales y equipos deportivos, un creciente número de investigaciones indica que hay beneficios reales para las personas que asumen compromisos a largo plazo.
Los científicos han documentado las ventajas de permanecer en una relación amorosa a largo plazo, como el desarrollo de menos enfermedades y una vida más prolongada. Otras investigaciones, en tanto, revelaron que los empleados que se quedan en una empresa en lugar de saltar de un trabajo a otro tienden a ser mejor remunerados, más productivos y creativos. Otro estudio, a su vez, muestra que seguir apoyando al equipo deportivo del lugar de nacimiento ayuda a aliviar la ansiedad de mudarse a una nueva ciudad.
Las investigaciones sobre la lealtad y la confianza sugieren que tales cualidades pueden ser fundamentales para las relaciones humanas, sostienen algunos psicólogos. Señalan además que en la vida hay pocas garantías de que otra persona no vaya a hacernos daño. Por lo tanto, seguir siendo leales y preservar un sentimiento de confianza mutua permiten que seamos capaces de relacionarnos los unos con otros sin sospechar constantemente de cuáles son las motivaciones, añaden.
El compromiso a largo plazo en las relaciones está ligado a una mayor sensación de satisfacción en la vida, felicidad y una serie de ventajas prácticas, tales como los bienes comunes y los hijos, según investigaciones. Se ha descubierto que las personas con un fuerte apoyo o compromiso social tienen un menor riesgo a padecer diabetes, hipertensión y ataques cardíacos. Un estudio de 4.000 hombres durante un período de 22 años reveló que los casados mayores de 50 años vivían bastante más tiempo que los de la misma edad y que habían permanecido solteros o se habían divorciado o enviudado, según un estudio del Centro RAND para el Estudio del Envejecimiento.
Otra investigación, de 130 parejas recién casadas, halló que casi todas sus discusiones se centraban en si podían confiar en la otra persona. Las parejas a las que les resultaba mejor generar confianza y lealtad en sus relaciones eran aquellas concentradas en maximizar el bienestar de sus cónyuges, no el propio, dice John Gottman, director del Instituto de Investigación de Relaciones de Seattle y profesor emérito de Psicología en la Universidad de Washington.
Arreglar una relación después de que uno quiebra la confianza, con una infidelidad por ejemplo, requiere que ambos cónyuges deseen enmendar los lazos. Pero perdonar a la pareja con demasiada facilidad podría tener repercusiones, apunta Eli Finkel, profesor de psicología social de la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois, especializado en las relaciones.
Finkel y sus colegas hicieron un seguimiento a 72 parejas heterosexuales durante cinco años después de sus bodas. Cada seis u ocho meses, las parejas debían informar de sus propios niveles de indulgencia, flexibilidad, respeto propio y autoestima. Las personas que tendían a perdonar a sus parejas sin que éstas trataran de corregirse tendían a mostrar una decadencia gradual del respeto por sí mismas, según el trabajo de los investigadores publicado el año pasado en la revista especializada Journal of Personality and Social Psychology.
La lealtad también trae beneficios en los negocios. En Silicon Valley, donde las compañías con frecuencia se arrebatan empleados entre sí, Kathryn Shaw, profesora de economía en la Escuela de Negocios de Stanford, y sus colegas estudiaron el sueldo de 50.000 empleados. Para los trabajadores más experimentados, generalmente aquellos con al menos cinco años de experiencia en el campo, la mayor parte del aumento salarial viene de permanecer con la misma empresa en vez de ir saltando de una compañía a otra. Las personas que tenían un mínimo de experiencia de cinco años con un solo empleador generalmente recibían aumentos de 8% al año en su remuneración en comparación con un 5% de aquellos que habían ido cambiando de empresa. Shaw, quien realizó el estudio en 2006 para la Oficina Nacional de Investigación Económica, dice que encontró un patrón similar entre empleados con relativamente menos destrezas, como personas que instalan parabrisas de automóviles.
Los empleados que permanecen con una misma empresa por más tiempo también son más productivos y creativos que aquellos que no llevan tanto tiempo en la compañía, dice Shaw.
"Cuanto más familiarizado está uno con la organización... tanto más puede evaluarla y concluir que hay otra manera de hacer las cosas", dice Mark Keefe, gerente de recursos humanos de Atlantic Health System, un grupo hospitalario sin fines de lucro de 10.000 empleados en Nueva Jersey. La compañía trata de retener a sus empleados concediendo aumentos de salario basados en el mérito que superan los de la mayoría de sus competidores, y otros beneficios. El año pasado, Atlantic retuvo 98,5% de sus trabajadores.
Los jugadores profesionales de fútbol americano también pueden salir ganando si se mantienen fieles a un equipo. Un análisis de jugadores de distintas posiciones (mariscales de campo, pateadores y corredores) llevado a cabo por el estadístico Rupert Patrick reveló que en el primer año después de un cambio en el equipo, los jugadores tienden a mostrar un mejor desempeño en el campo de juego en comparación con el año anterior. Pero en un plazo más largo, los jugadores que se quedaron en el mismo equipo cinco años o más rindieron mejor estadísticamente.
Es posible que la motivación sea mayor cuando recién llegan a un equipo nuevo o tal vez los entrenadores estén más dispuestos a destacar al jugador y darle más tiempo de juego, explica Patrick, miembro de la Asociación de Investigadores del Fútbol Americano. Pero cuando un jugador no está cambiando constantemente de equipo, juega con las mismas directrices y compañeros, lo que puede ser beneficioso a largo plazo, asegura Patrick.
Los aficionados a espectáculos deportivos también parecen derivar ventajas psicológicas de la lealtad a sus equipos. En un estudio de más de 400 personas que se mudaron a otras ciudades en el año anterior, los investigadores descubrieron que la mayoría seguía hinchando por el equipo de su ciudad de origen, según un informe publicado el año pasado en la revista Science Quarterly por Scott Tainsky y Monika Stodolska, profesores del departamento de recreación, deportes y turismo de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign.
Los investigadores también estudiaron el seguimiento por televisión de los residentes transplantados de los equipos de sus ciudades de origen y vieron que había un pico en sus índices de audiencia cuando el partido se jugaba en la ciudad donde vivían antes.
Ser leales al equipo de su ciudad de origen ayudaba a los residentes recientemente trasladados a mantener un sentido de identidad en su nuevo entorno manteniendo una conexión con el sitio del que se alejaron, sugirieron los investigadores.