Por Yukari Iwatani kane y Nick Wingfield
Pocos presidentes ejecutivos son identificados tan estrechamente con una compañía como lo ha sido Steve Jobs con Apple Inc. Ahora que dimite como presidente ejecutivo —aun cuando será presidente de la junta directiva— en gran medida dependerá de sus lugartenientes que la compañía siga aventajando a la competencia con productos que marcan tendencias y servicios que los consumidores admiran.
Los ejecutivos que ahora dirigirán Apple sin Jobs encararán grandes pruebas sobre si aún pueden destacarse en negocios altamente competitivos que con frecuencia tienen bajos márgenes de ganancias. "¿Pueden conseguir el próximo éxito de ventas?", pregunta Charles O'Reilly, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford. "Porque si no lo hacen, están metidos en un montón de malos negocios".
Jobs aportó una personalidad carismática y un agudo instinto para saber qué querían los consumidores. Pero su entorno es considerado un fuerte equipo gerencial que ha estado a su sombra hasta ahora.
Su sucesor, Tim Cook, de 50 años es el director de operaciones a quien Jobs entregó las riendas de la compañía tres veces: una vez en 2004, cuando Jobs se recuperaba de una operación de cáncer pancreático, una vez a comienzos de 2009 cuando tomó licencia médica de seis meses para un trasplante de hígado y nuevamente a comienzos de 2011 para otra licencia médica cuyo carácter no explicó.
Cook no tiene las dotes de presentador de Jobs, pero la gente que lo conoce lo llaman un "genio operativo ", responsable de elaborar el actual sistema de cadena de suministro de Apple y ayudar a transformar la compañía en uno de los fabricantes de electrónicos más eficientes de la actualidad.
Cook es oriundo del estado de Alabama, estudió ingeniería industrial en la Universidad de Auburn y obtuvo un título de maestría en administración de empresas de la Universidad de Duke. Estaba siendo preparado para asumir un alto cargo en Compaq Computer Corp. cuando Jobs lo reclutó en 1998. Un fanático del ejercicio que con frecuencia llega al gimnasio a las 5 de la mañana, Cook había sido conocido por citar palabras del ciclista Lance Armstrong en reuniones de Apple.
"Tim era la autoridad por excelencia en toma de decisiones", dijo Greg Petsch, quien fue el jefe de Cook en Compaq como jefe de manufactura global, en una entrevista hace dos años. Petsch lo recuerda como alguien duro pero calmado, a diferencia de Jobs, conocido como alguien temperamental. "Uno puede ser un gerente exigente y nunca tener que levantar la voz simplemente definiendo desde el comienzo las exigencias. (Tim) era muy específico en materia de sus expectativas", dice.
En Apple, supervisó la fabricación de las computadoras durante varios años antes de recibir la responsabilidad de las ventas mundiales de la compañía y su división de computadoras Macintosh. Se convirtió en director operativo en 2005.
Quienes lo conocen en Apple dicen que es amable pero persistente y firme en sus exigencias. También dicen que puede absorber una gran cantidad de datos e identificar rápidamente cualquier problema.
Las recientes innovaciones de Apple también han sido ayudadas por gerentes como Jonathan Ive, vicepresidente de Apple que supervisa el equipo de diseño industrial de la compañía. Ive —quien "comparte un cerebro con Steve" según una persona que lo conoce— y su grupo han sido responsables de crear el aspecto y las sensaciones de productos que han distinguido a Apple de competidores.
Otras importantes figuras que han sido parte del círculo interno de Jobs durante muchos años incluyen a Scott Forstall, quien dirige el equipo responsable del sistema operativo del iPhone y otro software; Eddie Cue, vicepresidente de servicios de Internet de Apple, considerado una persona que resuelve todo problema; y Philip Schiller, responsable de marketing mundial.
En los últimos años, Jobs ha creado la impresión de apoyar a su equipo de conducción compartiendo el escenario con muchos de ellos en actos públicos de la compañía.
Pero a experimentados analistas de Apple, quienes han presenciado cómo la compañía fue cuesta abajo después de que Jobs se alejó de ésta en 1985, les preocupa que Apple potencialmente pierda el rumbo nuevamente sin la personalidad dominante y el instinto asesino de Jobs.
El mantenimiento del actual equipo de gerencia también puede ser difícil porque el precio de la acción de Apple se ha disparado en años recientes, permitiendo a los ejecutivos ganar fortunas con opciones de acciones durante sus carreras en la compañía y dándoles menos incentivos para quedarse.
Ron Johnson, vicepresidente de ventas minoristas de Apple y el cerebro del éxito de las tiendas de Apple, por ejemplo, se va en noviembre para asumir las riendas de J.C. Penney Co. Bertrand Serlet, ingeniero jefe de software de Mac, se fue en marzo.
Si la mayoría de ellos sí se queda, algunas personas creen que el equipo es totalmente capaz de dirigir Apple, particularmente ahora que la compañía ha tenido ya su máximo crecimiento y está entrando en una fase de tener que sostener su ímpetu empresarial.