Mi blog sobre Economía

viernes, 7 de octubre de 2011

La respuesta de Beijing a una posible cesación de pagos en Europa sería clave .

[1chinaeutrade]
Por Nicolas Hastings

Olviden la respuesta de la comunidad inversionista internacional a la crisis en la zona del euro.
Es la respuesta de China la que realmente importa.
Si Beijing no consigue lograr un "aterrizaje suave" como esperan los mercados financieros, las repercusiones a escala global ante una cesación de pagos de las deudas soberanas demostrarán ser más perjudiciales para la economía mundial de lo que temen los inversionistas.
                                                                                                           El premier chino Wen Jiabao
Esta es la razón por la que los analistas, como el reconocido David Cui, de Bank of America Merrill Lynch, han estado de un lado a otro advirtiendo que el crecimiento de China podría caer por debajo del 7% anual, un nivel que, en el caso de China, equivaldría a un "aterrizaje duro", y una señal de catástrofe para los mercados mundiales.
La importancia de China se hizo evidente durante la crisis financiera del 2008, cuando su economía se expandió un 10% y el país jugó un papel decisivo para sacar al mundo de la recesión.
Desde entonces, sin embargo, muchas cosas han cambiado.
La recuperación mundial ha fallado nuevamente. Pero ante la amenaza de una inminente recesión, el mundo no puede depender de China para que repita el mismo truco en esta oportunidad.
Por el contrario, las perspectivas de un crecimiento mundial más lento, incluido el de China, se reflejan en la caída de los metales preciosos, especialmente del cobre, el cual ha retrocedido cerca del 30% en los últimos dos meses.
La respuesta probable de Beijing a todo esto sigue siendo incierta.
Aunque el crecimiento se ha desacelerado de manera marcada en los últimos meses, algunos analistas argumentarían que la actividad doméstica se mantiene robusta y que las condiciones subyacentes probablemente se han estabilizado en meses recientes.
Además, la inflación también parece haber alcanzado un máximo, ayudada por una caída en los precios al consumidor durante el mes pasado, desde el 6,7% al 6,2%, a medida que los precios de alimentos clave, como el cerdo, comenzaron a ceder.
Pero esto no significa que el Banco Popular de China está a punto de recortar las tasas para garantizar un "aterrizaje suave".
El banco central ha endurecido de manera constante la política monetaria durante los últimos dos años para evitar un sobrecalentamiento, y probablemente necesite más evidencia de que las presiones sobre los precios están retrocediendo antes de tomar ese camino.
Debido a que el banco también sigue persiguiendo una política de apreciación del yuan, dentro de su banda de flotación, la política monetaria difícilmente sería consistente.
El problema para los mercados mundiales es que esta incertidumbre en la política prevalece justo en momentos en que están enfrentando una posible cesación de pagos perjudicial dentro de la zona del euro, la cual podría introducir nuevas turbulencias en los mercados y arrastrar al mundo a una recesión.
Beijing ya está experimentando algún tipo de repercusión
Datos de la semana pasada mostraron que los flujos de capital hacia China durante agosto crecieron desde US$5.800 millones a US$32.600 millones en julio. Según un estudio de Societe Generale, esto probablemente no se trate de capital especulativo que está fluyendo hacia China, sino de dinero chino que está volviendo a casa mientras los continentales buscan desapalancarse en caso de una contracción crediticia.
Esta reducción del apetito mundial por el riesgo también se refleja en un renovado interés en el dólar que, en realidad, llevó a una caída en el equilibrio del yuan frente al dólar en los últimos dos días a medida que se recrudecen las tensiones sobre la zona del euro.
Y esto nos lleva a otra incertidumbre. El propio yuan.
En el 2008, a medida que se gestaba una crisis bancaria, Beijing decidió renovar la paridad de su moneda frente al dólar para asegurar que ya no perdería más competitividad. Esto ayudó a asegurar un fuerte crecimiento y proporcionó el motor para la recuperación que tanto necesitaba el mundo.
Existen posibilidades de que si la zona del euro arrastra al mundo nuevamente hacia una turbulencia, Beijing podría seguir el mismo curso de acción y suspender la reciente apreciación del yuan.
Por lo que bien podría suceder que China, en lugar de la comunidad inversora, sea la que determine la respuesta de los mercados mundiales a una cesación de pagos en la zona del euro.