¿Cuál es el mejor modo de gestionar una ciudad? ¿Y si tuviera que ser una start-up llena de energía, dispuesta a reinventarse, a cambiarlo todo de una vez. Incluso se ha hablado de un país start-up. Esto viene por una noticia según la cual Nueva York está intentando convertirse en un nuevo Sillicon Valley, y robarle la innovación a la bahía de San Francisco. Para ello, no contentos con las excelentes Columbia y NYU, van a abrir un campus tecnológico. Se lo han adjudicado a una oferta conjunta del Tecnológico de Israel (Technion) y de Cornell University. Además quieren que otras universidades que acudieron a la oferta proporcionen educación tecnológica de alta calidad en la ciudad.
Leo en las noticias que Esperanza Aguirre propone una isla legislativa para el proyecto de EuroVegas en Madrid, de modo que muchas de las peticiones del inversor sean atendidas. Me pregunto si no podrían hacer algo parecido a la solución neoyorquina y atraer un campus de una universidad de élite mundial que sirva como incubadora tecnológica. De hecho me gustaría que hicieran el mismo o más esfuerzo que están haciendo para atraer al casino. Es cierto que Aguirre ha conseguido que venga un centro de postgrado de la LSE a las afueras de Madrid, pero no es lo mismo.
Recientemente ha salido un ranking con las ciudades con más emprendedores de Europa. En primer lugar está Londres, en segundo lugar París, en tercero Francfort, en cuarto Amsterdam, en quinto Berlín (muy de cerca), en sexto Barcelona y en séptimo Madrid.
Las ciudades españolas lo hacen bastante bien, teniendo en cuenta que España no es el mejor país para hacer negocios de Europa y que la situación económica no es propicia para nada. España es junto con Alemania el único país que tiene más de una ciudad en el top ten. Además, según un estudio prácticamente toda la creación de empleo viene de empresas que fueron fundadas hace cinco años o menos.
Quizás, es hora de que tengamos alcaldes que sean CEOs, que se dedique a reclutar a lo mejor del mundo para que emprendan en sus ciudades, en vez de construir edificios que se quedan vacíos. Por tanto la pregunta es: señora Botella, señor Trias ¿están dispuestos a ser los CEOs que necesitamos?