Por Patricia Grogg
El PCC debe lograr una mayor inclusión en cargos políticos, gubernamentales y públicos de grupos en desventaja social
La cita fue considerada continuación del sexto congreso del PCC, único y en el poder, que trazó la hoja de ruta de los cambios económicos.
El comunismo cubano concluyó el trazado de su estrategia para responder al desafío de modernizar y hacer eficiente su modelo socialista de partido único, que pasa por hacerlo más inclusivo y representativo de una sociedad cada vez más plural y diversa.
En sesiones de dos días, el 28 y 29 de este mes, la Conferencia Nacional, un encuentro que el Partido Comunista de Cuba (PCC) convocó por primera vez en sus casi 50 años de vida, analizó y aprobó los objetivos con los que espera "perfeccionar" su trabajo en los próximos años para garantizar "la continuidad e irreversibilidad" del socialismo en esta isla caribeña.
La cita fue considerada continuación del sexto congreso del PCC, único y en el poder, que trazó la hoja de ruta de los cambios económicos. "Ambos encuentros terminaron con acuerdos trascendentales para el presente y futuro de la revolución", dijo el presidente Raúl Castro al concluir la conferencia.
El gobernante, elegido en el sexto congreso de abril de 2011 primer secretario de la organización, en sustitución de su hermano mayor, Fidel Castro, rechazó de plano una eventual reinstauración del "modelo multipartidista" que, dijo, existió en Cuba "bajo el dominio neocolonial de los Estados Unidos".
En ese sentido, defendió el partido único como "arma estratégica de la unidad de los cubanos" y recordó que la Constitución "aprobada en referendo por el 97,7 por ciento de los electores, mediante el voto libre, directo y secreto" en 1976, define al PCC como "fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado".
Sin embargo, analistas insisten en que los cambios sociales y económicos sufridos por Cuba desde entonces, inclusive las consecuencias de la desaparición del campo socialista del este europeo, convierten en reto de primer orden esa decisión de continuar siendo la única fuerza política del país.
"El primer desafío del PCC sería acercarse, sin esquematismos y dogmas, a la realidad social de la isla", comentó Lenier González, vice-editor de la revista católica Espacio Laical, en un debate sobre el "presente y futuro" del partido convocado por esa publicación.
Si bien el documento base que concentró las discusiones de los 811 delegados, en representación de unos 800.000 afiliados, se planteó numerosos objetivos que responden a esa necesidad, la conferencia hizo mayor hincapié en el funcionamiento interno de la organización.
Según una resolución publicada en la prensa oficial cubana, ese documento fue discutido y modificado en reuniones previas por militantes del PCC y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). En su redacción definitiva, aprobada en la cita, el texto incluye 101 objetivos de trabajo.
Entre las metas resaltan la decisión de priorizar "la acción del partido" en la prevención y el enfrentamiento a "la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas", fenómeno que Castro definió como "uno de los principales enemigos de la revolución", mucho más perjudicial que el "programa subversivo e injerencista del gobierno de Estados Unidos" contra su país.
El mandatario anunció que el PCC sancionará con la expulsión a los militantes implicados en los casos de corrupción que se investigan actualmente, sin menoscabo de la responsabilidad administrativa o penal que corresponda. ".en el marco de la ley seremos implacables con el fenómeno de la corrupción", dijo Castro.
En las últimas semanas, comenzó la exhibición de videos sobre algunos de estos casos, en sesiones dirigidas a la militancia partidista. Fuentes consultadas por IPS estimaron que los involucrados con cargos directivos de diferentes niveles suman más de 300, entre ellos varios viceministros.
Entre los objetivos resaltados en la resolución figura la exigencia de desterrar definitivamente los rezagos, prejuicios y conductas discriminatorias de todo tipo y cumplir con firmeza el mandato constitucional que proscribe la discriminación por motivo de raza, color de piel, sexo, origen nacional y creencias religiosas.
Al respecto, se consideró además que el PCC debe lograr una mayor inclusión en cargos políticos, gubernamentales y públicos de grupos en desventaja social como las mujeres, personas negras y mestizas, y la juventud, "partiendo de sus cualidades personales, preparación, experiencia y resultados alcanzados".
Castro afirmó que la propuesta pendiente desde el sexto congreso de limitar a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y estatales principales, será implementada en la medida en que se avance en la definición de ajustes constitucionales y legislativos.
Según otro acuerdo, el Comité Central del PCC quedó facultado para llenar las vacantes que se produzcan en su seno hasta en 20 por ciento de sus 115 integrantes designados en el sexto congreso, en el período que comprende "el presente mandato". Los estatutos del PCC establecen que los congresos deben realizarse cada cinco años. (2012)
La cita fue considerada continuación del sexto congreso del PCC, único y en el poder, que trazó la hoja de ruta de los cambios económicos. "Ambos encuentros terminaron con acuerdos trascendentales para el presente y futuro de la revolución", dijo el presidente Raúl Castro al concluir la conferencia.
El gobernante, elegido en el sexto congreso de abril de 2011 primer secretario de la organización, en sustitución de su hermano mayor, Fidel Castro, rechazó de plano una eventual reinstauración del "modelo multipartidista" que, dijo, existió en Cuba "bajo el dominio neocolonial de los Estados Unidos".
En ese sentido, defendió el partido único como "arma estratégica de la unidad de los cubanos" y recordó que la Constitución "aprobada en referendo por el 97,7 por ciento de los electores, mediante el voto libre, directo y secreto" en 1976, define al PCC como "fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado".
Sin embargo, analistas insisten en que los cambios sociales y económicos sufridos por Cuba desde entonces, inclusive las consecuencias de la desaparición del campo socialista del este europeo, convierten en reto de primer orden esa decisión de continuar siendo la única fuerza política del país.
"El primer desafío del PCC sería acercarse, sin esquematismos y dogmas, a la realidad social de la isla", comentó Lenier González, vice-editor de la revista católica Espacio Laical, en un debate sobre el "presente y futuro" del partido convocado por esa publicación.
Si bien el documento base que concentró las discusiones de los 811 delegados, en representación de unos 800.000 afiliados, se planteó numerosos objetivos que responden a esa necesidad, la conferencia hizo mayor hincapié en el funcionamiento interno de la organización.
Según una resolución publicada en la prensa oficial cubana, ese documento fue discutido y modificado en reuniones previas por militantes del PCC y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). En su redacción definitiva, aprobada en la cita, el texto incluye 101 objetivos de trabajo.
Entre las metas resaltan la decisión de priorizar "la acción del partido" en la prevención y el enfrentamiento a "la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas", fenómeno que Castro definió como "uno de los principales enemigos de la revolución", mucho más perjudicial que el "programa subversivo e injerencista del gobierno de Estados Unidos" contra su país.
El mandatario anunció que el PCC sancionará con la expulsión a los militantes implicados en los casos de corrupción que se investigan actualmente, sin menoscabo de la responsabilidad administrativa o penal que corresponda. ".en el marco de la ley seremos implacables con el fenómeno de la corrupción", dijo Castro.
En las últimas semanas, comenzó la exhibición de videos sobre algunos de estos casos, en sesiones dirigidas a la militancia partidista. Fuentes consultadas por IPS estimaron que los involucrados con cargos directivos de diferentes niveles suman más de 300, entre ellos varios viceministros.
Entre los objetivos resaltados en la resolución figura la exigencia de desterrar definitivamente los rezagos, prejuicios y conductas discriminatorias de todo tipo y cumplir con firmeza el mandato constitucional que proscribe la discriminación por motivo de raza, color de piel, sexo, origen nacional y creencias religiosas.
Al respecto, se consideró además que el PCC debe lograr una mayor inclusión en cargos políticos, gubernamentales y públicos de grupos en desventaja social como las mujeres, personas negras y mestizas, y la juventud, "partiendo de sus cualidades personales, preparación, experiencia y resultados alcanzados".
Castro afirmó que la propuesta pendiente desde el sexto congreso de limitar a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y estatales principales, será implementada en la medida en que se avance en la definición de ajustes constitucionales y legislativos.
Según otro acuerdo, el Comité Central del PCC quedó facultado para llenar las vacantes que se produzcan en su seno hasta en 20 por ciento de sus 115 integrantes designados en el sexto congreso, en el período que comprende "el presente mandato". Los estatutos del PCC establecen que los congresos deben realizarse cada cinco años. (2012)