Hay bastantes cosas de este video que no me convencen: un cierto maniqueísmo entre el trabajador inocente y el malvado directivo, el gag fácil de “no hay ningún papel”, y alguna cosilla más. A cambio creo que transmite la sensación común que se vive en buena parte de las empresas españolas: el miedo, miedo a formar parte de esa lista. ¿Quién la confecciona?, ¿quién forma parte de ella?, ¿cuáles son los motivos para ser o no ser parte de ella?, ¿quién más la conoce?, ¿qué se puede hacer para salir de la misma?, ¿cuándo se hará publica?
Echo en falta al sindicalista que sabe que su nombre no figura en ella. Y al sindicato que cobra comisiones por los EREs, a tanto la pieza. También al directivo que sufre al confeccionar la lista. O al empresario que ve como se desmorona la obra de toda su vida y el futuro de su familia.
Al único que no echo en falta es al miedo. Esta ahí mismo, en esa escena de tres personajes.