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martes, 17 de abril de 2012

¿Puede enseñarse el espíritu empresarial? Sí: Las dificultades son lecciones

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Sin duda, el proceso funciona en las maestrías de administración de empresa. Entonces, ¿por qué no funcionaría con los emprendedores? Después de todo, los empresarios son los gerentes generales por excelencia. Pueden beneficiarse de buena parte del mismo conocimiento que los estudiantes de negocios obtienen sobre marketing, finanzas y otros campos, complementado con lecciones que están específicamente ajustadas a la creación de empresas.
Y esas lecciones cada vez son mejores.
La educación empresarial de antaño se basaba principalmente en el estudio de casos y anécdotas. Sin embargo, durante la última década, los académicos han implementado un nuevo nivel de sofisticación para analizar lo que lleva al éxito o al fracaso empresarial.
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Por ejemplo, debido a la pasión y confianza que sienten en la primera etapa de su aventura empresarial, los emprendedores a menudo subestiman significativamente los recursos y el tiempo que necesitan para poner todo en marcha. Asimismo, la mayoría de los presidentes ejecutivos que son también fundadores resultan demasiado optimistas sobre sus posibilidades personales. Anticipan permanecer en sus cargos cuando la empresa es exitosa, pero usualmente para la tercera ronda de financiación, más de la mitad de los fundadores han sido reemplazados en el cargo de presidente ejecutivo.
Aprender sobre estos reveses ayuda a los emprendedores a tomar decisiones más informadas desde el principio, en lugar de tener que fallar e intentar de nuevo. Los fundadores de empresas sin duda creen que pueden aprender. En las dos últimas décadas, la demanda por programas y cursos de emprendimiento se ha disparado.
Claro, limitarse al salón de clases es un error. El emprendimiento puede y debe usar otras formas de aprendizaje, como simulación de situaciones, ejercicios de autoevaluación y trabajo con mentores. De hecho, existen programas que combinan la educación formal con prácticas y tutorías.
¿Existen elementos que no se pueden enseñar? Claro, así como en la ingeniería, la medicina y el derecho. Y como dicen algunos críticos, estos elementos tienen que ver con las habilidades de las personas. Por ejemplo, la forma en la que un profesional de ventas logra un "sí" después de escuchar repetidos "no".
Pero todo el mundo tiene que desarrollar habilidades sociales para avanzar. Todos tenemos algo de experiencia en la creación de relaciones y en la motivación de personas. Aprovechar esas experiencias y aplicarlas al mundo real funciona en todos los ámbitos.
Muchos críticos argumentan que el mundo real es más incierto que cualquier lección en el salón de clases. No hay duda de que el mundo real es de hecho confuso. ¿No eleva eso la importancia de educar a las personas sobre los desafíos comunes que enfrentarán de modo que estén mejor preparadas para la confusión que les espera?
Luego está el argumento de que los fracasos y los errores son una parte inevitable (de hecho valiosa) de la educación de un emprendedor. Ese tipo de pensamiento ignora el hecho de que muchos tipos de fracasos son predecibles y evitables.
Casi dos tercios de las empresas nuevas con un alto potencial fracasan debido a las tensionen que surgen entre el equipo fundador y el equipo ejecutivo. Nuestras investigaciones muestran que muchas de esas tensiones son causadas por decisiones tempranas equivocadas sobre la selección del personal. Estos son problemas que los fundadores con cierta educación empresarial estarán más preparados para evitar.
Todos los días, decisiones desacertadas y que se pueden evitar con facilidad matan grandes ideas que podrían reactivar la magia empresarial que necesita la economía. Al educar a los fundadores sobre ese tipo de reveses, podríamos aumentar sus tasas de éxito y a la vez servir de impulso a la economía en general.
—Wasserman es profesor de emprendimiento en la Escuela de Negocios de Harvard y autor de 'The Founder's Dilemmas', un libro sobre cómo evitar los errores que pueden hundir una empresa nueva.