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Por: Paul Krugman
En esta página tienen una comparación, empleando estadísticas de la Oficina de Análisis Económicos, de las cifras relevantes en el actual ciclo de negocios y durante la recesión en la era de Bush y sus secuelas. Según este indicador, la época desde que empezó la Gran Recesión ha estado caracterizada por una austeridad fiscal sin precedentes.
Por: Paul Krugman
La mayoría de los analistas, con razón, están restando importancia al dato inesperado de la caída de facto
que ha experimentado el producto interior bruto estadounidense en el
cuarto trimestre. Probablemente se revisará, y en cualquier caso, es el
resultado de factores excepcionales: una reducción de las existencias y
un fuerte descenso, nada habitual, en el gasto de defensa.
Aún así, el informe pone de relieve la manera en que la reducción de
las compras de bienes y servicios por parte del Gobierno está lastrando
la economía. Y sí, quiero decir reducción, no solo que esté creciendo
más lentamente de lo que gustaría. Las pagos de transferencia como
Medicare y la seguridad social están aumentando (aunque las prestaciones
por desempleo estén disminuyendo), pero el gasto público de cosas
–sobre todo a escala estatal y local, donde los productos en cuestión
incluyen la contratación de maestros- han experimentado un descenso
bastante rápido.
En esta página tienen una comparación, empleando estadísticas de la Oficina de Análisis Económicos, de las cifras relevantes en el actual ciclo de negocios y durante la recesión en la era de Bush y sus secuelas. Según este indicador, la época desde que empezó la Gran Recesión ha estado caracterizada por una austeridad fiscal sin precedentes.
¿Hasta qué punto es eso importante? El consumo y la inversión públicos
rondan los 3 billones de dólares; si esta vez hubieran aumentado con la
misma rapidez que durante el Gobierno del presidente George W. Bush,
serían un 12%, o 360.000 millones de dólares, más elevados.
Dado un multiplicador de más de uno, que es lo que el Fondo Monetario
Internacional, entre otros, cree ahora razonable en la coyuntura
actual, eso acaba significando que el PIB del país sería de unos 450.000
millones más, lo que equivale al 3%, y la tasa de desempleo sería 1,5
puntos más baja.
De modo que la austeridad fiscal es la diferencia entre donde nos encontramos ahora y una tasa de desempleo no muy por encima del 6%. Es un desastre político.
De modo que la austeridad fiscal es la diferencia entre donde nos encontramos ahora y una tasa de desempleo no muy por encima del 6%. Es un desastre político.
© 2013 New York Times
Traducción de News Clips.