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Por GREG BENSINGER y JESSICA E. LESSIN
Hace un año, Ashley Diedrich, una madre de 27 años, trabajaba turnos de 12 horas en un hospital psiquiátrico en Arkansas. Ganaba entre US$1.700 y US$2.000 al mes. Ahora, su ingreso mensual llega a US$3.000 vendiendo ropa y accesorios desde su casa.
Su cambio de carrera fue inspirado por una aplicación del iPhone llamada Poshmark. Desarrollado por una compañía de Silicon Valley del mismo nombre, el programa conecta a compradores y vendedores de prendas de diseñador vía sus teléfonos inteligentes. Poshmark se queda con 20% de cada transacción y ayuda a facilitar los envíos.
Dero Sanford para The Wall Street Journal
Ashley Diedrich dejó su empleo como enfermera y ahora vende ropa y accesorios desde su casa gracias a Poshmark.
"Ahora gano más dinero más rápido", dice Diedrich, que dejó su trabajo como enfermera en mayo y ahora pasa las noches, después de que sus hijos se han ido a la cama, sacando fotos de blusas y suéteres en un maniquí al que ha bautizado "Barbie".
Diedrich forma parte de un grupo cada vez mayor de personas afectadas por la reciente expansión del negocio de las aplicaciones más allá de los desarrolladores clásicos de software y gigantes de la tecnología como Apple Inc. AAPL +2.38% y Google Inc. GOOG +1.87% Las aplicaciones móviles han provocado la aparición de nuevos empleos que los estadounidenses están desempeñando sin un título de ingeniería de sistemas.
Aspirantes a taxistas se están ganando la vida con aplicaciones de transporte que permiten compartir trayectos en auto, como Lyft y Uber. Otros trabajan como mensajeros usando aplicaciones como Postmates, o alquilan las rampas de estacionamiento de sus casas en Parking Panda.
De hecho, los teléfonos inteligentes y tabletas —que suelen incorporar cámaras, conexión a Internet y sistemas de posicionamiento global— hacen que prácticamente cualquiera pueda convertirse en un minorista o mensajero. La proliferación de trabajos ligados a aplicaciones móviles evocan los comienzos de Internet en los años 90, cuando los navegantes se dieron cuenta de que podían vender bienes a consumidores desde sus computadoras a través de sitios como eBay Inc. EBAY -0.22% y Yahoo!YHOO +0.40% Auctions.
Si bien los datos sobre el tamaño del mercado de las aplicaciones que no están desarrolladas por profesionales en sistemas son escasos, inversionistas de capital de riesgo aseguran que el interés por el nicho está creciendo.
El presidente ejecutivo de Poshmark, Manish Chandra, asegura que se centró en los usuarios que podían usar la aplicación como un medio para ganar dinero. "Existe una conexión emocional con su teléfono", opina. "Creo que nuestros usuarios se dan cuenta de eso".
Las aplicaciones rinden de diferentes maneras. Por ejemplo, los mensajeros de Postmates reciben entre 70% y 80% del pago de las entregas, que va de US$5 a US$20, pero la compañía no toca las propinas. Los conductores de Lyft se quedan con al menos 80% de las tarifas que cobran.
Por ahora, pocos de los trabajos creados por aplicaciones móviles son puestos de tiempo completo. Tiffany Jackson, de Texas, recurre a sus días libres en la empresa donde trabaja como asistente tecnológica para ganar dinero extra utilizando una aplicación llamada EasyShift, creada por Quri Inc. El programa paga a gente para que usen sus teléfonos para documentar inventarios, colocación de productos en estanterías y otros datos de marketing para grandes fabricantes.
Otros están sustituyendo los sitios web que usaban antes por aplicaciones móviles. Brenden Mulligan, un desarrollador de aplicaciones de 32 años en San Francisco, ha vendido electrónicos, incluyendo una laptop MacBook Air, vía una aplicación llamada Yardsale, que conecta a vecinos que tratan de vender sus cosas a compradores que quieren evitarse los inconvenientes de los envíos por correo. Yardsale no se queda con un porcentaje de las ventas mientras sigue cortejando nuevos usuarios.
Chris Mok, de 47 años, dice que gana en torno a US$60.000 al año en San Francisco con la aplicación TaskRabbit, que conecta a trabajadores independientes con tareas a cambio de una comisión de 20%. A través de la aplicación, los trabajadores interesados hacen una oferta por una tarea determinada. Mok asegura que trabaja casi siete días a la semana en tareas como armar clósets a medida, pintar paredes y ensamblar muebles. "Trabajar desde una aplicación es sencillamente más eficiente", opina.