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Por Omar Everleny Pérez Villanueva, economista cubano
Por Omar Everleny Pérez Villanueva, economista cubano
Durante 2012, el gobierno cubano continuó aplicando medidas encaminadas a fortalecer el funcionamiento del sector no estatal de la economía.
El desempeño de la economía cubana durante 2012 permite concluir que Cuba avanza en su proceso de actualización con cambios profundos, tanto a nivel jurídico como institucional; sin embargo, la acumulación de necesidades en la población aconsejaría acelerar el paso en el futuro mediato.
En 2012, en el marco de la actualización del modelo económico cubano siguiendo la implementación de los Lineamientos Económicos y Sociales, el gobierno cubano continuó aplicando medidas encaminadas a fortalecer el funcionamiento del sector no estatal de la economía, a dinamizar el sector agrícola, a crear las bases para el perfeccionamiento de la gran empresa estatal, el desarrollo de las cooperativas urbanas, al estudio para la implementación de los mercados mayoristas, a la conceptualización del futuro modelo económico cubano, entre otras. Debe destacarse, además, el fortalecimiento del vínculo entre los decisores y la academia, a través de la solicitud de cooperación para el estudio de temas económicos complejos que se pondrán en marcha en el futuro cercano.
En el pasado año, la economía cubana creció 3,1 por ciento, impulsada por los sectores de la construcción, el comercio y la industria manufacturera, además del auge de ciertas exportaciones, pero no logró cumplir la meta establecida de crecimiento, especialmente por la inejecución de las inversiones, que a la vez sigue siendo insuficiente para avanzar con respecto al incremento del nivel de vida de la sociedad en general.
Desde el punto de vista institucional, se crearon nuevas entidades económicas como BIOFARMACUBA, se incorporó el Instituto de la Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) al Ministerio de Transporte, se creó el Ministerio de Industria y el de Energía y Minas, entre otras acciones relacionadas con el perfeccionamiento funcional de las estructuras y la composición de sistemas y órganos de dirección. Además, a partir de 2012 se implementaron decretos leyes que complementaban medidas aprobadas en 2011 y que hicieron más viable el avance del sector no estatal cubano.
El objetivo del trabajo es mostrar cuál ha sido la evolución económica reciente de Cuba, sobre la base a algunos indicadores económicos que permitan medir la situación actual por la que atraviesa el país. La estructura propuesta abarca las políticas macroeconómicas más significativas, como la política fiscal, monetaria, cambiaria, los precios, las remuneraciones y el empleo. Se presenta la evolución de Indicadores fundamentales como el Producto Interno Bruto, la formación bruta de capital e indicadores del sector externo. Y por último se analizan sectores productivos como la agricultura y la industria manufacturera, indispensables para comprender la necesidad de su desarrollo futuro. A modo de conclusión, unas reflexiones finales.
En el pasado año, la economía cubana creció 3,1 por ciento, impulsada por los sectores de la construcción, el comercio y la industria manufacturera, además del auge de ciertas exportaciones, pero no logró cumplir la meta establecida de crecimiento, especialmente por la inejecución de las inversiones, que a la vez sigue siendo insuficiente para avanzar con respecto al incremento del nivel de vida de la sociedad en general.
Desde el punto de vista institucional, se crearon nuevas entidades económicas como BIOFARMACUBA, se incorporó el Instituto de la Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) al Ministerio de Transporte, se creó el Ministerio de Industria y el de Energía y Minas, entre otras acciones relacionadas con el perfeccionamiento funcional de las estructuras y la composición de sistemas y órganos de dirección. Además, a partir de 2012 se implementaron decretos leyes que complementaban medidas aprobadas en 2011 y que hicieron más viable el avance del sector no estatal cubano.
El objetivo del trabajo es mostrar cuál ha sido la evolución económica reciente de Cuba, sobre la base a algunos indicadores económicos que permitan medir la situación actual por la que atraviesa el país. La estructura propuesta abarca las políticas macroeconómicas más significativas, como la política fiscal, monetaria, cambiaria, los precios, las remuneraciones y el empleo. Se presenta la evolución de Indicadores fundamentales como el Producto Interno Bruto, la formación bruta de capital e indicadores del sector externo. Y por último se analizan sectores productivos como la agricultura y la industria manufacturera, indispensables para comprender la necesidad de su desarrollo futuro. A modo de conclusión, unas reflexiones finales.
Política fiscal
En términos de política fiscal, continuó el proceso de reducción de gastos y de mayor control en el manejo de los recursos, lo que se pudo observar en las partidas de gastos del presupuesto. La Contraloría General de la República, que ha supervisado la contabilidad gubernamental, continuó la realización de auditorías a empresas estatales y mixtas y dirigió la realización del ejercicio nacional de comprobación interna, a partir de los documentos aprobados para el Control Interno, orientados a frenar la corrupción y el desvío de los recursos estatales.
En el presupuesto del Estado para 2012, los ingresos como porcentaje del PIB se mantuvieron en niveles semejantes a 2010 y 2011.De esta manera, en 2012 se registró un déficit fiscal del 3,8 por ciento del PIB, por encima de los resultados de 2011. Debe tenerse en cuenta que, aunque los gastos para la reconstrucción y reparación de daños causados por el huracán Sandy en las provincias orientales no tuvieron un elevado impacto en la ejecución de 2012, deberán aparecer con mayor magnitud en 2013, significando un gasto no programado de elevada magnitud.
Con la promulgación e implementación de la nueva Ley Tributaria en enero de 2013 y el esperado incremento de la producción nacional a partir de una mayor autonomía otorgada a un grupo de empresas en el país, se pronostica un aumento en los ingresos al presupuesto.
Sería muy conveniente para el Estado, y la sociedad en general, que se refuerce la autonomía del tejido empresarial cubano, se generalice el experimento de las cooperativas urbanas, se abran otros oficios para el ejercicio de la actividad privada mediante nuevas licencias por el trabajo por cuenta propia, lo que debería redundar en un mayor aporte a las arcas de la nación; temas anunciados, pero que no se asoman aún a la realidad económica del país.
El déficit fiscal se mantiene relativamente alto, en niveles manejables por el Estado, y se cubrió con emisión monetaria sin generar, aparentemente, presiones inflacionarias. La Ley Tributaria se aprobó en 2012 y se aplicará de manera flexible cada año. Eso se aprecia, por ejemplo, en la exoneración del impuesto sobre ingresos personales a los productores agropecuarios individuales, la disminución del tipo impositivo del impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo, y la exoneración del impuesto sobre utilidades a las Cooperativas de Crédito y Servicios, así como a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) no cañeras, fijándose a estas últimas un aporte mínimo de cinco por ciento sobre las ventas.
En términos de política fiscal, continuó el proceso de reducción de gastos y de mayor control en el manejo de los recursos, lo que se pudo observar en las partidas de gastos del presupuesto. La Contraloría General de la República, que ha supervisado la contabilidad gubernamental, continuó la realización de auditorías a empresas estatales y mixtas y dirigió la realización del ejercicio nacional de comprobación interna, a partir de los documentos aprobados para el Control Interno, orientados a frenar la corrupción y el desvío de los recursos estatales.
En el presupuesto del Estado para 2012, los ingresos como porcentaje del PIB se mantuvieron en niveles semejantes a 2010 y 2011.De esta manera, en 2012 se registró un déficit fiscal del 3,8 por ciento del PIB, por encima de los resultados de 2011. Debe tenerse en cuenta que, aunque los gastos para la reconstrucción y reparación de daños causados por el huracán Sandy en las provincias orientales no tuvieron un elevado impacto en la ejecución de 2012, deberán aparecer con mayor magnitud en 2013, significando un gasto no programado de elevada magnitud.
Con la promulgación e implementación de la nueva Ley Tributaria en enero de 2013 y el esperado incremento de la producción nacional a partir de una mayor autonomía otorgada a un grupo de empresas en el país, se pronostica un aumento en los ingresos al presupuesto.
Sería muy conveniente para el Estado, y la sociedad en general, que se refuerce la autonomía del tejido empresarial cubano, se generalice el experimento de las cooperativas urbanas, se abran otros oficios para el ejercicio de la actividad privada mediante nuevas licencias por el trabajo por cuenta propia, lo que debería redundar en un mayor aporte a las arcas de la nación; temas anunciados, pero que no se asoman aún a la realidad económica del país.
El déficit fiscal se mantiene relativamente alto, en niveles manejables por el Estado, y se cubrió con emisión monetaria sin generar, aparentemente, presiones inflacionarias. La Ley Tributaria se aprobó en 2012 y se aplicará de manera flexible cada año. Eso se aprecia, por ejemplo, en la exoneración del impuesto sobre ingresos personales a los productores agropecuarios individuales, la disminución del tipo impositivo del impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo, y la exoneración del impuesto sobre utilidades a las Cooperativas de Crédito y Servicios, así como a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) no cañeras, fijándose a estas últimas un aporte mínimo de cinco por ciento sobre las ventas.
También vale la pena subrayar la importancia de la sustitución del impuesto de circulación por el impuesto sobre las ventas para un conjunto de productos, lo cual ofrecerá la posibilidad de influir positivamente sobre la relación de cobros y pagos, al gravar el producto en el momento de su comercialización.
En general, por el momento se decidió no aplicar un total de nueve diferentes tributos en aplicación del principio de gradualidad, incluyendo entre ellos el impuesto sobre ingresos personales referido a los salarios, así como el impuesto sobre la propiedad, en el caso de las viviendas, entre otros.
Política monetaria, cambiaria y crediticia
En cuanto a la política cambiaria, hay que destacar que se mantiene la existencia de la doble circulación del CUC y el CUP, que son dos monedas nacionales. Las autoridades bancarias cubanas trabajan en propuestas que lleven a una necesaria y gradual unificación, pero aún no han divulgado el momento para llegar a esta, lo que tiene que ver con la complejidad del tema y que se necesita, ante todo, un mayor avance en la esfera productiva de la economía.
Es decir, es necesario destrabar los nudos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas del país, aunque se han dado pasos como la realización de algunos ensayos en un grupo de empresas que funcionan con diferentes tasas de cambio, más ajustadas a la realidad, como 1 CUC = 5 CUP o 1 CUC = 7 CUP, y las que se emplean, de acuerdo a la resolución 09 de 2013 del Ministerio de Finanzas y Precios, por las entidades turísticas para el pago a los productores agrícolas (procedimiento para la compensación y contabilización de las ventas directas por los productores agropecuarios a los establecimientos hoteleros y gastronómicos del sector turismo), que define una compensación de 9 CUP a las instalaciones turísticas por cada CUC destinado a la compra de productos agropecuarios.
No obstante, el tipo de cambio oficial usado en las cuentas nacionales, fiscales y las operaciones entre empresas se mantuvo en 1CUP=1CUC, en tanto que el tipo de cambio usado en transacciones personales se mantuvo en 1CUC= 24CUP.
El 20 de diciembre de 2011 entró en vigor la nueva política crediticia y financiera (Decreto Ley Nº 289), que da luz verde a agricultores pequeños con tenencia legal de la tierra, a trabajadores por cuenta propia y a personas que ejercen otras formas de gestión no estatal para acceder a créditos bancarios, con el fin de potenciar el desarrollo de sus actividades.
Durante 2012, los cubanos se interesaron por conocer la nueva política crediticia. Sin embargo, en general no se produjo un crecimiento elevado del crédito bancario, aunque los préstamos al sector de la construcción mostraron cierto dinamismo y en eso influyó que los interesados tenían que demostrar al Banco la fuente de ingresos futuros que utilizarían para pagar el crédito, así como las garantías para asegurar el cumplimiento de las obligaciones contraídas. Pero dichas garantías eran reducidas, solamente depósitos bancarios del solicitante o de terceros, y lo que algunos arguyeron como fianzas solidarias, que no era más que el compromiso jurídico o verbal de otra persona de pagar el préstamo en caso de dificultades para su pago.
Esto era claramente insuficiente, por lo que el 21 de febrero de 2013 se anunciaron nuevas disposiciones complementarias publicadas en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 4, la que contiene resoluciones del Banco Central de Cuba y del Ministerio de Finanzas y Precios, con el objetivo de ampliar la gama de garantías para obtener un crédito bancario, es decir, se diversifican las posibilidades de asegurar el pago al Banco en caso de que el deudor se vea imposibilitado de cumplir con la obligación contraída.
Hasta ese momento el Banco trabajaba con garantías líquidas (dinero) y ahora se incluyen activos personales como joyas, alhajas u otro bien de metal o piedras preciosas, objetos de valor cultural (bienes patrimoniales), vehículos de motor (asegurados), bienes agropecuarios (ganado mayor, tractores y cosechadoras), viviendas destinadas a descanso o veraneo y solares yermos. Lo novedoso de esa disposición es que la certificación del valor del bien, expresado en dinero, tomará en cuenta los precios del mercado. La ampliación de las posibilidades para acceder a créditos bancarios clasifica como una de las decisiones que contribuyen a darle mayor integralidad al proceso de actualización de la economía cubana.
La nueva política crediticia ya descrita abre las puertas a una mayor bancarización, ya que permite que los pequeños agricultores y los trabajadores por cuenta propia puedan abrir una cuenta corriente en los bancos, en pesos cubanos o convertibles. Estas medidas, tomadas recientemente para facilitar a las personas naturales el acceso a créditos para financiar capital de trabajo, incluyen tanto a los cuentapropistas, la actividad agropecuaria, como a la construcción y reparación de viviendas. Puede pensarse que la inversión interna, y por ende el crecimiento de este sector no estatal, puedan ser más dinámicos en los próximos tres años, e incluso superar a la inversión estatal que crece a ritmos muy bajos.
En general, por el momento se decidió no aplicar un total de nueve diferentes tributos en aplicación del principio de gradualidad, incluyendo entre ellos el impuesto sobre ingresos personales referido a los salarios, así como el impuesto sobre la propiedad, en el caso de las viviendas, entre otros.
Política monetaria, cambiaria y crediticia
En cuanto a la política cambiaria, hay que destacar que se mantiene la existencia de la doble circulación del CUC y el CUP, que son dos monedas nacionales. Las autoridades bancarias cubanas trabajan en propuestas que lleven a una necesaria y gradual unificación, pero aún no han divulgado el momento para llegar a esta, lo que tiene que ver con la complejidad del tema y que se necesita, ante todo, un mayor avance en la esfera productiva de la economía.
Es decir, es necesario destrabar los nudos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas del país, aunque se han dado pasos como la realización de algunos ensayos en un grupo de empresas que funcionan con diferentes tasas de cambio, más ajustadas a la realidad, como 1 CUC = 5 CUP o 1 CUC = 7 CUP, y las que se emplean, de acuerdo a la resolución 09 de 2013 del Ministerio de Finanzas y Precios, por las entidades turísticas para el pago a los productores agrícolas (procedimiento para la compensación y contabilización de las ventas directas por los productores agropecuarios a los establecimientos hoteleros y gastronómicos del sector turismo), que define una compensación de 9 CUP a las instalaciones turísticas por cada CUC destinado a la compra de productos agropecuarios.
No obstante, el tipo de cambio oficial usado en las cuentas nacionales, fiscales y las operaciones entre empresas se mantuvo en 1CUP=1CUC, en tanto que el tipo de cambio usado en transacciones personales se mantuvo en 1CUC= 24CUP.
El 20 de diciembre de 2011 entró en vigor la nueva política crediticia y financiera (Decreto Ley Nº 289), que da luz verde a agricultores pequeños con tenencia legal de la tierra, a trabajadores por cuenta propia y a personas que ejercen otras formas de gestión no estatal para acceder a créditos bancarios, con el fin de potenciar el desarrollo de sus actividades.
Durante 2012, los cubanos se interesaron por conocer la nueva política crediticia. Sin embargo, en general no se produjo un crecimiento elevado del crédito bancario, aunque los préstamos al sector de la construcción mostraron cierto dinamismo y en eso influyó que los interesados tenían que demostrar al Banco la fuente de ingresos futuros que utilizarían para pagar el crédito, así como las garantías para asegurar el cumplimiento de las obligaciones contraídas. Pero dichas garantías eran reducidas, solamente depósitos bancarios del solicitante o de terceros, y lo que algunos arguyeron como fianzas solidarias, que no era más que el compromiso jurídico o verbal de otra persona de pagar el préstamo en caso de dificultades para su pago.
Esto era claramente insuficiente, por lo que el 21 de febrero de 2013 se anunciaron nuevas disposiciones complementarias publicadas en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 4, la que contiene resoluciones del Banco Central de Cuba y del Ministerio de Finanzas y Precios, con el objetivo de ampliar la gama de garantías para obtener un crédito bancario, es decir, se diversifican las posibilidades de asegurar el pago al Banco en caso de que el deudor se vea imposibilitado de cumplir con la obligación contraída.
Hasta ese momento el Banco trabajaba con garantías líquidas (dinero) y ahora se incluyen activos personales como joyas, alhajas u otro bien de metal o piedras preciosas, objetos de valor cultural (bienes patrimoniales), vehículos de motor (asegurados), bienes agropecuarios (ganado mayor, tractores y cosechadoras), viviendas destinadas a descanso o veraneo y solares yermos. Lo novedoso de esa disposición es que la certificación del valor del bien, expresado en dinero, tomará en cuenta los precios del mercado. La ampliación de las posibilidades para acceder a créditos bancarios clasifica como una de las decisiones que contribuyen a darle mayor integralidad al proceso de actualización de la economía cubana.
La nueva política crediticia ya descrita abre las puertas a una mayor bancarización, ya que permite que los pequeños agricultores y los trabajadores por cuenta propia puedan abrir una cuenta corriente en los bancos, en pesos cubanos o convertibles. Estas medidas, tomadas recientemente para facilitar a las personas naturales el acceso a créditos para financiar capital de trabajo, incluyen tanto a los cuentapropistas, la actividad agropecuaria, como a la construcción y reparación de viviendas. Puede pensarse que la inversión interna, y por ende el crecimiento de este sector no estatal, puedan ser más dinámicos en los próximos tres años, e incluso superar a la inversión estatal que crece a ritmos muy bajos.
Evolución de variables económicas y sectores seleccionados
Producto Interno Bruto (PIB)
En los últimos dos años, es decir en 2011 y 2012, la economía cubana creció en un contexto marcado por la gradual aplicación de una serie de medidas concretas para actualizar el modelo económico esbozadas en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobada el 18 de abril de 2011 en el 6to Congreso del Partido. El crecimiento del PIB en 2011 fue de 2,7 por ciento, inferior al planificado (3,0%), pero superior al registrado en 2010 (2,1%). La mejora de la cuenta corriente por incremento de las exportaciones facilitó el avance en la regularización de pagos a acreedores extranjeros. Se han levantado las restricciones a transferencias desde bancos cubanos al exterior, a favor de proveedores extranjeros . No obstante el ligero repunte del crecimiento en 2012, las tasas de crecimiento que Cuba tiene en la actualidad son de las más bajas tasas de la región, ocupando en 2012 el lugar 18 en América Latina y el Caribe.
En 2012 el crecimiento moderado de la economía cubana (3,1%) se sustentó en el alza del consumo privado, el aumento de las exportaciones netas, el repunte dela inversión fija y el incremento de las construcciones. Este crecimiento fue ligeramente por debajo del 3,4 por ciento planificado, en ello influyó, de manera fundamental, el incumplimiento del plan de inversiones, el cual quedó 19 por ciento por debajo de lo previsto.
Entre los motivos para esta pobre ejecución, el Ministro de Economía cubano Adel Izquierdo, en su informe sobre el cumplimiento del Plan 2012 en la sesión final del Parlamento, adujo problemas relacionados con la falta de integralidad del proceso inversionista, ausencia de control, baja productividad, deficiente gestión en las importaciones, déficit de personal, demora en la entrega de créditos, escollos contractuales, incorrecta preparación técnica de los proyectos y sobrestimación de las obras por deficiente planificación, lo que influye también en la no concreción de las inversiones previstas. Todo esto ocasiona la inmovilización de recursos que hubieran podido aprovecharse en otros fines.
Varios indicadores no llegaron a alcanzar el plan en 2012, pero mostraron resultados favorables en comparación con 2011, en ese caso se encuentran la producción de azúcar, las ventas en el comercio minorista de materiales de la construcción, insumos agropecuarios y productos de aseo. Otros incumplimientos estuvieron asociados a la producción de alimentos como leche fresca, huevos, frijoles y maíz, el turismo, el níquel y la transportación de pasajeros.
En términos más específicos, de las 480 actividades que se controlan centralmente, se incumplieron 196, para un 40,8 por ciento, y en esos incumplimientos continúa reflejándose claramente la mala contratación, particularmente en renglones básicos como la leche y los frijoles; los errores en la planificación; la falta de previsión de los recursos necesarios para mantenimiento y reposición de equipos en sectores como la industria y el transporte; indisciplina y desorganización, a lo que se añade la descapitalización sufrida durante el Período Especial, problemas que no pueden remontarse completamente a corto plazo.
La recuperación de la inversión estuvo impulsada, sobre todo, por el desarrollo turístico en los Cayos del norte de Villa Clara, Ciego de Ávila y Holguín, la construcción de la terminal de contenedores en el nuevo puerto de Mariel con crédito de Brasil, la reconstrucción del ferrocarril central, el desarrollo del polo petroquímico en Cienfuegos con la compañía de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y las obras de infraestructura hidráulica, especialmente en las provincias orientales. Las remesas y el turismo también jugaron un papel importante en el gasto interno, al dinamizar las actividades por cuenta propia y los vínculos con otras actividades.
El economista cubano Frank Hidalgo-Gatto Rodríguez, en un trabajo sobre las tasas de crecimiento cubano, había expresado: “(…) un país que crece a una tasa promedio anual de unopor ciento requerirá 64 años para duplicar su producto, mientras que si su tasa de crecimiento fuese seis por ciento, entonces para obtener el mismo resultado necesitará apenas unos 11 años”, lo cual demuestra la importancia que tiene para el país lograr un crecimiento más allá del entorno del tres por ciento anual.
Pero el crecimiento exige que se invierta; es decir, que la formación bruta de capital eleve su participación en el país.
En los últimos dos años, es decir en 2011 y 2012, la economía cubana creció en un contexto marcado por la gradual aplicación de una serie de medidas concretas para actualizar el modelo económico esbozadas en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobada el 18 de abril de 2011 en el 6to Congreso del Partido. El crecimiento del PIB en 2011 fue de 2,7 por ciento, inferior al planificado (3,0%), pero superior al registrado en 2010 (2,1%). La mejora de la cuenta corriente por incremento de las exportaciones facilitó el avance en la regularización de pagos a acreedores extranjeros. Se han levantado las restricciones a transferencias desde bancos cubanos al exterior, a favor de proveedores extranjeros . No obstante el ligero repunte del crecimiento en 2012, las tasas de crecimiento que Cuba tiene en la actualidad son de las más bajas tasas de la región, ocupando en 2012 el lugar 18 en América Latina y el Caribe.
En 2012 el crecimiento moderado de la economía cubana (3,1%) se sustentó en el alza del consumo privado, el aumento de las exportaciones netas, el repunte dela inversión fija y el incremento de las construcciones. Este crecimiento fue ligeramente por debajo del 3,4 por ciento planificado, en ello influyó, de manera fundamental, el incumplimiento del plan de inversiones, el cual quedó 19 por ciento por debajo de lo previsto.
Entre los motivos para esta pobre ejecución, el Ministro de Economía cubano Adel Izquierdo, en su informe sobre el cumplimiento del Plan 2012 en la sesión final del Parlamento, adujo problemas relacionados con la falta de integralidad del proceso inversionista, ausencia de control, baja productividad, deficiente gestión en las importaciones, déficit de personal, demora en la entrega de créditos, escollos contractuales, incorrecta preparación técnica de los proyectos y sobrestimación de las obras por deficiente planificación, lo que influye también en la no concreción de las inversiones previstas. Todo esto ocasiona la inmovilización de recursos que hubieran podido aprovecharse en otros fines.
Varios indicadores no llegaron a alcanzar el plan en 2012, pero mostraron resultados favorables en comparación con 2011, en ese caso se encuentran la producción de azúcar, las ventas en el comercio minorista de materiales de la construcción, insumos agropecuarios y productos de aseo. Otros incumplimientos estuvieron asociados a la producción de alimentos como leche fresca, huevos, frijoles y maíz, el turismo, el níquel y la transportación de pasajeros.
En términos más específicos, de las 480 actividades que se controlan centralmente, se incumplieron 196, para un 40,8 por ciento, y en esos incumplimientos continúa reflejándose claramente la mala contratación, particularmente en renglones básicos como la leche y los frijoles; los errores en la planificación; la falta de previsión de los recursos necesarios para mantenimiento y reposición de equipos en sectores como la industria y el transporte; indisciplina y desorganización, a lo que se añade la descapitalización sufrida durante el Período Especial, problemas que no pueden remontarse completamente a corto plazo.
La recuperación de la inversión estuvo impulsada, sobre todo, por el desarrollo turístico en los Cayos del norte de Villa Clara, Ciego de Ávila y Holguín, la construcción de la terminal de contenedores en el nuevo puerto de Mariel con crédito de Brasil, la reconstrucción del ferrocarril central, el desarrollo del polo petroquímico en Cienfuegos con la compañía de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y las obras de infraestructura hidráulica, especialmente en las provincias orientales. Las remesas y el turismo también jugaron un papel importante en el gasto interno, al dinamizar las actividades por cuenta propia y los vínculos con otras actividades.
El economista cubano Frank Hidalgo-Gatto Rodríguez, en un trabajo sobre las tasas de crecimiento cubano, había expresado: “(…) un país que crece a una tasa promedio anual de unopor ciento requerirá 64 años para duplicar su producto, mientras que si su tasa de crecimiento fuese seis por ciento, entonces para obtener el mismo resultado necesitará apenas unos 11 años”, lo cual demuestra la importancia que tiene para el país lograr un crecimiento más allá del entorno del tres por ciento anual.
Pero el crecimiento exige que se invierta; es decir, que la formación bruta de capital eleve su participación en el país.
Formación bruta de capital
La formación bruta de capital en Cuba mermó de una cima del 25,6por ciento del PIB logrado en 1989 a 5,4por ciento en 1993, en pleno período especial; y aunque después ocurrió una recuperación, en 2011 era de 8.3por ciento inferior al promedio regional, que fue del 22,9por ciento (ver gráfico 3).
En una comparación con América Latina, el país está muy por debajo, ya que la tasa de inversión bruta fija de la región, medida en dólares constantes como porcentaje del PIB, aumentó al 22,9por ciento en 2011, un nivel superior al 20,5por ciento anotado en 2009, aunque inferior a los niveles máximos alcanzados en la década de los setenta .
Ese comportamiento denota que unas de las variables que propicia un alto crecimiento económico en el futuro se encuentra muy deprimida, 50 por ciento por debajo de los países asiáticos que han emprendido una ruta acelerada hacia el desarrollo, como Vietnam y China. La inversión representa el valor de los activos fijos adquiridos por las unidades de producción residentes para ser utilizados, repetidamente, en procesos de producción. Además, comprende aquellas mejoras que aumentan el rendimiento y productividad o la vida útil de los activos; es decir, es una variable que logra un cambio cuantitativo y cualitativo de las inversiones y, por ende, es la que permite un avance hacia el desarrollo económico.
En un análisis más profundo de las inversiones, se puede apreciar que se concentran en ramas de más lenta recuperación productiva. Es decir, no se dirigen en lo fundamental ni a la agricultura, ni a la industria manufacturera, ni a la azucarera; sino que se concentran en la construcción, en obras de servicios como los hoteles, en la administración pública y en obras de infraestructura que son necesarias, pero que absorben recursos propios que son escasos.
La ejecución de las inversiones en la industria manufacturera se encuentra estancada y hasta en retroceso en los últimos años, lo que evidencia su grado de descapitalización. Este es un sector vital en el desarrollo económico de un país que debe emprender una ruta de crecimiento acelerado en los próximos años, si se aspira a cerrar la brecha que nos separa de los países que marcan la punta mundial en la actualidad.
Debe resaltarse que la construcción de viviendas ha venido decreciendo en los últimos años. Sin embargo, es en esta área donde se concentra una parte de las insatisfacciones de la población, no solo por el déficit habitacional existente, sino por su elevado deterioro, sumado a la baja calidad de una buena parte de la planta existente y por estar situada Cuba en una zona muy vulnerable, por el paso de los huracanes tropicales en una parte del año.
No obstante, como parte de los Lineamientos se aprobaron medidas de impacto favorable en la población para intentar mitigar los temas relacionados con las viviendas, entre ellas se encuentran:
• Subsidios a personas naturales para reparar o construir viviendas
• Incremento de ventas de materiales de construcción a precios no subsidiados.
• Otorgamiento de créditos para compra de materiales o reparación de viviendas.
La formación bruta de capital en Cuba mermó de una cima del 25,6por ciento del PIB logrado en 1989 a 5,4por ciento en 1993, en pleno período especial; y aunque después ocurrió una recuperación, en 2011 era de 8.3por ciento inferior al promedio regional, que fue del 22,9por ciento (ver gráfico 3).
En una comparación con América Latina, el país está muy por debajo, ya que la tasa de inversión bruta fija de la región, medida en dólares constantes como porcentaje del PIB, aumentó al 22,9por ciento en 2011, un nivel superior al 20,5por ciento anotado en 2009, aunque inferior a los niveles máximos alcanzados en la década de los setenta .
Ese comportamiento denota que unas de las variables que propicia un alto crecimiento económico en el futuro se encuentra muy deprimida, 50 por ciento por debajo de los países asiáticos que han emprendido una ruta acelerada hacia el desarrollo, como Vietnam y China. La inversión representa el valor de los activos fijos adquiridos por las unidades de producción residentes para ser utilizados, repetidamente, en procesos de producción. Además, comprende aquellas mejoras que aumentan el rendimiento y productividad o la vida útil de los activos; es decir, es una variable que logra un cambio cuantitativo y cualitativo de las inversiones y, por ende, es la que permite un avance hacia el desarrollo económico.
En un análisis más profundo de las inversiones, se puede apreciar que se concentran en ramas de más lenta recuperación productiva. Es decir, no se dirigen en lo fundamental ni a la agricultura, ni a la industria manufacturera, ni a la azucarera; sino que se concentran en la construcción, en obras de servicios como los hoteles, en la administración pública y en obras de infraestructura que son necesarias, pero que absorben recursos propios que son escasos.
La ejecución de las inversiones en la industria manufacturera se encuentra estancada y hasta en retroceso en los últimos años, lo que evidencia su grado de descapitalización. Este es un sector vital en el desarrollo económico de un país que debe emprender una ruta de crecimiento acelerado en los próximos años, si se aspira a cerrar la brecha que nos separa de los países que marcan la punta mundial en la actualidad.
Debe resaltarse que la construcción de viviendas ha venido decreciendo en los últimos años. Sin embargo, es en esta área donde se concentra una parte de las insatisfacciones de la población, no solo por el déficit habitacional existente, sino por su elevado deterioro, sumado a la baja calidad de una buena parte de la planta existente y por estar situada Cuba en una zona muy vulnerable, por el paso de los huracanes tropicales en una parte del año.
No obstante, como parte de los Lineamientos se aprobaron medidas de impacto favorable en la población para intentar mitigar los temas relacionados con las viviendas, entre ellas se encuentran:
• Subsidios a personas naturales para reparar o construir viviendas
• Incremento de ventas de materiales de construcción a precios no subsidiados.
• Otorgamiento de créditos para compra de materiales o reparación de viviendas.
Agricultura
En el sector agrícola la aplicación de los Lineamientos se ha reflejado en importantes medidas de política económica. Destacan la ampliación del microcrédito agrícola; la descentralización paulatina de la comercialización; el incremento de precios para algunos productos que se pagan a los campesinos, así como una aceleración del proceso de entrega de tierras en usufructo que comenzó en 2008 con el Decreto Ley No. 259 y continuó con la aplicación del Decreto Ley No. 300, con la intención de favorecer la sustitución de importaciones de alimentos.
En 2011 se reemplazó el sistema tradicional de contratación a productores, que los obligaba a vender al organismo estatal de acopio el 80 por ciento de su producción. Ahora se cuenta con un sistema más flexible de contratos negociados individualmente, en los cuales el monto contratado depende del suministro de insumos y se permite vender en el mercado libre la producción no contratada. Este sistema se aplica a 21 productos agropecuarios. A fines de 2011 también se autorizó la venta directa de productos agropecuarios a hoteles y restaurantes del sector turístico desde unidades productivas de la agricultura.
Al concluir 2012 se habían alcanzado en esas ventas directas los 12 millones 695.000 . Los contratos ascendían a 396 entre 236 instalaciones turísticas, de ellas 124 hoteleras y 112 extrahoteleras, provenientes de las diferentes formas productivas. Estaban involucradas 151 CCS, 34 CPA, 12 UBPC y dos granjas estatales. Pero a más de un año de autorizarse las ventas, la experiencia sortea varias dificultades: los productores tienen problemas con el transporte, con capacidades de refrigeración para que los productos lleguen frescos a cualquier destino y todavía se importan productos que son cosechados internamente en el país.
El presidente Raúl Castro señalaba que cada uno de los incumplimientos en los niveles de actividad previstos en la agricultura significa recursos adicionales que el país tiene que erogar y que obligaron a una compra adicional de 38,3 millones de dólares en alimentos, solo en 2012. En general fue preciso dedicar 1 633,7 millones de dólares para importar alimentos ese año. No obstante, en 2008 se llegó a importar 2 600 millones de alimentos; o sea, aunque hay reducción en las importaciones de alimentos, las cifras se mantienen muy altas y la importación de alimentos ocupa más del 20 por ciento enel total de las importaciones del país. En esta reducción también debe haber incidido la baja de los precios, por lo que la dependencia se mantiene en volúmenes.
La agricultura en Cuba absorbe el 20 por ciento del empleo total y su aporte directo al PIB es menor al cinco por ciento, pues en ese sector se concentra la más baja productividad del país. Aún falta un largo camino para recorrer, ya que no se corresponde lo que se ha realizado con los resultados productivos.
Algunas de las acciones tomadas en este sector después de 2010 se pudieran resumir en que se realizó una actualización del balance de uso de la tierra, que permitió detectar la cantidad de tierras ociosas que existían en el país para su entrega a productores bajo el Decreto Ley 259, primero, y posteriormente el Decreto Ley 300. También disminuyeron precios de ciertos insumos agrícolas, se permitió las ventas directas al turismo y la gastronomía, se realizaron experimentos en la comercialización agrícola en provincias como Artemisa y Mayabeque, se desarrolló el otorgamiento de ciertos créditos agrícolas, etcétera. Debe destacarse que en la nueva Ley Tributaria al sector campesino se le concedió un régimen especial tributario con incentivos fiscales o beneficios en cada uno de los tributos que, con carácter general, están establecidos, y se les dio más facilidades a las UBPC.
Quedan aún temas pendientes que es necesario abordar en un breve plazo, para que de forma sostenida se aprecien los resultados de la agricultura hoy insuficientes, como se ha analizado. Entre ellos están la definición del nuevo sistema de gestión agrícola, la impostergable creación de los mercados de aprovisionamiento o insumos, la implementación de las cooperativas de segundo grado --que ya fueron anunciadas-- y la solución de la transportación de los productos agrícolas, que pasaría por la adquisición de nuevos medios de transporte. También está la consolidación de cadenas productivas y la imperiosa necesidad de atraer más capital extranjero en sus distintas formas, y con todas las formas de producción existentes: privadas, cooperativas y estatales.
En el sector agrícola la aplicación de los Lineamientos se ha reflejado en importantes medidas de política económica. Destacan la ampliación del microcrédito agrícola; la descentralización paulatina de la comercialización; el incremento de precios para algunos productos que se pagan a los campesinos, así como una aceleración del proceso de entrega de tierras en usufructo que comenzó en 2008 con el Decreto Ley No. 259 y continuó con la aplicación del Decreto Ley No. 300, con la intención de favorecer la sustitución de importaciones de alimentos.
En 2011 se reemplazó el sistema tradicional de contratación a productores, que los obligaba a vender al organismo estatal de acopio el 80 por ciento de su producción. Ahora se cuenta con un sistema más flexible de contratos negociados individualmente, en los cuales el monto contratado depende del suministro de insumos y se permite vender en el mercado libre la producción no contratada. Este sistema se aplica a 21 productos agropecuarios. A fines de 2011 también se autorizó la venta directa de productos agropecuarios a hoteles y restaurantes del sector turístico desde unidades productivas de la agricultura.
Al concluir 2012 se habían alcanzado en esas ventas directas los 12 millones 695.000 . Los contratos ascendían a 396 entre 236 instalaciones turísticas, de ellas 124 hoteleras y 112 extrahoteleras, provenientes de las diferentes formas productivas. Estaban involucradas 151 CCS, 34 CPA, 12 UBPC y dos granjas estatales. Pero a más de un año de autorizarse las ventas, la experiencia sortea varias dificultades: los productores tienen problemas con el transporte, con capacidades de refrigeración para que los productos lleguen frescos a cualquier destino y todavía se importan productos que son cosechados internamente en el país.
El presidente Raúl Castro señalaba que cada uno de los incumplimientos en los niveles de actividad previstos en la agricultura significa recursos adicionales que el país tiene que erogar y que obligaron a una compra adicional de 38,3 millones de dólares en alimentos, solo en 2012. En general fue preciso dedicar 1 633,7 millones de dólares para importar alimentos ese año. No obstante, en 2008 se llegó a importar 2 600 millones de alimentos; o sea, aunque hay reducción en las importaciones de alimentos, las cifras se mantienen muy altas y la importación de alimentos ocupa más del 20 por ciento enel total de las importaciones del país. En esta reducción también debe haber incidido la baja de los precios, por lo que la dependencia se mantiene en volúmenes.
La agricultura en Cuba absorbe el 20 por ciento del empleo total y su aporte directo al PIB es menor al cinco por ciento, pues en ese sector se concentra la más baja productividad del país. Aún falta un largo camino para recorrer, ya que no se corresponde lo que se ha realizado con los resultados productivos.
Algunas de las acciones tomadas en este sector después de 2010 se pudieran resumir en que se realizó una actualización del balance de uso de la tierra, que permitió detectar la cantidad de tierras ociosas que existían en el país para su entrega a productores bajo el Decreto Ley 259, primero, y posteriormente el Decreto Ley 300. También disminuyeron precios de ciertos insumos agrícolas, se permitió las ventas directas al turismo y la gastronomía, se realizaron experimentos en la comercialización agrícola en provincias como Artemisa y Mayabeque, se desarrolló el otorgamiento de ciertos créditos agrícolas, etcétera. Debe destacarse que en la nueva Ley Tributaria al sector campesino se le concedió un régimen especial tributario con incentivos fiscales o beneficios en cada uno de los tributos que, con carácter general, están establecidos, y se les dio más facilidades a las UBPC.
Quedan aún temas pendientes que es necesario abordar en un breve plazo, para que de forma sostenida se aprecien los resultados de la agricultura hoy insuficientes, como se ha analizado. Entre ellos están la definición del nuevo sistema de gestión agrícola, la impostergable creación de los mercados de aprovisionamiento o insumos, la implementación de las cooperativas de segundo grado --que ya fueron anunciadas-- y la solución de la transportación de los productos agrícolas, que pasaría por la adquisición de nuevos medios de transporte. También está la consolidación de cadenas productivas y la imperiosa necesidad de atraer más capital extranjero en sus distintas formas, y con todas las formas de producción existentes: privadas, cooperativas y estatales.
Industria manufacturera
Uno de los sectores que ha sido clave en los países que han elevado la competitividad en los últimos años, especialmente las economías asiáticas, ha sido la industria manufacturera, tanto en el valor agregado como en la creación de empleos y las exportaciones. Sin embargo, en el caso cubano esa participación está en franco estancamiento.
No solo el aporte de la manufactura es bajo, sino que además se encuentra concentrado en ramas donde es escasa la presencia de recursos laborales con elevada calificación, más bien se concentran en productos alimenticios, refinación de petróleo, entre otros. También se ha producido una disminución del empleo en la manufactura, en los últimos años, congruente con el interés gubernamental de reducir el peso del sector estatal en la economía y en el logro de reducir las plantillas infladas en la industria nacional.
Uno de los sectores que ha sido clave en los países que han elevado la competitividad en los últimos años, especialmente las economías asiáticas, ha sido la industria manufacturera, tanto en el valor agregado como en la creación de empleos y las exportaciones. Sin embargo, en el caso cubano esa participación está en franco estancamiento.
No solo el aporte de la manufactura es bajo, sino que además se encuentra concentrado en ramas donde es escasa la presencia de recursos laborales con elevada calificación, más bien se concentran en productos alimenticios, refinación de petróleo, entre otros. También se ha producido una disminución del empleo en la manufactura, en los últimos años, congruente con el interés gubernamental de reducir el peso del sector estatal en la economía y en el logro de reducir las plantillas infladas en la industria nacional.
Precios, remuneraciones y empleo
El limitado dinamismo de la economía y el control del déficit fiscal (monetizado desde el banco central con emisiones primarias) contribuyeron a estabilizar la inflación, pese a la liberalización del precio de varios productos incluidos en la libreta de racionamiento y de otros productos agrícolas. El Estado siguió fijando topes para ciertos precios agrícolas, entre ellos los de la papa, la malanga, el boniato, el ajo, la cebolla, el tomate, algunos tipos de frutas, los frijoles, el maíz, entre otros, en sus mercados de concurrencia, no en los de oferta y demanda, que han seguido incrementándose en estos últimos dos años.
La inflación oficial anual es baja, en parte porque una porción de los precios en CUP son fijados por el estado. Cabe señalar que en el índice de precios al consumidor (IPC), publicado oficialmente, los precios regulados abarcan alrededor del 40 por ciento del total y se excluye a los productos denominados en pesos convertibles cubanos (CUC).
Al no incluirse todos los mercados, esto puede indicar que los valores de la inflación son superiores alos valores publicados. Como consecuencia, hay que revisar si los salarios nominales en el sector público crecen a la misma velocidad que la inflación total; en caso contrario, puede estar cayendo el salario real de los empleados estatales. Eso contrasta con los salarios en el sector no estatal, sin contar los trabajadores asociados al turismo y otras actividades que se expresan en pesos convertibles. Se conoce que un trabajador contratado por un cuentapropista exige como mínimo un valor de 50 CUP diarios, por lo que en un cálculo de 24 días de trabajo recibe no menos de 1200 CUP mensuales, que representan como mínimo tres veces más que el promedio en el sector público.
En términos del empleo, este crece en el sector no estatal y se reduce en el estatal, de acuerdo con la política prevista. En 2012 el empleo público se redujo en 5,7 por ciento y el no estatal creció en 23 por ciento. A finales de 2012 existían 394.867 trabajadores por cuenta propia concentrados en La Habana (26 %) y dedicados a las siguientes actividades: elaboración y venta de alimentos; arrendamiento de vivienda y habitaciones, y transporte de carga y pasajeros. Del total de trabajadores por cuenta propia, 69 por ciento no tenía vínculo laboral previo y 16 por ciento era jubilado.
Desde que en octubre de 2010 se decidió ampliar el ejercicio del trabajo por cuenta propia, el Estado reconoció la necesidad de ir aprobando e incorporando, gradualmente, nuevas resoluciones complementarias con vistas a incrementar el empleo no estatal. La más reciente de esas resoluciones es la que se publicó en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 004 del 21 de febrero de 2013, la que autoriza el pago en CUC de personas jurídicas a naturales en determinados casos, como servicios de catering. El turismo podrá contratar servicios a privados como plomería o reparaciones menores, y pagarlos en CUC. Se utilizarán los instrumentos de pago existentes en el país como cheques, tarjetas, pagarés, letras de cambio, cartas de crédito local y otros que se decidan. Ya se había emitido en 2011 la resolución 101 del Banco Central de Cuba, en la cual se establecía la forma en que se ejecutarían los cobros y pagos entre personas jurídicas y naturales.
El limitado dinamismo de la economía y el control del déficit fiscal (monetizado desde el banco central con emisiones primarias) contribuyeron a estabilizar la inflación, pese a la liberalización del precio de varios productos incluidos en la libreta de racionamiento y de otros productos agrícolas. El Estado siguió fijando topes para ciertos precios agrícolas, entre ellos los de la papa, la malanga, el boniato, el ajo, la cebolla, el tomate, algunos tipos de frutas, los frijoles, el maíz, entre otros, en sus mercados de concurrencia, no en los de oferta y demanda, que han seguido incrementándose en estos últimos dos años.
La inflación oficial anual es baja, en parte porque una porción de los precios en CUP son fijados por el estado. Cabe señalar que en el índice de precios al consumidor (IPC), publicado oficialmente, los precios regulados abarcan alrededor del 40 por ciento del total y se excluye a los productos denominados en pesos convertibles cubanos (CUC).
Al no incluirse todos los mercados, esto puede indicar que los valores de la inflación son superiores alos valores publicados. Como consecuencia, hay que revisar si los salarios nominales en el sector público crecen a la misma velocidad que la inflación total; en caso contrario, puede estar cayendo el salario real de los empleados estatales. Eso contrasta con los salarios en el sector no estatal, sin contar los trabajadores asociados al turismo y otras actividades que se expresan en pesos convertibles. Se conoce que un trabajador contratado por un cuentapropista exige como mínimo un valor de 50 CUP diarios, por lo que en un cálculo de 24 días de trabajo recibe no menos de 1200 CUP mensuales, que representan como mínimo tres veces más que el promedio en el sector público.
En términos del empleo, este crece en el sector no estatal y se reduce en el estatal, de acuerdo con la política prevista. En 2012 el empleo público se redujo en 5,7 por ciento y el no estatal creció en 23 por ciento. A finales de 2012 existían 394.867 trabajadores por cuenta propia concentrados en La Habana (26 %) y dedicados a las siguientes actividades: elaboración y venta de alimentos; arrendamiento de vivienda y habitaciones, y transporte de carga y pasajeros. Del total de trabajadores por cuenta propia, 69 por ciento no tenía vínculo laboral previo y 16 por ciento era jubilado.
Desde que en octubre de 2010 se decidió ampliar el ejercicio del trabajo por cuenta propia, el Estado reconoció la necesidad de ir aprobando e incorporando, gradualmente, nuevas resoluciones complementarias con vistas a incrementar el empleo no estatal. La más reciente de esas resoluciones es la que se publicó en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 004 del 21 de febrero de 2013, la que autoriza el pago en CUC de personas jurídicas a naturales en determinados casos, como servicios de catering. El turismo podrá contratar servicios a privados como plomería o reparaciones menores, y pagarlos en CUC. Se utilizarán los instrumentos de pago existentes en el país como cheques, tarjetas, pagarés, letras de cambio, cartas de crédito local y otros que se decidan. Ya se había emitido en 2011 la resolución 101 del Banco Central de Cuba, en la cual se establecía la forma en que se ejecutarían los cobros y pagos entre personas jurídicas y naturales.
Sector externo
Pese al esfuerzo realizado en 2009 para reducir las importaciones y sustituir algunas con producciones nacionales, el aumento de los precios internacionales de muchos de los productos importados impidió reducir la factura por concepto de alimentos y de otros productos. Así, en 2012 las importaciones de bienes estuvieron en los mismos niveles de 2008.
Sin embargo, en 2012 el saldo de la cuenta comercial de bienes y servicios siguió siendo superavitario por la factura de servicios profesionales; es decir, impulsado por las exportaciones de servicios, especialmente por las fuertes relaciones políticas existentes con Venezuela, que han facilitado una relación económica especial entre ambos países, en la cual Cuba recibe una parte importante de los combustibles que necesita, como parte de los acuerdos ventajosos del ALBA.
El turismo continúa siendo una importante fuente de divisas. En 2012, sin alcanzarse los ingresos planificados ni la cifra prevista de visitantes extranjeros, se logró un crecimiento del número de visitantes del 4,4 por ciento con respecto al año anterior, al arribar a Cuba 2.838.355 visitantes. Los arribos de estadounidenses en 2012 cerraron con la cifra más alta de los últimos 20 años, que junto al tradicional mercado canadiense totalizaron 1.169.743 visitantes, para el 41,2 por ciento del total de visitantes internacionales.
El incremento de turistas procedentes del Canadá (38% del total), Alemania y varios países latinoamericanos —sobre todo Argentina y Colombia— compensó con creces la reducción del número de turistas procedentes de España, Italia y el Reino Unido.
Hubo un decrecimiento en el segmento de los cubanos residentes en el exterior, lo cual se debió, esencialmente, a la reducción de los viajes de las “mulas” y al envío de remesas a los familiares en Cuba para financiar los nuevos pequeños negocios que aceleradamente se crean en todo el país.
Por su parte, el ingreso medio muestra una tendencia a la disminución, que se ha visto más acentuada a partir de 2008. Este comportamiento indica que, como promedio, cada turista que llega a Cuba aporta al país ingresos menores. Ello resulta preocupante ya que indica que el desarrollo del turismo ha descansado en un modelo de crecimiento extensivo, que está dando ya señales de agotamiento.
Algo importante fue que se aprobaron las políticas para el desarrollo del turismo no estatal y su vínculo con el turismo estatal como rector, en correspondencia con lo planteado en los lineamientos 262 y 264. Lo interesante es que las agencias de viaje del turismo podrán contratar algunos servicios con restaurantes y arrendadores de viviendas para llevar grupos de turistas, algo que no era posible anteriormente.
El producto turístico “Todo incluido” se ha convertido en un commodity, tal como el azúcar crudo, el níquel, el mineral de hierro, el cobre. Entonces, para captar mercados, hay que bajar precios frente a la competencia. En el caso cubano, el crecimiento del turismo nacional se localiza en los polos de sol y playa, con la mayoría de los hoteles operando en el sistema “Todo incluido”. Pero la tasa de ocupación de los hoteles de sol y playa desciende cada año y continúa creciendo el número de habitaciones.
Esto lleva a reflexionar sobre la necesidad de concentrar las inversiones en actividades de recreación, que estimulen el aumento del gasto, es decir, que tenga lugar un mayor desarrollo de la industria extrahotelera, donde hay un retraso evidente. Por ende, es necesario cambiar la política respecto a la inversión extranjera directa, diversificando los destinos hacia nuevos productos innovadores, aunque no sean grandes hoteles ni enormes instalaciones.
Pese al esfuerzo realizado en 2009 para reducir las importaciones y sustituir algunas con producciones nacionales, el aumento de los precios internacionales de muchos de los productos importados impidió reducir la factura por concepto de alimentos y de otros productos. Así, en 2012 las importaciones de bienes estuvieron en los mismos niveles de 2008.
Sin embargo, en 2012 el saldo de la cuenta comercial de bienes y servicios siguió siendo superavitario por la factura de servicios profesionales; es decir, impulsado por las exportaciones de servicios, especialmente por las fuertes relaciones políticas existentes con Venezuela, que han facilitado una relación económica especial entre ambos países, en la cual Cuba recibe una parte importante de los combustibles que necesita, como parte de los acuerdos ventajosos del ALBA.
El turismo continúa siendo una importante fuente de divisas. En 2012, sin alcanzarse los ingresos planificados ni la cifra prevista de visitantes extranjeros, se logró un crecimiento del número de visitantes del 4,4 por ciento con respecto al año anterior, al arribar a Cuba 2.838.355 visitantes. Los arribos de estadounidenses en 2012 cerraron con la cifra más alta de los últimos 20 años, que junto al tradicional mercado canadiense totalizaron 1.169.743 visitantes, para el 41,2 por ciento del total de visitantes internacionales.
El incremento de turistas procedentes del Canadá (38% del total), Alemania y varios países latinoamericanos —sobre todo Argentina y Colombia— compensó con creces la reducción del número de turistas procedentes de España, Italia y el Reino Unido.
Hubo un decrecimiento en el segmento de los cubanos residentes en el exterior, lo cual se debió, esencialmente, a la reducción de los viajes de las “mulas” y al envío de remesas a los familiares en Cuba para financiar los nuevos pequeños negocios que aceleradamente se crean en todo el país.
Por su parte, el ingreso medio muestra una tendencia a la disminución, que se ha visto más acentuada a partir de 2008. Este comportamiento indica que, como promedio, cada turista que llega a Cuba aporta al país ingresos menores. Ello resulta preocupante ya que indica que el desarrollo del turismo ha descansado en un modelo de crecimiento extensivo, que está dando ya señales de agotamiento.
Algo importante fue que se aprobaron las políticas para el desarrollo del turismo no estatal y su vínculo con el turismo estatal como rector, en correspondencia con lo planteado en los lineamientos 262 y 264. Lo interesante es que las agencias de viaje del turismo podrán contratar algunos servicios con restaurantes y arrendadores de viviendas para llevar grupos de turistas, algo que no era posible anteriormente.
El producto turístico “Todo incluido” se ha convertido en un commodity, tal como el azúcar crudo, el níquel, el mineral de hierro, el cobre. Entonces, para captar mercados, hay que bajar precios frente a la competencia. En el caso cubano, el crecimiento del turismo nacional se localiza en los polos de sol y playa, con la mayoría de los hoteles operando en el sistema “Todo incluido”. Pero la tasa de ocupación de los hoteles de sol y playa desciende cada año y continúa creciendo el número de habitaciones.
Esto lleva a reflexionar sobre la necesidad de concentrar las inversiones en actividades de recreación, que estimulen el aumento del gasto, es decir, que tenga lugar un mayor desarrollo de la industria extrahotelera, donde hay un retraso evidente. Por ende, es necesario cambiar la política respecto a la inversión extranjera directa, diversificando los destinos hacia nuevos productos innovadores, aunque no sean grandes hoteles ni enormes instalaciones.
Cambios institucionales y sectoriales
Una de las medidas que el gobierno cubano ha emprendido recientemente es la reestructuración de ministerios del área económica. Así, se eliminó el Ministerio de la Industria Básica; se creó el Ministerio de Industrias a partir de la fusión de las industrias sideromecánica, ligera y la industria química. Al mismo tiempo, se creó el Ministerio de Energía y Minas para desarrollar funciones estatales en las actividades petroleras, energía eléctrica y minería. Se convirtió el Ministerio de Azúcar en el grupo AZCUBA, que solo tiene funciones empresariales.
En las provincias de Mayabeque y Artemisa, así como en la Isla de la Juventud, se comenzó la experiencia de la integración de los centros de la educación superior en una sola institución. También se comenzó en 2012 el perfeccionamiento de 22 organismos y entidades nacionales, que representan la mayoría de los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE).Se creó la OSDE (Organización Superior Dirección Empresarial) BioCubaFarma, que tiene personalidad jurídica propia. Subordinada al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, abarca un gran grupo de entidades yno tendrá funciones estatales sino empresariales; funciona con consejos, en una práctica inusual en el país. Es decir, con un Consejo de Dirección, un Consejo Científico de Investigaciones Biomédicas y Agropecuarias, un Consejo Comercial y de Negocios, más el Consejo Técnico Productivo y de Calidad.
Una de las medidas que el gobierno cubano ha emprendido recientemente es la reestructuración de ministerios del área económica. Así, se eliminó el Ministerio de la Industria Básica; se creó el Ministerio de Industrias a partir de la fusión de las industrias sideromecánica, ligera y la industria química. Al mismo tiempo, se creó el Ministerio de Energía y Minas para desarrollar funciones estatales en las actividades petroleras, energía eléctrica y minería. Se convirtió el Ministerio de Azúcar en el grupo AZCUBA, que solo tiene funciones empresariales.
En las provincias de Mayabeque y Artemisa, así como en la Isla de la Juventud, se comenzó la experiencia de la integración de los centros de la educación superior en una sola institución. También se comenzó en 2012 el perfeccionamiento de 22 organismos y entidades nacionales, que representan la mayoría de los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE).Se creó la OSDE (Organización Superior Dirección Empresarial) BioCubaFarma, que tiene personalidad jurídica propia. Subordinada al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, abarca un gran grupo de entidades yno tendrá funciones estatales sino empresariales; funciona con consejos, en una práctica inusual en el país. Es decir, con un Consejo de Dirección, un Consejo Científico de Investigaciones Biomédicas y Agropecuarias, un Consejo Comercial y de Negocios, más el Consejo Técnico Productivo y de Calidad.
Reflexiones finales
La implementación de los lineamientos económicos y sociales avanza con mucha gradualidad, sostenida en el tiempo, con amplios desafíos, con una elevada complejidad del modelo económico que se pretende construir, pero con el enorme reto de cubrir, en un tiempo político, las demandas y necesidades de la población cubana, que ha vivido en sus últimos 23 años en un “periodo especial” con insatisfacciones o carencias económicas, aunque a la vez ha tenido amplias garantías sociales, especialmente mediante variantes que se implementaron bajo el programa estatal conocido como “Batalla de Ideas”.
La economía cubana ha crecido entre 2008 y 2012 a una tasa promedio del 2,45 por ciento, considerada baja para cumplir las necesidades acumuladas y con las aspiración de enrumbar por una senda de desarrollo sostenido.
La Ley Tributaria --que se aprobó en 2012 y comenzó a aplicarse de manera flexible en 2013 con la postergación de algunos tributos y facilidades a la agricultura en cuanto a montos menores de impuestos, entre otros-- debe seguir permitiendo que los aportes tributarios sean superiores al 60 por ciento de los recursos financieros que requiere el presupuesto nacional. Y este sistema tributario deberá ampliarse, gradualmente, como mecanismo para la redistribución de los ingresos en la sociedad.
La dualidad monetaria continúa siendo un talón de Aquiles para la economía cubana. Aunque hay consenso general respecto a los males que ello acarrea, su solución es compleja y lleva como primer paso el avance productivo. Esto quiere decir que deben seguirse potenciando las fuerzas productivas, en cualquier forma de gestión de la propiedad posible, y acabar de desatar los nudos que aún existen.
La tasa de inversión bruta fija en Cuba es muy baja: en 2011 fue de 8,3 por ciento. En una comparación con América Latina, otros países tienen una tasa de inversión bruta fija, medida en dólares constantes como porcentaje del PIB, de 22,9 por ciento en 2011;es decir, más del doble que el cubano.
Se recalca, una vez más, que una variable muy dinámica en los países que han elevado la competitividad en los últimos años, especialmente las economías asiáticas, ha sido por el aporte decisivo de la industria manufacturera, tanto en la generación de bienes como en el número de ocupados en la economía. Sin embargo, en el caso cubano, esa participación está en franco estancamiento.
La agricultura, pese a las innumerables medidas implementadas por el Estado cubano en cuanto a formas de propiedad, modelos de gestión e institucionalidad, muestra aún resultados insatisfactorios, e incluso hay retrocesos en algunas producciones, especialmente en frutas, cítricos, papa, boniato, malanga, entre otros.
Al no incluirse todos los mercados en el índice de precios al consumidor en Cuba, esto indica que los valores de la inflación son superiores a los valores publicados. Por lo anterior, los salarios reales en el sector estatal siguen mostrando un deterioro de su poder adquisitivo, en contraste con los salarios en el sector no estatal, como mínimo tres veces el promedio del salario estatal.
Los trabajadores por cuenta propia, que al finalizar este trabajado ascendían 405.000 e incluían arrendadores de vivienda, transportistas y personal contratado --este último con 17 por ciento de las licencias--, han tenido una respuesta de crecimiento sostenido en el tiempo, incrementándose de forma permanente de un año a otro, pese a las limitaciones que aún existen.
La llegada de turistas a Cuba ha continuado incrementándose. Por su parte, el ingreso medio muestra una tendencia a la disminución más acentuada a partir de 2008, lo cual resulta preocupante ya que indica que el desarrollo del turismo ha descansado en un modelo de crecimiento extensivo que está dando ya señales de agotamiento.
En general, Cuba continúa transformando su economía, implementando cambios profundos tanto a niveles jurídicos como institucionales; facilitando el desarrollo de otras formas de producción no estatales y, sobre todo, con un pragmatismo desconocido para una gran parte de las generaciones actuales. Aunque se insiste en que hay que ir sin pausa, pero sin prisa, existe evidentemente una acumulación de necesidades insatisfechas por parte de la población, por lo que la prisa debe ser un factor a tener en cuenta en el futuro mediato, aunque no se llegue a correr
La implementación de los lineamientos económicos y sociales avanza con mucha gradualidad, sostenida en el tiempo, con amplios desafíos, con una elevada complejidad del modelo económico que se pretende construir, pero con el enorme reto de cubrir, en un tiempo político, las demandas y necesidades de la población cubana, que ha vivido en sus últimos 23 años en un “periodo especial” con insatisfacciones o carencias económicas, aunque a la vez ha tenido amplias garantías sociales, especialmente mediante variantes que se implementaron bajo el programa estatal conocido como “Batalla de Ideas”.
La economía cubana ha crecido entre 2008 y 2012 a una tasa promedio del 2,45 por ciento, considerada baja para cumplir las necesidades acumuladas y con las aspiración de enrumbar por una senda de desarrollo sostenido.
La Ley Tributaria --que se aprobó en 2012 y comenzó a aplicarse de manera flexible en 2013 con la postergación de algunos tributos y facilidades a la agricultura en cuanto a montos menores de impuestos, entre otros-- debe seguir permitiendo que los aportes tributarios sean superiores al 60 por ciento de los recursos financieros que requiere el presupuesto nacional. Y este sistema tributario deberá ampliarse, gradualmente, como mecanismo para la redistribución de los ingresos en la sociedad.
La dualidad monetaria continúa siendo un talón de Aquiles para la economía cubana. Aunque hay consenso general respecto a los males que ello acarrea, su solución es compleja y lleva como primer paso el avance productivo. Esto quiere decir que deben seguirse potenciando las fuerzas productivas, en cualquier forma de gestión de la propiedad posible, y acabar de desatar los nudos que aún existen.
La tasa de inversión bruta fija en Cuba es muy baja: en 2011 fue de 8,3 por ciento. En una comparación con América Latina, otros países tienen una tasa de inversión bruta fija, medida en dólares constantes como porcentaje del PIB, de 22,9 por ciento en 2011;es decir, más del doble que el cubano.
Se recalca, una vez más, que una variable muy dinámica en los países que han elevado la competitividad en los últimos años, especialmente las economías asiáticas, ha sido por el aporte decisivo de la industria manufacturera, tanto en la generación de bienes como en el número de ocupados en la economía. Sin embargo, en el caso cubano, esa participación está en franco estancamiento.
La agricultura, pese a las innumerables medidas implementadas por el Estado cubano en cuanto a formas de propiedad, modelos de gestión e institucionalidad, muestra aún resultados insatisfactorios, e incluso hay retrocesos en algunas producciones, especialmente en frutas, cítricos, papa, boniato, malanga, entre otros.
Al no incluirse todos los mercados en el índice de precios al consumidor en Cuba, esto indica que los valores de la inflación son superiores a los valores publicados. Por lo anterior, los salarios reales en el sector estatal siguen mostrando un deterioro de su poder adquisitivo, en contraste con los salarios en el sector no estatal, como mínimo tres veces el promedio del salario estatal.
Los trabajadores por cuenta propia, que al finalizar este trabajado ascendían 405.000 e incluían arrendadores de vivienda, transportistas y personal contratado --este último con 17 por ciento de las licencias--, han tenido una respuesta de crecimiento sostenido en el tiempo, incrementándose de forma permanente de un año a otro, pese a las limitaciones que aún existen.
La llegada de turistas a Cuba ha continuado incrementándose. Por su parte, el ingreso medio muestra una tendencia a la disminución más acentuada a partir de 2008, lo cual resulta preocupante ya que indica que el desarrollo del turismo ha descansado en un modelo de crecimiento extensivo que está dando ya señales de agotamiento.
En general, Cuba continúa transformando su economía, implementando cambios profundos tanto a niveles jurídicos como institucionales; facilitando el desarrollo de otras formas de producción no estatales y, sobre todo, con un pragmatismo desconocido para una gran parte de las generaciones actuales. Aunque se insiste en que hay que ir sin pausa, pero sin prisa, existe evidentemente una acumulación de necesidades insatisfechas por parte de la población, por lo que la prisa debe ser un factor a tener en cuenta en el futuro mediato, aunque no se llegue a correr