Mi blog sobre Economía

martes, 27 de agosto de 2013

¿Un asunto de pi?

Imprimir artículo
INDISCIPLINA SOCIAL
Por VLADIA RUBIO (nacinales@bohemia.co.cu )
Fotos MARTHA VECINO (fotografia@bohemia.co.cu )

Esquina llena de basura en la calle y los tanques rotos
(Foto: MARTHA VECINO)
Calles sin basura, ni escombros o papeles ensuciando el andar; personas que conversan sin que nadie les interrumpa o pase entre ambos olvidando pedir permiso, balcones desde donde lanzan sonrisas y no jabitas con desperdicios o cabos de cigarro; música solo para el disfrute privado, sin agredir el tímpano de los vecinos; muros limpios, libres de graffitis o huellas de zapatos; manos tendidas para ayudar a la señora, respeto por el orden de la cola…
No es la descripción de un panorama ilusorio por abarcador, sino realidad alcanzable para todos los cubanos. La merecemos.
Y es una paradoja, porque al tiempo que abundan disgustos por tal convivencia complicada que viola normas elementales y va de la mano de la falta de educación y la indisciplina, a veces es la propia ciudadanía -una parte de ella- la que atenta contra esa cotidianidad más confortable, higiénica y ordenada.
BOHEMIA fue en busca de explicaciones al fenómeno, para nada exclusivo de esta Isla, pero que aquí resulta particularmente chocante por contradecir los valores y el paradigma de sociedad defendidos por tantos cubanos.
El presidente de los consejos de Estado y de Ministros, general de ejército Raúl Castro Ruz, hizo de este tema uno de los ejes centrales de su discurso en la más reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando incluso condicionó el avance en la actualización del modelo económico al orden, la disciplina y la exigencia. No se estaba refiriendo únicamente al sector productivo, sino al acontecer del país en general.
Lo que ven cien

Un sondeo periodístico realizado entre cien capitalinos, aun cuando para nada pretende ser representativo del panorama nacional, sí aporta un botón de muestra sobre lo que más parece estar reiterándose, al menos en esta ciudad con más de dos millones de habitantes... hasta que el censo diga su próxima y esperada palabra.
Muro de monumento pintado con graffiti
Escribir paredes e incluso monumentos habla de sentidos 
de pertenencia bien deteriorados. (Foto: MARTHA VECINO)
Al interrogar a estos pobladores de disímiles edades, ocupaciones y municipios, mitad del sexo masculino y mitad del femenino, sobre cuáles eran las cinco indisciplinas sociales y violaciones de normas de convivencia que más veían reiterarse en su cotidianidad, 98 por ciento señaló el botar basura y otros desechos en sitios inapropiados concediéndole un lamentable primer peldaño.
Dayamí Arbela, de 43 años, engurruña la nariz en respuesta al mal olor que emana de la loma de desperdicios junto al contenedor de basura, mientras la señala con dedo acusador: “Yo no entiendo por qué la gente tiene que ser tan cochina. ¿Qué trabajo cuesta tirar la jaba dentro del tanque?”
Sintiéndose confortada al quejarse a la reportera, vuelve a la carga: “Pero eso no es lo único mi’ja; junto a la peste, se mete por las ventanas también la música del vecino de al lado, que no me da tregua. He pensado hasta en mudarme, pero es por gusto, porque en todas partes pasa igual”.
Hombre joven frante a un edificio
Los llamados a voz en cuello, la música 
alta y otros ruidos se apuntan entre lo 
que hoy más atenta contra una tranquila 
vida cotidiana (Foto: MARTHA VECINO)
Junto a Dayamí, 83 por ciento de los interrogados se declaran víctimas de músicas “a todo lo que da” o de ruidos molestos, que van desde las prácticas de un estudiante de trompeta hasta la sierra de cierto carpintero partiendo en dos el amanecer.
No hubo diferencias entre los grupos de edades al señalar como la violación más reiterada la basura y otros desechos fuera de lugar, pero como peculiaridad, en el caso de los ruidos, aquellos entre 15 y 25 años no la indicaron como la segunda de sus molestias. Quizás sea porque entre ellos se apunte la mayoría de los “ruidosos”, especialmente en cuestiones musicales.
A diferencia del resto, los más jóvenes marcaron en segundo lugar los daños al transporte público, que para la generalidad ocupó con 74 por ciento el cuarto peldaño, antecedido por la indisciplina de ensuciar o escribir paredes, y que especialmente molesta a los mayores de 60 años.
Debería haber determinados muros o espacios donde se expresaran aquellos con inquietudes artísticas o de comunicador social, pero la parada de la guagua o la pared exterior de la panadería no pueden servir de soporte, por ejemplo, a un tal JM para anunciarle al mundo que él es “El locote de la Lisa”, acompañado por un dibujo obsceno que intenta graficar las dimensiones de su locura.
Aunque en el quinto lugar, las afectaciones a parques, jardines y áreas verdes en general, fueron señaladas por 64 por ciento del total, esa no deja de ser una conducta que a todos hace la vida menos grata, y llega a indignar cuando trasciende de pisotear el césped a destrozar bancos y hasta cargarlos en peso quién sabe con qué rumbo.
¿Di por qué?

Poco se avanzaría con solo describir situaciones como las mencionadas, aun cuando los números puedan aportar una magnitud algo más precisa del fenómeno. El asunto está en buscar razones, y para eso, indagamos en los motivos que los propios ciudadanos asocian a esas conductas.
El 92 por ciento de los interrogados las atribuyen a la falta de exigencia por parte de las autoridades para hacer cumplir lo establecido. Aunque este multifacético tema no puede quedar solo en manos de los agentes del orden, el coronel Juan José Hernández, de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), durante el acto central de esa institución por los 60 años de los sucesos del 26 de Julio, subrayaba que “para la PNR, el Moncada de hoy está en garantizar la eficacia, eficiencia y profesionalidad en el enfrentamiento al delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales en el actuar diario, en la cohesión de las acciones con los órganos del Estado, las organizaciones políticas, de masas y sociales, bajo la dirección del Partido, con el objetivo de mantener el orden y la tranquilidad del pueblo”.
Jóvenes saludándose
El habitual saludo que por tradición distinguía al cubano, se
ha ido desdibujando. (Foto: ANTONIO PONS BEATO)
Por su parte, la viceministra de Justicia Rosa Charró comentó a esta reportera la necesidad de “ser mucho más exigentes en la aplicación de las normas con quienes infrinjan la disciplina social y vulneren la tranquilidad ciudadana. No basta con lo educativo. Las dos cosas son importantes y deben aplicarse en la justa medida que correspondan”.
Resolver ese tema nos toca a todos los ciudadanos, también precisaba la viceministra; pero, paradójicamente, la segunda causa por la que acontecen tales hechos, según la muestra con queBOHEMIA interactuó, resultó ser el individualismo y la escasa solidaridad, seguida en tercer lugar por la falta de exigencia sobre la propia ciudadanía.

Es revelador constatar cómo la mayor cantidad de encuestados declaró hacer siempre lo correcto en bien de las otras personas y de su comunidad, al pedirle a cada uno que indicara la frecuencia de ese actuar. De ser así, entonces ¿quiénes son los infractores y los mal educados?, ¿perpetuamente los de al lado? Asoma de manera evidente la falta de una conciencia crítica. Por suerte, fueron los jóvenes quienes más dijeron que solo ocasionalmente hacían lo correcto, con 44,4 por ciento.
Instruidos pero no educados

Violar normas de convivencia ciudadana, incurrir en indisciplinas, usualmente se hace acompañar de mala educación. Por eso, la revista se propuso además indagar en cuáles eran las faltas de educación que más se reiteraban en el diario acontecer.
Ómnibus urbano escrito y rayado
Daños al transporte público, a teléfonos y a otros servicios 
de uso colectivo hablan de una indisciplina social a la que ya 
debe ponérsele coto (Foto: MARTA VECINO)
El centenar de entrevistados no dudó en señalar mayoritariamente, con 83 por ciento, el no pedir permiso para pasar, entrar o salir; y le siguieron -marcados por 71 por ciento en ambos casos- hablar en un tono de voz inadecuado y la ausencia de las “gracias” y el “por favor”. Comunicarse en voz alta, gritar y vocear molesta a todas las edades, según este sondeo; mas a los abuelos parece disgustarles en particular que la gente no salude.
“Llegas a cualquier lugar, al consultorio, a un centro de trabajo, a una cola… y es como si no te vieran, porque nadie te da los buenos días”, refiere dolido Antonio Vistalegre, de 67 años. Junto a este abuelo, 64 por ciento de los encuestados indicó la omisión del saludo como la cuarta falta de educación que más constatan.
Entre las causas de tan maltrecha educación formal los entrevistados apuntaron mayoritariamente a la familia y también a que “los conciudadanos no se respetan entre sí”, 86 por ciento en los dos casos. Como tercera causa quedó señalada por 69 por ciento que “los malos tratos a nivel institucional acarrean la mala educación personal”.
Jóvenes jugado futbol en la calle durante un aguacero
¿No hubo una autoridad que impidiera que ellos 
prácticamente se adueñaran de la calle, cerrándola y además 
exhibiendo a todos sus torsos desnudos? 
(Foto: LEIVA BENÍTEZ)
A propósito de tal estado de cosas, en su ya citada intervención ante el Parlamento, Raúl había expresado: “Conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad”. Luego de una larga y dolorosa enumeración de inadmisibles conductas y faltas de educación, apuntaba: “Todo esto sucede ante nuestras narices, sin concitar la repulsa y el enfrentamiento ciudadanos”.
No pocos se han percatado de dicha desidia porque 67 por ciento del sondeo indicó entre los motivos de la mala educación que “a nadie le importa”; ello, sin que hubiera variaciones significativas entre los grupos de edades, salvo en el caso de los abuelos, quienes, en comparación con los de menos edad, fueron los que menos señalaron esa causa.
Gente caminando por las calles, cruzándolas sin mirar el tráficoYuniel Vladimir Velázquez, por ejemplo, con 24 años, declara sin entibiar mucho las palabras “yo no soy nadie para decirle a la gente lo que tiene que hacer. Mientras el problema no sea conmigo…”

En el diario y agitado acontecer ha ido 
calando la desidia e indiferencia ante lo 
mal hecho en no pocos pobladores 
(Foto: MARTHA VECINO)
El problema es de todos, y todos somos alguien. Nos empodera el sentido de pertenencia por el lugar donde habitamos, el respeto hacia uno mismo y hacia el prójimo, la ética y en general los valores que han fraguado personalidades y conductas. Pero esas tuercas parecen estar flojas en algunos puntos del engranaje social.
Sin embargo, el primer vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez recordaba durante un diálogo con la prensa, en vísperas de la sesión parlamentaria, que “a nosotros siempre nos ha distinguido la decencia, el buen comportamiento, no somos una población históricamente chabacana ni vulgar. Con todos esos valores, y debatiéndolo de manera abierta y sin tapujo, comprendiendo que hay una situación económica pero con la voluntad de superarnos a nosotros mismos, podemos resolver esos problemas”.


Abrirán en Cuba primer hotel especializado en música

Imprimir artículo

El Blue Salsa Club, ubicado en Varadero,  promoverá géneros musicales como la salsa, la guaracha, el bolero y bailes tradicionales de la isla caribeña 


El primer hotel especializado en música de Cuba, el Blue Salsa Club, abrirá en noviembre próximo sus puertas con una nueva propuesta de turismo cultural en el balneario de Varadero, el más famoso de la Isla, informaron medios locales, indica Cubadebate.
El proyecto ideado por el grupo español Blue Bay y la agencia de turismo cultural cubana Paradiso promoverá géneros musicales como la salsa, la guaracha, el bolero y bailes tradicionales de la isla caribeña. El subdirector comercial de la renovada instalación hotelera BelleVue Palma Real, Ramón Fundora, dijo que en estos momentos, se decoran espacios dedicados a los distintos ritmos musicales que mostrará un ambiente diferente al de hoy.
“Es una idea muy similar a los hoteles Hard Rock y el objetivo es hacer que el cliente, cuando entre al Blue Salsa Club, respire música, cultura, danza y cubanía”, explicó el funcionario en declaraciones a la publicación Caribbean News Digital. También avanzó que los huéspedes del hotel tendrán incluida la oferta de clases de baile, de percusión y diversos instrumentos musicales, entre otras opciones.
Las autoridades del turismo cubano han insistido en los últimos tiempos en el propósito de diversificar el producto vacacional más allá de la tradicional oferta de sol y playa. Como parte de ese plan, el grupo estatal cubano Gaviota recién inauguró en Varadero un nuevo complejo hotelero administrado por el grupo español Meliá y ubicado junto a una marina con capacidad para 1.300 atraques para yates y embarcaciones de recreo.
Varadero, situado a unos 150 kilómetros de La Habana y considerado el segundo polo turístico de la Isla, cuenta con 50 instalaciones hoteleras con 20.200 habitaciones y recibe más del 40 por ciento de los visitantes extranjeros que llegan a Cuba.
Cuba recibió el pasado año 2.838,468 turistas extranjeros y entre los emisores resaltó Canadá, que por segundo año pasó del millón de turistas, de acuerdo con datos oficiales.
La aspiración de la Isla en 2013 es convertirse en la anfitriona de 3 millones de turistas de los que en el primer semestre del año recibió 1.596,883, en su mayoría procedentes de Canadá, Inglaterra, Alemania y Argentina, por ese orden, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

Fango medicinal cubano en el mercado

Imprimir artículo

ONCUBA


No es el santo grial para la cura de los dolores, no quitará la acné juvenil de un soplo, o convertirá a un sapo en príncipe; pero es efectivo ante diversas afecciones que pueden presentar las personas. Así se presenta el fango ecológico termal, el cuál sale al mercado con el nombre Naurij.
“La persona que utilice Naurij obtendrá mejoras en su calidad de vida, porque es un producto con un pH cercano al neutro que aglutina diferentes propiedades. Además de ayudar a sanar algunas patologías, elimina manchas, nutre la piel, combate el acné juvenil,  disminuye padecimientos en las rodillas y espalda, tales como reuma, artrosis y artritis. No es un tratamiento doloroso, ni agresivo, además, no posee mal olor. Cada producto viene con las indicaciones de su aplicación, pero se recomienda acudir primero a consulta”, en opinión de Natalia Vega Sánchez, Licenciada en Física y Directora de la Unidad Empresarial de Base Laboratorios Geomineros (LABGEOMIN), entidad rectora del Laboratorio Central de Minerales José Isaac del Corral (LACEMI), encargado de fabricar el fango.
“Otra de sus ventajas es que actúa como estimulante dérmico, no solo depurando la piel, sino que favorece la eliminación del ácido úrico, ayuda en la regeneración celular, químicamente posee sales minerales y oligoelementos que el organismo necesita, estimula la circulación sanguínea, ejerce como reconstituyente de los tejidos, produce una hiperactivación orgánica e interviene activamente en las pieles con poros muy dilatados, controlando eficazmente su secreción sebácea, asevera Vega Sánchez”.
Según datos suministrados por LACEMI, el fango ecológico termal Naurij se debe aplicar sobre una piel limpia, dos veces por semana, no todos los días para dar tiempo a los efectos que producirá. La capa de fango untada irá en correspondencia con la piel y el tamaño de la lesión, la misma se quitará solo con agua tibia si es de piel grasa y agua al tiempo si la piel es seca. Las personas que presenten problemas articulares deben aplicarse el fango por espacio de 30 minutos.
¿Dónde encontrarlo?
El fango ecológico termal se comercializa en todo el sistema de salud de La Habana para los centros de rehabilitación y en los Mercados Artesanales Industriales (M.A.I). “Ellos firman contrato con nuestra empresa y adquieren el producto. Le brindamos la garantía que este es un fango estable, conservado y caracterizado con los parámetros establecidos. También se vende en las tiendas-consultorio agropecuario. Se le oferta el producto al sector agropecuario porque sus trabajadores se exponen mucho tiempo al sol, y al aplicárselos en la piel los protegen”, plantea la Licenciada en Física.
El producto también se comercializa en las farmacias internacionales, las tiendas ubicadas en algunos aeropuertos y los spa de los hoteles a lo lago del país. En palabras de Vega Sánchez ninguno de los productos que se ofertan en moneda nacional supera los 12.00 CUP, mientras que en divisa el costo está por encima de los 7.00 CUC.
En cuanto a su comercialización hacia el exterior, Vega Sánchez refiere que en el pasado se exportó el mismo en España, República Dominicana y Bolivia. “Desde el 2010 lo distribuimos en Venezuela de forma estable. En estos momentos realizamos los trámites de rutina para que el fango se despache nuevamente hacia Dominicana. Las ventas, hasta ahora, le reportan a la empresa ganancias superiores al millón de pesos en el mercado interno, y más de medio millón de dólares por su comercio en otros países”.
Inconvenientes
“Tenemos que mejorar las condiciones de producción, porque el proceso que realizamos es muy artesanal. Sucede que este laboratorio es de servicios científico-técnicos vinculado a la geología en primer lugar, la mayoría de los recursos de la empresa se dedican a estos fines, no al trabajo que nosotros realizamos”, afirma Vega Sánchez.
Más adelante, nos advierte que con las exportaciones realizadas hacia Venezuela, últimamente, tienen un poco más de recursos para cambiar la imagen del producto. “En el país este es el único laboratorio que produce fango medicinal. En la década de los 80 hubo un boom relacionado con su producción. Sin embargo, con la llegada del Período Especial fuimos los únicos que nos quedamos como un bastión produciéndolo”.
El trabajo en el laboratorio no está exento de situaciones que pueden generar la desaparición de algún producto. Desde 2006 no se elabora el jabón de fango, porque no se cuenta con una planta para su producción.
“Ha sido el producto líder de la línea. Su creación comenzó en pleno Período Especial. Para realizar los primeros jabones se tomaron los de lavar, se molieron y les realizamos pruebas de proporciones y así nacieron los primeros jabones de fango. Con el paso del tiempo lo fuimos mejorando, pero ahora no tenemos las condiciones para sacar el producto al mercado”, explica la directora.
A estos problemas se suma la inestabilidad en el transporte para la búsqueda de materias primas, la poca promoción a través de los medios de comunicación desde hace algunos años, la demora en la entrega por parte de la oficina en los permisos de explotación de los fangos, pertenecientes a la empresa encargada de administrar las salinas y la pérdida de siete de los 14  productos con los que una vez contó la línea.
La clave está en las salinas
En la actualidad el fango ecológico termal se extrae de las salinas de Bidos, El Real y 10 de Abril, utilizando las técnicas analíticas mundialmente empleadas para este tipo de Mineral, como es el caso de la difracción de rayos A, análisis térmico, análisis químico y microbiología.
“Es un producto natural como resultado de un proceso geológico de sedimentaciones de materias orgánicas, arcillas, la flora y fauna marina del lugar, maceradas durante cientos de años que se descomponen hasta transformarse en fango. Tiene propiedades terapéuticas, tanto para la parte clínica como para la belleza. Es un ser vivo porque en él habitan diferentes elementos químicos y micro-algas marinas, las cuales contribuyen al tipo de propiedades que presenta el fango”, comenta Vega Sánchez.
Esta investigadora informa que las micro-algas sintetizan líquidos, proteínas, aluminio y cilicio; “eso hace que el producto tenga propiedades nutrientes y restauradoras. La arcilla que se halla en el fango posee elementos de intercambio iónico. Este tipo de arcilla ayuda a extraer algunas toxinas del cuerpo”.
Cuando el producto llega a LACEMI, se le hace el análisis microbiológico de los fangos para descartar la presencia de algún componente patógeno. Se toma esta medida porque en ocasiones las lluvias en las salinas lo contaminan. “Lo que le hacemos es matizarlo por debajo de 0.5 milímetros, entonces se obtiene una masa cremosa y le añadimos un conservante. Al obtener el fango, se realizan los diferentes productos de laboratorio”.
Junto a LACEMI, participan en la caracterización físico-química del fango el Grupo Empresarial Geominera S.A. y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC).
Tras pasar las pruebas pertinentes, una muestra de fango es enviada hacia el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos (INHA), para realizar estudios microbiológicos y toxicológicos. Dicho instituto pertenece a la estructura del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), y es la encargada de certificar cualquier producto que se venda en Cuba, sea de importación o no, siempre y cuando no sean medicamentos.
Vega Sánchez comenta que su empresa trabaja de conjunto con los hospitales Julito Díaz, el Clínico Quirúrgico de La Habana y de Santiago de Cuba, la facultad de Ciencias Médicas de Camagüey, los Hospitales militares Carlos J. Finlay y Luis Díaz Soto, así como el Instituto de Medicina del Trabajo, quienes se encargan de valorar las propiedades terapéuticas del fango.
Antes de su comercialización, se realizaron estudios experimentales en personas con diferentes afecciones, a partir del cual se valoró la eficacia y seguridad del fango ecológico termal, puntualiza Vega Sánchez. “Los especialistas en medicina y productos naturales consideraron que el tratamiento a partir de su uso, podía ser beneficioso para el paciente ya que los resultados obtenidos previos al estudio clínico así lo indicaron”.
Las pesquisas se desarrollaron en varias instituciones dentro y fuera del país, tales como La clínica de Cirugía Plástica, Bioenergética y Natural del hospital Luis de la Puente Uceda, por la Dra. Ángela Gandaria; en el hospital Calixto García, por la Dra. Mónica Álvarez; en el Departamento de Medicina Natural del hospital Joaquín Albarrán, por el Dr., Enrique Garbayo Otaño y en la Clínica Bioerber Bioetec de República Dominicana, por los doctores Jaime Rodríguez y Magnolia Suazo.
La directora de LABGEOMIN señala que producto del fango y el agua madre extraída de las salinas se hace el fango ecológico termal, la máscara nutritiva, el lodo anti celulítico, entre otros artículos. El agua madre es rica en sulfato de magnesio y se emplea en el uso del tónico facial, protector solar, loción para después de afeitar, loción secante y revitalizante. También se hace la máscara filgente y desodorantes.
Vega Sánchez advierte que la explotación del fango y el agua madre no interviene para nada con la producción de sal en el país, porque son subproductos de donde se extrae este mineral. Además, el producto que se obtiene compite en calidad y presentación con cualquier dermocosmético a nivel internacional.
Una historia enfangada antes de nuestra era
El empleo de fangos minero-medicinales de diferentes génesis para tratamientos estéticos, tanto en afecciones osteomusculares como en la piel, se remonta a la antigüedad. Grandes culturas como la griega y egipcia lo utilizaron obteniendo resultados positivos. Hipócrates, médico griego, lo trabajó con el fin de aliviar dolores abdominales y reducir la inflamación de la reuma y la artrosis. Los egipcios lo manipulaban para el tratamiento de inflamaciones, úlceras, deformaciones reumáticas. Los embalsamadores, aprovechando las propiedades antisépticas del fango, lo usaron para momificar cadáveres.
La utilización de los fangos inicialmente era “in situ”, pero a partir del siglo XX empiezan a emerger como productos para tratamientos en balnearios, sanatorios y salones de belleza. Así comenzó la comercialización de los mismos por prestigiosas firmas alrededor del mundo.
En Cuba su utilización se remonta a los tiempos de la esclavitud y eran los negros traídos de África quienes se lo aplicaban para eliminar afecciones de la piel, magulladuras y fatiga muscular, lo que hace suponer su uso, primero, en el continente negro. En todos los casos, la aplicación era empírica y se trasmitían su uso de generación en generación. Al igual que en otros países, en el siglo XX aparecen en la Isla balnearios donde se empleaban los fangos del lugar, tales como Elguea, Santa María del Rosario, Ciego Montero, entre otros.
En nuestro Archipiélago existe una gran cantidad y variedad de yacimientos de aguas minerales y peloides (sedimentos de uso terapéutico) con propiedades terapéuticas y farmacológicas, en virtud de las condiciones específicas de cada ecosistema físico-geográfico, los microorganismos presentes y del clima tropical del país. En ese medio se originan elementos, sustancias, nutrientes y productos bioquímicos de acción terapéutica, beneficiosos para la cura de determinadas afecciones y enfermedades. De ahí la importancia de realizar una correcta explotación del producto para que las personas tengan una alternativa en la solución de sus padecimientos.

Cooperativas a prueba

Imprimir artículo
Cooperativas a prueba
A ritmo de ensayo
Uno de los estilos patentados por el actual gobierno cubano es el de practicar la estrategia de prueba/error, como forma cautelosa de avanzar hacia un desenlace posible. Por supuesto, este método tiene un empleo de larguísima data en la investigación científica y es, por ejemplo, una de las maniobras dramáticas más habituales de la novela policial: se prueba con un sospechoso y, si no da resultado, se cierra ese camino de pesquisas y se emprende otro. Solo que una sociedad como la cubana, urgida de soluciones económicas, no siempre tiene el tiempo abierto de un laboratorio científico ni las páginas escogidas con libertad literaria de una novela policial para someter muchas de sus modificaciones al dilatado sistema de prueba/error.
    Recientemente, aplicando otra vez esa estrategia, el gobierno cubano ha aprobado “de forma experimental” la constitución de 124 cooperativas no agropecuarias, que se dedicarán en lo fundamental a operar en los servicios (no solo gastronómicos), la construcción, el transporte y la fabricación de materiales para fines diversos, incluido el de la propia construcción de viviendas, un sector crítico si los hay. Estas entidades que pueden tener diversos grados de relación con las estructuras económicas, productivas o de infraestructura del Estado (locales, equipos, etc.), son en lo esencial independientes y se rigen por mecanismos y normas propios, diferentes a los que imperan en el sector estatal del país.

    Apenas unas semanas después de la puesta en funcionamiento de estas cooperativas experimentales varias de sus bondades y de sus problemas de relación con el Estado ya se habían puesto de manifiesto. Las bondades, por supuesto, hacen pensar en lo innecesario de someter estas asociaciones de trabajadores a cualquier examen de su capacidad y funcionalidad. Sus problemas de relación con el Estado y la realidad material y subjetiva del país, en cambio, parecen apoyar la necesidad de crear una avanzada para que, en la lucha y el desgaste, abran las pautas por las cuales podrán moverse las cooperativas que, es evidente, se formarán en un futuro.

    El primer elemento a tener en cuenta sobre el carácter de estas asociaciones son sus perfiles de servicios o productivos. Como se ha reconocido públicamente a las cooperativas se les han dado espacios que no son de interés para el Estado o que, simplemente, el Estado nunca pudo hacer eficientes. O sea, su base, más que firme, es pantanosa, y su misión doblemente compleja: no solo ser rentables, sino hacer rentable lo que el aparato del Estado, con todos los recursos posibles y pagando salarios que ya se sabe que son muy inferiores, no pudo convertir en fuente de beneficio, calidad y eficiencia.

    Según revelaron algunos presidentes de cooperativas en un reportaje televisivo, la incomprensión de su existencia legal y su papel económico y productivo ha sido un muro con el que han topado en sus primeras aventuras. El temor profundo que sienten muchas administraciones respecto al riesgo de violar lo establecido o lo permitido (siempre de márgenes bastante estrechos), les hace mirar con cautela la posibilidad de contratar los servicios corporativizados. Y esa actitud es lógica: en un país donde por décadas la única legalidad laboral y productiva era la estatal, no resulta fácil asimilar la existencia y presencia de cooperativas y menos aun de pequeñas empresas privadas, aun cuando tengan el necesario soporte legal o sean capaces de ofrecer el producto o servicio que el Estado no garantiza o lo entrega con menor calidad y hasta mayor precio.

    Al igual que los trabajadores por cuenta propia, los nuevos cooperativistas ya tienen que lidiar además con otro desafío esencial: el de los suministros necesarios para realizar sus labores. El anunciado mercado mayorista que surtirá a unos y otros no ha pasado de ser un sueño admitido, y estos trabajadores independientes o asociados siguen chocando con la realidad de los altísimos precios que existen en los mercados minoristas, con el desabastecimiento, con la baja calidad de muchos insumos… y aun así conseguir producir y tratar de hacerse rentables.

    Nunca en la Cuba contemporánea la palabra rentabilidad ha tenido un peso tan decisorio como en estas formas de producción y empleo (el independiente y el cooperativista). La práctica de la empresa estatal socialista ha demostrado, a lo largo de años y décadas que, ser rentable o no serlo no es un problema para los trabajadores, que a fin de mes reciben de cualquier forma el salario que el Estado les ha fijado, un salario casi siempre insuficiente… pero seguro, percibido con increíble independencia de la mentada rentabilidad, fundamento de cualquier empresa productiva o de servicios. Pero, puesta la pelota en el terreno de las cooperativas y los trabajadores por cuenta propia, la única posibilidad de mantenerse en juego es siendo rentables.

    El sistema de cooperativas no asegura un sueldo base al trabajador. El salario que devengará a fines de mes es el resultado de la producción y las ganancias, repartidas de acuerdo a capacidades y responsabilidades individuales… Lo interesante del asunto es que –según lo revelado-, las nuevas cooperativas no agropecuarias, creadas en esas ramas de poco interés para el Estado o de completo fracaso económico, están generando ganancias individuales que alcanzan (por ahora y según lo declarado) los 2500 a 3000 pesos mensuales, o sea, cinco o seis veces lo que ganaba ese trabajador cuando pertenecía a una institución estatal… y no era productivo o rentable, devengaba un salario fijo y, por ende, no pagaba impuestos directos al Estado cubano, como sí deben hacerlo los cooperativistas en cuestión, que entregarán entre un 10 y un 50 por ciento de sus beneficios a las arcas estatales.

    Como se ha publicado, ya a fines del 2011 un 22 por ciento del empleo en Cuba se concretaba fuera del sector estatal. Como se ha planificado, para el 2016 se espera que esa cifra alcance el 40 por ciento.  Una cantidad importante de estos trabajadores estarán vinculados al sector agropecuario, ya sea como productores individuales o como cooperativistas. Para conseguir hacer atractivo ese estratégico sector, el usufructo de tierras creció en tiempo (de 10 a 25 años) y espacio (de 40 a 67 hectáreas), e incluso se le permitió construir viviendas y alguna infraestructura a los nuevos campesinos. Y aunque hasta ahora los resultados productivos no parecen ser precisamente halagüeños, la desestatalización de la agricultura mantiene su tendencia al crecimiento y la reafirmación, pues con todas sus carencias y problemas, promete ser más eficiente que las ya desgastadas y desacreditas formas estatales de producción de alimentos en el campo.

    La todavía joven experiencia de las cooperativas no agropecuarias (también llamadas urbanas) y la más asentada de los trabajadores por cuenta propia que han sobrevivido a las condiciones existentes en el país y la legalidad a la que deben atenerse, advierte de otro problema que se revela ingente: los que trabajan al margen del Estado ganan varias veces más que quienes trabajan para él (médicos, maestros, obreros, etc.)… Con esos truenos, con el CUC a 24 pesos, con los problemas acumulados por la familia cubana luego de tantos años de crisis y carencias, habrá que preguntarse ya: ¿quién querrá trabajar para el Estado? La prueba está hecha, el error puede ser catastrófico: un buen enigma para una novela policiaca.