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Casi a la par de que el Mintur anunciara que habrá espacio para negocios del sector no estatal en los paquetes turísticos oficiales, se conoció esta semana que las autoridades cubanas han autorizado a usufructuarios y campesinos privados a vender de manera directa a hoteles y centros turísticos.
Hasta ahora, los productores sólo han podido realizar operaciones comerciales de ese tipo a través de las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
Sin embargo, nuevas resoluciones publicadas en la Gaceta Oficial, que entran en vigor el 23 de octubre próximo, abren la posibilidad de que los productores privados traten directamente con clientes del sector turístico, y amplían la lista de productos incluidos en ese intercambio.
A la lista de productos aprobados en 2011 se añaden flores frescas, plantas ornamentales, especies y condimentos secos, huevos de gallina y de codorniz, arreglos florales y servicios de jardinería.
La Casa Financiera del Ministerio del Turismo o las instituciones bancarias, según corresponda, retendrán en estos casos el 5% del valor de las ventas en pesos cubanos. Ello responde al importe mínimo del Impuesto sobre los Ingresos Personales a que están obligados los productores según el Sistema Tributario.
Las autoridades consideraron que este paso contribuye a la transformación del sistema de acopio y la comercialización de las producciones agropecuarias mediante “mecanismos de gestión cada vez más ágiles que simplifiquen los vínculos entre la producción primaria y el consumidor final”.
El cambio es parte del proceso de medidas y reformas emprendidas en 2008 por el gobierno para actualizar y hacer más eficiente el modelo económico del país caribeño, uno de cuyos mayores retos es la producción de alimentos, pues importa alrededor del 80% de lo que consume, con un peso de entre 1.500 y 2.000 millones de dólares en su presupuesto.
Como parte de las iniciativas para impulsar la producción agrícola, en 2008 se abrió un proceso de entrega de tierras en usufructo, que hasta mayo pasado alcanzaba 1,5 millones de hectáreas de tierras antes ociosas entregadas a unos 172 mil productores privados.