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Por: Paul Krugman Premio Nobel de Economia
Por: Paul Krugman Premio Nobel de Economia
¿Cómo hemos llegado a este punto? Ezra Klein ofrece implícitamente dos interpretaciones bastante diferentes e interesantes en The Washington Post.
En primer lugar, describe muy bien en qué consiste el tema político, tal como es. “Se trata de parar una ley que aumenta los impuestos a los ricos”, escribía recientemente Klein, “y que disminuye las subvenciones a las aseguradoras privadas en Medicare para ayudar a los estadounidenses con bajos ingresos a adquirir un seguro médico.
Eso es todo. Esa es la razón por la cual el Partido Republicano podría paralizar el Gobierno y suspender el pago de la deuda”.
Y en efecto, esta lucha tiene, definitivamente, ribetes de guerra de clases, en la que se enfrentan los intereses del 0,1% con los de las familias de las rentas más bajas. Pero llegados a este punto, el 0,1%, en su mayoría, está suplicando a los republicanos que lo dejen ya. Por eso, aunque puede que esto empezara como una guerra de clases, hace ya tiempo que el monstruo se escapó; hasta Karl Rove, más o menos el defensor designado de los privilegios de la clase alta, se está quejando de que el partido se niega a escucharle.
En un artículo diferente, Klein menciona esta cita de Thomas Mann y Norman Ornstein, los autores de It’s Even Worse Than It Looks [Es incluso peor de lo que parece]: “El Partido Republicano se ha convertido en un insurrecto extremista en la política estadounidense; su ideología es extrema, desprecia el compromiso y desdeña la legitimidad de su oposición política”.
Creo que es muy importante darse cuenta de que aunque parezca que el Partido Republicano ha sido tomado como rehén por su ala radical, la estrategia general de responder a la derrota en las elecciones tratando de conseguir a través del chantaje lo que el partido no pudo conseguir en las urnas fue una decisión consensuada que se adoptó allá por enero. Si ahora la dirección del partido está consternada por su situación actual – dirigiendo un partido de “lemmings con chalecos suicidas”, según Devin Nunes, un congresista republicano de California – solo puede culparse a sí misma por ello.
Y creo que un elemento fundamental de la historia es la burbuja conservadora, que entre otras cosas significa que mucha gente de la derecha tiene ideas muy distorsionadas sobre la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible. Puede que bastantes políticos del Partido Republicano crean de verdad que es una conspiración comunista, o el equivalente moral de la esclavitud, o algo así.
Y volviendo al tema de la guerra de clases: la teoría con la que trabajo actualmente es que las personas adineradas se compraron un partido de derechas radical, creyendo – acertadamente – que reduciría sus impuestos y eliminaría normativas, pero no cayó en la cuenta de que, al final, la locura cobraría vida propia y el monstruo que crearon se volvería en contra de sus creadores y de la gente normal y corriente.
Y nadie sabe cómo acaba.
© 2013 The New York Times
Traducción de News Clips.
En primer lugar, describe muy bien en qué consiste el tema político, tal como es. “Se trata de parar una ley que aumenta los impuestos a los ricos”, escribía recientemente Klein, “y que disminuye las subvenciones a las aseguradoras privadas en Medicare para ayudar a los estadounidenses con bajos ingresos a adquirir un seguro médico.
Eso es todo. Esa es la razón por la cual el Partido Republicano podría paralizar el Gobierno y suspender el pago de la deuda”.
Y en efecto, esta lucha tiene, definitivamente, ribetes de guerra de clases, en la que se enfrentan los intereses del 0,1% con los de las familias de las rentas más bajas. Pero llegados a este punto, el 0,1%, en su mayoría, está suplicando a los republicanos que lo dejen ya. Por eso, aunque puede que esto empezara como una guerra de clases, hace ya tiempo que el monstruo se escapó; hasta Karl Rove, más o menos el defensor designado de los privilegios de la clase alta, se está quejando de que el partido se niega a escucharle.
En un artículo diferente, Klein menciona esta cita de Thomas Mann y Norman Ornstein, los autores de It’s Even Worse Than It Looks [Es incluso peor de lo que parece]: “El Partido Republicano se ha convertido en un insurrecto extremista en la política estadounidense; su ideología es extrema, desprecia el compromiso y desdeña la legitimidad de su oposición política”.
Creo que es muy importante darse cuenta de que aunque parezca que el Partido Republicano ha sido tomado como rehén por su ala radical, la estrategia general de responder a la derrota en las elecciones tratando de conseguir a través del chantaje lo que el partido no pudo conseguir en las urnas fue una decisión consensuada que se adoptó allá por enero. Si ahora la dirección del partido está consternada por su situación actual – dirigiendo un partido de “lemmings con chalecos suicidas”, según Devin Nunes, un congresista republicano de California – solo puede culparse a sí misma por ello.
Y creo que un elemento fundamental de la historia es la burbuja conservadora, que entre otras cosas significa que mucha gente de la derecha tiene ideas muy distorsionadas sobre la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible. Puede que bastantes políticos del Partido Republicano crean de verdad que es una conspiración comunista, o el equivalente moral de la esclavitud, o algo así.
Y volviendo al tema de la guerra de clases: la teoría con la que trabajo actualmente es que las personas adineradas se compraron un partido de derechas radical, creyendo – acertadamente – que reduciría sus impuestos y eliminaría normativas, pero no cayó en la cuenta de que, al final, la locura cobraría vida propia y el monstruo que crearon se volvería en contra de sus creadores y de la gente normal y corriente.
Y nadie sabe cómo acaba.
© 2013 The New York Times
Traducción de News Clips.