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Escrito por Cinthya Cabrera Tejera, especial de Cubasí
La penetración de las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (TICs) en el país está signada mayormente por iniciativas como los Joven Clubs y los laboratorios de computación en las escuelas.
La penetración de las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (TICs) en el país está signada mayormente por iniciativas como los Joven Clubs y los laboratorios de computación en las escuelas. En cuanto al desarrollo de software, la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) constituye el pilar más fuerte.
Promesas y utopías horizontales
Más allá de tecnología e infraestructura, Internet es un gran ecosistema social. Se ha desarrollado gracias a la inteligencia colectiva, a la iniciativa de los usuarios mismos. He ahí la verdadera potencialidad de la estructura en red cuyas implicaciones superaron, desde hace mucho, el ámbito de la tecnología para convertirse en la plataforma de una revolución cultural.
Al menos potencialmente, se abren las puertas a formas de comunicación mucho más horizontales.
“En la actualidad, cuando hablamos de internautas, ya no estamos hablando de individuos aislados sino de ciudadanos que forman parte de un organismo vivo pluricelular planetario. Este extraordinario enjambre de redes puede resultar, cuando actúa al unísono, más importante incluso que mastodontes como la TVE, TF1, la BBC o la CNN juntos”, explica Ignacio Ramonet en La explosión del periodismo. De los medios de masas a la masa de medios.
Digamos que es la gran promesa del siglo: horizontalidad y por ende democracia. Cada usuario tiene a su alcance herramientas solo accesibles anteriormente a medios de comunicación y otras instancias emisoras por excelencia.
Hoy es muy fácil acceder a la información, completarla y cuestionarla, pero también es mucho más probable perderse en los laberintos de datos y aturdirse con tanta chatarra. Tal vez, nuevamente, la tecnología avanza a un ritmo más acelerado que nuestra aprehensión de su inmensidad.
El uso de Internet y las TICs en general está limitado en su mayoría a la extrapolación de los fenómenos, comportamientos y patrones de la vida off line. Ello es un indicio de cuán incipiente es la apropiación de las posibilidades interactivas, hipertextuales y multimediales de la web. Con el simple traslado de dinámicas y lenguajes tradicionales, el potencial emancipador de Internet está subvalorado.
La brecha económica es incuestionable, pero está contenida dentro de un abismo cultural que propicia la inercia de patrones hegemónicos, garantes a su vez, de esa brecha económica y cultural en pos de la conservación de su propio sistema. Así, los comentarios van a cualquier papelera de reciclaje, terminan en un lugar de la nube o segregados en alguna mini-red social (como el caso de Eskup, perteneciente a ElPaís.com).
Si bien agrietada, la erosión de la credibilidad de los que tradicionalmente han ostentado la etiqueta de grandes medios de comunicación (es decir, lucrativas corporaciones mediáticas) no llega todavía a un punto definitivo. Quizás sea, como siempre, cuestión de tiempo y voluntades.
Cuba, “wikialidad” y construcción mediática
En medio de todo este panorama, en Cuba aumenta paulatinamente la penetración de Internet. A diferencia de otras naciones al sur de la brecha cultural y económica, la relación de los cubanos con las TICs ha estado marcada por la visión educativa, popular y en suma democrática de la estrategia de las instancias gubernamentales.
Es la web en su forma actual la representación más clara del significado de “aldea global” y el soporte tecnológico de la globalización. La realidad de esa gran aldea se está construyendo –y por ende reproduciendo- de tal manera que ha pasado a ser “wikialidad”, no estrictamente cercana a las aristas de lo real.
La posibilidad de las plataformas wiki es prometedora debido a la creación colectiva del contenido. Cualquiera puede introducir criterios, datos, información. Se pretende que sean los usuarios los entes reguladores.
Y así llegamos a Wikipedia, especie de Santo Grial, mesías de las tareas escolares, de donde un número alarmante de padres cubanos copia y pega los trabajos de sus hijos.
Mucho se debate sobre las consecuencias: el contenido no siempre es verídico, la demonización de Cuba, etcétera. Lo preocupante es que las instituciones escolares –cimiento de la reproducción ideológica de todo sistema- estén asumiendo tácitamente no solo un discurso que de manera bien sutil pretende deslegitimarnos como nación, sino también una tendencia a no pensar, a no cuestionar criterios.
¿Cuántos alumnos y padres se detienen a razonar la información que extraen y reproducen, ya sea de las capas atmosféricas o de las dinastías chinas? Sería un desperdicio de tecnología y potencialidades tal asunción de la escolástica medieval.
Ecured es una opción viable y como toda enciclopedia un excelente añadido de datos e información. Pero el conocimiento se forma a partir del análisis, para luego crearnos opiniones con respecto a un tema. Hasta ahora, la única red capaz de eso es la neuronal, y el único dispositivo con tales prestaciones, el cerebro humano.
La cuestión no es dejar de utilizar Wikipedia, ni tener Ecured como única fuente. La riqueza de Internet estriba en la diversidad. Se trata de una cuestión tan clásica como enseñar sobre la base del discernimiento y la capacidad cuestionadora, no apoyados en la mordaz memorización. Félix Varela lo advertía siglos antes de que el planeta canonizara a Google.
Además de las escuelas, los medios de comunicación también cumplen una función educativa de primer orden. En las circunstancias actuales, brindar una información oportuna, completa, con diversidad de fuentes y recomendaciones para ampliar el tema, no es una alternativa para la prensa cubana, constituye en cualquier caso una necesidad.
En estos momentos, la visión de Cuba en un medio como ElPaís.com dejó de ser para los cubanos esa referencia en los editoriales de Granma. Ahora el diario español está al alcance de un clic.
Más allá de hacer visible en la web a un medio de prensa determinado, como Juventud Rebelde o el Sistema Informativo, la clave está en posicionar el discurso, la ideología en sí, a través –y sobre todo- de los internautas. Con esto, se garantiza la renovación del lenguaje, lo novedoso del contenido, lo creíble y completo del enfoque de Cuba desde Cuba.
Blogs: ¿la “otra” prensa?
Hay quienes entienden la blogosfera cubana como una alternativa, un espacio cuya agenda viene a cubrir temáticas abordadas con menos frecuencia por la “prensa oficial”.
Esta visión propicia el análisis sobre la base de un antagonismo entre los blogs como ámbito emergente y los medios de comunicación tradicionales en el país.
Pero, ¿qué es la blogosfera cubana? El hecho de poseer el apellido “cubana” la hace trascender de un mero conglomerado de blogs cuyo tema habitual es Cuba. Implica en primera instancia una nacionalidad, y no me refiero a fronteras, sino a cultura en el más amplio sentido de la palabra. La cuestión es si se les puede considerar cubanos a blogs cuyos autores tienen una línea editorial impuesta desde instituciones extranjeras.
Más allá de abrir las puertas de temas empolvados entre la burocracia de las fuentes y el acomodamiento de algunos periodistas y directivos de la prensa, los blogs cubanos han traído lo novedoso en la manera de decir, de contar.
Desde esta perspectiva, la blogosfera cubana y los espacios en las redes sociales de manera general no son “otra prensa”, pues constituyen un ámbito esencial de colaboración que ya a estas alturas se hace preciso para los medios tradicionales en el país.
La interacción con los blogueros es vital para la credibilidad y el posicionamiento de un medio de comunicación que la web 2.0 pone, o al menos puede poner potencialmente, al mismo nivel de los usuarios.