Economía
José Armando Fernández Salazar - AIN.- Ante la mirada curiosa de los habitantes de esta ciudad, comienza a tomar forma una nueva edificación denominada La casa insólita, en la que los visitantes podrán apreciar extravagantes fenómenos que desafían las leyes de la gravedad.
La extraña manera en que se erige el inmueble anuncia algunas de las singularidades que tendrá en sus cinco cámaras interiores, entre ellas la mesa de billar inclinada, el agua que sube por su propio peso, la ola que nunca cae, péndulos que reposan inclinados y un asiento del cual el visitante no podrá levantarse sin ayuda.
El proyecto no utiliza tecnologías de última generación sino que se basa en la aplicación ingeniosa de experimentos físicos para crear ilusiones ópticas y de otros tipos, explicó a la AIN Domingo Alás, arquitecto a cargo del diseño del edificio.
Para conformar el insólito inmueble, Alás consultó a varios expertos del territorio y de Cuba y dejó abierta la posibilidad para incluir otros artefactos y ensayos científicos que pudieran sugerir visitantes e incluso estudiantes del preuniversitario de ciencias Luis Urquiza, cercano al lugar.
El proyecto incluye un espacio para las presentaciones de compañías e intérpretes de la magia, una manifestación de las artes escénicas que en Las Tunas cada año, en el mes de noviembre, convoca a su evento más importante en el país, el Festival Ánfora.
Nada de lo que ocurre en la casa es mágico—aseguró Alás—sino que tiene el objetivo de contribuir a la divulgación de la ciencia y despertar el interés por la Física mediante una forma amena y divertida.
La casa insólita no es el primer proyecto en el que el arquitecto nacido en Santiago de Cuba y residente en Las Tunas utiliza experimentos físicos para crear ilusiones visuales; de su autoría son los monumentos solares Plaza Martiana (Las Tunas) y Memorial Caimito de Hanábana (Matanzas), dedicados a José Martí.
José Armando Fernández Salazar - AIN.- Ante la mirada curiosa de los habitantes de esta ciudad, comienza a tomar forma una nueva edificación denominada La casa insólita, en la que los visitantes podrán apreciar extravagantes fenómenos que desafían las leyes de la gravedad.
La extraña manera en que se erige el inmueble anuncia algunas de las singularidades que tendrá en sus cinco cámaras interiores, entre ellas la mesa de billar inclinada, el agua que sube por su propio peso, la ola que nunca cae, péndulos que reposan inclinados y un asiento del cual el visitante no podrá levantarse sin ayuda.
El proyecto no utiliza tecnologías de última generación sino que se basa en la aplicación ingeniosa de experimentos físicos para crear ilusiones ópticas y de otros tipos, explicó a la AIN Domingo Alás, arquitecto a cargo del diseño del edificio.
Para conformar el insólito inmueble, Alás consultó a varios expertos del territorio y de Cuba y dejó abierta la posibilidad para incluir otros artefactos y ensayos científicos que pudieran sugerir visitantes e incluso estudiantes del preuniversitario de ciencias Luis Urquiza, cercano al lugar.
El proyecto incluye un espacio para las presentaciones de compañías e intérpretes de la magia, una manifestación de las artes escénicas que en Las Tunas cada año, en el mes de noviembre, convoca a su evento más importante en el país, el Festival Ánfora.
Nada de lo que ocurre en la casa es mágico—aseguró Alás—sino que tiene el objetivo de contribuir a la divulgación de la ciencia y despertar el interés por la Física mediante una forma amena y divertida.
La casa insólita no es el primer proyecto en el que el arquitecto nacido en Santiago de Cuba y residente en Las Tunas utiliza experimentos físicos para crear ilusiones visuales; de su autoría son los monumentos solares Plaza Martiana (Las Tunas) y Memorial Caimito de Hanábana (Matanzas), dedicados a José Martí.