Mi blog sobre Economía

lunes, 9 de diciembre de 2013

La economía desde la izquierda (II) Modelo y propuestas. Argentina.


Las tensiones que afronta el modelo no son coyunturales, ni obedecen a la impericia. Son desequilibrios estructurales de un esquema que no modificó los pilares de una economía dependiente con gran desigualdad social. En algunos terrenos estratégicos como la energía, estas contradicciones se acentúan día a día. 

La factura energética 

Durante una década el gobierno toleró el vaciamiento de reservas e instalaciones que consumó REPSOL para extraer crudo y expatriar ganancias sin invertir. Presionado por el colapso energético, los mismos funcionarios nacionalizaron la empresa proclamando que el país no pagaría por el saqueo padecido. Ahora anuncian una indemnización que otorgará bonificaciones adicionales a los responsables de la descapitalización.

Kicillof ha sido la cara visible de ambas decisiones. Hace un año y medio declaró que REPSOL no merecía un peso, puesto que distribuyó utilidades a costa de los activos energéticos y se expandió internacionalmente con los recursos del subsuelo nacional. Prometió una auditoría para evaluar el estado de los pozos y el impacto de los daños ambientales. También delegó en un tribunal la eventual estimación de un precio por los litigios pendientes. Ahora declara que la empresa recibirá 5000 millones en títulos públicos que incrementarán la deuda externa. En esta exhibición de pragmatismo, la palabra empeñada vuelve a depreciarse.

REPSOL no sólo recibe el dinero que estaba regateando, sino que tendrá abiertas todas las puertas para seguir lucrando con otros negocios. Conserva el 12% de la participación accionaria en YPF y engrosa el pelotón de compañías que olfatean altas ganancias en los nuevos yacimientos.

La atracción de esos pozos explica el gran protagonismo que tuvo la mexicana PEMEX en el acuerdo de indemnización. Esta empresa estatal ha quedado bajo el mando de una gerencia privatista, que se apresta a repetir el desguace padecido por YPF durante el menemismo.

Como tienen una importante participación accionaria en REPSOL aceleraron el acuerdo, mediante la directa intervención del presidente neoliberal Peña Nieto. La tratativa final incluyó todas las intrigas que rodean a un negocio turbio.

Algunos economistas K describen esta capitulación como un logro, asumiendo los argumentos de la derecha sobre las inversiones necesarias para recuperar el faltante energético. Olvidan que bajo el actual gobierno Argentina exportaba combustible, mientras las reservas de petróleo y gas se desplomaban hasta generar el actual bache de importaciones. Este déficit no obedece al crecimiento de la economía. Hubo permisividad oficial y visto bueno con los planes prometidos e incumplidos por las compañías.

Los neoliberales que impugnaron la nacionalización se sienten ahora reivindicados y se congratulan por las nuevas concesiones recibirá el capital extranjero. Pero quiénes tanto resaltan la centralidad de esas inversiones, olvidan que el desarrollo petrolero de Argentina nunca se asentó en capitales foráneos. Fue un resultado de la propiedad estatal del crudo y del equilibrio entre exploración y explotación, que se logró mediante un sistema integrado de extracción, refinación y comercialización.

El kirchnerismo ha pasado de la intervención tardía en YPF a un giro privatista, luego de varios meses de indefiniciones. En lugar de estatizar plenamente la compañía se afianzó la sociedad mixta, no se revisaron los contratos y se recrearon las viejas relaciones con el sector privado. El viraje en curso ya supera ampliamente las concesiones que hizo Perón a la California-Standard Oil en 1955.

El acuerdo con REPSOL apunta a despejar el camino abierto con Chevron para extraer el crudo obtenido con productos químicos contaminantes ( shale-oil). Este sistema ( fracking) ha sido prohibido en varios países de Europa y su aplicación en el yacimiento de Vaca Muerta fue negociada con cláusulas secretas, limitado compromiso de inversión, nula transferencia de tecnología y autorización para remitir utilidades al quinto año de explotación. Este modelo -que despierta euforia en Gallucio (“Queremos más Chevrones”)- omite recordar las condenas que recibió la empresa estadounidense en Ecuador por gravísimos delitos ambientales [2] .

El convenio con Chevron ha sido el primero de un nutrido menú de concesiones a 30 compañías ya instaladas en la zona y a más de 60 que llegarían en los próximos años . T odas las empresas anunciaron que invertirán sólo a cambio de mayores precios. Este encarecimiento es un dato incorporado a la estrategia de YPF, que espera manejar una cotización de 102 dólares por barril en el 2017 frente a los 79 actuales. En los últimos dos años la empresa lideró un incremento de los combustibles que duplica el alza de precios al consumidor. Se ha convertido en generadora de inflación y socava la “competitividad” que tanto preocupa al equipo de Kicillof.

Este aumento del combustible será complementado por una reorganización de las empresas distribuidoras de gas y electricidad, que transitaron la década sin invertir. También aquí el modelo de gestión menemista fue preservado. El grueso de las compañías atraviesa por una delicada situación financiera que esperan recomponer con los tarifazos que pagará la población. La gran valorización bursátil reciente de esas empresas ilustra la gran expectativa que tienen los capitalistas con el negocio que imaginan. 

Los efectos del extractivismo 

El tipo de explotación que augura el shale oil se asemeja a la minería de cielo abierto que está devastando la Cordillera. Más de 70 empresas instaladas bajo la gestión K dinamitan montañas para extraer mineral, mediante una disolución de las rocas con compuestos químicos contaminantes. Esta actividad destruye el medio ambiente sin crear empleo, ni generar desarrollo. Engrosa las ganancias de corporaciones internacionales que tributan bajos gravámenes.

El avance de la minería sintoniza con el perfil extractivo de una economía cada vez más dependiente de la soja. Este cultivo se expande podando bosques y fumigando superficies, con agro-tóxicos que despojan a la tierra de sus nutrientes. Garantiza enormes beneficios a los proveedores de esos insumos y refuerza el monopolio de Monsanto, que impuso una modificación de la ley de semillas para asegurarse ese control.

La soja afianza su preeminencia a costa de la ganadería, los cultivos provinciales y el trigo. El precio del pan se disparó recientemente por la reducción del volumen cosechado, como directa consecuencia de la primacía que ejerce la vedette de las exportaciones. La Mesa de Enlace continúa culpando del problema a las “retenciones”, para ocultar el enorme lucro que el sector obtiene mediante su pasaje a la soja.

Con un hipócrita discurso “en defensa del pequeño productor”, Buzzi y De Angeli promueven una mega-devaluación que empobrecería al grueso de la población. Están siempre dispuestos a reiniciar la sublevación patronal del 2008 juntos a sus aliados de la sociedad Rural. Sólo cuestionan de palabra a los grandes intermediarios.

Una porción significativa de las ganancias obtenidas por los grupos agro-exportadores se filtró hacia el exterior y otra parte ha nutrido la alocada expansión urbana. El mercado fija las reglas de un crecimiento en las grandes ciudades que encarece el suelo y los alquileres, condenando a los desamparados al hacinamiento. Las decenas de muertos que provocan las inundaciones periódicas son una consecuencia de esta desregulación del negocio inmobiliario. 

¿Reindustrialización? 

Los economistas del kirchnerismo reconocen la continuada gravitación de la agro-exportación, pero afirman que la reindustrialización ha sido el dato descollante de la última década. Contraponen este avance con la liberalización financiera de los 90 y estiman que Argentina ha sido el único país de la región que evitó la primarización [3].

Pero esta caracterización se basa en una repetida comparación con la depresión del 2001. Como pocas economías padecieron un colapso tan agudo, resulta muy sencillo demostrar la inédita envergadura de la recuperación fabril que tuvo Argentina.

Lo ocurrido simplemente ratifica que un derrumbe mayúsculo tiende a ser sucedido por una recomposición significativa. Una vez repuestos los niveles tradicionales de producción y empleo, quedó también reinstalada la misma estructura industrial dependiente y vulnerable del pasado. Por eso reapareció la elevada importación de insumos y la escasez de divisas para solventarlos. El déficit comercial del sector se expandió al compás de crecientes compras externas de bienes y equipos [4].

La recuperación cíclica de la última década reforzó, además, la concentración y extranjerización de la industria. Como se mantuvo una ley de inversiones extranjeras que otorga total libertad para remitir utilidades, las ganancias fueron inmediatamente giradas a las casas matrices.

Las empresas trasnacionales controlan el grueso de la actividad industrial y no realizan transferencias de tecnologías. Como el mercado argentino es marginal a sus estrategias globales el nivel de reinversión local o creación de empleo es muy bajo.

Estas tendencias se verifican con nitidez en el emblemático sector automotor. Con un sistema de fabricación reordenado en torno a la importación de autopartes, esta rama genera un enorme déficit comercial. A diferencia de los años 60 o 70, las multinacionales ya no lucran utilizando vieja maquinaria para abastecer un mercado interno protegido. Ahora priorizan la exportación y el intercambio de partes con sus filiales de otros países [5].

En esta articulación con el mercado externo, la rentabilidad depende mucho del costo salarial y del tipo de cambio. Por eso las empresas acompañan todos los pedidos de ajuste cambiario. La gravitación del sector automotor condiciona el perfil de una producción industrial divorciada de las prioridades nacionales. El país se está indigestando con vehículos que agravan la congestión urbana, imponen un alto consumo de energía y terminan obstruyendo el propio transporte de individuos y mercancías.

El contraste entre el boom automotriz y el desplome del sistema ferroviario retrata hasta qué punto están invertidas las prioridades del desarrollo. El excedente de vehículos convive con la secuencia de tragedias anunciadas que se registra en las vías. Se privilegió el negocio automotor, mientras se convalidaba el “ferrocidio” iniciado por el menemismo, con el desmantelamiento de 37 talleres, 800 pueblos y el 80% de los servicios. Esta devastación produjo más accidentes desde la privatización que en toda la historia previa del sistema.

El kirchenerismo continuó esta destrucción al preservar las concesiones que enriquecieron a Cirigliano, Jaime y sus secuaces. Esos desfalcos incluyeron la compra de material inutilizable, contratos sub-ejecutados y obras paralizadas. Cuando afloraron las consecuencias de estos desastres, el gobierno se limitó a cambiar un concesionario por otro. Ni siquiera la reciente estatización anula los negocios de esos grupos. Últimamente se han improvisado, además, compras directas de unidades a China, en desmedro de un plan de fabricación interno.

La desarticulación del transporte retrata el estancamiento de una reindustrialización, que se encuentra adicionalmente bloqueada por la consolidación de un sistema financiero pro-consumo y anti-inversión. Las pocas regulaciones heterodoxas que se introdujeron para ordenar el mercado de capitales o actualizar la Carta Orgánica del BCRA, no alteraron la carencia de préstamos de largo plazo. Sólo multiplicaron la liquidez que manejan los bancos para motorizar la demanda. 

Fallido neodesarrollista 

La gestión kirchnerista ha puesto de relieve los límites de un intento neo-desarrollista. Este ensayo introdujo cambios en la política económica, en los equilibrios entre las clases dominantes y en las modalidades de la regulación estatal, pero terminó generando inflación, tensión cambiaria y déficit fiscal. Una vez alcanzados los techos de la recuperación salarial, se afianzó la desigualdad social y la inserción internacional del país como exportador de soja.

El modelo se distanció de la ortodoxia neoliberal, pero sin incluir medidas que permitieron comenzar la redistribución real del ingreso y el cambio de la matriz productiva. Al cabo de una década el neo-desarrollismo tambalea [6].

Esta asfixia obedece, en primer lugar, a la incapacidad política que demostró el gobierno para incrementar la apropiación estatal de la renta sojera. Pretendió aumentar la absorción de ese excedente subiendo las retenciones, pero fue derrotado en la confrontación del 2008 y abandonó la batalla. Ese desenlace marcó un punto de inflexión. No le impidió al kirchnerismo preservar (y recrear) su hegemonía política, pero le quitó al estado los recursos requeridos para la reindustrialización. Una vez agotada la recuperación pos-2001, el PBI mantuvo varios picos de ascenso, pero los motores estratégicos del desarrollo se apagaron.

Argentina es una economía agro-exportadora asentada en la extraordinaria fertilidad de la tierra. Este ventajoso acervo de recursos naturales constituye una maldición bajo el capitalismo, puesto que establece un alto piso de renta comparativa para cualquier otra inversión. Ninguna actividad ofrece un nivel de rendimiento semejante al agro. Esta asimetría determinó la preeminencia inicial de la ganadería y los cereales y su reemplazo actual por la soja.

La inversión industrial no pudo competir durante la centuria pasada con el latifundio terrateniente y no logra rivalizar en la actualidad con los Pools de Siembra. Un sector primario que ofrecía escasas ofertas de trabajo a los chacareros se ha tornado expulsivo del empleo, en la era de la siembra directa. La aglomeración en villas miserias que generaba el éxodo rural del interior ha devenido en informalidad laboral masiva.

Los distintos proyectos de industrialización que se implementaron desde la segunda mitad del siglo XX apuntaron a contrarrestar esta tendencia a la primarización estructural. Pero todos afrontaron el mismo límite que impone la elevada renta agroexportadora al estrecho beneficio fabril. Como la fertilidad natural de la tierra asegura costos muy inferiores al promedio mundial, la vieja tentación de privilegiar el agro invariablemente se renueva.

Esa jerarquización agroexportadora reapareció con fuerza en las últimas décadas de modernización de la producción (agroquímicos, modificaciones genéticas, maquinaria de última generación) y aumento de la demanda internacional (por especulación financiera, compras de China-India y agro-combustibles). Este escenario volvió a disuadir el tibio intento kirchnerista de sostener la actividad fabril, más allá de alguna sustitución de importaciones. Los capitalistas sojeros mantuvieron su renta y el estado se quedó sin los ingresos necesarios para desenvolver un modelo productivo.

Esta preeminencia de la agro-exportación genera, además, una fuerte afluencia de dólares que socava la estabilidad cambiaria. Esa oferta encarece la producción local y recrea las quejas empresarias contra la “vigencia de una paridad semejante a la convertibilidad”. Estos desequilibrios estructurales volvieron a descolocar a la política económica y han impuesto el terrible correctivo devaluatorio en curso. 

Decepción con la burguesía 

Pero el kirchnerismo no ha fallado sólo por renunciar a la apropiación estatal de la renta agro-exportadora. También apostó al comportamiento productivo de la burguesía, olvidando los reflejos que ha desarrollado este sector para fugar capitales, remarcar precios y desinvertir. Las expectativas que todos los gobiernos depositaron en esa franja, siempre concluyeron en estruendosas decepciones. La vieja frase del político radical Pugliese sintetiza esa frustración (“les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”).

Esta conducta de los capitalistas argentinos obedece a numerosas razones. Han influido la formación histórica del sector, la dependencia de la financiación estatal, la debilidad frente a la oligarquía y el temor a la clase obrera. También incide la frustrada experiencia con la sustitución de importaciones, la pérdida de posiciones frente a Brasil, la mutación del mercado interno hacia la exportación y la estrecha asociación con el capital transnacional.

Muchos autores suelen constatar periódicamente estos fenómenos, sin extraer ninguna conclusión. A los sumo sugieren que el estado amplié su presencia económica para sustituir esa deserción. Pero ese reforzamiento también genera tensiones y no puede atravesar ciertos límites, puesto que un capitalismo estatal sin capitalistas carecería de sentido [7].

La frustración actual del kirchnerismo es proporcional a las expectativas depositadas en la burguesía local. Néstor y Cristina ponderaron a ese sector y lo beneficiaron con cuantiosos recursos del estado, esperando como contrapartida mayores inversiones. Pero esos subsidios volvieron a engrosar el patrimonio de los amigos del poder, sin ningún rédito productivo para la economía.

Cada vez que este uso parasitario salió a la superficie, el gobierno reemplazó a un favorecido por otro. Cambiaron a Ciriglaino por Roggio en el ferrocarril, a Eskenazi por Bridas en el petróleo, a Báez por Cristóbal López en la obra pública, a Pérez Companc por Eurnekian en distintos emprendimientos.

Todos los grupos favorecidos aumentaron su riqueza a costa del erario público y protegieron su dinero en el exterior. Un listado que filtró un ex gerente de la Banco Morgan retrata los nombres de 500 grandes clientes que sacaron del país 400 millones de dólares entre 2006 y 2008. Allí aparecen todos los próceres del capitalismo argentino.

La burguesía local participó de todos los negocios rentables que le ofreció el kirchnerismo y se retiró cuando debía aportar capital propio. El ingreso y la salida de los Eskenazi de Repsol es un ejemplo de este patrón de conducta, que se repite en la telefonía. En lugar de “enterrar capital” en inversiones de largo plazo han preferido asociarse con negocios de alta rentabilidad inmediata. Con esta conducta participaron de las privatizaciones en los 90 y ahora observan con atención el regreso de los fondos de inversión, al lucrativo negocio de reestructurar empresas. 

Cuatro áreas prioritarias 

La izquierda enfrenta el desafío de legitimar las demandas sociales frente a las impugnaciones oficiales. Debe confrontar con la descalificación habitual de esas luchas, que son identificadas por el gobierno con el “corporativismo”, las “maniobras sindicales” o los “privilegios de empleados estables con buenos ingresos”.

La derecha suele recurrir a la demagogia, cuestionando con más frecuencia al gobierno que a las movilizaciones sociales. Como la gestión de Cristina tiene fecha de vencimiento, su prioridad es condicionar al próximo presidente. La izquierda necesita polemizar con el gobierno, sin adoptar los argumentos regresivos que difunden los medios de comunicación. Sería terrible reproducir con otro lenguaje el discurso neoliberal contra el “intervencionismo”, el “cepo” o la “patota anti-empresaria”.

La mejor forma de evitar esta confusión es formulando propuestas nítidas. Si la mera denuncia siempre fue insuficiente, actualmente podría convertirse en una adversidad. Demostraría que la izquierda carece de proyectos económicos propios o realizables.

El punto de partida de nuestros planteos es la oposición frontal al ajuste encubierto que promueve la oposición derechista y al ajuste dosificado que intenta el oficialismo. “Ni sinceramiento de precios”, ni “sintonía fina”. Ambas estrategias transitan por la fijación de un estricto techo al aumento salarial, con el argumento de facilitar una “paulatina reducción de la inflación”. En ambos casos se oculta que esa disminución exige comenzar por el recorte de los beneficios.

Todos los economistas que convocan a la suscripción de un “pacto social” para frenar la escalada de precios, presuponen implícitamente que la carestía es culpa de los asalariados. Como se olvidan quién remarca, desechan contener esa escalada limitado el lucro el patronal.

Frente a esta actitud es indispensable defender el salario real, reclamar su ajuste al nivel de la canasta familiar y batallar por la revisión de los convenios colectivos. Esta actualización se ha tornado insoslayable a medida que la carestía carcome cualquier mejora. La reciente suba del mínimo no imponible carece por ejemplo de movilidad periódica y por eso tiende a quedar deglutida.

La defensa de los ingresos salariales del sector formal es la mejor forma de limitar el empobrecimiento de los precarizados. Las conquistas que obtienen los asalariados sindicalizados tienden a extenderse a los trabajadores en negro. No siempre ocurre pero lo contrario conduce a la miseria. Cualquier retracción del salario formal induce a la involución del informal.

La batalla por regularizar al 35% de los trabajadores precarizados (que cobran salarios cuatro veces inferiores) no transita sólo por la fiscalización de la cadena productiva (principalmente de las grandes compañías que sub-contratan). Todas las promesas oficiales de reducir la informalidad por esa vía han fallado. Se requiere avanzar en la sindicalización de los precarizados.

Pero es evidente que el ingreso popular no podrá preservarse si no decae la inflación. Cualquiera sea el diagnóstico sobre las causas inmediatas de este flagelo hay que frenar primero la escalada de precios, para poder actuar sobre la inversión, la comercialización, la exportación o la emisión.

Esta acción impone los controles que tanto detesta la derecha. Los precios no se disparan por el exceso de supervisión, sino por el carácter timorato de una regulación centrada en el número final y no en la formación de esas cotizaciones. En esa gestación la rentabilidad es tomada como un dato sagrado, que sólo conocen los dueños de las empresas y sus gerentes. Si esta información no se democratiza, la inflación continuará siendo una enfermedad misteriosa para todos los consumidores.

Es evidente que para contener los precios hay que conocerlos normalizando de inmediato el INDEC. No sólo los funcionarios que dejó Moreno deben retirarse. Tampoco se necesita a los técnicos del FMI. Pero también hay que desenmascarar el carácter mítico de la “libertad de precios” en una economía concentrada y la inoperancia de los acuerdos con las cúpulas empresarias.

Sólo una efectiva fiscalización de costos y ganancias puede desactivar la espiral inflacionaria sin generar padecimientos populares. Esta acción requiere intervención popular genuina y no la farsa de controles que ensaya el kirchnerismo. Existen leyes suficientes para contrarrestar el desabastecimiento, pero se necesita voluntad política para aplicarlas.

Con la disparada del dólar ocurre algo semejante. Existen numerosas causas estructurales del problema, pero no hay corrección posible del perfil del comercio exterior, si no se contiene de inmediato el derrumbe de las reservas. Los neoliberales prometen resolver el problema “recuperando la confianza”. Pero no aclaran que esa seguridad de los capitalistas se nutre siempre de agresiones contra los trabajadores.

En este terreno el gobierno continúa experimentando todas las alternativas. Un día aumenta los controles y al otro los alivia. Pero ya comparte implícitamente los cuestionamientos de la derecha al “cepo” y trabaja para su eliminación futura. Esta política contradice la necesidad de un control de cambios eficaz, que actué sobre los peces gordos y no sobre el pequeño ahorrista o viajero. Este tipo de acciones efectivas nunca fueron instrumentadas por el kirchnerismo. En lugar de forjar un sistema protección de divisas para actividades prioritarias armó un barroco dispositivo de medidas inútiles.

El colmo de estas contradicciones ha sido el orgulloso pago de la deuda con reservas del Banco Central. Han rifado el principal resguardo de la economía para exhibirse como “pagadores seriales”. Este absurdo comportamiento se explica por la expectativa en una respuesta amigable del mercado. El kirchnerismo ha supuesto que los banqueros reingresarían las divisas que les entregaban los funcionarios. La misma ilusión tuvieron todos los presidentes del pasado.

La deuda que puntalmente se abona con fondos públicos es un viejo producto reestructurado de múltiples canjes, cuya legitimidad jamás fue investigada. Es indispensable suspender esos pagos, para distinguir los compromisos genuinos de las simples estafas.

Los dólares faltantes se encuentran en manos de grandes grupos que han difundido una imagen de omnipotencia. Han generalizado la impresión que nadie puede actuar sobre ellos. Pero se olvidan de los recursos que maneja el estado para imponer el reingreso de las divisas al circuito formal. En lugar de re-endeudar al país sería necesario transparentar el dinero de quiénes localizan sus patrimonios y desenvuelven sus actividades en Argentina.

La principal fuente de recaudación del dinero que necesita el estado debe provenir de la reforma impositiva progresiva, que tantas veces se ha discutido y nunca se implementó. Hay incontables propuestas para gravar la renta financiera o agro-exportadora, el juego y las actividades minero-extractivas. Existen también detallados proyectos para reintroducir los aportes patronales en la previsión social. Sólo las exenciones a la renta financiera y a las industrias promocionadas le restan anualmente 8900 millones de pesos al fisco.

Estas propuestas de acción inmediata de la izquierda sobre la inflación, el dólar, la deuda y el sistema impositivo constituyen el punto de partida para comenzar a remediar los problemas estructurales de la economía. 

Perfil productivo e igualdad social 

El control estatal sobre las divisas es imprescindible para superar el status agroexportador de Argentina. No alcanza con subir retenciones o incrementar la supervisión sobre las exportaciones. Se necesita introducir el monopolio estatal del comercio exterior, para gestionar de manera unificada las operaciones que generan y consumen dólares. Esa entidad podría suscribir distintos contratos, pero debería asegurar la comercialización centralizada de las divisas.

Otras instituciones que ya existieron en el pasado -como la Junta Nacional de Granos o el IAPI- podrían complementar esta labor, para negociar los precios y financiar la siembra y la cosecha. Esas entidades permitirían, además, desvincular los precios locales de las cotizaciones internacionales y contribuirían a contrarrestar la inflación por exportación de alimentos.

Esos instrumentos son insoslayables para cortar la especulación cambiaria y la facturación tramposa de mercancías. Mediante la apropiación plena de la renta comenzaría la desprivatización de un ingreso que pertenece a todo el país y se abriría un camino para desactivar la maldición de los recursos naturales.

Con el monopolio estatal del comercio exterior comenzaría a socializarse la gestión del subsuelo y se remodelaría la producción agropecuaria. La prioridad es frenar la expansión de la frontera sojera para diversificar actividades, recuperando la ganadería y recreando la vitalidad de los cereales y los cultivos regionales. El país no puede depender de la mono-exportación de un producto destinado al engorde de animales.

El segundo pilar de la reorganización económica es la constitución de un sistema financiero que permita canalizar el crédito hacia las actividades prioritarias. Sin control estatal sobre ese reparto, los préstamos continuarán guiados por principios de rentabilidad divorciados de las necesidades populares. Una gestión pública genuina necesita, además, la nacionalización de los bancos o el control de los depósitos, para apuntalar la construcción masiva de viviendas populares, obras de infraestructura, hospitales y escuelas.

Esos emprendimientos son impostergables en una economía que ha malgastado recursos en las torres de Puerto Madero, los barrios cerrados y los shoppings para pocos. El crédito de consumo (que está endeudando al grueso de la población) no puede el único destino de la estructura bancaria. Los préstamos hipotecarios y de inversión deben ocupar un lugar relevante.

La reorganización crediticia contribuiría, además, a consolidar las prioridades de la reindustrialización. Aunque los economistas kirchneristas pregonan la regulación estatal, en los hechos dejaron librado el devenir de la industria al patrón mercantil. La intervención indirecta sobre las empresas a través de los paquetes accionarios del ANSES no alteró esa primacía.

Varios sectores deberían transformarse en prioridad industrial. La reconstrucción de los ferrocarriles podría servir como cimiento de ese proyecto, a partir de la nacionalización del sistema bajo control de los trabajadores y los usuarios. En este terreno habría que desplegar un plan antitético a todo realizado por el gobierno.

Antes de pintar unidades y colocar pantallas en las estaciones habría que concretar la renovación de vías y el demorado soterramiento. En lugar de culpabilizar a los trabajadores por las tragedias, habría que instalar el sistema de señales que impide los accidentes, mediante frenos automáticos ante el descontrol de la velocidad. En lugar de compras llave en mano habría que reconstruir la fabricación local. El principio de financiar el transporte de pasajeros con los réditos de la carga facilitaría esta reconversión. 

Pero el punto más crítico de cualquier proyecto de largo plazo se ubica en la esfera energética. Con el ritmo actual de importaciones no hay forma de sostener un crecimiento sostenido. La nacionalización integral del sector es tan urgente como la conversión de YPF en una empresa plenamente estatal.

Los distintos contratos de exploración deben renegociarse a partir de esa nueva estructura, priorizando las alianzas estratégicas con compañías de la región. El anillo energético sudamericano que promovía Chávez debe ser retomado como una meta zonal. Al igual que la renta agro-sojera, el petróleo y el gas son recursos que debe manejar la nación, poniendo fin al régimen de propiedad provincial que instauró el menemismo.

Antes de embarcarse en la extracción de crudo no convencional habría que agotar la exploración tradicional de pozos. En torno al shale hay que abrir un debate, transparentando todos los datos y peligros en juego. Las denuncias sobre el fracking son muy serias.

Los neoliberales desechan estos cuestionamientos porque vislumbran un gran negocio para sus socios transnacionales. También los economistas del kirchnerismo se burlan de esas advertencias, argumentando que bajo el capitalismo todas las actividades económicas deterioran el medio ambiente [8].

Pero esa constatación no los induce a revisar su reivindicación de un sistema social tan destructivo. Al contrario, asumen como propios los argumentos tranquilizadores que difunden las empresas para adormecer la resistencia popular. Olvidan la trituradora de montañas que se ha instalado en la Cordillera y la destrucción potencial de cultivos y recursos acuíferos que podría generar el fracking.

Hay que abordar este problema con sumo cuidado y sabiendo que Argentina necesita petróleo. Con un tercio de la población bajo la pobreza y una economía ubicada en la periferia del planeta, el país no puede darse el lujo de “decrecer”, ni “retornar a la naturaleza”. Pero este realismo no implica reducir todas las opciones a la aceptación o rechazo del shale.

Nuestro país tiene un consumo energético por habitante que supera el promedio mundial, para una estructura productiva que se ubica a años luz de la frontera tecnológica. Una reorganización en este plano es tan indispensable, como la reconsideración de viejas alternativas (nuclear e hidroeléctrica) y la exploración de la opción eólica y solar. Sólo por el momento estas últimas variantes presentan graves problemas de discontinuidad e inviabilidad económica.

En cualquier caso un proyecto productivo implica llevar a cabo lo prometido y nunca realizado por los economistas K. Su principal desacierto ha sido apostar a la renovación del capitalismo, en lugar de bregar por la erradicación de este sistema. Aquí estriba en última instancia la principal diferencia con la izquierda, que promueve desarrollar la economía junto a una reducción simultánea de la desigualdad social. Como estas dos metas son inalcanzables bajo el capitalismo, un futuro de prosperidad y justicia exige bregar por la transición socialista. Durante la última década el neo-desarrollismo fue contrapuesto al neoliberalismo como la única opción en juego. Ahora debemos concebir otra posibilidad. 

Resumen 

La preservación de una economía dependiente con gran desigualdad social explica las tensiones del modelo. El déficit energético es consecuencia de una depredación tolerada por el gobierno. Luego de nacionalizar YPF en forma tardía e insuficiente se premia con indemnizaciones a los responsables del vaciamiento. La extracción contaminante reforzará la minería a cielo abierto y el esquema extractivo de expansión sojera.

Se ha recompuesto la estructura vulnerable, deficitaria y extranjerizada de la industria. La prioridad del ferrocarril fue sustituida por la sobre-oferta automotriz, en un marco financiero pro-consumo y anti-inversión.

El ensayo neo-desarrollista quedó sofocado por la victoria agro-sojera del 2008. El gobierno renunció a incrementar la apropiación estatal de la renta, que se requiere para el desarrollo productivo y la estabilidad cambiaria. La burguesía local repite su vieja conducta de remarcar precios, fugar capital y no invertir. La regulación estatal no modificó este comportamiento y la decepción del gobierno se traduce en un giro pro-mercado.

Pero en el debate con el oficialismo no hay que adoptar los argumentos neoliberales. La izquierda tiene proyectos para contener la inflación mediante la fiscalización popular de los costos y las ganancias. Se necesita un control de cambios en serio y la investigación de la deuda para discriminar los compromisos reales de los ficticios. El bache fiscal debe recomponerse con impuestos progresivos.

El monopolio estatal del comercio exterior y la nacionalización del sistema financiero son indispensables para superar la dependencia agro-exportadora. El objetivo debe ser erradicar y no renovar el capitalismo. La transición socialista es el emblema de la izquierda.
Notas


Claudio Katz es Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es: www.lahaine.org/katz


[2] Ver: Herrero Félix, “El oscuro trasfondo del acuerdo con Chevron”, diariohoy.net, 29/08/2013.

[3] Keistelboim Mariano, “ Reindustrialización”, www. pagina12 .com.ar/diario, 28/04/2013.

[4] Un detallado análisis de estos desbalances en: Gigliani Guillermo, Michelena Gabriel, “Los problemas estructurales de la industrialización en la Argentina (1962-2010), Realidad Económica, n 278, 2013. 

[5] Pinazo Germán, “La nueva división internacional del trabajo y su impacto en la periferia. Un análisis desde las transformaciones de la industria automotriz argentina entre los años 1991-2010”, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 28 de octubre de 2013. 

[6] Hemos descripto en varios trabajos previos la evolución y límites de este proyecto. Una síntesis en Katz Claudio, "Las grietas del modelo", en Discurso, política y acumulación en el kirchnerismo, Ediciones CCC-Universidad Nacional de Quilmes, 2013.

[7] Un reciente ejemplo de estos problemas en: Zaiat Alfredo, “Mariachi, burguesía y el estado”, P agina12.com.ar/diario, 17/11/2013. 

[8] Sturzenegger Federico, “ YPF-Chevron: una estafa de proporciones”, www.clarin.com/, 22/07/2013. Scaletta Claudio, “Utopía reaccionaria”, www.pagina12.com.ar, 08/09/2013.

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Slim, que posee bienes que ascienden a los 79.100 millones de dólares, cree que los países con alta deuda pública y déficit elevados sólo tienen ante sí tres caminos para sanear sus cuentas: aumentar los ingresos, reducir el gasto y vender activos, en especial infraestructuras. 

Por otro lado, Slim, que según la revista Forbes es en la actualidad el hombre más rico del mundo, recomendó a los mandatarios de países con problemas económicos que aumenten la edad de jubilación hasta los 70 años porque -afirma- "el límite de sesenta se estableció cuando la gente se moría a los sesenta o poco más y ahora vivimos hasta los 85 o los 90".


Rusia condona a Cuba 29.000 mln dlr por vieja deuda de la era soviética


Rusia y Cuba firmaron calladamente un acuerdo que condona el 90 por ciento de una deuda por 32.000 millones de dólares que La Habana arrastra de la era soviética, un trato que pone fin a una disputa bilateral de 20 años y abre el camino a una mayor inversión y comercio, dijeron diplomáticos rusos y europeos. En la foto de archivo, una bandera cubana ondeando cerca de una imagen de Ernesto "Che" Guevara en La Habana. Dic 6, 2013.Foto: Enrique de la Osa / Reuters

Rusia y Cuba firmaron calladamente un acuerdo que condona el 90 por ciento de una deuda por 32.000 millones de dólares que La Habana arrastra de la era soviética, un trato que pone fin a una disputa bilateral de 20 años y abre el camino a una mayor inversión y comercio, dijeron diplomáticos rusos y europeos.

El acuerdo, firmado discretamente en octubre en Moscú, supone que Cuba tendrá que pagar 3.200 millones de dólares en 10 años, a cambio de la condonación del resto de una deuda, que correspondía a 20.000 millones de dólares más intereses.

El trato debe aún ser ratificado por la Duma, la cámara baja del parlamento ruso.

Las negociaciones sobre la forma en que Cuba pagará la deuda restante están en curso, dijeron las fuentes, ya que incluso el pago de 320 millones de dólares anuales representa una gran cantidad de dinero para el Gobierno comunista sometido al embargo económico de Estados Unidos.

Ni Cuba ni Rusia hicieron comentarios oficiales sobre el acuerdo y funcionarios cubanos no estuvieron inmediatamente disponibles para hablar del asunto.

Durante una visita a Cuba en febrero, el primer ministro de Rusia, Dmitry Medvedev, firmó un acuerdo general para elaborar una fórmula para saldar la vieja deuda en 2014.

La decisión molestó a otros países reunidos en el Club de París de naciones acreedoras, ya que rompió filas con el enfoque colectivo de la organización.

CONTACTOS CON CLUB DE PARIS

El Club de París es un grupo informal de gobiernos acreedores integrado por Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Suiza, Países Bajos, Noruega, Rusia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.

La organización cuenta con un grupo de trabajo sobre Cuba, el cual no incluye a Estados Unidos.

Rusia se comprometió a trabajar con Cuba para llegar a un acuerdo con el Club de París como parte de la liquidación de octubre, dijo un diplomático ruso.

"El Club de París debería estar agradecido ya que elimina una gran cantidad de dinero de la mesa y hace más probable un eventual acuerdo", dijo.

Un diplomático europeo precisó que la ayuda de Rusia en la solución de la deuda del Club de París podría ser importante, mientras que una reducción de la deuda sería de hecho más fácilmente negociable.

Desde la visita de Medvedev a La Habana, el Club de París se ha puesto a tantear el terreno con los cubanos y sólo hace unos meses dos representantes viajaron a la isla caribeña para reunirse con el Banco Central, en la primera visita en más de una década.

El Club de París informó que Cuba debía a sus miembros 35.000 millones de dólares al cierre de 2012, 5.000 millones más que lo reportado al finalizar el 2010, una cifra que incluye la deuda con la antigua Unión Soviética. La deuda se estima ahora en 37.000 millones dólares.

A diferencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, de los que Cuba está excluida debido al embargo comercial de Washington, el Club de París no emite préstamos multilaterales.

Cuba libera muy poca información sobre su deuda externa.

El Gobierno cubano informó el mes pasado una deuda "activa" extranjera al 2010, , acumulada después de que declaró el incumplimiento a finales de 1980, de 13.600 millones de dólares. El Gobierno ya no informa sobre su deuda "pasiva" de antes del incumplimiento, que se estima en alrededor de 8.000 millones.

Cuba nunca ha incluido la deuda contraída con la antigua Unión Soviética en sus cifras, pues argumenta que la cantidad es en rublos convertibles sobrevalorados y que el país sufrió un enorme daño por los contratos rotos cuando se derrumbó su antiguo aliado y benefactor.

Cuba tiene una deuda activa de cientos de millones de dólares con Rusia.

"El acuerdo final reconoce parte de la deuda soviética, y esto es políticamente importante para Rusia. También abre el camino para la obtención de más crédito que es importante para Cuba", dijo un diplomático ruso que pidió el anonimato.

BUSCAR LA CREDIBILIDAD

Hace tres años, Cuba reestructuró la deuda comercial con China, que se estima en alrededor de 6.000 millones de dólares, y el año pasado resolvió una disputa con los acreedores comerciales japoneses que se remontaba a la década de 1980.

Bajo el acuerdo japonés, el 80 por ciento de la deuda de 130.000 millones de yenes (alrededor de 1.400 millones de dólares) fue condonado y el resto se acordó a pagar en 20 años.

México perdonó recientemente un 70 por ciento de una deuda con Cuba de 478 millones de dólares acumulados desde finales de 1990, a cambio de los restantes 146 millones de dólares que serán pagados en más de 10 años.

"Los acuerdos con China, Japón, México y Rusia alivian algunas restricciones financieras externas sobre la economía cubana y deben facilitar los lazos comerciales con estos países", dijo Pavel Vidal, un ex economista del Banco Central de Cuba que ahora es profesor en la Universidad Javeriana de Colombia.

"Las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno en el 2009 y estos acuerdos para reducir la ayuda de la deuda externa estabiliza las finanzas de la isla en un momento muy importante cuando se ha iniciado una reforma monetaria significativa en tres años (de devaluación y eliminación del sistema de doble moneda)", añadió.

Raúl Castro, quien reemplazó a su convaleciente hermano Fidel en la presidencia del país en el 2008, ha controlado drásticamente las importaciones y ha recortado las nóminas y subsidios estatales, insistiendo en que su gobierno está cerca de poner su casa financiera en orden.

En el 2011, el Partido Comunista aprobó un plan de reformas económicas de cinco años que exige esfuerzos para "mejorar la credibilidad de Cuba en sus relaciones económicas internacionales, observando estrictamente todos los compromisos que se han contraído".

El plan llama también a agilizar la reprogramación de la deuda externa de Cuba y la aplicación de "estrategias de reestructuración flexibles para el pago de la deuda", tan pronto como sea posible.

(Reporte de Marc Frank. Traducción de Nelson Acosta en La Habana.; REUTERS NAB/)

Raúl Castro, entre los principales oradores del funeral de Mandela (+ Programa oficial)


El presidente cubano Raúl Castro figura entre los principales oradores que intervendrán mañana en el servicio religioso en memoria de Nelson Mandela previsto para las 11:00 horas locales (04:00 am en Cuba), informó hoy el Gobierno de Sudáfrica

De acuerdo con el programa oficial divulgado este lunes, solo seis altos gobernantes extranjeros intervendrán en la ceremonia: los presidentes Barack Obama (EEUU), Dilma Rousseff (Brasil), Hifikepunye Pohamba (Namibia) y Pranab Mukherjee (India), y el vicepresidente Li Yuanchao (China). Las palabras que cerrarán este bloque serán las de Raúl. 

Después de la intervención del Presidente cubano, hará una breve alocución el mandatario sudafricano Jacob Zuma. La ceremonia tendrá lugar en el Estadio de Soweto, en Johannesburgo. 

También intervendrán el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, y la Presidenta de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Clarice Dlamini-Zuma. Hablará, además, un amigo personal del líder sudafricano y cuatro miembros de la familia Mandela, a quien le sobreviven su esposa Graça, tres hijas, 18 nietos y 12 bisnietos. 

Aunque solo seis gobernantes intervendrán en el funeral, el Gobierno de Sudáfrica ha confirmado la asistencia de las siguientes personalidades: 

Afganistán, el Excmo Hamid Karzai , presidente. 

Alemania , Excmo Joachim Gauck , presidente. 

Angola, Su Excelencia el Sr. Manuel Vicente, vicepresidente. 

Arabia Saudita , Su Alteza Real el Príncipe Muqrin bin Abdulaziz Al- Saud, Príncipe Heredero. 

Argentina , el Sr. Amado Boudou , Presidente interino de la República Argentina. 

Argelia, Su Excelencia el Sr. Abdelkader Bensalah , Presidente del Consejo de la Nación ( Senado) – rango por encima del primer ministro. 

Australia , Su Excelencia el Sr. Tony Abbott , MP, Primer Ministro. 

Bahamas, Perry Christie Muy Honorable Primer Ministro. 

Bangladesh, Su Excelencia el Sr. Md. Abdul Hamid MD ABDUL , Presidente. 

Bélgica, Su Alteza Real el Rey Philippe. 

Benin, Boni Yayi Su Excelencia , Presidente. 

Botswana , Su Excelencia el Teniente General Seretse Khama Ian Khama , Presidente. 

Brasil , la Excma Dilma Rousseff , presidente. 

Burundi, Pierre Nkurunziza Su Excelencia, Presidente. 

Canadá, Su Excelencia Stephen Harper, Primer Ministro. 

CHAD , Su Excelencia el Sr. Idriss Deby Itno , Presidente. 

Commonwealth, Su Excelencia , Sr. Kamalesh Sharma. 

Congo ( República del Congo) , Su Excelencia el Sr. Denis Sassou -Nguesso , Presidente. 

China, Su Excelencia Li Yuanchao , Vicepresidente. 

Comisión de la Unión Africana, la Excelentísima Dra. Nkosazana Dlamini Zuma , Presidente. 

COMORES , Su Excelencia el Dr. Ikiliou Dhoinine , Presidente. 

Congo ( República Democrática del Congo) , Su Excelencia Joseph Kabila , Presidente. 

Consejo Europeo , Su Excelencia el Sr. Herman van Rompuy , presidente. 

Corea ( del Sur) , el Excmo Hongwon Chung , primer ministro. 

Costa de Marfil, Su Excelencia el Presidente Allassane Ouattara , Presidente. 

Croacia, Ivo Josipovic, Su Excelencia , Presidente. 

Cuba , Su Excelencia Raúl Castro Ruz , Presidente. 

Dinamarca, Su Alteza Real , el príncipe heredero Federico. 

Djibouti , Excmo Ismail Omar Guelleh , Presidente. 

Emiratos Árabes Unidos, Su Excelencia el Jeque Bin Nayahan Mubarak Al Nahyan , Ministro de Cultura – Enviado Especial del Emir. 

Eslovenia , Excmo Pahor , Presidente. 

España , Su Alteza Real Felipe de Borbón , Príncipe de Asturias. Mariano Rajoy, Presidente. 

Estados de la Liga Árabe , el Excelentísimo Embajador Samir Hosni , Ministro. 

Estados Unidos de América , el Excmo Barack Obama, Presidente. 

Estado palestino , el Excmo Mahmoud Abbas , el presidente. 

Etiopía, Su Excelencia Ato Hailemariam Dessalegn , el primer ministro. 

Francia, su Excelencia , Francois Hollande , presidente. 

Finlandia, Su Excelencia Sauli Niinistö Presidente. 

Gabón, Su Excelencia Ali Bongo Ondimba , Presidente. 

Gambia, Su Excelencia el Profesor Alhaji el Dr. Yahya AJJ Jammeh , presidente jeque. 

Ghana, Su Excelencia John Dramani Mahama , Presidente. 

Guinea, Su Excelencia el Profesor Alpha Condé , presidente. 

Guinea Ecuatorial , Su Excelencia el Sr. Obiang Mbasogo , Presidente. 

Guyana, Su Excelencia Donald Ramotar , Presidente. 

Gran Ducado de Luxemburgo , su Alteza Real Enrique de Luxemburgo, el Gran Duque. 

India, Su Excelencia , Pranab Mukherjee , Presidente. 

Irlanda, Su Excelencia Michael D Higgins , Presidente. 

Italia, Enrico Letta Su Excelencia , el Primer Ministro. 

Jamaica, Su Excelencia, Portia Simpson -Miller, Primer Ministro. 

Japón , Su Alteza Imperial , el Príncipe Heredero Naruhito. 

Jordania, Su Alteza Real , la Reina Rania Al Abdullah y su Excelencia el Primer Ministro Abdullah Ensour. 

Kenya , Su Excelencia el Uhuru Kenyatta , el presidente. 

Lesotho, Su Excelencia , T Thabane , el primer ministro. 

Líbano, Su Excelencia el Sr. Najib Mikati , el primer ministro. 

Liberia, Su Excelencia Ellen Johnson Sirleaf, Presidenta. 

Malawi, Su Excelencia, Joyce Banda, Presidente. 

Mauricio, Su Excelencia el Dr. Honorable Navinchandra , el primer ministro. 

Mauritania, Su Excelencia Mohamed Ould Abdel Aziz , Presidente. 

México , Excelentísimo señor Enrique Peña Nieto Presidente de México. 

Mozambique , el presidente de Mozambique, Armando Emilio Guebuza HE. 

Namibia, Hifikepunye Pohamba Su Excelencia , el Presidente. 

Níger , Excmo Issoufou Mahamdou , Presidente. 

Nueva Zelanda , Right Hon. John Key , Primer Ministro. 

Nigeria, Su Excelencia , Goodluck Jonathan , presidente. 

Níger, Mahamadou Su Excelencia , el Presidente de Níger. 

Noruega, Su Alteza Real Haakon , Príncipe Heredero de Noruega. 

Pakistán, Su Excelencia el Sr. Mamnoon Hussain , Presidente. 

Portugal, Su Excelencia , Aníbal Cavaco Silva , presidente. 

Reino Unido, Su Alteza Real el Príncipe Carlos , Príncipe de Gales y el primer ministro David Cameron. 

Saharaui República , Su Excelencia el Sr. Mohamed Abdelaziz , Presidente. 

Senegal, Su Excelencia Macky Sall, presidente. 

Serbia, Tomislav Nikolic Su Excelencia , el Presidente. 

Seychelles, Su Excelencia el Sr. James Alix Michel. 

Sri Lanka , el Excmo Mahinda Rajapaksa , Presidente . 

Sudán, Su Excelencia Bakri Hassan Salih , vicepresidente. 

Suriname , Su Excelencia Desire Delano Bouterse , presidente. 

Sudán del Sur, Su Excelencia el General Salva Kir Mayardit , Presidente. 

Suecia , Su Alteza Real Victoria , el primer ministro. 

Suiza, el Excmo Sr. Ulrich Maurer , Presidente. 

Swazilandia, Su Excelencia el Dr. Sibusiso Dlamini, Primer Ministro. 

Suriname , Su Excelencia Desire Delano Bouterse , presidente. 

Tanzania, Su Excelencia el Dr. Jakaya Mrisho Kikwete , Presidente. 

Timor- Leste , Kay Rala Excelentísimo Xanana , el primer ministro. 

Trinidad y Tobago , el Excelentísimo Sra. Kamla Persad- Bissessar , Primer MinistroTúnez, Su Excelencia Mohamed Moncef Marzouki , Presidente. 

Uganda, Su Excelencia Yoweri Museveni Kagota , Presidente. 

Venezuela , Su Excelencia Nicolás Maduro Moros, Presidente. 

Zambia Su Excelencia Michael Sata , Presidente. 

Zimbabwe, Su Excelencia Robert Gabriel Mugabe, Presidente.

Cuba combate la trata de personas



La Habana (PL) Como parte de los esfuerzos de Cuba en materia de derechos humanos, en la isla se combate con fuerza la trata de personas y se trabaja en la prevención y enfrentamiento a este delito.Se trata de un asunto que constituye máxima prioridad para el Estado y la sociedad civil, según ha consignado la ministra de Justicia, María Esther Reus.

Las leyes en la isla caribeña reprimen con mayor severidad los actos cometidos contra niños y adolescentes en hechos de corrupción, su empleo en la práctica de mendicidad y la venta o tráfico de ellos.

En ello están comprometidos ministerios, instituciones del Estado y organizaciones no gubernamentales, que representan a los diversos sectores de la sociedad.

Al efecto existen 173 casas de orientación a las féminas y la familia, de la Federación de Mujeres Cubanas, que brindaron en 2012 atención individual y servicio de consejería a 40 mil 710 personas, de las cuales dos mil 480 acudieron por casos de violencia. Un informe sobre el enfrentamiento jurídico-penal a este fenómeno destaca el conjunto de medidas que aplica el Ministerio del Turismo para impedir el turismo sexual en sus instalaciones y, además, demanda de las contrapartes extranjeras el cumplimiento de estas regulaciones.

Asimismo, el Ministerio del Interior dispone de centros de evaluación, análisis y orientación de menores, y escuelas de formación integral para aquellos con desviaciones graves en su conducta o que han cometido actos catalogados como delitos.

Cuenta también con centros de protección a niños y adolescentes, cuyo objetivo es minimizar las consecuencias por el trauma causado por agresiones sexuales, orientar a la familia y ofrecer atención terapéutica y psicológica.

El informe señala que Cuba dispone de los instrumentos jurídicos adecuados para enfrentar las actividades asociadas a la trata de personas, que la ley tipifica como la promoción, organización o incitación a la entrada o salida del país con el fin de ejercer la prostitución, o cualquier otra forma de comercio carnal.

Según fuentes oficiales, 224 personas fueron condenadas en 2012 por el delito de proxenetismo. De los 241 juzgados por esta causa, 143 recibieron como sanción la privación de libertad y otros 45, trabajo correccional con internamiento, aseveró.

En los casos de prostitución de niños, predomina el sexo femenino y una edad promedio de 15 años, en tanto los infantes involucrados usualmente actúan por iniciativa propia.

Los hechos de abuso sexual contra este sector de la población mantuvieron niveles ínfimos el año pasado. De un total de dos millones 260 mil 751 personas hasta 16 años de edad, se registraron dos mil 117 denuncias, lo que responde al 0,09 por ciento, indica el documento.

En la isla no es común el empleo de la amenaza, la coacción u otras formas de intimidación para desarrollar estos actos ilícitos, requisitos necesarios para que se tipifique la trata de personas según establece el Protocolo.

Cuba difiere de otros países, donde la explotación sexual está asociada a redes criminales que los mantienen en condiciones de semiesclavitud, de las cuales muy pocas víctimas consiguen escapar.

Según la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), la trata de personas afecta prácticamente a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino.

Informa que en 137 Estados se ha explotado a víctimas de por lo menos 127 naciones. En lo que respecta a los destinos de las corrientes de trata, Europa occidental y central registran la mayor variedad de orígenes y recorridos.

En Europa, unas 140 mil mujeres se encuentran atrapadas en una situación de violencia y degradación por motivos de explotación sexual, y una de cada siete trabajadoras sexuales han sido esclavizadas en la prostitución, puntualiza la página web de la Unodc.

De manera global -agrega-, una de cada cinco víctimas son niños, aunque en las regiones y subregiones más pobres, como en África y el Gran Mekong, conforman la mayoría de las personas traficadas.

Por su parte, las mujeres equivalen a dos tercios de las víctimas de la trata de personas en el mundo.

Se trata de uno de los negocios ilícitos más lucrativos en Europa, donde los grupos criminales obtienen unos beneficios de tres mil millones de dólares al año y se abastece de la población mundial más marginalizada, indica.

Cuba ha suscrito y ratificado los principales instrumentos internacionales sobre la materia, como la Convención de la ONU contra el Crimen Organizado Transnacional.

Como parte de la cooperación con servicios policiales extranjeros y la Interpol, el Ministerio del Interior brinda seguimiento y control a las personas identificadas o que son objeto de búsqueda internacional por pedofilia, proxenetismo u otros delitos sexuales, afirmó la funcionaria cubana.

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, Cuba exhibe tolerancia cero hacia la trata de personas, una posición principista que tiene como centro al decoro del ser humano.

¿Es neutral el dinero en la economía? Una controversia que divide a los economistas

Por  Marco Antonio Moreno

En el desarrollo de la teoría económica las reflexiones sobre el rol del dinero siempre han generado un espacio de especial controversia. Este tema, que tiene singular gravitancia en nuestros días, ha sido objeto de intensos debates en los últimos 5 siglos: La importancia del dinero en el corto y en el largo plazo es uno de los ejes que dividen el pensamiento económico. Hay quienes piensan que el dinero es solo un velo, totalmente neutral al quehacer económico, y hay quienes aseguran que el dinero cumple un rol central, a lo menos en el corto plazo. ¿Afecta el dinero la actividad económica real?. Y si la afecta, ¿cuál es el mecanismo de transmisión de cambios en el acervo de dinero al sector real de la economía? Pese a que este debate se ha mantenido por siglos, no existe un consenso que determine con rigor el rol del dinero en la economía. Para la corriente dominante el dinero es neutral en el corto y en el largo plazo.

La pregunta central que se hace la teoría es sobre la conexión que existe entre los fenómenos monetarios y los fenómenos reales de una economía, si cumple un rol más allá de la “economía de trueque”. La respuesta de toda la economía clásica, neoclásica y monetarista es siempre la misma: “el dinero es neutral, es solo un velo del sistema”, y no influye en la economía ni en el corto ni en el largo plazo.

Para esta visión de pensamiento el dinero es neutral si las variaciones exógenas en la oferta monetaria solo afectan en igual proporción a las variables nominales, dejando inalteradas a las variables reales como la producción, el empleo y los precios relativos. De acuerdo con estas escuelas,los fenómenos monetarios no afectan los fenómenos reales de la economía y solo tienen un único impacto en el nivel general de precios: es decir que la inflación es un fenómeno monetario… Si bien la idea sobre la neutralidad del dinero se remonta a las obras de David Hume (Of Money, 1750), fue Friedrich von Hayek quien conceptualizó la idea en su obra Price and Production(1931) en la teoría monetaria.
 
La teoría Cuantitativa del dinero

Gran parte de esta controversia es fruto de la Teoría Cuantitativa del Dinero (TQM), asociada estrechamente a los economistas clásicos y a la Escuela de Chicago. La TQM ha constituido el núcleo central y el paradigma macroeconómico dominante utilizado por numerosos economistas que contribuyeron a su desarrollo, como Knut Wicksell, Stanley Fisher, Alfred Marshall, Arthur Pigou, Friedrich von Hayek y Milton Friedman, entre otros. Estos economistas consideran que el objetivo principal de la política económica es mantener la estabilidad de precios, dado que de esta forma se conserva el valor del dinero. Este planteamiento es de gran fragilidad porque supone que los bancos centrales están en manos del sector público. Y hay que recordar que los principales bancos centrales del mundo son instituciones privadas.

Aunque siempre se menciona a David Hume como el creador de la Teoría Cuantitativa del Dinero, esta idea tenía más de 200 años de antiguedad cuando el filósofo de La naturaleza Humana y maestro deAdam Smith la desarrolla en Of Money. El filósofo y político francés Jean Bodin la formuló en 1568 (182 años antes que Hume) en su primer texto de teoría monetaria. En esta obra, Bodin señala que la principal causa del aumento de los precios es el aumento de las cantidades existentes de oro y plata.

Esta idea tuvo gran impacto en Europa y fue considerada por largo tiempo como la primera exposición de una teoría cuantitativa del dinero. Sin embargo más tarde se descubrió que la primera construcción científica sobre el tema fue elaborada por los pensadores de la Escuela de Salamanca, en concreto por el sacerdote jesuita Martin de Azpilcueta, en 1525 (225 años antes de Hume). Azpilcueta describió los efectos inflacionistas de la masiva llegada de oro y plata producto del saqueo realizado por los conquistadores y navegantes a los confines del mundo desde el siglo XIV.

La formulación moderna de la teoría cuantitativa es atribuible a Irving Fisher en su obra The Purchasing power of Money, 1911, en la que expone lo que se ha dado en llamar el enfoque de transacciones de la teoria cuantitatiova: M*V=P*T, identidad que expresa que la cantidad de dinero existente en la economía (M), por el número de veces que se usa cada unidad monetaria (V) es equivalente al valor total de las transacciones efectuadas (P*T).

De acuerdo a esta identidad de Fisher, y siempre bajo el supuesto de una economía en pleno empleo (regla general de los economistas clásicos), la velocidad de circulación del dinero (V) es constante por razones “tecno-institucionales” determinadas por los hábitos de pago y de gastos de la comunidad. Del mismo modo, el nivel de actividad o número de transacciones (T) se asume constante, lo que deja el nivel de precios (P) en función de la cantidad de dinero (M). De acuerdo a esta relación, la causalidad va de izquierda a derecha y es la cantidad de dinero la que determina el nivel de precios.

Dado que el enfoque de Fisher incluye el total de transacciones (finales e intermedias) y esto plantea el problema contable de duplicidad de operaciones, surgió el enfoque de ingresos de la teoría cuantitativa, llamada también ecuación de cambio: M*V=P*Y, donde se considera que el valor del ingreso real de la economíoa (P*Y) es equivalente a la demanda monetaria (M), por el número de veces que en promedio se usa cada unidad monetaria en operaciones económicas (V). Si bien esta versión es más operativa, sigue siendo una identidad similar a las anteriores que expresa una causalidad entre cantidad de dinero y nivel de precios, con causalidad de izquierda a derecha. Para Fisher, la Velocidad del Dinero también es constante. Sin embargo, aquí tenemos una gráfica sobre la velocidad del dinero en Estados Unidos:

La teoría keynesiana

Hasta el advenimiento de la teoría keynesiana, la teoría cuantitativa del dinero constituyó el paradigma macroeconómico dominante empleado por los economistas. En sus Ensayos monetarios, Keynes refutó la TQM argumentando que ante un cambio en la cantidad de dinero, no todos los precios varían en la misma proporción. Existen cambios en los precios relativos y por tanto distintos efectos distributivos con sus consiguientes impactos en la producción. Para Keynes el dinero cumple un rol central y su gran tema fue la Teoría monetaria de la producción, donde el dinero impulsa la inversión y ésta se transforma el motor del crecimiento. Esta idea rompe la causalidad directa de la oferta monetaria sobre los precios y da al dinero un rol central.

Keynes reconoce que en el largo plazo la economía tiende a funcionar como señalan los clásicos, peroel largo plazo es un período de tiempo irrelevante dado que en el largo plazo “todos estaremos muertos”. Para Keynes, el desempleo es persistente y solo con políticas de demanda agregada que impulsen la demanda efectiva se puede alcanzar el equilibrio sin desempleo involuntario (Keynes acepta la existencia de la tasa natural de desempleo o desempleo voluntario). La existencia de este espacio para que la política monetaria y fiscal (Modelo IS-LM) pueda mejorar el nivel de ingreso, es para Keynes la prueba irrefutable de que la neutralidad del dinero es una falacia.

En la Teoría General del empleo, el interés y el dinero (libro que se iba a llamar Teoría Monetaria de la producción), Keynes se plantea formalmente la vinculación entre las variables reales y las variables monetarias del sistema a través del efecto de los precios. El mecanismo de transmisión y de fluctuación en el valor de los activos financieros es por la vía de la tasa de interés. De este modo, el dinero si cumple un rol central en la economía, dado que junto a su desempeño como medio de cambio (economía de trueque) y atesoramiento, añade su rol como vehículo para la especulación. Con esto, la antigua determinación monetaria de los precios es suplantada por el argumento keynesiano de la demanda efectiva y la tasa de interés.

Como argumenta Keynes, el dinero no es un velo neutral. Es el elemento que une el presente con el futuro, pero al mismo tiempo aumenta la brecha entre la esfera real y la esfera monetaria por el pago de intereses, transferencias de dineros hacia los más ricos que potencian la desigualdad. Si bien los intereses son la expresión de que en el capitalismo las decisiones económicas se toman en condiciones de incertidumbre, ante la incertidumbre del futuro muchas personas atesoran dinero, y este atesoramiento de dinero por parte de las empresas y las familias puede afectar el ciclo económico. Esta es la trampa de liquidez que tiene convulsionada a la economía actual, y en las puertas de un recrudecimiento de la crisis.
La contrarrevolución monetarista

La contrarrevolución monetarista desarrollada desde los años 50 contra las ideas de Keynes ha buscado demostrar la neutralidad del dinero a través de la tesis del equilibrio general walrasiano. Desde que Leon Walras, el fundador de esta teoría (1874), modeló el concepto de equilibrio para una economía con dinero, numerosos autores han perfeccionado el modelo matemáticamente al crear la heurística positiva que lo retroalimenta. Walras, en su sistema de ecuaciones de excesos de demanda y excesos de oferta de mercancias que se ajustan automáticamente hasta vaciar el mercado por la vía de los precios, introdujo una ecuación que representa los excesos de demanda y oferta de dinero. En su sistema de infinitas ecuaciones, Walras no se percató que el equilibrio del sistema se establece con muchos precios negativos, cosa que es imposible en la vida real. Pese a que los modernos sistemas computacionales evitan este problema, lo importante en la idea de Walras es que advierte que el dinero es algo que carece de utilidad para los que lo poseen, y que su servicio sólo satisface la necesidad de transacciones (trueque)-

La concepción del dinero en el equilibrio general walrasiano fue conceptualizada en los años 50 en el Modelo Arrow-Debreu, gracias a los aportes matemáticos realizados en los años 30 por Wald y Von Neumann. El documento de Kenneth Arrow y Gerard Debreu Existence of an Equiibrium for a Competitive Economy, 1954, es un modelo matemático de alta complejidad que introduce la noción de incertidumbre bajo la idea de localización: una manzana no vale lo mismo en Europa o en África; ni tampoco vale o mismo hoy o en 30 días. La incertidumbre de los precios diferentes en una u otra parte del mundo, y en el presente o futuro, no es más que un agregado de ecuaciones en las que lo medular del rol del dinero no salta a la vista. En el modelo del equilibrio general de Arrow-Debreo el dinero sigue siendo neutral y no desempeña un rol determinante en la economía.

Como hemos visto, los supuestos de la teoría neoclásica para que el dinero sea neutral son altamente restrictivos, lo que convierte este concepto en un interesante ejercicio teóríco (en la línea de la Hipótesis de los mercados eficientes, de Eugene Fama), que no pasa de ser una elucubración matemática que oculta el verdadero significado del dinero y, más aún, en la creación de dinero desde la nada.