Opciones
Muchos son los redimensionamientos económicos y productivos que ejecuta el Estado cubano en la última década pese a los obstáculos que se suscitan e impiden desplegar a fondo las transformaciones que tienen lugar en casi todos los sectores estratégicos de la economía. La agricultura constituye un tema recurrente en esa agenda de cambios que pretende revertir su panorama: hacerla más eficiente y reordenarla estructural y composicionalmente.
En los acuerdos del VI Congreso del Partido, que estableció los Lineamientos de la Política Agroindustrial, se incluyó el reordenamiento del sector aunque algunos aspectos requieren de más tiempo para lograr óptimos resultados. El ministro del ramo, Gustavo Rodríguez Rollero, ha precisado en no pocas ocasiones que las reformas demandan recursos, inversiones y el concurso nacional, pero el factor determinante son las personas que tienen a su cargo la materialización de lo propuesto.
La base piramidal del proceso radica en que los directivos deben ser más activos y transmitir ese espíritu a los colectivos laborales y cooperativas, con cuyos integrantes deben vincularse más debido a que junto con los campesinos individuales tienen la responsabilidad de crear los nuevos valores, asunto en el cual también deben insertarse los técnicos, los profesionales y los científicos.
El cronograma aprobado para el perfeccionamiento del sistema de la agricultura incluye 76 tareas divididas en tres etapas. La primera comenzó el presente año y concluirá durante el primer semestre de 2015 e incluye el perfeccionamiento de los sistemas presupuestado y empresarial. Ello conllevará cambios significativos, los cuales se traducen en una compactación de estructuras que prevé la reducción de 41 % del personal en el órgano central, las delegaciones provinciales y municipales. En total el reordenamiento del capital humano representa más de 6 000 cargos, con el ahorro de 15 067 007 pesos anuales.
En la esfera empresarial, integrada por 12 grupos y 406 empresas, se realizarán transformaciones funcionales entre las que sobresalen la constitución del Grupo Ganadero y el Agrícola, la extinción de la Unión Nacional de Acopio con la transferencia a Comercio Interior de los 378 mercados y 1 538 placitas que actualmente gestiona esa empresa; y el mantenimiento y perfeccionamiento de grupos empresariales como TABACUBA, LABIOFAM y otros órganos superiores de dirección que tradicionalmente han ocupado un espacio significativo en la balanza económica de la Isla.
Hasta finales de 2015 está prevista la segunda etapa de los reajustes, con la creación de las empresas provinciales, y en el segundo semestre de 2014 el traspaso de los Organismos Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) de Mayabeque y Artemisa a la atención directa por parte de la Administración Provincial. La tercera y última etapa se extenderá desde enero de 2015 hasta diciembre de 2016 y supone la extinción de las delegaciones provinciales y municipales de la agricultura y, por consiguiente, la constitución de las direcciones de la agricultura de los Consejos de la Administración en todas las provincias y municipios del país.
Otra propuesta es que el sistema cooperativo también se flexibilizará, con el objetivo de perfeccionarlo. Quedarán eliminadas las trabas que todavía frenan el desarrollo de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) mediante 17 nuevas medidas, así como se aplicarán otras 23 que igualen en condiciones todas las formas productivas (cooperativas y unidades empresariales de base) para a mediano plazo solidificar la estructura productiva y avanzar en el sentido contrario a la improductividad y la burocracia que en la mayoría de la veces distorsiona los valores económicos.
Antecedentes
Según los especialistas del sector, el diagnóstico que motivó la etapa de transformaciones estuvo críticamente asociado a una plataforma que por diversas causas, la mayoría económicas, influyó negativamente en casi todos los procesos agrícolas. Los problemas en todas las esferas aparecieron a partir de la debacle económica y social que supuso la caída de la Unión Soviética.
El documento elaborado por el Ministerio de la Agricultura, y aprobado por el Parlamento cubano, refiere que entre las dificultades más acuciantes está la mezcla de funciones estatales, empresariales y cooperativas que entorpecen la toma de decisiones y la organización; y otra, no menos importante, es que el mercado minorista de insumos agropecuarios no garantiza la oportunidad y estabilidad necesaria en los campos.
Por otro lado, se carece de un mercado mayorista; existe una crítica situación económico-financiera en el sistema empresarial y cooperativo; la infraestructura productiva y el plantel industrial se encuentran descapitalizados al igual que la maquinaria agrícola, las instalaciones y las redes viales; y persisten prácticas de dirección incorrectas, injerencia de la empresa estatal en las cooperativas y exceso de personal indirecto.
Todas estas anomalías, que urge solucionar para garantizar el despegue agrícola, se complementan con otra paradoja como que todavía el país destina cada año alrededor de 2 000 000 000 de dólares para la importación de alimentos, de los cuales 60 % pudieran producirse en Cuba, según el propio ministro.
En otro orden, y en alusión a otras problemáticas de no menos trascendencia, el informe revela que al comenzar la entrega masiva de tierras ociosas en usufructo no fue posible garantizar los medios y recursos necesarios, destinados a respaldar el trabajo de acondicionamiento de la tierra y otras labores, lo cual provocó el lento crecimiento de algunas producciones como la ganadería y los cultivos varios.
Aún así, en comparación con 2008 -año en que comenzaron a implementarse las primeras medidas- aumentó la producción en algunos frentes, aunque todavía se importan anualmente 600 000 toneladas de arroz y 8 000 toneladas de café, producciones que están previstas sustituir con la producción nacional para el año 2016. Estos planes, vistos como meros algoritmos, solo podrán conseguirse cuando estén dadas las condiciones en cada polo productivo y se logren asignar, de una vez, todos los recursos e insumos que requiere cada renglón.
Otro tema es que, para propiciar el despegue, también se concibe la introducción de tecnologías modernas y eficientes, que solucionen la escasez de mano de obra como causa de las migraciones internas del campo hacia las ciudades en busca de sectores más atractivos.
El titular del ramo puntualizó que se han elaborado programas de desarrollo hasta el año 2020 de las principales producciones, de los cuales 12 cuentan con estudios de factibilidad ya aprobados, tres en fase de implementación y tres cuyos estudios están en proceso.
El monto total de estos proyectos supera los 5 000 millones de pesos en moneda total. Ejemplos son el programa de granos que ha ido incrementando sus potencialidades, así se ha incrementado la producción de arroz en más de 200 % desde que comenzó su puesta en marcha.
Con el propósito de cubrir parte del financiamiento para el desarrollo de la agricultura, las autoridades del ramo prevén incrementar las gestiones para obtener financiamientos externos, así como también la inversión extranjera directa donde convenga al país, de acuerdo con la ley de inversiones recientemente aprobada.
El ministro cubano ha explicado que las nuevas transformaciones aparecen en un contexto en el que Cuba posee 6,3 millones de hectáreas de tierras agrícolas, de las cuales más de 2 000 000 se encuentran cultivadas y su propiedad se mantiene mayoritariamente en manos del Estado (78 %), aunque de ellas 70 % gestiona o produce por formas no estatales. Solo 7 % de las tierras son propiedad cooperativa (CPA) y 14,6 % pertenecen a los pequeños agricultores.
Si bien existen planes de desarrollo que conllevan innumerables recursos y trabas que requieren de soluciones efectivas, "la agricultura que se proyecta no puede lograrse sin desarrollo, del mismo modo que sin desarrollo no habrá sostenibilidad. Para el desarrollo es imprescindible la integración y armonía entre las variables suelo, clima, agua, cultivo, tecnología, genética animal, semillas, y su vínculo con la ciencia, la innovación y el mercado", ha dejado claro en varias ocasiones el titular del sector ante las miradas de quienes piensan que el éxito vendrá del mismo lugar que la lluvia.
Por su condición, las características y su complejidad, la transición agrícola responde a una estrategia de seguridad nacional, encaminada a aumentar la producción de alimentos para el pueblo y la sustitución eficiente de las importaciones.
La implementación de la política agrícola debe favorecer el desempeño del sector, incentivarlo económicamente, y brindar mayor acceso de los productores a financiamientos, insumos, mercados agropecuarios, tecnología, ciencia e innovación; así como contribuir a organizar la base productiva y darle mayor autonomía, solo así pudieran saborearse los resultados en el más breve plazo.