Washington, 9 dic (PL) El informe sobre torturas de la CIA en ultramar, presentado ante el Senado estadounidense, constituye un "retrato de depravación difícil de comprender y aun más difícil de digerir", afirmó hoy un editorial de The New York Times.
La enfática reacción del diario se produce aun cuando sus editorialistas reconocen en la misma página que ya "el mundo conoce hace tiempo que el gobierno de Estados Unidos detuvo ilegalmente y torturó prisioneros tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y que -además- mintió sobre sobre ello al Congreso".
Y eso que lo presentado este martes por la demócrata Dianne Feinstein -presidenta del Comité de Inteligencia del Senado (CIS)- fue apenas un resumen de 480 páginas de una investigación secreta que acumula seis mil 300 cuartillas y unas 35 mil notas al pie.
De cualquier manera, se ofrecen detalles sobre ahogamientos simulados (waterboarding), ataques sexuales y otras acciones dirigidas a obtener información, las cuales -según el texto- resultaron inefectivas y muy mal implementadas.
Lo expuesto allí es "difícil de digerir", aunque The New York Times (NYT) apunta que el sumario de Feinstein fue saneado antes por la propia CIA (Agencia Central de Inteligencia).
El rotativo hace notar que dicho informe plantea una vez más, con fuerza renovada, la pregunta de por qué nadie ha rendido cuentas por esos crímenes: ni los altos oficiales que imparten las órdenes, ni quienes ejecutan las torturas, ni aquellos que los encubren, destruyendo los vídeos de los abusos y tratando de bloquear las pesquisas del CIS.
Lo que ocurrió y ahora sale la luz pública -el comportamiento de carceleros e interrogadores secretos- parece haber sido peor que "los horrores que el mundo vio en la prisión de Abu Ghraib, en Iraq", dice el editorial.
De hecho, el reporte asegura -y NYT se hace eco de ello- que las torturas practicadas por los interrogadores de la célebre agencia de espionaje y por contratistas privados fue "brutal y mucho peor" que lo que la CIA ha admitido en público, al Congreso, al Departamento de Justicia e incluso a la Casa Blanca.
Según el "fuertemente censurado" sumario, "en muchos casos las más agresivas técnicas fueron usadas inmediatamente, en combinación y sin parar".
"La privación del sueño implicaba mantener a los detenidos despiertos por más de 180 horas, usualmente de pie o en posiciones de estrés, a veces con sus manos esposadas encima de sus cabezas", reza el rosario de horrores hecho público por el comité senatorial.
Sostiene el informe que algunos detenidos fueron sujetos a lo que NYT describe como "procedimientos pseudomédicos de pesadilla", por ejemplo: "alimentación rectal".
El periódico neoyorquino señala que tales revelaciones "sirven como recordatorio de cuán horrible decisión tomó el presidente (Barack) Obama al inicio de su administración al cerrar los libros sobre este capítulo de nuestra historia, aun cuando él repudió el uso de la tortura"
Los oficiales que destruyeron los vídeos sobre los ahogamientos simulados quedaron impunes y todos los intentos por llevar estos actos a una corte fueron bloqueados alegando secreto nacional, rememora NYT, que parece no esperar demasiado de la justicia estadounidense.
"Es difícil de creer que algo se hará ahora", opina el diario.
Ocurre que los republicanos -que pronto dominarán el Senado y tendrán mayoría en el Comité de Inteligencia- atacaron el informe como si "reportar la tortura y no la tortura en sí misma fuera malo para el país".
rc/jam
Y eso que lo presentado este martes por la demócrata Dianne Feinstein -presidenta del Comité de Inteligencia del Senado (CIS)- fue apenas un resumen de 480 páginas de una investigación secreta que acumula seis mil 300 cuartillas y unas 35 mil notas al pie.
De cualquier manera, se ofrecen detalles sobre ahogamientos simulados (waterboarding), ataques sexuales y otras acciones dirigidas a obtener información, las cuales -según el texto- resultaron inefectivas y muy mal implementadas.
Lo expuesto allí es "difícil de digerir", aunque The New York Times (NYT) apunta que el sumario de Feinstein fue saneado antes por la propia CIA (Agencia Central de Inteligencia).
El rotativo hace notar que dicho informe plantea una vez más, con fuerza renovada, la pregunta de por qué nadie ha rendido cuentas por esos crímenes: ni los altos oficiales que imparten las órdenes, ni quienes ejecutan las torturas, ni aquellos que los encubren, destruyendo los vídeos de los abusos y tratando de bloquear las pesquisas del CIS.
Lo que ocurrió y ahora sale la luz pública -el comportamiento de carceleros e interrogadores secretos- parece haber sido peor que "los horrores que el mundo vio en la prisión de Abu Ghraib, en Iraq", dice el editorial.
De hecho, el reporte asegura -y NYT se hace eco de ello- que las torturas practicadas por los interrogadores de la célebre agencia de espionaje y por contratistas privados fue "brutal y mucho peor" que lo que la CIA ha admitido en público, al Congreso, al Departamento de Justicia e incluso a la Casa Blanca.
Según el "fuertemente censurado" sumario, "en muchos casos las más agresivas técnicas fueron usadas inmediatamente, en combinación y sin parar".
"La privación del sueño implicaba mantener a los detenidos despiertos por más de 180 horas, usualmente de pie o en posiciones de estrés, a veces con sus manos esposadas encima de sus cabezas", reza el rosario de horrores hecho público por el comité senatorial.
Sostiene el informe que algunos detenidos fueron sujetos a lo que NYT describe como "procedimientos pseudomédicos de pesadilla", por ejemplo: "alimentación rectal".
El periódico neoyorquino señala que tales revelaciones "sirven como recordatorio de cuán horrible decisión tomó el presidente (Barack) Obama al inicio de su administración al cerrar los libros sobre este capítulo de nuestra historia, aun cuando él repudió el uso de la tortura"
Los oficiales que destruyeron los vídeos sobre los ahogamientos simulados quedaron impunes y todos los intentos por llevar estos actos a una corte fueron bloqueados alegando secreto nacional, rememora NYT, que parece no esperar demasiado de la justicia estadounidense.
"Es difícil de creer que algo se hará ahora", opina el diario.
Ocurre que los republicanos -que pronto dominarán el Senado y tendrán mayoría en el Comité de Inteligencia- atacaron el informe como si "reportar la tortura y no la tortura en sí misma fuera malo para el país".
rc/jam