La Empresa Somec, del Ministerio de la Construcción, ha ahorrado 45 millones de dólares por la recuperación de costosos equipos al 80 por ciento de su capacidad original
Por LÁZARO BARREDO MEDINA (nacionales@bohemia.co.cu)
Fotos: GILBERTO RABASSA (foto@bohemia.co.cu)
y CORTESÍA DE SOMEC
Fotos: GILBERTO RABASSA (foto@bohemia.co.cu)
y CORTESÍA DE SOMEC
7 de enero de 2015
Cómo llegó
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Cómo salió
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Durante muchos años la filosofía de “bota y compra” de costosos equipos imperó en el Ministerio de la Construcción (Micons), con el consiguiente derroche de millones de dólares. Poner orden es el mérito que tiene hoy la labor de la Empresa de Soluciones Mecánicas (Somec) en respuesta a la directiva del Ministerio de Economía y Planificación de poner mayor énfasis en la recuperación.
Por otro lado, Cuba requiere de un fuerte proceso inversionista y para lograrlo precisa tener una capacidad constructiva de recursos humanos, máquinas y materiales. La estrategia diseñada es solo comprar equipos para las proyecciones de mayor trascendencia, como Mariel, el Complejo Petroquímico y otras obras de esa naturaleza, de manera que la capacidad constructiva se oxigene con esas nuevas máquinas, pero el resto de las necesidades hay que cubrirlas a partir de la política de rescatar todo lo posible, sacar de los rastros hasta donde económicamente sea rentable y solamente lo que no sirve o no puede recuperarse enviarlo a chatarra. Tal proyección se hizo a sabiendas de que muchos equipos ya no se fabrican, y tecnológicamente es bastante arduo hacerlo a partir de la industria nacional, pues con los años muchos se hicieron obsoletos, a lo que se suma la indisciplina en el cuidado y mantenimiento.
Duelen al entrar...
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Alegran al salir
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El Ministerio de la Construcción daba de baja a unos mil equipos por año: buldózer, grúas, camiones de volteo, motoniveladoras, silo-cementos, concreteras, etc., y la mayor parte, de manera irracional, iban destinados a materias primas para chatarra. Pero:
• ¿Cuánto vale un buldózer?: 250 mil dólares.
• ¿Cuánto cuesta un cargador Volvo?: 178 mil dólares.
• ¿Cuál es el precio de un camión concretera?: 90 mil dólares.
• ¿Cuánto hay que pagar por un compresor Betico, ese que sirve para romper las calles?: 27 mil dólares.
• ¿Cuánto hay que gastar para adquirir un camión de volteo?: 81 mil dólares.
• ¿Qué cantidad de dinero hay que erogar para comprar un camión grúa?: 300 mil dólares. Gastos que se pueden reducir considerablemente con una política adecuada de recuperación.
A un tilín del rastro…
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Pero recuperado
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A partir de 2007, en Somec se establecieron las premisas para mantener su capacidad en un programa que permitiese concentrar los recursos financieros y ahorrar, mientras que las transformaciones empresariales -que trajo consigo la actualización del modelo económico- comenzaron a operar tempranamente en esta área de la industria mecánica, y su manifestación más visible fue el reordenamiento en la ejecución de la política de equipos del Micons.
Somec se reorganizó en el 2013, tanto en su estructura territorial de funcionamiento para asimilar en ocho potentes bases industriales en el país lo relacionado con los servicios técnicos e infraestructura, como en el esquema para los aseguramientos, las reparaciones y líneas a mantener e importar en los próximos años.
Dos elementos son muy alentadores: las unidades empresariales de Soluciones Mecánicas del Micons le ahorraron al país en el 2013 por concepto de recuperación de equipos la cifra nada despreciable de 45 millones de dólares, y la empresa en su conjunto tiene una capacidad instalada que sólo se explota hasta ahora al 30 por ciento, por lo que potencialmente puede asumir mucho más en beneficio de la economía nacional.
A nivel de Ministerio se comprobó que esa política reporta dividendos: en el año 2010, el Micons dio baja a mil 479 equipos, la mayor parte enviados a chatarra, y ya en 2013 a 680, bajo un procedimiento de revisión técnica que permitiese la recuperación antes de desahuciar cada unidad.
Recibidos en estas condiciones…
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Salieron con esta calidad
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“Los equipos llegan aquí que es para llorar”
Las unidades de Somec, que agrupan a unos 900 trabajadores en ocho provincias, con un caudal de conocimiento técnicos, están tratando de ir por delante para diagnosticar la factibilidad de la reparación de un equipo, defectarlos en las áreas productivas con el objetivo de saber qué partes y piezas hay que comprar o maquinar en sus talleres y cuáles pueden ser recuperables. El principio es trabajar por hacer una reparación a fondo que permita reintegrarle a la máquina el 80 por ciento de su capacidad. Para ello es cuestión básica un método de planificación que no acepte el ingreso de ningún medio canibaleado y así obligar a cumplir con la disciplina tecnológica, que hasta ahora, por falta de exigencia y cierta complacencia de los que dirigen en algunas empresas, ha sido un verdadero relajo, para decirlo en buen cubano.
Esa mecánica de funcionamiento la pudimos visualizar en recorrido por las unidades empresariales básicas de Somec en Villa Clara y Cienfuegos. Manuel Vázquez, Gallego, lleva años trabajando en el sector de las construcciones y ahora dirige la unidad Somec Villa Clara, planta Eduardo Reyes Canto, que se dedica en lo fundamental a la reparación de los buldózer, cargadores sobre esteras, semirremolques de silo-cemento y otros equipos pesados.
De recorrido por las amplias instalaciones y junto a varios de los principales directivos de la planta, fuimos apreciando el trabajo mancomunado y nada fácil que lleva adelante este colectivo de 92 trabajadores. “Los equipos llegan aquí que es para llorar, porque te das cuenta de que no se les ha dado mantenimiento; todo es dale para adelante, que lo demás no importa; ni siquiera se limpian, y ahí es cuando te percatas de cuánto perdimos con el período especial en la disciplina técnica”, comenta Vázquez.
Grúas totalmente descontinuadas
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Recuperadas tras meses de arduo empeño
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La mecánica de trabajo de estas unidades se complejiza mucho más desde que el Micons asumió la función estatal y se comienzan a extender los servicios a otras ramas de la economía. “Ahora mismo le hicimos un levantamiento a la Agricultura y ellos tienen ya 24 buldózer que pueden entrar en reparación en nuestros talleres, y así hemos hecho otro tanto con varios organismos”, señala Gallego. “Pero tenemos que establecer normas rígidas para esa cooperación y aquí el principio que seguimos es que no se recibe ningún equipo si no está completo; puede venir en estado grave, desconchinflado, hasta con el motor reventado, pero sin que le falte nada. Ahí es donde accionamos, porque tenemos muchas máquinas instaladas para fabricar y recuperar piezas”, añade.
Dificultades que nadie entiende
El nuevo concepto de trabajo que se va abriendo paso tropieza con dificultades que le restan oportunidad; lo que se hace bien con la cabeza, después no tiene coordinación para articular un movimiento armónico. Por ejemplo, las capacidades de máquinas herramientas, sobre todo para corte, pueden tener superiores resultados en su explotación si tuviesen mayor acceso a los aceros especiales.
Se pueden reparar al año 40 buldózer u otros equipos pesados, pero además de las dificultades con las máquinas de corte, están los problemas de la proyección de la planificación. Casi en el último trimestre del año, todavía en la Planta no tienen definido cuáles equipos reparar en el 2015 y eso va creando el atolladero de las piezas a comprar en el exterior, cuyo proceso demora varios meses.
Hormigoneras ya sin valor de uso | Rehabilitadas y modernizadas |
La recuperación se concibe a partir de la solicitud de partes y piezas después de la defectación (revisión) de un equipo, pero increíblemente el proceso es tan agónico que demanda hoy 17 pasos o escalones de trámites antes de recibir lo solicitado, excesos centralizadores que solo traen consigo perjuicios. Esa dilatación, que afecta a casi todas sus unidades empresariales de base, trae consigo un mayor deterioro de los equipos o que los tengan inmovilizados durante más tiempo, con un daño económico considerable. Por ello, estos grandes talleres laboran con capital de trabajo atrasado y la mayor parte de las veces un equipo que podría demorar dos meses en repararse, puede tardar uno o dos años. Eso les crea dificultades con los empresarios, que no entienden cuando tras el escrutinio de los técnicos se les plantea no llevar la máquina a la planta para desarme hasta que se tenga la pieza.
El Gallego Vázquez dice que “es para echarse a llorar
cuando llegan los equipos tan destruidos y se aprecia
que ni siquiera los limpian durante años”
El Gallego Vázquez señala que todavía hay problemas organizativos en la política implementada, no se acaba con el bota y compra, y nos menciona varios ejemplos: “Se entregan motores por los organismos y eso es bueno, pero por qué no se establece como norma inviolable que nos entreguen el viejo para aprovechar las piezas. Se ha orientado no desarmar un equipo para mandar a chatarra hasta que los técnicos de la planta lo vean para determinar todo lo que pueda ser aprovechado, pero esa política necesaria no se cumple y los violadores no pagan por ello. Nos hemos encontrado con las esteras de un buldózer listas para ser enviadas a los hornos como chatarra y la compra de esa pieza le cuesta al país varios miles de dólares; nosotros con pocos medios las dejamos como nuevas. No hay conciencia de la necesidad de tener talleres móviles en nuestra entidad para accionar directamente en la base, hacer los servicios técnicos durante el período de garantía y exigir normas que hoy cotidianamente se violan, porque por lo general no hay mecánicos de equipos pesados en las empresas. La gente tiene que sentir la presión de que hay que cumplir las normas técnicas, que se las van a supervisar, exigir que hagan lo correcto. No se compran los talleres móviles porque alguien considera que son gastos, y cuánto nos vamos a ahorrar, cuánto más van a durar esos equipos, cuánto vale la exigencia por la disciplina técnica. Esa cuenta no se saca”, comenta finalmente el Gallego.
¿Y qué pasa en Cienfuegos?
Cuando llegamos a la planta de Cienfuegos y conversamos con Adalberto Rodríguez, director de Somec en esa provincia, nos encontramos con los mismos problemas que en Villa Clara, quizás un poco más complicados, pues la demanda de reparación de camiones Kraz o KTP-3, como se les conoce popularmente, es mucho más presionante, y ahora se agregan las hormigoneras, en cooperación con las unidades de Pinar del Río y Santiago de Cuba.
Los colectivos de estas unidades Somec tienen un alto nivel de preparación | El trabajo es intenso, pero la satisfacción es grande al ver la transformación en los destartalados equipos que llegaron a la planta |
“Aquí comprobamos cada día que la política de mantenimiento está escrita, pero no se cumple siempre y los responsables de su manipulación no se percatan de que si un medio se deteriora tanto, luego se encarece la reparación y el país tiene que pagar más”, nos comenta este ingeniero con varios años de experiencia y enamorado de su trabajo. Y añade: “Es verdad que el régimen de explotación es tremendo en estos camiones en determinados lugares, como en las canteras, pero hay que tener vigilancia. Aquí han retornado camiones que recuperamos y vuelven virtualmente destrozados, no los cuidan”.
Cuando echamos a caminar por los enormes talleres -esta planta fue construida por proyecto soviético, con el conocido concepto monumental o gigantismo en la década de los 70, para reparar los famosos bulldozer rusos T-100, así como otros medios de transporte, y más tarde se dedicaron a la reparación de las combinadas cañeras KTP-, apreciamos a una colectividad que trabaja con deseos. Ellos reciben unos camiones totalmente destartalados, con décadas de explotación en canteras u otros sitios, sin haberse beneficiado nunca con una reparación capital, y no solo los recuperan, sino que los modernizan completamente a partir de las modificaciones del chasis del vehículo, que asimila una confortable cabina y sistema de volteo mucho más eficaz y cómodo.
A Adalberto y su colectivo lo que los saca de paso
es “la burocracia en los trámites para adquirir las
piezas”
El director, Adalberto, y otros experimentados trabajadores fueron mostrando la labor integral que se desarrolla en las distintas áreas de los talleres, donde se incluye la reparación de todos los órganos agregados, más la sustitución de cuantos haga falta, motor y neumáticos incluidos, así como caja de velocidad, sistema eléctrico, etcétera. A quien ve entrar en la fábrica aquellas moles dañadas le cuesta trabajo creer que sean los mismos que tiempo después salen a rodar por la carretera como camiones totalmente nuevos, prueba de la riqueza que surge del trabajo del ser humano.
Otro orgullo de la planta son las hormigoneras, pero el esfuerzo tiene a veces sus insatisfacciones, porque la planta sufre una especie de cuello de botella ante los problemas de salida de esos equipos y comienzan a amontonarse por las trabas en la entrega de los recursos en los tiempos previstos. No es un problema de ellos, sino de la planificación económica. ¿Cómo es posible que con tanta demanda constructiva en el país esté sucediendo este fenómeno?
A Adalberto y su equipo, al igual que a Gallego en Villa Clara, lo que los saca de paso hoy son los aseguramientos de las piezas, que obligan a un ajedrez cotidiano para lograr que se aprovechen los aceros, disminuya el gasto energético de sus máquinas y hornos, y se haga solo lo que tenga un sentido económico. Uno sale de estas plantas regocijado, porque se aprecia que el país da pasos muy serios en su reorganización empresarial y cada día se prueba más que las soluciones no están fuera.
Con más aceros especiales ni se sabe cuántas piezas y partes más harían para recuperar más equipos
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Servicios que brindan las Empresas Reparadoras
• En SOMEC Pinar del Río: Reparaciones de: equipos de construcción (camiones concreteras-línea Kamaz), equipos de transporte (camiones volteo, plataformas y cuñas tractoras–línea Kamaz), otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas, porta paneles, pailas de asfalto y zorras), motores (Líneas Kamaz, Yamz), y agregados de inyección (bombas lineales y rotativas-líneas diversas). Servicios de: maquinado, pailería, soldadura y chapistería.
• En SOMEC La Habana: Reparaciones de: equipos complementarios (motovolquetas–línea AUSA), compresores móviles–línea Betico, Denyo, Atlas Copco y Kaeser, otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas y portapaneles), motores (líneas Kamaz, Yamz, Fiat y Renault), y agregados de inyección (bombas lineales y rotativas, inyectores-líneas diversas). Reacondicionamiento y reparación de motores de segunda mano (líneas Toyota, Nissan y Mitsubichi). Servicio de: mantenimiento técnico a autos ligeros y chapistería y pintura automotriz (líneas diversas), maquinado, tapicería, pailería, soldadura. Fabricación de mangueras hidráulicas.
• En SOMEC Matanzas: Reparaciones de: equipos de construcción (Bulldozer y cargadores sobre neumáticos–línea Fiat), cargadores sobre neumáticos–línea JCB y otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas y porta paneles), motores (línea Fiat), y agregados de inyección (bombas lineales y rotativas-Líneas diversas). Servicios de maquinado, pailería y soldadura.
• En SOMEC Cienfuegos: Reparaciones de: equipos de transporte (camiones volteos, plataformas y cuñas tractoras–línea Kraz), de motores (línea Yamz), y agregados de inyección (bombas lineales y rotativas-líneas diversas). Servicios de: fundición de piezas en hierro, maquinado, pailería y soldadura. Fabricación de mangueras hidráulicas.
• En SOMEC Villa Clara: Reparaciones de: equipos de construcción (bulldozer y cargadores sobre esteras–línea Komatsu), y otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas y portapaneles), motores (línea Komatsu), rodajes y agregados menores (cajas de velocidad, convertidores y cilindros hidráulicos–línea Komatsu). Servicios de maquinado, pailería y soldadura. Fabricación de mangueras hidráulicas.
• En SOMEC Camaguey: Reparaciones de: equipos de construcción (bulldozer y cargadores sobre esteras–línea Komatsu), cargadores sobre neumáticos–línea Volvo, y camión fuera de camino–línea Belaz; equipos de transporte (camiones plataformas y volteos–línea Kamaz ), y otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas, portapaneles y pailas de asfalto y zorras), motores (líneas Komatsu, Volvo, Fiat, Kamaz , Yamz), rodajes y agregados menores (cajas de velocidad, convertidores y cilindros hidráulicos–línea Komatsu), y agregados de inyección (bombas e inyectores–líneas diversas). Servicio de chapistería y pintura, maquinado, pailería y soldadura. Fabricación de mangueras hidráulicas.
• En SOMEC Holguín: Reparaciones de: equipos de construcción (bulldozer y cargadores sobre esteras–líneas Komatsu y Shantui, motoniveladora y retroexcavadora–línea Shantui), equipos de transporte (camiones volteos, plataformas y cuñas tractoras–líneas Maz, Howo y Kamaz), y otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas y portapaneles), motores (línea Komatsu, Fiat, Kamaz y Yamz), rodajes y agregados menores (cajas de velocidad, convertidores y cilindros hidráulicos–línea Komatsu), agregados de inyección (bombas e inyectores–líneas diversas). Servicio de chapistería y pintura, maquinado, pailería y soldadura. Fabricación de mangueras hidráulicas.
• En SOMEC Santiago de Cuba: Reparaciones de: equipos de construcción (camiones concretera–línea Kamaz ), equipos de transporte (camiones volteos, plataformas y cuñas tractoras–línea Kamaz), equipos complementarios (compresores–línea Betico), y otros equipos (semirremolques silocementos, volteos, plataformas y portapaneles); motores (líneas Fiat, Pegaso, Kamaz y Yamz), y agregados de inyección (bombas e inyectores–líneas diversas). Servicios de remotorización, maquinado, tapicería, pailería y soldadura. Fabricación de mangueras hidráulicas.