Mi blog sobre Economía

domingo, 22 de febrero de 2015

Oscar 2015: “Birdman”, del mexicano Alejandro González Iñárritu, se alza como Mejor Película y Mejor Director



La gala de entrega de los Oscar ha arrancado con un número musical a cargo de Neil Patrick Harris, presentador de la ceremonia este año. J.K. Simmons recibió el primer Oscar de la noche como mejor actor de reparto por Whiplash, mientras que Patricia Arquette se ha llevado el premio por Boyhood. La polaca Ida se alza con el galardón a la mejor película de habla no inglesa.


El primer premio de la noche se lo llevó J.K Simmons (Wiplash) como mejor actor de reparto.

Posteriormente El Gran hotel Budapest se llevó los premios a Mejor vestuario (Milena Canonero) y Mejor maquillaje.

Gran Hotel Budapest

Mejor Actriz de reparto: Patricia Arquette

Patricia Arquette, ganadora por Boyhood.

MEJOR PELÍCULA: Birdman


Candidatas

El francotirador

Boyhood

El gran hotel Budapest

The Imitation Game

Selma

La teoría del todo

Whiplash



MEJOR ACTRIZ: Julianne Moore, Siempre Alice


Candidatas

Marion Cotillard, Dos días, una noche

Felicity Jones, La teoría del todo

Rosamund Pike, Perdida

Reese Witherspoon, Alma salvaje



MEJOR ACTOR: Eddie Redmayne, La teoría del todo


Candidatos

Steve Carell, Foxcatcher

Bradley Cooper, El francotirador

Benedict Cumberbatch, The Imitation Game

Michael Keaton, Birdman



MEJOR DIRECTOR: Alejandro G. Iñárritu, Birdman


Candidatos

Richard Linklater, Boyhood

Bennett Miller, Foxcatcher

Wes Anderson, El gran hotel Budapest

Morten Tyldum, The Imitation Game



MEJOR GUION ADAPTADO: The Imitation Game, Graham Moore


Candidatas

El francotirador, Jason Hall

Puro vicio, Paul Thomas Anderson

La teoría del todo, Anthony McCarten

Whiplash, Damien Chazelle



MEJOR GUION ORIGINAL: Birdman, Alejandro G. Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. y Armando Bo


Candidatas

Boyhood, Richard Linklater

Foxcatcher, Max Frye y Dan Futterman

El gran hotel Budapest, Wes Anderson y Hugo Guinnesy

Nightcrawler, Dan Gilroy



MEJOR BANDA SONORA: El gran hotel Budapest, Alexandre Desplat


Candidatas

The Imitation Game, Alexandre Desplat

Interstellar, Hans Zimmer

Mr. Turner, Gary Yershon

La teoría del todo, Jóhann Jóhannsson



MEJOR CANCIÓN: Glory de Selma, John Stephens y Lonnie Lynn


Candidatas

Everything is awesome de La LEGO película, Shawn Patterson

I’m not gonna miss you de Glenn Campbell: All be me, Glen Campbell y Julian Raymond

Lost stars de Begin Again, Gregg Alexander y Danielle Brisebois

Grateful de Beyond the Lights, Diane Warren



MEJOR DOCUMENTAL: Citizenfour, Laura Poitras, Mathilde Bonnefoy y Dirk Wilutzky


Candidatos

Finding Vivian Maier, John Maloof y Charlie Siskel

Last Days in Vietnam, Rory Kennedy y Keven McAlester

La sal de la tierra, Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado y David Rosier

Virunga, Orlando von Einsiedel y Joanna Natasegara



MEJOR MONTAJE: Whiplash, Tom Cross


Candidatas

El francotirador, Joel Cox y Gary D. Roach

The Imitation Game, William Goldenberg

El gran hotel Budapest, Barney Pilling

Boyhood, Sandra Adair



MEJOR FOTOGRAFÍA: Birdman, Emmanuel Lubezki


Candidatas

El gran hotel Budapest, Robert Yeoman

Ida, Lukasz Zal and Ryszard Lenczewski

Mr. Turner, Dick Pope

Invencible, Roger Deakins



MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN: El gran hotel Budapest, Adam Stockhausen y Anna Pinnock


Candidatas

The Imitation Game, Maria Djurkovic y Tatiana Macdonal

Interestelar, Nathan Crowley y Gary Fettis

Into the Woods, Dennis Gassner y Anna Pinnock

Mr. Turner, Suzie Davies y Charlotte Watt



MEJOR PELÍCULA ANIMADA: Big Hero 6


Candidatas

Los Boxtrolls

Song of the Sea

El cuento de la princesa Kaguya

Cómo entrenar a tu dragón 2



MEJOR CORTOMETRAJE ANIMADO: Buenas migas


Candidatos

The Bigger Picture

The Dam Keeper

Me and My Moulton

A Single Life



MEJORES EFECTOS VISUALES: Interstellar, Paul Franklin, Andrew Lockley, Ian Hunter y Scott Fisher


Candidatas

Capitán América: El soldado de invierno, Dan DeLeeuw, Russell Earl, Bryan Grill and Dan Sudick

Guardianes de la Galaxia, Stephane Ceretti, Nicolas Aithadi, Jonathan Fawkner y Paul Corbould

X-Men: Días del futuro pasado, Richard Stammers, Lou Pecora, Tim Crosbie y Cameron Waldbauer

El amanecer del planeta de los simios, Joe Letteri, Dan Lemmon, Daniel Barrett y Erik Winquist



MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Patricia Arquette, Boyhood


Candidatas

Laura Dern, Alma salvaje

Keira Knightley, The Imitation Game

Emma Stone, Birdman

Meryl Streep, Into the Woods



MEJOR EDICIÓN DE SONIDO: El francotirador, Alan Robert Murray y Bub Asman


Candidatas

Birdman, Martin Hernández y Aaron Glascock

El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos, Brent Burge y Jason Canovas

Interstellar, Richard King

Invencible, Becky Sullivan and Andrew DeCristofaro



MEJOR MEZCLA DE SONIDO: Whiplash, Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley


Candidatas

El francotirador, John Reitz, Gregg Rudloff y Walt Martin

Birdman, Jon Taylor, Frank A. Montaño y Thomas Varga

Interstellar, Gary A. Rizzo, Gregg Landaker y Mark Weingarten

Invencible, Jon Taylor, Frank A. Montaño y David Lee



MEJOR CORTO DOCUMENTAL: Crisis Hotline


Candidatos

Joanna

Our Curse

The Reaper

White Earth



MEJOR CORTOMETRAJE: The Phone Call


Candidatos

Aya

Boogaloo and Graham

Burter Lamp

Parvaneh



MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA: Ida


Candidatas

Leviatán

Mandarinas

Timbuktu

Relatos salvajes



MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: El gran hotel Budapest, Frances Hannon y Mark Coulier


Candidatas

Foxcatcher, Bill Corso y Dennis Liddiard

Guardianes de la Galaxia, Elizabeth Yianni-Georgiou y David White



MEJOR VESTUARIO: El gran hotel Budapest, Milena Canonero


Candidatas

Puro vicio, Mark Bridges

Into the Woods, Colleen Atwood

Maléfica, Anna B. Sheppard y Jane Clive

Mr. Turner, Jacqueline Durran



MEJOR ACTOR DE REPARTO: J. K. Simmons, Whiplash


Candidatos

Robert Duvall, El juez

Ethan Hawke, Boyhood

Edward Norton, Birdman

Mark Ruffalo, Foxcatcher

Políticas macroeconómicas sostenibles e igualdad de género


Por Stephanie Seguino


Las vastas diferencias en cuanto a ingresos y bienestar, es decir, la desigualdad económica entre individuos, hogares y grupos sociales, están en conflicto con el objetivo de una prosperidad económica ampliamente compartida. Por ejemplo, la desigualdad de género está vinculada a la que afecta a las mujeres en cuanto al poder de negociación en el hogar y en los puestos remunerados que ocupan. Esto tiene efectos negativos en su capacidad de actuación y en el bienestar de los niños. Tal desigualdad irradia y produce daños a nivel de toda la economía. Además, las políticas macroeconómicas que dan por resultado incrementos en el empleo de las mujeres a expensas del de los hombres pueden provocar un conflicto de género que también socava el bienestar de la sociedad.

El presente trabajo explora los más notables resultados, en cuanto al bienestar, del conjunto de políticas macroeconómicas puestas en funcionamiento desde principios de los 70, hoy llamadas neoliberalismo.

Las raíces de la desigualdad actual y el estancamiento económico global

A menudo las personas se refieren con nostalgia a los años que median entre 1945 y 1973 como la «era dorada del capitalismo». Fue un período de bajos niveles de desempleo, combinados con ciclos apacibles en los negocios, que brindaron ingresos relativamente estables. Existían entonces programas de seguridad social y seguros que se erigieron en respuesta al caos económico que indujera la Gran depresión. Por lo general, los gobiernos se mostraban dispuestos a reglamentar los mercados —sobre todo el sector financiero—con vistas a brindar, a todo lo ancho de la sociedad, condiciones para la estabilidad y la generación de empleos. Parecía, en verdad, que las políticas que permitían una redistribución de los ingresos en beneficio de los hogares de bajos niveles de ingresos también estimulaban el crecimiento económico, al menos en los países industrializados. A esta relación en la que todos ganan se le puede nombrar «crecimiento guiado por la equidad». Sin embargo, dicho período no fue significativo en cuanto a un mayor grado de igualdad intraclasista en lo relativo a los salarios entre mujeres y hombres o —en los Estados Unidos— entre negros y blancos.

También existe evidencia de un crecimiento económico relativamente rápido en países recién independizados, con incrementos en la calidad de vida, debidos en parte a los gastos públicos en infraestructura social y física que mejoraron la salud y la educación.

Si bien en las últimas décadas los gobiernos habían tomado medidas para promover la seguridad económica y calmar la volatilidad de unos mercados que de otro modo habrían sido erráticos, su papel estaba siendo impugnado cuando la crisis petrolera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). A partir de entonces, comenzó a surgir un cambio en la política macroeconómica, que ponía énfasis en la eliminación de las reglamentaciones de los mercados. El neoliberalismo tenía como objetivo central la reducción del papel y el alcance del gobierno, arguyendo que un sector privado no reglamentado es más eficiente. Los dogmas centrales de las políticas neoliberales han incluido la liberalización en varias esferas (el comercio, la inversión, las finanzas y las tasas de cambio) y la disciplina fiscal; es decir, las restricciones a los gastos deficitarios del gobierno, incluso en tiempos de crisis económica.

El aumento de la desigualdad ha permitido a las élites económicas utilizar su fuerza política para incrementar aún más su riqueza, la cual, a su vez, las ha ayudado a garantizar influencia política. Ello tuvo como resultado que los gobiernos encaminasen las rentas económicas (ganancias no ganadas) en dirección a ellas. Dos muestras evidencian la influencia del poder económico sobre el Estado para que este actúe a favor de las élites. Una de ellas es la mayor porción de los ingresos que van a parar a manos del 1% más rico de la población, desde los 70.[1] A pesar de la extensa devastación que han sufrido las familias con la crisis financiera, los poderes económicos han bloqueado la aprobación de reformas significativas que evitarían, o al menos reducirían, dichas crisis en el futuro.[2]

El segundo ejemplo es el poder ampliado de las corporaciones, como consecuencia de la firma del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC) en 1994. Antes, las empresas farmacéuticas en cierto número de países poseían patentes sobre medicamentos, como los antirretrovirales para el VIH-SIDA, por un período de diez años. El control de la patente confiere en esencia los derechos monopólicos para la venta de un producto, lo que induce una subida de los precios y de los beneficios corporativos. ADPIC extendió los derechos sobre las patentes a veinte años para una variedad de productos, incluidos medicamentos esenciales. Aunque presumiblemente su intención era estimular la investigación, este Acuerdo convirtió en ley un mayor poder monopólico, contrario al argumento neoliberal de que se requiere la liberalización para promover la competencia y la eficiencia. El creciente poder de las élites económicas se refleja en la capacidad de cabildeo de las corporaciones multinacionales. El incremento de su habilidad para extraer beneficios ha operado a expensas de los pobres en los países en desarrollo. El acceso a medicamentos esenciales para salvar vidas se ha vuelto cada vez más caro, sobre todo para los pobres y los carentes de seguro médico.[3]

Tendencias en la desigualdad y el bienestar

Los partidarios del neoliberalismo arguyen que el incremento de los ingresos per cápita proveerá los medios para un mejoramiento de los niveles de vida y un crecimiento de los ingresos que los gobiernos podrán dedicar a las inversiones sociales. Sin embargo, el «cambio de régimen» neoliberal ha fracasado en cuanto a conseguir las mejoras que predecía. En lugar de ello, la nueva agenda macroeconómica trajo consigo la Era Plúmbea, un período de crecimiento económico más lento, ampliamente difundido —una de cuyas excepciones es el número de economías asiáticas que se negaron a adoptar en su totalidad el paquete de las políticas neoliberales—, de presión a la baja en los salarios y un dramático incremento de la desigualdad.

Por su parte, el Producto Interno Bruto (PIB) y otras mediciones de ingresos son a veces criticados con el argumento de que para comprender mejor las tendencias en el bienestar deberíamos medir los objetivos mismos y no los ingresos. Existen dos mediciones de bienestar útiles para dibujar un cuadro sobre el progreso global: 1) los índices de mortalidad infantil y 2) la correlación de las hembras respecto a los varones en la población. Las tendencias respecto al primer punto brindan alguna información sobre el nivel de las inversiones públicas en la infraestructura social (salud, educación, servicios de cuidado de menores, etc.); los efectos secundarios (positivos o negativos) del crecimiento económico sobre la salud; y, de manera más general, la distribución del poder político y, por ende, de los recursos.

El segundo punto es un buen indicador sustituto de tendencias en cuanto al grado de igualdad de género. Refleja cómo la sociedad valora a las hembras. La correlación puede estar por debajo de las esperadas desde el punto de vista biológico (a grandes rasgos, 102,5 hembras por cada 100 varones en los países en desarrollo y 105 por cada 100 en los industrializados) como resultado de inversiones diferenciadas en la nutrición y la salud de las niñas y los niños, el poder de negociación de las mujeres en el hogar y los abortos selectivos según el sexo, que favorecen un género en detrimento del otro.

Si analizamos el descenso anual promedio de los índices de mortalidad infantil para los períodos 1961-1980 (a grandes rasgos, el anterior a la globalización); 1981-2005 (el de esta en vías de expansión) y 2006-2013 (la globalización tardía y la crisis financiera), concluiríamos que, para todos los grupos de ingresos del mundo, el mejoramiento se desaceleró en el período neoliberal 1981-2005; en algunos casos dramáticamente, aunque permaneció estancado en los países de bajos niveles de ingresos. En naciones con niveles medios, por ejemplo, la cifra descendió de 2,9 en el primer período, a 1,5 en el siguiente.[4]

Los índices de mortalidad infantil continuaron descendiendo entre 2006 y 2013, salvo en los países de bajos ingresos, donde la disminución es apenas modesta en relación con el primer período. No obstante, los países pobres altamente endeudados han acusado una reducción anual promedio mayor en esos índices en la etapa más reciente. El optimismo que esto pudiera generar resulta contrarrestado por la continua desaceleración en la reducción de ello en naciones de ingresos medios que han sido testigos de un crecimiento impresionante a lo largo de los últimos veinticinco años.

También el avance en dirección a la igualdad de género parece haberse afectado durante el período neoliberal si se mide la cantidad de hembras con respecto a los varones. En sentido general, el número de mujeres, en comparación con los hombres, ha descendido en la mayoría de los países y regiones del mundo. Excepciones de esa tendencia son los países de ingresos medios y medio superiores. Sin embargo, estos han experimentado el más rápido crecimiento, y por ende el incremento de la población femenina con respecto a la masculina para este período es sorprendentemente mínimo.

No obstante, el período de globalización ha conducido a ampliar el acceso relativo de las mujeres al empleo, medido por las correlaciones de este indicador en ambos géneros con respecto a la población. Debe observarse que esta es una medida incompleta de bienestar, puesto que nada dice sobre la remuneración, la calidad del empleo, los beneficios asociados y la estabilidad de ingresos que se ofrecen. Aun así, se puede explorar tendencias a lo largo de dicho período. Como era de esperar, la razón empleo femenino/masculino ha ascendido desde 1991 (el año más temprano para el cual los datos están disponibles en un conjunto de estadísticas internacionalmente comparables). Esto se debe a que el proceso de globalización eleva tanto la movilidad del producto como la de la empresa y por ende la competencia de precios. Las empresas se hallan bajo presión para procurarse fuerza de trabajo de menor costo y la encuentran en forma de trabajadoras. Además, en ciertas regiones, la competencia global ha conducido a un descenso de puestos de trabajo en sectores tradicionalmente dominados por los hombres —como la manufactura—, y mujeres y hombres han ido a apretujarse en el sector de los servicios. Esta es un área amplia y heterogénea, y no puede decirse que muchos trabajadores registrados como empleados del sector ocupen un empleo bien retribuido, sino que se encuentran más bien residualmente desempleados. De ahí que el índice de empleo sea insuficiente por sí solo como medidor de bienestar.

Según las estadísticas sobre las correlaciones de empleo para hembras y varones (M/H) con respecto a población, en 177 países, para los años 1991 y 2010, las brechas de género se están cerrando. La más baja en 1990 fue de un mero 9,8%, en Jordania, mientras que, en 2010, era de 14,8%, en Siria. En la abrumadora mayoría de los países, esa razón seguía estando, en 2010, muy por debajo de la paridad. Solo cuatro países la habían alcanzado para entonces: Malawi, Ruanda, Burundi y Mozambique. La mayoría de los avances se han conseguido en Estados que comenzaron a partir de correlaciones muy bajas, lo cual sugiere que el progreso se ha atascado en aquellos que ya tenían mayor igualdad de género en el empleo en 1991.[5]

Resulta útil conocer si los avances en la correspondencia M/H han sobrevenido a expensas del empleo masculino; un desenlace que puede ser conflictivo en el terreno del género a nivel del hogar y de la sociedad. En 70% de los ciento cuarenta países en los que tal relación ha ascendido entre 1991 y 2010, los índices de empleo masculino se han desplomado.[6]

Existen importantes razones para preocuparse por este fenómeno, como impedimento a la igualdad de género. Las investigaciones indican que, en las recesiones, la pérdida de empleos masculinos desencadena un incremento de la violencia doméstica.[7] Nata Duvvury y sus colaboradores han demostrado el costo nada banal de esta en Viet Nam, tanto para los individuos como respecto al PIB. En 2010, los gastos reembolsables —como ingresos y costos médicos y legales— sumaron 1,4% del PIB, al tiempo que las pérdidas de productividad —las mujeres que son objeto de abusos ganan 35% menos que las demás— significaron 1,78% del PIB.[8] Por lo tanto, sería difícil caracterizar las correlaciones M/H más altas en los países en los que los índices de empleo masculino han descendido como un éxito o un movimiento en dirección a la igualdad de género. En la medida en que dichas tendencias son de hecho conflictivas en el terreno del género, resultan insostenibles, al menos en el mediano plazo y hasta que las normas de masculinidad referidas a los papeles del varón mantenedor de la familia cambien y se adapten.

Liberalización financiera vs. igualdad de género y bienestar
 

Debido a su papel central en la expansión de la desigualdad y del deterioro concomitante del avance en el mejoramiento del bienestar, el impacto de la liberalización financiera merece más atención en lo que contribuye al retraso del logro de un bienestar ampliamente compartido. Sus implicaciones de género son importantes, puesto que las mujeres y los hombres a menudo resultan afectados de modos distintos por la sacudida macroeconómica. En promedio, las mujeres tienen menos ahorros y posesiones con los cuales hacer frente a la crisis económica, y mayor probabilidad de hallarse en empleos inseguros y carentes de beneficios o protección social.

Muchos años atrás, el economista John Maynard Keynes advirtió sobre las crisis y la inestabilidad creadas por la liberalización económica, y subrayó la tendencia a la irracionalidad en la toma de decisiones y los incentivos contumaces que contribuyen a la manipulación por parte de los controladores de la economía. El desplome en 1929 de la bolsa de valores y la Gran depresión fueron dolorosos ejemplos de ello. Los gobiernos aplicaron una serie de reglamentaciones financieras a raíz de esa catástrofe, incluidos los controles sobre el capital y la adopción de tasas de cambio fijas. Tales medidas tenían por objetivo mantener la salud del sector financiero y prevenirse contra los excesivos riesgos de sus instituciones. También permitieron a los países utilizar la política fiscal y monetaria para manejar el nivel de la actividad económica e impedir la excesiva volatilidad de los precios, incluidas las tasas de cambio.

Tras un período relativamente largo de estabilidad después de la Segunda guerra mundial, la década de los 70 fue testigo del comienzo de la desreglamentación financiera en el norte del globo terráqueo. En los Estados Unidos, sus raíces se vinculaban a la ruptura del acuerdo de Bretton Woods, lo que resultó en el paso de tasas de cambio fijas a flexibles, y ello exacerbó las fluctuaciones de precios. La inflación hizo descender las tasas de interés reales (ajustadas según la situación), y esto indujo a las empresas financieras a hallar formas de burlar las regulaciones que limitaran sus oportunidades de conseguir ganancias.

Los reglamentadores gubernamentales y los que trazaban las políticas parecían listos para ratificar los deseos del sector financiero. Los Estados Unidos desempeñaron un papel de liderazgo en ese cambio, puesto que sus políticas respecto a este sector son a menudo utilizadas como modelo por otros países. A la altura de 1999, un elemento de envergadura de la legislación norteamericana, la Ley Glass-Steagall, de 1933, había sido destrozado, gracias al intenso cabildeo del sector financiero. Como consecuencia, se facilitó la participación de los bancos comerciales en actividades especulativas, con lo que se expuso el sector financiero a un mayor grado de volatilidad y riesgo, de efectos potencialmente desastrosos para la economía real, es decir, el sustento, los empleos y los ingresos de las personas.

Marchando al mismo paso que el surgimiento de las políticas y tendencias económicas neoliberales dirigidas a la desreglamentación en los Estados Unidos, países de todo el planeta fueron eliminando cada vez más las restricciones a la movilidad del capital, lo que facilitó que los poseedores de riquezas movieran dinero allende las fronteras. Estos se hallan ahora relativamente libres para «ir de compras» por el mundo en busca de los más altos índices de ganancias para sus inversiones, con poco o ningún control sobre su comportamiento especulativo. Los neoliberales justifican lo anterior con el argumento de que liberar el sector financiero permitirá que los capitales fluyan a las inversiones que rindan las más altas ganancias; consideran, además, que ello equivale a la eficiencia de la inversión. Es decir, el capital será atraído, como a un imán, hacia los ganadores, lo que se medirá en elevadas utilidades para las inversiones, y rehuirá los proyectos nada lucrativos de bajo rendimiento.

Un defecto en este análisis es la incapacidad de sus defensores para diferenciar las inversiones especulativas de las productivas que inducen innovaciones. Las primeras son desestabilizadoras y costosas para quienes no obtienen una tajada de las ganancias; las últimas producen efectos beneficiosos de derrame al resto de la economía por la vía de elevar potencialmente el crecimiento de la productividad y, por ende, de los ingresos.

En la misma medida preocupa y resulta perjudicial el incremento del poder de negociación de los detentores de riqueza frente a los gobiernos. Libres para merodear por el planeta, juegan a oponer a un país hambriento de capital a otro, con frecuencia exigiendo concesiones tales como recortes de los impuestos que aumenten sus ganancias. Pero su comportamiento impone enormes costos sociales. En primer lugar, los detentores de la riqueza prefieren índices bajos de inflación, pues estos garantizan que las ganancias de las inversiones ajustadas a ella sean elevadas, lo cual equivale a decir que crecen las derivadas de la posesión de dinero.

Cuando se desreglamentan las finanzas, los países que compiten para atraer al consorcio de capital global se ven obligados a calmar los temores de inflación, aunque estos sean irracionales. Para ello, los bancos centrales han adoptado políticas de fijar objetivos de inflación, en muchos casos intentando mantenerla cerca de cero. Esa meta forzosamente reduce la flexibilidad de los bancos centrales para utilizar la política monetaria con vistas a garantizar niveles adecuados de empleo, en vez de aumentar las ganancias de los detentores de riqueza.

Con el fin de disminuir la inflación, dichas instituciones elevan las tasas de interés, con lo cual causan un alza en el costo de los préstamos. De ahí resulta que a los negocios —en especial las empresas pequeñas— y a los hogares se les hace más costoso obtener préstamos. El efecto neto de tasas de interés más altas es causar que se desacelere o se vuelva negativo el incremento de los empleos y del crecimiento económico.

En términos de sus efectos sobre el empleo, los economistas denominan al costo de cortar la inflación «correlación del sacrificio», entendido este último como el sustento de las familias de niveles bajos y medios de ingreso para beneficio de los detentores de riqueza. En resumen, los costos de reducir las presiones inflacionarias mediante la política monetaria son los empleos y los sustentos de las personas corrientes, lo cual empeora la distribución de la riqueza y de los ingresos.

Este escenario tiene efectos perjudiciales sobre la habilidad de una familia de proveer para sus miembros. La viabilidad de las pequeñas empresas, incluidas las firmas de autoempleo del sector informal, sufre igualmente, porque cuando existe penuria laboral, pocas personas tienen ingresos para gastar en bienes y servicios.

En cierto número de países, las mujeres padecen, de manera desproporcionada, escasez de empleo, en parte porque las normas de género designan a los hombres como los legítimos «sostenedores de la familia». De hecho, los datos correspondientes a 2005-2008 del World Values Survey, para una muestra de sesenta y cinco países, descubrieron que 36,2% de los encuestados concuerda con la frase manida de que «cuando escasea el empleo, los hombres tienen más derecho que las mujeres a este».[9] Ellas, además, se encuentran concentradas, desproporcionadamente, en trabajos contingentes, por lo cual son más vulnerables a la pérdida de empleo durante las desaceleraciones económicas.

Por otra parte, la liberalización tiene un impacto negativo sobre los gastos gubernamentales, y por ende sobre la política fiscal. Para incrementar su credibilidad ante los detentores de riqueza, muchos gobiernos se han visto obligados a reducir los déficits de sus presupuestos, vinculados a la inflación potencial por los dueños de la riqueza. De nuevo, el lazo puede ser real o imaginario. En efecto, debido a la liberalización financiera, los detentores de poder han ganado potestad de veto (antidemocrático) sobre la política fiscal y monetaria de un país y, por extensión, sobre las posibilidades de crecimiento a largo plazo.

Al margen del efecto sobre el acceso al empleo remunerado, las consecuencias de las crisis sobre las mujeres —y la actual no es una excepción— son particularmente evidentes en el trabajo no remunerado. En la medida en que se desploman los ingresos familiares y se cortan los servicios públicos, las familias tienen que movilizarse para brindar servicios de cuidados que antes se compraban en el mercado —comidas preparadas— o las brindaba el gobierno —ayudas de atención a la salud en el hogar. Esas tareas tienen marca de género: debido a que las mujeres, en su mayoría, se ocupan de ello, la carga de su labor ascenderá de manera desproporcionada en tiempos de crisis económica.

Tal como observa la economista Sharmika Sirimane:

Cuando las sociedades se hallan en peligro de desplome, por ejemplo, durante desórdenes económicos severos como los sufridos por algunos países asiáticos en 1997, hay evidencia de alzas significativas en las tasas de suicidio y de criminalidad, en el abuso y la violencia contra las mujeres y en las tensiones étnicas [...] Las mujeres acarrean lo peor de las consecuencias sociales.[10]

Este resumen de los efectos de las políticas neoliberales en la distribución de los ingresos de los ciudadanos corrientes subraya que limitarse a apretar el botón para volver a arrancar la economía no dará resultados. Eso está claro. Pero ¿qué viene después? Los rasgos claves de una agenda de políticas para rectificar los efectos negativos de la crisis económica global son: poner el foco de la mira en las políticas de pleno empleo; aumentar la disponibilidad de crédito a los que se hallan en desventaja para crecer, incluidos los agricultores, las mujeres y las minorías étnicas; y tratar de resolver el problema de la distribución desigual de los ingresos que ha conducido a una insuficiente demanda.

Estrategias alternativas

Estas ciudades ya han empezado a hundirse por el calentamiento global

Londres, Barcelona, Buenos Aires, Sídney, son sólo algunas de las que quedarán totalmente inundadas, según National Geographic.

El calentamiento global es una realidad: los veranos son cada vez más calurosos y los inviernos más templados. El clima está cambiando y pueden llegar a haber consecuencias como el deshielo mundial. Esto se traduce a que una subida del nivel del marllegaría a sumergir a ciudades de cada continente. Según el último informe de National Geographic, si no se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera, en 5.000 años o antes la temperatura media de la Tierra ascenderá cerca de 14ºC y todo el hielo del planeta se derretirá.

Con un ascenso de 66 metros del nivel del mar en toda la superficie terrestre, en Europa se verían afectadas ciudades como Londres, Venecia, Barcelona, Lisboa o Roma, mientras que países como Holanda y Dinamarca quedarían prácticamente inundados en su totalidad. En Norteamérica, la península de Florida se sumerjiría por completo, lo mismo Miami. No se librarían Nueva York, Washington, San Diego, San Francisco y Los Ángeles.

En América del Sur, Buenos Aires, Río de Janeiro, Montevideo o Lima también quedarían bajo elagua. También ser verían afectadas en Asia, Pekín, Shanghai, Tokio, Seúl, Hong Kong, Manila y Singapur. África, por su parte, sería el continente que mejor resistirá a la subida del nivel de las aguas. Sin embargo, el efecto alcanzaría el norte, en Tunicia y El Cairo, además de la costa oeste, como Dakar. Australia no se salvaría, específicamente Sídney, Adelaida y Melbourne.

Ecoportal.net

Diario Ecología

http://diarioecologia.com/

11 frases de Malcolm X que nunca se olvidaran (FOTOS)


 EL MUNDO EN CRISIS

HUFFINGTON POST – Una ráfaga de disparos acabó con la vida de Malcolm X el 21 de febrero de 1965, hace justo 50 años. Aquel día fue asesinado uno de los mayores símbolos de la lucha por los derechos de los negros de todo el siglo XX.

Thomas Hagan, el único que admitió ser el autor de los disparos, salió de la cárcel en 2010 y pronunció una frase para la historia: “Me arrepiento de haber participado en algo que nunca debió ocurrir”.

Pero quien verdaderamente dejó frases que aún permanecen en el recuerdo colectivo fue Malcolm X, una figura no exenta de polémica. Mientras que para algunos fue un firme defensor de los derechos de los afroamericanos, otros lo acusaron de racista y de alentar a la violencia.

Sea como fuere, estas 11 frases suyas te harán pensar:
 
Malcolm X nació como Malcolm Little en 1925 en Omaha (Nebraska). Su padre, Earl Little, murió cuando él apenas había cumplido los seis años. Aunque oficialmente falleció atropellado por un tranvía, la comunidad negra siempre cuestionó esa versión, asegurando que el hombre había sido asesinado por un grupo llamado Black Legion, que formaba parte del Ku Klux Klan. Tres de los hermanos de Earl murieron también a manos de hombres blancos. “Mi padre era un pastor bautista y militaba en la Asociación Universal para Mejorar las Condiciones de los Negros”, recordaba el propio Malcolm X.
Malcolm X era uno de los alumnos más brillantes de su escuela secundaria, pero abandonó sus estudios después de que uno de sus maestros le dijese que su aspiración de ser abogado no era “ningún objetivo realista para un negro”. Después comenzó a vivir en albergues del Gobierno, dado que su madre había ingresado en un psiquiátrico tras la muerte de su padre.
Con 16 años, Malcolm X se fue a vivir a Boston junto a su hermana y allí trabajó como limpiabotas. Por aquellos años empezó a ser conocido como Detroit Red, se involucró en el hampa en Boston y Nueva York y se convirtió en un criminal callejero: traficante de drogas, proxeneta, ladrón… Con 21 años acabó condenado a 10 años de cárcel.
Salió de prisión en 1952 y se adhirió a la Nación del Islam, un movimiento que predicaba la redención negra mediante la conversión a la religión musulmana unida a un activismo radical en pro de los derechos civiles de los afro-americanos. Se refirió a los blancos como “diablos” y predijo el regreso de los negros a su lugar natural, en lo alto del orden social. Fue entonces cuando cambió su apellido por esa ‘X’.
“Mi ‘X’ reemplaza el nombre de amo blanco de Little que algún diablo de ojos azules [como llamaba a los blancos] llamado Little impuso a mis antepasados paternos”, explicó. Durante 12 años fue la cara más visible de la Nación del Islam, fundó el periódico Muhammad Speaks y llegó a ser el responsable de la organización en Nueva York. Los fundadores del grupo predicaban la doctrina de Yakub, que sostenía que el hombre original era un “hombre negro asiático”, por lo que la negra era la raza primigenia y superior.
En aquellos años su fama aumentó, se reunió con Fidel Castro, fue acusado de comunista y de apóstol de la violencia. Finalmente, abandonó la Nación del Islam en 1964 tras un enfrentamiento con el líder del grupo Elijah Muhammad. Además, había cambiado su actitud hacia los blancos y desechó la ideología de su organización religiosa en favor del islam ortodoxo. Al hacerlo, comenzó a temer que algún miembro de la Nación del Islam le asesinase.
Fundó entonces su propia organización, la Mezquita Musulmana, convencido de que había que participar activamente en la lucha política porque la campaña por los derechos civiles, liderada por Martin Luther King, no conseguiría por sí misma la liberación de los negros.
Malcolm X realizó en 1964 dos viajes a La Meca en los que contactó con líderes africanos. En ese momento incorporó a su discurso la lucha contra el imperialismo norteamericano. También fundó la Organización de la Unidad Afroamericana, un grupo secular que abogaba por el nacionalismo negro.
Malcolm X fue asesinado el 21 de febrero de 1965. Pronunciaba un discurso en el Audubon Ballroom de Manhattan. Cuando comenzó a hablar en una reunión de la Organización de la Unidad AfroAmericana estalló un alboroto entre la multitud. Alguien gritó: “¡Negro!, quita las manos de mi bolsillo”. Poco después, un hombre disparaba en el pecho a Malcolm. “Cuando el orador se disponía a hablar, una ráfaga de pistoletazos le cortó la palabra y la vida en un charco de sangre”, narró ABC.
Malcolm X había sido amenazado de muerte en varias ocasiones. “Vivo como un hombre muerto… Estoy marcado”, llegó a decir. De hecho, él y su familia salvaron la vida pocos días antes de su asesinato, cuando su casa fue incendiada.
Thomas Hagan, miembro radical de la Nación del Islam, fue la única persona que admitió ser el autor de los disparos que acabaron con la vida de Malcolm X. Salió de la cárcel en 2010. Junto a él, otros dos hombres, también miembros de la Nación del Islam, fueron declarados culpables y condenados: Norman Butler y Thomas Johnson. Los dos siguen manteniendo su inocencia, mientras la Nación del Islam ha negado siempre haber participado en el crimen, al tiempo que ha respaldado la inocencia de Butler y Johnson.

El viaje continuo

Ya se investiga sobre una nueva generación de conectividad móvil, la 5G, que será no solo significativamente más rápida, sino mucho más inteligente
Por TONI PRADAS (nacionales@bohemia.co.cu)

Como una madre, que da la siguiente cucharada de papilla a su bebé cuando aún este tiene su boca llena, así la industria de las nuevas tecnologías nos está engolosinando con una ya prometida nueva generación de comunicaciones móviles.

Tragar, lo que se llama tragar… no es que no quisieran los usuarios nuevas emociones, pero en la práctica se atraganta el mundo con una quinta generación, la5G, que además de permitirnos hacer lo impensable en el futuro, servirá además para… ¡hablar!

En honor a la verdad, la 5G apenas ha rebasado, hogaño, la fase de definición conceptual y aunque ha recibido sus primeros silbidos de halago, luego de pavonear sus encantos en determinados experimentos, el proceso de estandarización no podrá iniciarse antes de la conferencia mundial de radiocomunicaciones convocada para Ginebra en noviembre próximo.

En todo el planeta, cuando eso ocurra, alrededor de cinco mil millones de usuarios de la comunicación móvil (el 70 por ciento del total, la mayoría en mercados emergentes como Cuba) todavía estarán conectándose mediante redes de segunda generación (2G), un estándar que data de los años 90 y con el que la telefonía hizo su debut en el hemisferio digital de la tecnología.

¡Vamos! A la 3G, nacida con el milenio y dominante en los países desarrollados, le queda pólvora para los próximos años. Y más a la 4G (2010), la mayor velocidad hoy posible en transmisión inalámbrica de datos, que va expandiéndose aunque sin asustar como una epidemia por su uso. De hecho, la 4G no soporta todavía llamadas de voz, lo cual palia al combinarse con redes de la generación precedente y así cumplir con ese llamado de su estirpe.
De manera que la carrera no se detiene, como el Coyote, que en cada cartón no puede dejar de perseguir al Correcaminos.

Sin lástima por la párvula G4, la quinta generación está delimitando su territorio como un felino, y es venerada por su don de comportarse no solo significativamente más rápida, sino mucho más inteligente. Esa inteligencia de red se encargará de oxigenar la tendencia creciente de la llamada “internet de las cosas” (IoT, por sus siglas en inglés), o el concepto de que cada objeto puede conectarse a la red mundial de datos y “hablarse” unos con los otros.

Sin tiempo para bizantinismos

Según Hans Vestberg, presidente ejecutivo de Ericsson, el vendedor más grande de equipos de telecomunicaciones en el mundo, el traslado a 4G ha sido todo sobre la velocidad. Pero una actualización a 5G, afirma, será más expansiva. Es que la industria no se entretiene en discutir sobre el sexo de los ángeles, como los dignatarios eclesiásticos y los gobernantes de Bizancio cuando los otomanos estaban a punto de tomar ese imperio.

Atrapadas entre el romanticismo y el oropel, las experimentaciones con la 5G permitieron a la compañía sueca Ericsson alcanzar velocidades de 5 gigabits por segundo (Gbps) reales, de 10 teóricamente posibles. Luego, en noviembre de 2014, la coreana Samsung Electronics anunció dos hitos en el desarrollo de las telecomunicaciones 5G. Primero: registró la mayor velocidad de transmisión de datos en ambiente estacionario, con 7.5 Gbps. E implantó un récord en ambiente móvil -1.2 Gbps ininterrumpidamente- en un vehículo que viajaba a 100 kilómetros por hora.
Samsung, la que más velocidad logró
Samsung logró registrar la mayor velocidad de transmisión de datos en ambiente estacionario (7.5 Gbps) y en movimiento (1.2 Gbps) sobre un vehículo a 100 kilómetros por hora. (Foto: SAMSUNG TOMORROW)
Ese mismo mes, la compañía china Huawei anunció la firma de un acuerdo con la operadora móvil rusa Megafon para estandarizar y desarrollar redes 5G de prueba con vistas a estrenarlas entre goles durante la Copa Mundial de Futbol de 2018. De los 600 millones de dólares que Huawei ha destinado solo para la investigación de la próxima tecnología, buena parte la está gastando en el flanco de la Unión Europea (UE), en particular en el establecimiento del Centro de Innovación 5G en el Reino Unido (Estados Unidos le está vedado por razones políticas).

Mientras, Samsung espera poder lanzar una red temporal de prueba para los Juegos Olímpicos de Invierno, también en 2018. Corea del Sur, líder en la materia, recientemente firmó con la UE un acuerdo de colaboración que creó un grupo de trabajo conjunto para planificar y poner en marcha futuros proyectos bilaterales.

A pesar de la rivalidad y de las pantagruélicas sumas de dinero que las compañías están devorando en investigación y desarrollo, en general están colaborando entre sí para poder ofrecer una conexión en 5G con fina estampa. Persiguen, pues, la creación de más servicios conscientes de redes, o bien redes que sean lo suficientemente inteligentes como para comprender la situación y el contexto en torno a un dispositivo conectado.
5G permitirá a millones de objetos conectarse a la Internet y “hablarse” unos con los otros
El estándar de comunicación 5G permitirá  a millones de objetos conectarse a la Internet y “hablarse” unos con los otros. (Foto: ENRIQUEDANS.COM)
Vestberg gusta de poner como ejemplo a una persona sentada en un vehículo autónomo. Una red 5G tendría que ser lo suficientemente avispada como para saber que la persona en el auto necesitará una velocidad de conexión superior entrando en su teléfono inteligente, mientras que el carro que se autoconduce tendrá una conexión con menor latencia, es decir, el tiempo de demora entre la acción y la respuesta. Esa latencia más baja también podría proporcionar la columna vertebral inalámbrica para que un cirujano en París realice de forma remota una cirugía cerebral en Rusia, dijo.

Ericsson predice que el período de latencia del futuro estándar 5G girará en torno al milisegundo, es decir, será imperceptible al ser humano y será 50 veces menor que el de 4G.

Científicos y consultores están convencidos de que para el año 2020 habrá una enorme demanda de conexión por el boom de objetos inanimados conectados a internet, entiéndase IoT. Se habla de 50 mil millones de dispositivos conectados a la red, cifra que algunos analistas consideran cautelosa y la duplican en sus estudios.

Para entonces, muchos usarán ropas y artículos “vestibles” (wereables) que se conectan a la infovía, los carros sin conductor hablarán entre sí para evitar accidentes y hasta se utilizarán cubos de basura inteligentes que avisarán cuando están llenos. 

No lo dude: se necesitará entonces una conexión a internet mucho mejor.


¿Sobrecalentamiento de expectativas?

Posibilidades de la comunicación móvil, de 1 a 5G.

(Foto: EUROPEAN COMISSION/BOHEMIA)
Rahim Tafazolli, adalid del Centro de Innovación de 5G de la Universidad de Surrey, Inglaterra, cree que en el futuro será posible tener un enlace inalámbrico de datos a 800 Gbps, es decir, una conexión 100 veces más rápida que las de 5G que se están probando en la actualidad. ¡Ufff…! Eso equivaldría a bajarse 800 películas en HD en un solo segundo.
Además de rápida, la futura conexión deberá tener una mayor capacidad, algo así como si se agrandara una carretera por túnel, con la fiabilidad que actualmente tienen las conexiones de fibra óptica. La nueva “carretera” exigirá también cierto orden, por lo que designarán ciertos carriles para el transporte de larga distancia y otros para el tráfico local. Para ello, se establecerán o “armonizarán” distintas bandas de frecuencia para sobrellevar la demanda.
Los datos se transmiten por radiofrecuencias, que están divididas en distintas bandas. Estas no son más que intervalos de frecuencias del espectro electromagnético, asignados a diferentes usos dentro de las radiocomunicaciones, como pueden ser el envío de señales aeronáuticas y de navegación marítima, otras para transmisiones de televisión, la de más allá para datos…
Hoy, el uso de estas bandas puede cambiar de un lugar a otro y, aunque está regulado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), es la causa de no pocos problemas con la rapidez de conexión y la confiabilidad.

Para allanar el camino hacia la 5G, la UIT está reestructurando en profundidad las partes de las radiofrecuencias utilizadas para la transmisión de datos, a la vez que permite el uso continuado de las comunicaciones ya existentes en 3G y 4G.

No obstante, los menos entusiastas consideran que hablar hoy de 5G es un ejemplo más de sobrecalentamiento de las expectativas tecnológicas, sin mencionar la profetizada conexión 6G, que en 2040 integrará sistemas de comunicación satelital con 5G dando cobertura global, e incluso la 7G, para 20 años después.

Críptico y a la vez revelador, como es común entre los pensadores chinos, Eric Xu, presidente de Huawei, opinó sobre el asunto con un axioma: “La innovación es un viaje continuo”.

Tal vez por ello el Coyote sigue persiguiendo al Correcaminos en cada episodio, a pesar de saber que jamás podrá alcanzarle.

La era de la adaptación

Klaus Schwab is Founder and Executive Chairman of the World Economic Forum
GINEBRA – El mundo debe dejar de mirar atrás. Desde la crisis financiera de 2008, hemos desperdiciado demasiada energía intentando volver a la época de la rápida expansión económica. La errada suposición de que los problemas del mundo posteriores a la crisis eran sólo temporales ha sustentado políticas que sólo han producido recuperaciones deslucidas, sin abordar problemas fundamentales como el elevado desempleo y la desigualdad en aumento.

La época posterior a la crisis se ha acabado y ya tenemos aquí el “mundo posterior a la época posterior a la crisis”. Ha llegado la hora de adoptar un nuevo marco de soluciones realistas que fomenten una prosperidad compartida dentro de la economía mundial de ahora y del futuro.

En esta nueva era, el crecimiento económico se dará más lentamente –pero de forma potencialmente más sostenible– que antes de la crisis y el cambio tecnológico será su fuerza motriz. De hecho, así como la Revolución Industrial transformó el potencial productivo de las sociedades en los siglos XIX y XX, una nueva ola de avances tecnológicos está remodelando la dinámica económica e incluso social actual. La diferencia radica en que las repercusiones de esta revolución serán aún mayores.

Un rasgo destacado de dicha revolución es la magnitud y la escala de las alteraciones que causa. La Revolución Industrial se produjo de forma relativamente lenta, como las olas largas en el océano; aunque comenzó en el decenio de 1780, no se sintieron de verdad sus repercusiones hasta los decenios de 1830 y 1840. En cambio, la revolución tecnológica actual afecta a las economías como un maremoto, sin apenas avisar y con una fuerza inexorable.

El ritmo del cambio se ha acelerado por el carácter interconectado del mundo actual. El progreso tecnológico se está produciendo dentro de un ecosistema complejo y profundamente integrado, lo que significa que afecta simultáneamente a las estructuras económicas, los gobiernos, las disposiciones de seguridad y la vida diaria de las personas.

Para preparar un país a fin de que coseche los beneficios de un cambio rápido y de gran alcance, las autoridades deben tener en cuenta la totalidad del ecosistema en el que está produciéndose, velando por que el Estado, las empresas y la sociedad se ajusten a cada una de las trasformaciones. Dicho de otro modo, para competir en la economía del siglo XXI hará falta una adaptación implacable.

Nada quedará fuera. Habrá que replantear todos los usos y las normas. Todos los sectores económicos correrán el riesgo de quedar patas arriba. El servicio Uber que permite compartir coches, por ejemplo, no sólo ha cambiado cómo se trasladan las personas de un lado a otro; también parece estar encabezando una revolución a escala minorista en la que los bienes y los servicios quedan “uberizados”: los clientes pagan por usarlos, no para poseerlos.

Entretanto, la industria manufacturera quedará trasformada igualmente por la tecnología de las impresoras 3D. Las cadenas de suministro quedarán eliminadas o remodeladas, como ha descrito recientemente el director gerente de una importante manufactura de aluminio. Sabe que, para tener éxito, las empresas tendrán que prever esas tendencias y reaccionar antes ellas. El fenómeno del pez grande que se come al chico es cosa del pasado. En el mundo posterior a la época posterior a la crisis, los peces rápidos dominarán y los lentos morirán.

Pero la revolución tecnológica actual no está sólo remodelando lo que producimos y cómo lo hacemos; está remodelando fundamentalmente lo que somos: nuestros hábitos, intereses y concepciones del mundo.

Pensemos en la enorme diferencia existente entre las formas como los jóvenes y las generaciones mayores interpretan la intimidad en la era de la red Internet. También está alargando la duración de nuestra vida, pues uno de cada dos niños nacidos ahora en Suiza tiene una esperanza de vida de más de cien años.

En conjunto, las repercusiones del progreso tecnológico serán positivas, lo que no quita para que represente una amenaza en gran escala.

Por ejemplo, la automatización de los empleos impelerá en última instancia a más personas hacia los empleos más productivos y mejor pagados, los más idóneos para la nueva era del “talentismo”, cuando la imaginación y la innovación humanas, no el capital ni los recursos naturales, impulsan el crecimiento económico, pero, si los trabajadores no adquieren las aptitudes para ocupar esos nuevos puestos, se quedarán rezagados.

El Estado, más que ningún otro sector, puede modelar las repercusiones del cambio tecnológico, velando por que se aborden los imperativos y se aprovechen las oportunidades. De hecho, debería estar en la vanguardia de semejante cambio, creando un medio que fomente la innovación y la creatividad del sector privado, sin por ello dejar de velar por que los ciudadanos estén equipados para competir.

Naturalmente, los gobiernos no pueden estar siempre en posición avanzada. También tendrán que reaccionar ante las nuevas necesidades y exigencias, como, por ejemplo, la de que los servicios públicos alcancen el mismo nivel de eficiencia y comodidad en materia de tecnología avanzada que los ofrecidos por las empresas privadas.

El cambio puede ser aterrador, pero es inevitable y, en realidad, es un importante venero de oportunidades para mejorar nuestros sistemas, nuestras estrategias y a nosotros mismos. La última ola de cambio tecnológico dista de haber llegado a su cresta. Deberíamos estar ilusionados –y esperanzados– por el listón que podría hacernos saltar.

Traducido del inglés por Carlos Manzano.
Read more at http://www.project-syndicate.org/commentary/technological-economic-transformation-by-klaus-schwab-2015-02/spanish#Lbw5c4OkD1gpT6TO.99

Los nueve rasgos clave del nuevo orden mundial financiero, según el fundador del Foro de Davos

El mundo ha perdido demasiada energía intentando volver a los días de una expansión económica rápida anteriores a la crisis de 2008. Hay que aceptar ya que es imposible y esforzarse por adaptarse a la nueva realidad financiera, insiste el fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Internacional de Davos, Klaus Schwab.

"La suposición errónea de que los desafíos del mundo después de la crisis eran solo temporales (…) ha cedido el paso solo a unas recuperaciones deslucidas y no ha servido para abordar los problemas clave como un alto desempleo y la creciente desigualdad. La era poscrisis se acabó y el 'mundo post-post-crisis' está por encima de nosotros. Es la hora de adoptar una nueva forma de soluciones", escribe Schwab en un artículo para el portalProject Syndicate.

El fundador del Foro de Davos llega incluso a formular el principio básico de la nueva realidad. "Ya han pasado los días en los que el pez grande se comía al chico. Ahora va a dominar el pez rápido y el pez lento morirá", opina. Según Schwab, este nuevo orden mundial financiero tendrá nueve características básicas:

1. El crecimiento económico será impulsado por la innovación y la imaginación, y no por el capital o los recursos naturales.

2. El crecimiento económico será más lento, pero potencialmente más estable que antes de la crisis.

3. El motor clave del mercado será el cambio tecnológico. Pero si los efectos de la revolución industrial anterior, de finales del siglo XVIII, no se hicieron sentir hasta un siglo después, los cambios de ahora impactarán en las economías como un tsunami, sin mucha alerta previa y con una fuerza inexorable.

4. Las abundantes interconexiones del mundo de hoy aceleran el ritmo del cambio. El progreso tecnológico no solo afectará a las estructuras económicas, sino, simultáneamente, también a las estructuras gubernamentales, a los mecanismos de seguridad y a la vida cotidiana de la gente.

5. Competir en la economía del siglo XXI requerirá una capacidad de adaptación implacable. No se podrá descartar nada. Cada práctica y cada estándar deberán ser repensados. Cada sector deberá estar preparado para cambiar de los pies a la cabeza.

6. Como parte de un cambio general, ya se está realizando también una revolución minorista. Su base será un cliente que paga por usar un servicio o una mercancía y no por poseerlos.

7. La industria de la producción también quedará transformada y las responsables serán las tecnologías de impresión en tres dimensiones que eliminarán o reformarán las cadenas de suministro.

8. La revolución tecnológica no solo reformará lo que producimos y las vías de producirlo. También remodelará profundamente quienes somos: nuestros hábitos, intereses y visión del mundo. La automatización del trabajo impulsará a más personas hacia unos empleos mejor remunerados y más productivos que se adapten mejor a la nueva era del 'talentismo'.

9. Los Gobiernos tendrán que reaccionar y esforzarse para que los servicios públicos tengan el mismo nivel de eficiencia tecnológica que ofrezcan las empresas privadas.

Berta Soler no quiere renunciar

Escrito por Yohandry Fontana, Domingo, 22 de Febrero de 2015 10:20


Encuesta en El Nuevo Herald, hasta el día de hoy

Se ha vuelto viral en las redes sociales el pedido a Berta Soler para que realice elecciones libres dentro del grupo de las llamadas Damas de Blanco.

Desde Miami, varias fundadoras han expresado la falta de democracia y libertad de expresión impuesta por la auto titulada jefa de ese colectivo, cargo que se adjudicó sin el consenso de la mayoría.

En la Isla, crece también un movimiento que pide la renuncia inmediata de Berta Soler. Entre los involucrados está el Coco Fariñas, quien vía Twitter criticó la falta de democracia que impera dentro de las Damas de Blanco, y pidió la renuncia inmediata de Berta Soler y elecciones libres y democráticas para encontrar una nueva líder. Iguales reclamo realiza Laurita, la hija de Laura Pollán.

El Nuevo Herald puso en marcha una encuesta pública y sus resultados son aplastantes. De las 1 658 personas que votaron hasta hoy, el 81,06 por ciento cree que Berta Soler debe renunciar al liderazgo de las Damas de Blanco.

Todo comenzó con un vídeo subido a las redes sociales donde Berta Soler y otras asalariadas hacen un acto de repudio a Alejandrina García, calificándola de traidora.

Es oportuno señalar que todas estas complicaciones de Berta Soler salen a la luz luego de aparecer en dos recientes audiencias en el Congreso de Estados Unidos, reclamando respeto a los derechos humanos.

La Soler critica el restablecimiento de relaciones entre La Habana y Washington, y ha pedido, en reiteradas ocasiones, elecciones libres en la Isla.

Los ojos de cientos de opositores (asalariados) están sobre la susodicha, pero ella, y la minoría que la apoya, hacen oídos sordos al pedido nacional e internacional, en tanto se conoció de la renuncia, ayer, de 4 Damas de Blanco de La Habana, que no tolerarán más la falta de derechos impuesta por la Soler. Igual repercusión está teniendo lugar en otras provincias del país.

Por su puesto, que Berta Soler tratará de revertir esta situación y buscará la forma de armar una provocación para que las autoridades cubanas la detengan, y cambiar así el foco de las cosas...

Solo nos queda esperar…Pero cabría preguntarse: ¿Está dispuesta Berta Soler a perder el tubo de dólares que le llega desde la Fundación Nacional Cubano Americana?

A otro con ese cuento.

Yohandry Fontana

La Habana

Proyección de Cuba: Ley Fundamental y los nuevos desafíos

Ovidio D´Angelo Hernández, investigador social.

Dilucidando futuros caminos y puertas.

La nueva coyuntura histórica creada por el acuerdo Estados Unidos, de iniciar el restablecimiento de relaciones, ocurre en un contexto internacional y nacional muy complejo, que requiere de un análisis desprejuiciado y sensato que abra, de manera efectiva, las puertas del futuro.

Ello, habida cuenta de las diferencias de posiciones radicalmente diferentes en asuntos de política nacional e internacional existentes entre los dos gobiernos y formas de pensamiento. Para ambos, los nuevos desafíos están sobre la mesa. Nuevas esperanzas renacen, se renuevan ilusiones perdidas de convivencia pacífica y constructiva en respeto mutuo.

La nueva situación crea condiciones más propicias para ventilar nuestros asuntos pendientes en términos de mayor democratización y participación popular en las decisiones del país. Cualquier transformación progresiva que ocurra en las relaciones sociales e institucionales en Cuba, sin embargo, no debiera verse como consecuencia de una negociación o concesión con la gran potencia, sino como resultado del aflojamiento de tensiones históricas que propician un mejor clima para el diálogo interno; ahora, posiblemente, en condiciones más constructivas1.

En ese contexto, el propósito de este trabajo es realizar una mirada crítica y desprejuiciada sobre aspectos importantes de nuestra Constitución que deberían y podrían ser interrogados o modificados, con vistas a una renovación en perspectivas de actualidad y apertura a futuros más democráticos en la idea de una “sociedad socialista de progreso y desarrollo sustentable”, sin perder los principios humanistas en que se inspira esta tradición, en sus esencias.

Las nuevas realidades van a requerir nuevos enfoques. Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba arrastran más de 50 años de violencia, incomprensión, prepotencia y hasta odio…muchas veces generados por actitudes recalcitrantes, de una parte, a las que sobrevinieron posiciones de resistencia y otros extremos asociados, por otra.

Se requerirá una postura de paciente entendimiento –hasta donde sea posible- y de concertación, en la que todas las partes ceden algo de sus posiciones intransigentes, gradualmente, para llegar a una convivencia más justa y de mayor alcance para todos.

Entiendo que posturas de choque no facilitarán las cosas. Creo que hay que manejarlos cuidadosamente los medios a emplear para un avance entre las posiciones diferentes para no propiciar situaciones caóticas. Sin embargo, creo también que hay que establecer los mecanismos apropiados para esos diálogos y principios de entendimiento social, entre todos los sectores, excluidos aquellos abiertamente sometidos a dictados de otras potencias o que les hagan el juego. No obstante, estos criterios deberían manejarse en consenso social, con apertura y flexibilidad. Y con más prisas que pausas, pero con sentido de sensatez y espíritu constructivo de las libertades necesarias.

La patria es de todos, “con todos y para el bien de todos”…siempre que, en mi opinión, los intereses sean sanos y patrióticos y no respondan a rencores o inciten a posiciones de violencia social.

La posición hegemónica de Estados Unidos en el mundo resulta un límite casi infranqueable por lo sostenida y fundamentada en sus ideas de Gran Nación, aunque con diferencias apreciables desde las instituciones políticas que la conforman.

Desde el ámbito cubano, que es el que nos interesa y sobre el que podemos proyectarnos, no será fácil remontar, con nuevo espíritu de apertura, los escollos de más de 50 años de experiencias negativas con los gobiernos estadounidenses y una porción del exilio histórico recalcitrante, con una gran dosis de odio e intereses particulares; por otra parte, también puede ser contraproducente insistir en una concepción tradicionalista del “socialismo real” estadocéntrico, manejado desde la posición gobernante histórica, con consecuencias en el condicionamiento que ello ha producido en la “mentalidad” de ciertos sectores de la población.

Se trata de cuestiones principales que pueden requerir cambios de enfoques y permitir avanzar en la construcción de una concepción y práctica ciudadanas que hagan posible la realización de un ideal nacional arraigado de progreso, plena justicia social, libertades y derechos, el cual se ha visto limitado también por un estado de cosas que las desavenencias mutuas entre los dos países han alimentado durante demasiado tiempo.

La historia pudo haber sido contada de otro modo…si desde el inicio de la aplicación de las leyes revolucionarias se hubiera impuesto una política inteligente y moderada de acercamiento y negociación entre ambas partes; ello hubiera propiciado situaciones constructivas respeto a la soberanía nacional de nuestro país, en vez de la obcecada postura imperante del garrote represivo del vecino del norte.

Pero la historia no es circular, la línea del tiempo no es retroactiva. De modo que aquellos vientos trajeron otras tempestades. Se trata ahora de revertir, con la carga del tiempo y las heridas, lo que no se pudo hacer, lo que un nuevo y más promisorio futuro nos puede traer.

En nuestro caso, sin olvidar los contextos de enfrentamiento sufridos – a veces bastante crueles y con daños de todo tipo--, se trata de remontar grandes obstáculos, de manera que se contribuya a aminorar la beligerancia, arrogancia y omnipotencia de sectores resistentes y generar nuevas posiciones conjuntas, más constructivas, flexibles y abiertas.

En ese sentido, un aspecto esencial en el que podría avanzar el país es la reconstrucción de concepciones arcaicas de otros socialismos que respondieron a interpretaciones epocales y a tendencias ideológicas de otras relaciones sociales de sus momentos y coyunturas históricas.

La concepción estadocéntrica y autoritaria del socialismo, dadas las agudas confrontaciones del período inicial revolucionario y provenientes de las ideas de “dictadura del proletariado” del momento, no solo han perdido hoy su vigencia –lo que no obvia la validez del carácter clasista de las relaciones sociales--, sino que han demostrado –con la caída del ex campo socialista europeo y los cambios del “socialismo” oriental-- que son ineficientes e incapaces de movilizar a la sociedad y sus fuerzas productivas y morales hacia escalones de desarrollo superior.

Esa concepción se expresa en nuestra Ley Fundamental, cuyas modificaciones no pueden ser hoy ni epidérmicas ni ilusas. A pesar de los debates públicos, los referendos y plebiscitos a los que fueron sometidas las propuestas que le dieron forma definitiva en diferentes momentos, un somero análisis refleja multitud de limitaciones y descontextualizaciones que requerirían un profundo re-análisis de cara a un socialismo más maduro y desarrollador.

No se puede obviar que, de cualquier manera, esos actos públicos estuvieron impactados por un conjunto de fenómenos diversos que conformaron las subjetividades de los cubanos, entre los que se podría mencionar:

- La presencia del liderazgo histórico de la Revolución y la casi generalización de un modus operandi en la construcción cubana del socialismo.

- La “naturalización” de una tal concepción de socialismo como la mencionada, no solo entre la dirección, sino entre partes significativas de la población.

- Las ventajas y mejoras en la calidad de vida de la población en muchas dimensiones conocidas, durante la época del campo socialista y el ideal del “comunismo luminoso”.

- La vivencia de las agresiones de todo tipo provenientes de los sectores más recalcitrantes de la derecha en el exilio y del gobierno estadounidense, que reforzaron el espíritu patriótico de la población.

- El temor a los “pases de cuenta” de ellos al país, en caso de derrota de la posición revolucionaria.

- El temor al castigo de las autoridades y la paranoia social –siempre presente para los casos considerados ideológicamente “desviados” de la norma oficial y hasta para ejercer un voto contrario o diferente en las elecciones.

- La falta de una promoción de postura reflexiva-crítica abierta entre la población, en vez de la obediencia a la ineluctabilidad de los líderes, entre otros muchos factores.

Sobre unas nuevas bases de madurez de conciencia política crítica que obvie la mayor parte de los factores anteriores –hoy menos presente por el desgaste en la efectividad económica y política del sistema-, se requiere renovar nuestra Constitución, hacerla más moderna y de espíritu más constructivo e impregnado de formas de ciudadanía popular protagónica, decisoria y emancipatoria –una de las principales esencias del ideal socialista-.

Comentaremos, entonces, aspectos de su articulado que, en nuestra opinión, requerirían de interrogaciones y hasta modificaciones profundas, algunas por su teorización de origen; otras, por los cambios establecidos en los Lineamientos –o con sugerencias de enrumbarlos en otras direcciones, dado el caso.

Sirvan estas indagaciones de oportunidades alternativas como aporte a la reconstrucción de la Ley Fundamental que, como es conocido, es objeto de “actualización” por una Comisión designada por el Partido-Estado en los momentos actuales2.

Art. 1.- “Cuba es un Estado socialista de trabajadores…” ¿Es ésta la categoría inclusiva hoy?, ¿No se está generando una sociedad más diversa en la que no solo son trabajadores, sino otros actores sociales, los que se incluyen?

“organizado con todos y para el bien de todos…para el disfrute de la libertad política…” ¿qué entendemos por “todos” en nuestra realidad actual? ¿no supone la declaración de diversidad, hoy más que antes lejana de la homogeneidad siempre declarada?, ¿qué entender hoy por libertad política si no es el derecho a la libre expresión, organización y difusión de ideas sobre un marco de respeto?, ¿no es precisamente el aspecto más limitado de nuestra realidad nacional en condiciones de guerra permanente?.

Art. 3.- “…la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado…ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular…”, ¿no es este uno de los puntos más problemáticos y de mayor posibilidad de renovación y desarrollo?, ¿no se ha ejercido el poder “a nombre del pueblo” bajo el mandato de un grupo central de dirección, quedando reducidas al mínimo las posibilidades del Poder Popular, en tanto el pueblo no es artífice de sus decisiones, ni sus “representantes” tienen las potestades reales de expresión, participación y solución en las decisiones fundamentales?

(A esto volveremos)

En este artículo se colocó la cláusula, -posiblemente no muy bien entendida y en la que operaron todos los factores de valor subjetivo limitantes enunciados más arriba- sobre que “el Socialismo es irrevocable” (algo que muchos debieron entender como aceptable, en tanto confirmación del ideal de progreso vigente), pero que, en una lectura más detallada, se matiza con: “y el sistema político y social revolucionario establecido en esta constitución”.

Es decir, que la cláusula no afirma solo el ideal socialista en general (con cuya diversidad de expresiones se podría entrar en polémicas constructivas), sino que plantea la fórmula de que lo irrevocable es la forma del sistema político y social actual, que debe quedar inalterable de manera permanente –aunque más abajo se refiera a la no restauración del capitalismo; ¿no es esta una fórmula terminada y acabada de la historia (¡paradójicamente hegeliana y fukuyamiana!), o sea, ajena al marxismo dialéctico y crítico?. Esto, ¿no cierra cualquier posibilidad de propuesta de cambios creativos en nuestro orden social y político?....precisamente “todo lo que deba ser cambiado” (en el enunciado de Revolución del líder máximo).

Art. 5.- Resulta clave en la concepción estadocéntrica, que sitúa fuera de la soberanía popular todas las orientaciones principales de la política: “El Partido Comunista….es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes…”

¿Cómo, si se planteó que la soberanía reside en el pueblo, es posible que exista una fuerza superior determinante y no sometida a la elección, participación y control popular?, ¿no es esta la vieja visión del Partido vanguardia de la nación, “iluminado” conductor de los ignorantes individuos y colectivos de la sociedad? Contradictio in adjecto!

¿No correspondería mejor al Partido (partidos, movimientos políticos y sociales, etc.) el papel de promotor de plataformas ideológicas-póliticas acerca de las cuáles decidiera “el soberano”? (esto, aunque se tratara de modalidades de socialismo, de alternativas dentro de su concepción amplia como sistema social).

Art. 6, 7.- La forma de reconocer las organizaciones sociales (que “representan los intereses específicos de la población” ¿no es la establecida con organizaciones de masas construidas desde arriba (las que tuvieron misiones históricas de finidas y hoy, en parte de ellas, son una camisa de fuerza para la autoorganización y expresión popular?; algunas, ¿no están desfasadas de las necesidades de la época e hipercontroladas por los aparatos del Partido, cuyas líneas de orientación del momento deben seguir a toda costa, aun cuando en otros momentos sean sustituidas por otras pensadas desde el Centro?.

¿Se consideran los diversos intereses sociales, políticos, religiosos, profesionales, etc. como “intereses específicos de la población”?.

Art. 9.- ¿No se basa en el supuesto –demostradamente iluso- de que el Estado, per se es, automáticamente: garante de las libertades y derechos, expresa la voluntad del pueblo, es poder del pueblo, garante de empleo y satisfacción de las necesidades de la población? Esto, ¿reconoce la diferencia de posición entre funcionariado gubernamental y población en general, que de hecho presenta múltiples matices de distancias y desigualdades?

Art. 14. Al 18.- “En la República de Cuba rige el sistema de economía basado en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción y en la explotación del hombre por el hombre…El Estado administra directamente los bienes que son propiedad socialista de todo el pueblo…” Hoy tenemos unas formas de propiedad y gestión más diversas, ¿la propiedad estatal “socialista” –como está concebida- considera la participación de los colectivos de trabajadores, formas posibles de autogestión y co-gestión obreras?; o, de hecho, ¿no mantiene, de diferente manera a la forma capitalista, la alienación de los trabajadores del ejercicio y producto de su trabajo y no debiera ser profundamente re-analizada?. El Plan, por otra parte, como se concibe, de forma centralizada, ¿posibilita la participación de los actores sociales y la población, de manera que esta se vincule con la satisfacción de sus necesidades de manera directa?

Art. 21.- La propiedad personal de los medios de trabajo excluye la explotación de trabajo ajeno, algo que ha quedado obsoleto con la profusión de formas de propiedad privada y trabajo subcontratado, ¿esto no requiere de nuevas fórmulas de equilibrio-justicia social entre trabajo y capital para mantener un rumbo realmente socialista?, ¿será posible que el valor de ambos polos quede articulado sobre bases de igual derecho a las ganancias y decisiones?

Cap. II.- Ciudadanía.- se refiere solo a la fórmula legal de pertenencia al país; ¿no habría que referirlo también al ejercicio de ciudadanía en las distintas modalidades de su aplicación social: a las formas de asociatividad y participación protagónica en los ámbitos sociales y de gobierno?

Art. 39.- Se considera la única modalidad de “formación educativa”: la comunista (en el entendido de valores normativos de la ideología dominante de las instituciones en el poder, ¿no implicaría someterse a prácticas explícitas en nuestra sociedad, a nombre de la educación comunista como la magnificación de las realidades y logros revolucionarios o las ideas del momento de la dirección y no como valores humanistas más amplios?-). La “libertad artística” es aprobada si el contenido no es contrario a la Revolución (esto, ¿no es determinado por las autoridades de turno?). La “participación de los ciudadanos” ¿no queda constreñida solo a las organizaciones de masas, dirigidas por la política y bajo el control del Partido, de manera estricta?

Art. 43, 45.- “a trabajo igual, salario igual….el trabajo es remunerado según su calidad y cantidad…desarrollo económico y social sin crisis…eliminado el desempleo…”, ¿no constituye todo esto, hoy, un eufemismo y requiere nuevos enfoques de realismo?

Art. 53.- “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”, ¿no es este uno de los aspectos centrales de nuestras limitaciones sociales y políticas, sobre el que hay que imaginar fórmulas creativas y no repetitivas de otras sociedades “democráticas representativas”, pero que garanticen esos derechos?

Art. 54.- “Los derechos de reunión, manifestación y asociación son ejercidos por…sectores de la población….” Se plantea que para lo cual se cuenta (o sea, solo se autoriza) con los medios de “las organizaciones sociales y de masas…cuyos miembros gozan de la más amplia libertad de palabra y opinión…”, ¿es realmente así, cuando están estrictamente orientadas y controladas por el Partido y donde se legitiman, básicamente, las ideas afines?).

Art. 58 a 62.- Sobre “libertades y normas penales”, se refiere el sistema de garantías del ciudadano a lo que prescriben las leyes ¿se conocen y se cumplen, o son suficientes? Y queda al amplio espectro de interpretación que sería: “atentar contra los fines del Estado socialista”.

Art. 68.- “…las masas populares controlan la actividad de los órganos estatales, de los diputados, de los delegados y los funcionarios; los elegidos tienen el deber de rendir cuenta de su actuación y pueden ser revocados de sus cargos…”, ¿no es esto, precisamente, lo que debe lograrse con mecanismos adecuados de participación ciudadana y transparencia y no -en el mejor de los casos- a través de medios indirectos, muchas veces controlados por las directivas del Partido y, en general, de manera burocrática, a todos los niveles y no por medios populares?

Art. 69, 71.- “La Asamblea Nacional…representa y expresa la voluntad soberana del pueblo…los diputados son elegidos por voto libre y secreto de los electores, en la proporción…”, ¿sobre el carácter de los representantes no habría que profundizar bastante?; o sea ¿en qué sentido son representantes, sobre qué bases y para qué son electos, a qué autoridades se deben…?. El voto “libre” ¿no está condicionado a prácticas impuestas de selección previa basadas en elementos espurios y no en las alternativas y soluciones socio-políticas que proyecten los propuestos?

Art. 80, 84, 88.- “Las sesiones de la Asamblea Nacional son públicas…los diputados tienen contacto directo con sus electores…la iniciativa de las leyes compete (entre otros)…a los ciudadanos con 10.000 firmas de electores”….¿se cumple que las asambleas municipales sean públicas o se conocen sus temas, no digamos la Nacional?; los únicos diputados en contacto directo con sus electores ¿no son los delegados de circunscripción y para cuestiones muy puntuales?, lo demás es pura fantasía formalista en los casos en que se establece contacto directo;….¿no se conocen los destinos de las 10,000 firmas de iniciativa de leyes…cuando no gusten a las instancias de dirección del Partido-Estado, sin que se refrenden popularmente?.

Art. 131, 133.- “Todos los ciudadanos…tienen derecho a intervenir en la dirección del Estado, bien directamente o por medio de sus representantes…tienen derecho a ser elegidos…” ¿alguien cree que eso se realiza de esa forma?, ¿las candidaturas, no son elaboradas desde la base por las instituciones políticas y se basan en trayectorias revolucionarias –fidelidad, méritos ídem y cualidades personales, no por posicionamientos y agendas críticas y constructivas de la sociedad?, ¿además, no se deciden proporciones de la Asamblea Nacional de acuerdo a la nominación de esas organizaciones, que responden a las líneas del momento del Partido? ¿Eso garantizaría la expresión de la diversidad de ideas, propuestas, satisfacción de necesidades y proyecciones del pueblo?

Los aspectos planteados como problemáticos solo indican, quizás, el horizonte complicado en el que se plantean requerimientos de modificaciones sustanciales, algunas por constituir parte medular de las prácticas establecidas, otras por no corresponder a cambios que están ocurriendo en nuestra sociedad, más allá de consideraciones del ritmo y la complejidad de sus procesos3.

En un nuevo contexto de respeto ineludible entre sistemas diferentes y posiciones contrapuestas arraigadas, se requiere el avance hacia formas de estabilización que logren el desarrollo de los principios socialistas básicos: participación activa y protagónica de la población –en la diversidad de sus posicionamientos-; construcción de una ciudadanía activa con una ética constructiva de respeto a todos los derechos humanos; predominio de formas colectivas de propiedad y gestión de la economía –con nuevas fórmulas de balancear la relación trabajo-capital con los actores privados y estatales y de autogestión social y económica; la construcción de un nuevo consenso en el ideal de desarrollo, progreso social y sustentabilidad.

Ello requerirá también de las partes contendientes –no solo del gobierno estadounidense, sino de la oposición fundamentalista, una atenuación de las imputaciones, una moderación y comprensión de la nueva realidad, más allá de los slogans difamatorios y punitivos de costumbre, de manera que ello dé lugar al país y sus actores sociales, a definir las líneas de su futuro más democrático.

Las contradicciones de la Ley Fundamental de la República para llevar a cabo semejante tarea histórica puede requerir una estrategia de gradualidad y paciencia –en la que todo no puede ser cambiado de un golpe-, que tienda a establecer aperturas y coherencias necesarias, en etapas dinámicas, en la medida que el tan mencionado “cambio de mentalidad” deba y pueda ser difundido, comprendido y concientizado como formas de reorientación del desarrollo integral del país por toda la población…y comience por la dirección de las organizaciones sociales y de la nación.

En este sentido, vale la pena considerar también la difícil y complicada situación económica del país, ante la cual cualquier cambio brusco podría tener resultados nefastos. Si bien algunos de los cambios producidos a tenor de los Lineamientos del PCC, en algunos casos, parecerían transcurrir demasiado lentos o tener grandes limitaciones (autonomía municipal, descentralización de empresas estatales, impulso al cooperativismo, asociatividad de pequeños empresarios privados y el ejercicio de su responsabilidad social, integración al desarrollo local y comunitario, inversión extranjera, etc.); otros como la eliminación de la dualidad monetaria4 resultan muy complejos y difíciles y aún algunos, como la necesaria participación de los trabajadores en la gestión económica y de las empresas, están ausentes de la perspectiva delineada.

La estrategia de gradualidad, sin conmociones catastróficas, podría ir por diferentes vías, pero requeriría el reconocimiento a la diversidad de pensamiento y libertades esenciales. Me adscribo a los razonamientos del insigne intelectual y personalidad patriótica Monseñor Carlos Manuel de Céspedes5, al tratar sobre el tema, inspirado en su cita martiana de una “genial moderación”,… “cuyo basamento no sea otro que la libertad responsable; una nación que haya desterrado, en principio, toda forma de violencia en las relaciones humanas…(a través de) un contrapunteo ingenioso y así lograr sutiles pero estables armonías”.

No obstante, lo más probable es que la magnitud de la confrontación existente entre las posiciones más polares, bien arraigadas en los hechos e intransigencias históricas, en los daños ocasionados –morales y, a veces, mortales-, hagan poco posible un acercamiento o siquiera una disposición de entendimiento en cuestiones básicas entre algunos sectores. No siempre la tolerancia, el sentido del perdón en el contexto de las realidades vividas, se impondrá con los llamados a la sensatez y la moderación. Pero existen muchos matices en las posiciones hoy existentes sobre la realidad sociopolítica de Cuba, entre los cubanos de una u otra tendencia. Aboguemos por un sentido de humildad y comprensión entre todos los de buena voluntad y mirada en el futuro, de todos los que puedan llevar la hermosa tarea de la concertación patriótica más allá de las intransigencias y odios.

En esa estrategia de gradualidad, Monseñor considera que “no se debería empezar por los planteamientos más arduos, en los que el consenso social es más difícil de lograr. Los asuntos en discusión podrían ordenarse de manera tal que, de consenso en consenso, se vaya creando un clima de mayor confianza, sin crispaciones”.

Bajo el prisma de la relatividad y la creatividad, este clima de confianza fundamental para el diálogo nacional (más allá de compartirse el sistema social que deba surgir desde nuestras tradiciones nacionalistas revolucionarias y socialistas), quedaría abierto a debate y posibles gradualidades o cambios, temas tales como señala Monseñor:

“la tradicional división constitucional de (los tres) poderes;…la existencia de un solo partido político que dé cabida en su seno a diversas corrientes, o de varios partidos políticos diferenciados, en principio por sus plataformas político-ideológicas…el método de elecciones políticas para todos los cargos públicos revestidos de importancia real…el ámbito de los delitos políticos penados”…etc.

Considero de la máxima importancia su idea de que: “En la Cuba de hoy cualquier proyecto de cambios, en orden a una mejor promoción humana, aunque sea solamente temporal, interino y dispuesto a revisiones ulteriores, para que sea congregante y eficaz, no puede evitar el intercambio o confrontación dialogal entre una variadísima gama de posiciones, ante todo lo que integra la vida, sea en su dimensión individual, sea en la social”….”Sería un nuevo proyecto de convivencia y promoción humana integral, sin apelar a rupturas o desgarramientos, compartiendo una misma mesa fraterna de deliberaciones, intercambios y acuerdos que nos comprometan realmente”.

Todo ello se ilumina desde lo que él considera como “la extraordinaria importancia que tiene, en el plazo inmediato, la estructuración de un dispositivo efectivo de control popular que opere sobre las decisiones, los procesos y los actores”…lo que, en su opinión, pudiera coincidir con una “social-democracia original”, “socialismo del siglo XXI” o el denominado “socialismo participativo”.

En conclusión, resulta imprescindible, aún más en las nuevas coyunturas, la renovación sustancial de nuestra Constitución de manera que se ejerza una sustancial participación popular deliberativa y efectiva que, teniendo en cuenta el abanico de posicionamientos sociales actuales de diversos sectores de la población, tratara de ponderar al máximo el papel del individuo y el colectivo en su iniciativa personal y común en todos los planos de la vida, como sujeto social para el ejercicio ciudadano pleno en la construcción de una Patria “con todos y para el bien de todos”.


1 Esto coincide con el análisis de Rafael Hernández en su artículo: “Cuba y Estados Unidos: un nuevo juego”, en www.cubadebate.cu del 9 enero 2015.

2 NOTA: en lo adelante, se muestran en cursiva nuestras apreciaciones; en letra normal el texto constitucional.

3 Al respecto recomiendo los artículos de Julio César Guanche, Julio Fernández, Roberto Veiga y Lenier González que, en el último número (2-2014) de la revista Espacio Laical, abordan en detalle muchas cuestiones y propuestas sobre el tema constitucional. Igualmente diversas publicaciones de Aurelio Alonso, Juan Valdés Paz, Fernando Martínez, Rafael Hernández, Pedro Campos y otros que han trabajado significativamente el tema.

4 Al respecto, resulta ilustrativo el excelente análisis realizado en el artículo: “La reforma monetaria en Cuba hasta 2016: entre la gradualidad y el big-bang, de Pavel Vidal y Omar Everleny, en Espacio Laical no. 1 2014, año 10.

5 “Cuba hoy: Perspectivas de cambio”, en Espacio Laical ibídem.