La precariedad afecta al 30% de los más jóvenes, 3,4 puntos más que en el estudio anterior. El número de españoles que viven en riesgo de pobreza asciende del 20,4% al 22,2%
EL PERIÓDICO - TONI SUST / BARCELONA
MIÉRCOLES, 27 DE MAYO DEL 2015
Hace bastantes meses que el fantasma de la recuperación económica ha salido a pasear. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo esgrime a menudo. El jefe del Ejecutivo catalán, Artur Mas, lo agita menos: apunta a cierta mejora, aunque con la boca más pequeña. Pero las últimas estadísticas oficiales publicadas sobre la realidad social de cientos de miles de familias no acompaña esa tesis. La última es la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicada ayer y correspondiente al 2014, construida sobre datos del 2013.
Mirando atrás, los datos permiten observar la evolución que sufren las familias. Y la conclusión es que en el año estudiado por el INE, el grupo de población en riesgo de pobreza creció globalmente y, de forma especial, en el caso de los menores de 16 años.
La pobreza en España
El informe del INE indica que el porcentaje de población que vive en riesgo de pobreza era en el 2013 un 22,2%, claramente superior al mismo indicador correspondiente al año anterior. En el 2012, un 20,4% de los españoles vivía bajo el umbral de la pobreza. Así, en 12 meses el grupo ha crecido en un 1,8%. Lo que resulta más preocupante es que más allá de la evolución general, la del grupo de los más jóvenes es particularmente negativa: la encuesta que el INE sitúa en el estudio que hizo público ayer indica que un 30,1% de los menores de 16 años están en riesgo de pobreza, cuando un año antes suponían el 26,7% de la población. En este caso el crecimiento es de 3,4 puntos, un incremento superior al 10%. El dato resulta preocupante porque todos los expertos subrayan desde hace tiempo que la pobreza infantil y juvenil no solo afecta a quienes la sufren en el momento, sino que deja secuelas en varios ámbitos de por vida.
Bien es cierto que la estadística del umbral de la pobreza es discutida en cuanto a la precisión de la imagen que ofrece porque parte del factor salarial, sin más elementos. El umbral está situado en el 60% de la mediana de los ingresos y cambia cada año. Su evolución también sirve para observar cómo los ingresos de los ciudadanos han ido cayendo en los últimos años. Porque el descenso es significativo. El umbral estaba fijado en el 2013 en 7.961 euros para un hogar de una sola persona y en uno de dos adultos y dos menores de 14 años, 16.719 euros. En el 2012 las cifras eran, respectivamente, 8.114 euros y 17.040 euros. En el 2011, 8.358 euros y 17.551 euros. En el 2010, 8.763 euros y 18.042 euros.
La caída es continua. Si se observa la evolución de la población en riesgo de pobreza sucede algo similar a la inversa: aunque con algún matiz, el porcentaje crece o se mantiene, hasta que sube de golpe en el 2013: 20,7% en el 2009; 20,6% en el 2010; 20,8% en el 2011; 20,4% en el 2012; hasta llegar al 22,2% del 2013. En cambio, en la estadística que afecta a los menores, el porcentaje de los que viven en riesgo de pobreza descendió del 28,8% del 2009 al 27,2% del 2010, y luego al 26,9% del 2011, para dispararse en el 2013 hasta el citado 30,1%.
Como viene sucediendo desde que empezó la crisis y el Estado del bienestar empezó a ser descosido, el único grupo poblacional que exhibe una relativa estabilidad económica es el de los jubilados. Frente al 22,2% del total de los ciudadanos que viven bajo el umbral de la pobreza, frente al 30,1% de los menores de 16 años que están en esa situación, el problema solo afecta al 11,4% de las personas de 65 años de edad o más. Por comparación, el dato es positivo, y además la evolución de los últimos años es inequívoca: la tercera edad es la única que resiste, básicamente por dos factores: el de que las pensiones no han sufrido los recortes que sí han afectado a salarios y prestaciones, y el de que son muchos los ancianos que no tienen que pagar vivienda por tener una en propiedad.
Una de las constataciones que se pueden hacer a partir de la encuesta publicada es que dentro de 30 años es de prever que muchos de los que tendrán entonces 65 o más años no tengan ni pensión ni vivienda en propiedad.
LLAMAMIENTO
Los datos del INE inquietan a las entidades sociales, que hace meses, años, que advierten a las administraciones de que invertir contra la pobreza infantil no es solo ayudar a los niños, es ayudar a la sociedad en la que viven y sobre todo la del futuro. También avisan de que lo contrario, no invertir, a la larga se paga mucho más caro.
Ayer, Save the Children hizo un llamamiento al Ejecutivo de Rajoy para que ponga más dinero. El director general de la entidad, Andrés Conde exigió al presidente que aumente la inversión contra la pobreza infantil. «Un adulto que pasa por una situación temporal de pobreza puede sobreponerse, pero lo que vive un niño durante su etapa de desarrollo lo marca para toda la vida», advirtió Conde. «Pedimos al Gobierno que se comprometa a invertir en infancia y a desarrollar una estrategia integral para acabar con la pobreza infantil», agregó.
La encuesta incluye el índice Arope de población en riesgo de pobreza y exclusión, que se fundamenta en nueve indicadores: la capacidad para ir de vacaciones una semana al año; la de permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; la de mantener la vivienda a una temperatura adecuada; la de no poder afrontar gastos imprevistos por valor de unos 650 euros; la de pagar con retraso gastos de la primera vivienda, no poder tener coche, telefóno, televisor y lavadora. Según este criterio, el riesgo de pobreza era del 29,2% en el 2013, dos puntos más que un año antes (27,3%). Entre los menores de 16 años el porcentaje se dispara al 35,4%, 3,5 puntos más que en la misma estadística correspondiente al 2012.