Mi blog sobre Economía

domingo, 25 de octubre de 2015

The Archive of Gabriel García Márquez



El archivo del autor ganador del Premio Nobel Gabriel García Márquez (1927–2014) se inaugurará y estará disponible para investigación a partir del 1º de Octubre, en el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin, una biblioteca y a la vez museo dedicado a la investigación de las humanidades.

Estarán disponibles documentos de referencia en ingles and español, así como una selección de material digitalizadodel archivo.

"Este archivo fortalece la colección de clase mundial en las humanidades que alberga UT (Universidad de Texas), no solo ofrece oportunidades de investigación a nuestros estudiantes y ciudadanos en Texas, al mismo tiempo atraerá una comunidad internacional de investigadores a Austin," dijo el presidente de UT, Gregory L. Fenves.

Más de 75 cajas de documentos conforman el archivo del autor colombiano, periodista, guionista y figura clave en la historia y política de América Latina. Los investigadores tendrán acceso a los borradores manuscritos de trabajos publicados e inéditos, correspondencia, 43 álbumes fotográficos, 22 cuadernos de recortes, material de investigación, cuadernos de notas, recortes de periódicos, guiones para películas, entre otros.

El archivo de García Márquez también contiene material digital como archivos en discos duros de computadores, los cuales serán procesados y estarán disponibles en el futuro. Otros materiales en el archivo, más destacadamente fotografías, recibirán tratamientos de conservación, restauración y preservación, a cargo de los conservadores–restauradores del Ransom Center, facilitando en acceso a dichos materiales.

"Con la instauración del archivo de Gabriel García Márquez, Gabo es ahora parte de la historia," dijo el director del Ransom Center, Stephen Enniss. "Como un personaje de una de sus novelas, ha entrado en un lugar sin tiempo. En algún lugar entre estos papeles, Florentino Ariza aún espera afuera de la casa de su primer amor. En algún lugar, un coronel espera pacientemente por el correo semanal. Un archivo no tiene tiempo, y en los años venideros, los materiales que el Ransom Center ha coleccionado darán, a quienes son pacientes, revelaciones sobre el arte de Gabriel García Márquez."

El Ransom Center ya está complementando el archivo, por medio de la adquisición de materiales adicionales que darán luces acerca de las actividades personales como profesionales del autor. Una reciente adquisición incluye 48 cartas escritas por García Márquez y envíadas al escritor colombiano Plinio Apuleyo Mendoza entre 1961 y 1971. Las cartas revelan algunas opiniones de García Márquez sobre su vida y trabajo, incluyendo las dificultades y logros con la escritura.

Otras adiciones a la colección incluyen una copia mecanografiada con tinta al carbón de la novela "El Coronel no Tiene Quien le Escriba", notas escritas a mano en tarjetas personalizadas, cartas mecanografiadas, y una copia de "El General en su Laberinto" con más de una docena de enmendaduras de la mano del autor.

"Los archivos son entes orgánicos que evolucionan y crecen," dice Enniss. "Hay implícita una responsabilidad de continuar añadiendo material sucesivamente, que complemente y extienda el archivo. La inauguración del archivo de García Márquez en el campus de UT Austin no es fin de esta historia, es tan solo el comienzo."

Además de García Márquez, otros laureados con el premio Nobel hacen parte de las colecciones del Ransom Center, tales como Samuel Beckett, J. M. Coetzee, T. S. Eliot, Ernest Hemingway, Doris Lessing, George Bernard Shaw, Isaac Bashevis Singer, John Steinbeck y W. B. Yeats.

Como complemento al archivo está en la universidad el LLILAS Benson Latin American Studies and Collections, una colaboración entre el instituto Teresa Lozano Long Institute of Latin American Studies y la colección Nettie Lee Benson Latin American Collection. LLILAS es reconocido como uno de los programas más sólidos en el país enfocados en el estudios Latinoamericanos, y la Benson Collection es reconocida en el mundo como una de las principales bibliotecas enfocadas en estudios sobre Latinoamérica y la población hispana de los Estados Unidos.

"García Márquez es una imponente figura del siglo XX, un novelista profundamente influyente y una figura clave del periodismo, la política y cultura, dentro y fuera de América Latina," comenta Charles Hale, director de LLILAS Benson Latin American Studies and Collections. "Con este archivo en el Ransom Center y la inmensa gama de material complementario con la que cuenta Benson Latin American Collection, Austin consolida su estatus como el destino principal para la investigación e intercambio académico sobre su vida y obra."

LLILAS Benson Latin American Studies and Collections y el Ransom Center conmemorarán la inauguración del archivo con el simposio "Gabriel García Márquez: Vida y Legado" durante Oct. 28–30 en Austin.

Académicos internacionales, periodistas, cineastas y colegas de García Márques, hablarán sobre su influencia global en los campos del periodismo, el cine y la literatura. Se han agotado las inscripciones al simposio, pero será transmitido en vivo por webcast en español y en inglés, en el link: hrc.utexas.edu.

Los paneles incluyen temas como "Gabo el Cuentista," "Gabo Global," "Gabo el Periodista" y "Guionista de Cine y Musa." Nos acompañarán panelistas de Colombia, Mexico y Estados Unidos.

El autor Salman Rushdie dará el discurso de apertura el 28 de octubre. La periodista y autora Elena Poniatowska tendrá a cargo la clausura el 30 de octubre.

Una selección de materiales del archivo de García Márquez estará en exposición en el lobby del Ransom Center hasta el 1º de noviembre. Los investigadores podrán acceder al archivo en la Sala de Lectura y Consulta del Ransom Center. Anualmente el Ransom Center provee más de 50 becas, para apoyar visitas de corto plazo que requieran un uso substancial de las colecciones.

Ecoturismo en Cuba: Un modelo de desarrollo económico sostenible

Douglas Rader • 25 de octubre, 2015


Con la descongelación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y la construcción del interés por las inversiones para la isla en EE.UU. y otros países, Cuba se encuentra en una encrucijada.

¿Serán pronto sus costas tropicales destino de imponentes cruceros y desmesurados centros turísticos, o existe una manera más sostenible de desarrollo para una nación que se preocupa profundamente por su singular patrimonio natural? Muchos cubanos piensan que sí, y estamos de acuerdo.

El enfoque cubano de la conservación y protección del medio ambiente ya es un modelo para otras naciones del Caribe. El país está en condiciones ahora de ser también un modelo regional para el desarrollo económico sostenible.

Ampliando su pequeña y exclusiva industria de ecoturismo, Cuba puede estimular la inversión y crear puestos de trabajo, mientras protege los arrecifes de coral y los grandes peces que la convierten en uno de los lugares más especiales del mundo.

La emergente industria del ecoturismo señala el camino

En la actualidad, en Cuba, el prístino Parque Marino Nacional de Jardines de la Reina es sede de una pequeña empresa de turismo sostenible que proporciona un impulso económico muy necesario para pequeñas comunidades costeras.

Casi la cuarta parte de las familias en Júcaro –el pequeño pueblo pesquero de donde parten los viajes hacia los Jardines– ya tienen una fuente de ingresos relacionada directamente con la mayor área marina protegida del Caribe.

La operación actual de ecoturismo en los Jardines es aún muy pequeña; sólo a 1 500 visitantes al año se otorga el acceso a este tesoro de clase mundial.

Pero la industria también tiene una pequeña huella espacial y ecológica, lo que significa que podría ser replicada a una escala más amplia por los dos archipiélagos del sur de Cuba, y convertirse en un centro económico y ecológico para planes más amplios de desarrollo en la región.

Por supuesto, al igual que en otros lugares, existen desafíos asociados a la construcción de la industria del ecoturismo en los Jardines de la Reina.

Los frágiles ecosistemas y las áreas naturales remotas sólo pueden mantener una cierta cantidad de infraestructura para dar cabida a los nuevos visitantes. Una cuidadosa evaluación del posibles impacto ambiental, de conformidad con la legislación cubana vigente, debe preceder y guiar cualquier nuevo desarrollo turístico.

Si no se toman estas precauciones, estos lugares especiales desaparecerán junto con los turistas que los aman. Pero nos sentimos esperanzados de que Cuba elegirá el camino correcto, porque el pueblo cubano sabe que está sentado sobre un tesoro coral.

Cuba tomó medidas enérgicas para proteger los arrecifes

A menudo se describe la costa de Cuba como un lugar detenido en el tiempo –un punto de venta para los turistas dispuestos a pagar un suplemento por una experiencia única. Por supuesto, hay más que decir.

El pueblo de Cuba ha optado por proteger amplias franjas de sus más valiosos hábitats – oceánicos y terrestres por igual– en una red nacional de parques y otras áreas protegidas.

Para las aguas y ecosistemas marinos, el objetivo es proteger a largo plazo un asombroso 25 por ciento del área de aguas poco profundas de Cuba, haciendo énfasis en cuatro arcos de islas, cada uno del tamaño de los cayos de la Florida.

Hoy en día, los Jardines de la Reina es sólo uno de los pocos lugares del Hemisferio Occidental donde todavía se pueden ver densos grupos de corales cuerno de alce. Estos son una reminiscencia de los arrecifes existentes en la Florida y en otros lugares en la década de 1960, antes de que una enfermedad borrara del mapa a la mayoría de ellos.

Los Jardines también cuentan con muchas especies de tiburones de arrecife –coralino, jaquetón, limón, nodriza, tiburón ballena y más– junto con una gran cantidad de grandes meros, distintos tipos de pargos y otros peces de arrecife.

Estas aguas son especiales por derecho propio, pero también están estrechamente vinculadas a la salud de los arrecifes de coral en Estados Unidos, México, Bahamas y el resto del más amplio Atlántico Centro-Oeste.

Si Cuba equipara los valores ecológicos de diferentes zonas de la región con sus usos económicos más altos y mejores, puede crear una cartera de enfoques que pueden servir a los cubanos –y a aquellos de nosotros a sotavento de Cuba– ahora y en el futuro.

(*) Douglas Rader es el científico oceánico principal de EDF y asesora a nuestra dirección en los aspectos científicos de las políticas y programas que afectan a los océanos.

(*) Dan Whittle, director del Programa Cuba de EDF, colaboró en el artículo.

Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.

Argentina: Gana Daniel Scioli, el candidato de Cristina, por amplio margen


Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria (FpV), ganó hoy la Presidencia de Argentina por amplio margen sin necesidad de que haya una segunda vuelta, adelantó el servicio MinutoUno.

Una vez que se cumplió las 18:00 hora local el cierre de la votación, ese medio informó que el aspirante del FpV consiguió mucho más de tres millones de votos de ventaja sobre el segundo rival Mauricio Macri, de la alianza de derecha Cambiemos.

La Cámara Nacional Electoral indicó que no dará los primeros resultados provisorios hasta las 22:30 hora local, pero los medios los adelantan a partir de encuestas a boca de urna de todas las consultoras.

La consigna en el búnker del Frente Para la Victoria era no hablar de los resultados antes de las 21. Pero el jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez , fue más osado al hacer declaraciones.

“Hay satisfacción por la extraordinaria jornada democrática que hemos tenido, por el triunfo contundente de Daniel Scioli y por el nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires que es Aníbal Fernández”, sentenció pasadas las 19.
“Los boca de urna nos saludan: «Qué tal como les va»”.

Más temprano, el jefe de campaña del Frente Para la Victoria, Jorge Telerman , evitó dar definiciones sobre si Daniel Scioli podrá o no evitar el ballottage con Mauricio Macri y bromeó: “Los boca de urna nos saludan: «Qué tal como les va»”.

Mientras en el kirchnerismo pedían cautela, en el Pro, en cambio, pasadas las 18, aseguraron que habrá segunda vuelta entre Macri y Scioli.

Aníbal Fernández, el candidato del FpV para gobernador de la importante provincia de Buenos Aires, también triunfó sobre María Eugenia Vidal, la propuesta de Cambiemos.

En esta elecciones también se define la suerte de 24 bancas del Senado, 130 de la Cámara de Diputados, 43 del Parlasur y los gobiernos de 11 de las 24 provincias.
El sciolismo esperaba los primeros resultados en el porteño estadio Luna Park, donde el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, instaló su comando de campaña. Se esperaba la llegada del postulante presidencial pasadas las 22.

PL / LA NACION

Los tiempos cambian rápido y en tecnología aún mucho más. Un par de imágenes bastan para entenderlo

Por Guru Huky 25/10/2015

A veces vale la pena echar un vistazo unos cuantos años atrás para entender lo rápido que pueden llegar a cambiar las cosas en el mundo tecnológico. La primera imagen nos sirve para entender lo que suponía en 1956 transportar un disco duro de 5 MB.


En 1956, el IBM 350 RAMAC era la punta de lanza en la tecnología de ordenadores. Su capacidad de almacenaje era de 5MB (lo que da hoy para guardar una canción de 3 minutos), alquilarlo costaba 35 mil dólares al año, y pesaba una tonelada. Si querías tener 1TB de espacio de almacenamiento tendrías que alquilar 200.000 de estos bichos que te ocuparían el espacio de un campo de fútbol.


Hoy, 2 Tetras de almacenamientos los tienes en algunos de los discos duros portátiles de Toshiba que te caben en la palma de tu mano y cuestan sólo $60. El equivalente a 400 mil IBM 350 RAMAC de 1956.

Viendo cómo evolucionan de rápido ciertas tecnologías es ahora más fácil entender la apuesta que hizo el gobierno del Japón en los años 60 para impulsar la industria japonesa para fabricar mainframes o grandes computadores que se veían cómo el futuro de los ordenadores o que en 1979 el NYT afirmara que no había ni se la esperaba, demanda para los ordenadores personales.


Cuba: La ley, la economía y la soberanía de trabajo



Cuba Posible, un espacio de pensamiento crítico de izquierda democrática, ha celebrado recientemente un seminario sobre “La justicia en Cuba”, en el que han participado varios amigos y colaboradores cubanos de Sin Permiso. Hemos publicado ya la ponencia que abrió el debate, del profesor Julio Antonio Fernández Estrada. Y las ponencias de la primera mesa de discusión, de Yan Guzmán Hernández y Michel Hernández Pérez y el debate que siguió posteriormente. En esta ocasión, le toca el turno a la ponencia del historiador y educador popular Ariel Dacal Díaz. SP

I

El imprescindible Galeano, el de la memoria incorruptible e indignada, preguntó: “¿La estabilidad laboral y los demás derechos de los trabajadores serán de aquí a poco un tema para arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida? (…) ¿Para qué sirven las máquinas si no es para reducir el tiempo de trabajo y ampliar nuestros espacios de libertad? ¿Por qué el progreso tecnológico tiene que regalarnos desempleo y angustia?” (…) ¿Se podrá internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menuda manera escogió Galeano para quedarse, haciendo preguntas insurgentes. El espíritu de estas cosas acompaña la reflexión que sigue.

Comparto cinco comprensiones de partida:

La economía parte de dos preguntas claves: a) para qué y para quiénes funciona y b) cómo se resuelven los problemas económicos. La primera devela el carácter ético que tiene toda actividad económica, la segunda su dimensión técnica. La política económica real da respuesta permanentemente a estas preguntas, y la complementariedad o la contradicción ética/técnica de la economía se concretan en la ley. Ergo, los y las economistas no están por encima de las tensiones sociales. La influencia que tienen las distintas cosmovisiones ideológicas y puntos de vista de clases es una constante en cada grupo de economistas. Descártese la postura del observador neutral que en ocasiones se auto confiere.
La economía es también un territorio de disputa de la soberanía. Ambas develan su organicidad en la pregunta ¿quiénes deciden qué y cómo se produce?
La soberanía no es un estado dado, es una expresión de las disputas históricas entre libertad y opresión, concretada en los modos de organizar la vida pública para el control y equilibrio en el ejercicio del poder. Por tanto, la soberanía, como contenido de lucha, implica promover el acceso efectivo de la sociedad a la política ciudadana, libre, equitativa y solidaria.
La soberanía popular ha encontrado, entre otros, dos obstáculos a su realización: la degeneración en soberanía del mercado y del capital, de un lado, y del otro, el criterio de la vanguardia revolucionaria como fuerza dirigente de la sociedad. La ciudadanía, como concepto político que da operatividad a la soberanía, tiene que resolver la incompatibilidad que implica, para la libertad, la relación entre la “ciudadanía asalariada” y la “ciudadanía propietaria”, tensionada por el “derecho” de propiedad sobre los medios de producción, que es reprobable en su hábito de apropiación privada de las riquezas socialmente producidas. El alcance liberador de la soberanía está en potenciar la igualdad del ciudadano/productor, en su condición de productor libremente asociado.
La primera ley social es la que garantiza los derechos “naturales” del ser humano: la existencia y la libertad. El derecho a la propiedad “no puede perjudicar ni la seguridad, ni la libertad, ni la existencia, ni la propiedad de nuestros semejantes”.

II

Hoy las oligarquías mundiales, beneficiarias de la economía realmente existente, basan su poder en la desigualdad generada por la explotación del trabajo asalariado, es decir, la apropiación del plus-trabajo por personas que no han participado de su producción.

La propiedad privada de los medios de producción es determinante en esta esencia, cuando otorga a los dueños “derecho” de apropiación de los frutos del trabajo ajeno. Dicho a la manera de Marx, la lucha incesante entre el capital y el trabajo está dada por la voluntad del capitalista de embolsarse lo más que pueda del trabajo no retribuido al ejército de asalariados.

El método básico para concretar esta situación está en la subordinación de la democracia a la propiedad privada, la agresión a los sindicatos, la destrucción de los convenios laborales, el recorte del gasto social, la liquidación de empresas públicas, la desarticulación de los sistemas de protección social y la naturalización de la exclusión social.

En lugar de las oligarquías empresariales y financieras beneficiarias del capitalismo, la experiencia socialista del siglo XX garantizó a la burocracia como única detentadora del poder, una casta parasitaria que relegó nuevamente a los trabajadores/as a producir y recibir lo que determina un poder ajeno a él.

Si bien a diferencia del régimen capitalista, en el “socialismo” la plusvalía no se acumula en forma de capital privado, ni puede ser convertida en medio privado para explotar el trabajo asalariado, no es menos cierto que se consume en formas de privilegio de diversa índole por la casta burocrática.

A la vuelta de la historia, esa burocracia, en su decisión de no atentar contra sí misma, se reconvirtió en capitalista, apropiándose de los medios de producción y reinstaurando los mecanismos de explotación que le son consustanciales.

III

Al mirar a Cuba hoy, desde la comprensión de que la ley, en última instancia, consagra una noción de soberanía y economía en la disputa histórica que condiciona estos asuntos, es dable preguntar, por ejemplo, ¿en qué medida la Ley de la inversión extranjera y el Código de Trabajo y Seguridad Social potencian la soberanía nacional, reclamada desde la perspectiva del trabajo?

En el primer caso, en lo referente al régimen laboral, esta ley es contradictoria y omisa respecto a los mecanismos para la protección del derecho de los trabajadores/as, al tiempo que reproduce las desigualdades entre “trabajadores” y “directivos”.

La ley nos dice que:

1) entre los requerimientos para la “solicitud de evaluación de propuestas para la inversión extranjera”, además de la compatibilidad con la Defensa y la certificación de protección del medio ambiente, no está previsto, de manera explícita, un aval referente a la protección del derecho de los trabajadores/as;  

2) el término “excepción” es utilizado seis veces y solo en el capítulo del régimen laboral no se explicitan las condiciones de tales excepciones, lo que se concreta en que pueden establecerse “regulaciones laborales especiales” sin que las condiciones de tal carácter aparezcan;

3) los trabajadores/as tienen la obligación de establecer sus vínculos laborales con una “entidad empleadora”. Esta negocia directamente el monto salarial con la empresa de capital extranjero. Una vez reducido hasta el 20% del salario contratado en CUC, paga a los trabajadores/as dos CUP por cada CUC contratado como salario nominal. Sin embargo, dirigentes y administrativos se vinculan directamente a la empresa de capital extranjero, sin que quede clara la fuente salarial de los mismos. 

¿Qué actores participan en la negociación sobre salario con las empresas de capital extranjero? ¿Con qué nivel de autonomía cuenta la entidad empleadora para ese proceso? ¿A quiénes rendiría cuentas sobre el mismo? ¿Qué uso se hará de la divisa captada con ese “impuesto cambiario”? ¿Los montos salariales serán específicos con relación a las negociaciones específicas?;

4) no se explicita que la entidad empleadora asuma entre sus funciones la responsabilidad de resolver las reclamaciones laborales de sus empleados/as. Esta omisión marca un giro contrario respecto a la Ley No. 77 (1995).

¿Estamos en presencia de una entidad neutral, mediadora, que es al tiempo juez y parte entre empresarios/as y trabajadores/as?, ¿a quién responde o protege?, ¿reproduce o evita la práctica de entidad burocrática, que entorpece los procesos productivos y que es un reservorio de favoritismo, nepotismo y corrupción?;

5) como estímulo a los inversionistas extranjeros, a diferencia de la Ley No. 77 (1995), se les exime del pago de impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo. ¿Acaso esta carga tributaria se solventa directamente sobre el salario del trabajador/a mediante el “impuesto cambiario”, sin afectar el beneficio al capitalista?;

6) los pasos para la solicitud del fondo de estimulación, complemento a los ingresos de los trabajadores/as, requiere un proceso de aprobación por parte del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, en negociación directa con los empresarios, sin contemplar la participación de los trabajadores/as en este proceso;

7) queda a discreción de la comisión de evaluación de las propuestas de inversión extranjera, la participación en este proceso de organizaciones sindicales que representan directamente los intereses, derechos y demandas de los trabajadores/as;

8) la Ley no prevé los mecanismos de rendición de cuentas por parte de los Organismos de la Administración Central del Estado, con el encargo de ejecutar las disposiciones legales a tal efecto. Esto último es un requerimiento desde el entendido de que el velador y beneficiario de la soberanía del trabajo es el trabajador/a., y el velador de la soberanía nacional es el soberano, es decir, el pueblo. 

De todos estos intríngulis surge una duda razonable: hay personas que llegan a cargos de dirección y administración que, potencialmente, pudieran devenir en accionistas y dueños. Aunque la ley no lo refiere ni a favor ni en contra, sí consagra la posibilidad de realizar inversiones en bienes in­muebles y obtener su propiedad u otros derechos reales.

En la Ley No. 77 (1995) tal posibilidad era para “personas naturales no residentes permanentes en Cuba”. Esa condición quedó eliminada de la nueva Ley. ¿Por qué? ¿Acaso será un camino para transmutar de burócrata a capitalista? ¿Será esta una potencial fuente de “acumulación originaria” para un sector de clase capitalista nacional emergente?

Al mirar el nuevo Código de Trabajo, que sirve de base a las regulaciones laborales de la ley de inversión extranjera, se devela que las decisiones se concentran en las autoridades estatales y se abre este rol a los propietarios privados. En él, se define al trabajador como aquel que se “subordina” a un empleador autorizado, sea un representante del Estado o una persona natural (privado).

Esta concentración se hace más preocupante al observar el rol asignado a los sindicatos en la normativa laboral. La participación de los trabajadores/as, laboren para el sector estatal o privado, se reduce a los circuitos formales de la toma de decisiones, y en muchos casos estarán excluidos de ellos; sin olvidar los límites que impone el modelo de que tanto empleadores como empleados, es decir, trabajadores y patrones, participen del mismo sindicato. 

Si se asume como tesis que no existe perspectiva socialista (socialización del poder, la propiedad y el saber) sin la acumulación de prácticas que consoliden en los sectores populares, referentes para la organización concreta de la política y la economía soberanas, entonces habría mucho que reconsiderar sobre ambas leyes, en particular; y sobre la noción de economía y soberanía que las sustentan, en general.

El código de trabajo no permite crear procesos de experimentación que prueben paradigmas productivos socializadores, como la cogestión, autogestión y cogestión de la propiedad estatal. En su defecto, por primera vez en el período revolucionario, adquiere legitimidad política una clase capitalista que, conforme a su esencia, luchará por imponer relaciones de explotación y controlar los procesos de trabajo que estén bajo su dominio. (Nerey)

Ambas leyes son una exigencia definitoria a la necesidad de debatir ¿desde qué comprensión de la economía se diseña el modelo productivo cubano?; ¿qué lugar ocupa en su diseño, ejecución y control, el soberano (ciudadano/productor)?; ¿qué significado constituyente tienen los derechos de los trabajadores/as?; ¿qué atención tiene la disputa capital/trabajo? 

IV

Es una exigencia ético/política que la economía real se debata en los términos de cuál es su propósito y quiénes los beneficiarios. Tómese en cuenta que ni los capitalistas, ni la burocracia han sido capaces de colocar, de manera prioritaria, los intereses específicos de los trabajadores/as en la disputa de sentidos, que implica la elaboración y control de la política económica y su consagración en la ley.

La soberanía, en tanto contenido de lucha, pasa por potenciar los derechos de los trabajadores/as, y la toma de conciencia ciudadana de que la condición de posibilidad de la soberanía popular transita indefectiblemente por la oposición a la soberanía del capital y de la burocracia.

Todo eso implica que la ciudadanía económica se ejerce a través de prácticas donde el trabajo estructura relaciones productivas democráticas (diseño, administración y control de los procesos productivos), incluida la justa distribución de la riqueza socialmente producida y el consumo responsable.

Solo así se tenderá, en un largo período de transición (acumulación, retrocesos, contradicción, creación y revolución), a una economía donde los/as economistas sean servidores públicos del mandato soberano y no técnicos que subordinen ese mandato a la “ciencia”; donde sea hegemónica no la república del capital sino la república del trabajo, constitutiva de un modo de producción democrático que socialice, incluya, y haga más plena la creatividad colectiva para encauzar un desarrollo que, liberando, humaniza. Una economía donde nadie sepa “ser feliz a costa del despojo”. 

Por cierto, ¿alguien dijo que Galeano había muerto?...

Historiador y educador popular. Trabaja en el Centro Martin Luther King Jr., de la Habana. Es coautor, junto a Francisco Brown, del libro Rusia: del socialismo real al capitalismo real (2006).Fuente:
http://cubaposible.net

La Crisis de Octubre de l962. Algunos aspectos de interés (primera y segunda parte )

La Crisis de Octubre de l962 fue la primera vez, y, por suerte, la última hasta ahora, en que la humanidad se vio al borde de la guerra nuclear




Líneas de alcance de los cohetes R-12 y R-14 emplazados en Cuba. (Mapa 1) 

¿POR QUÉ SE TRAJERON LOS COHETES NUCLEARES SOVIÉTICOS A CUBA?

Cuentan que a principios de los años 50, cuando se iniciaba la carrera de las armas nucleares, al científico Albert Einstein, padre de la teoría de la relatividad, le hicieron en una entrevista la pregunta siguiente: “¿Con qué armas usted considera que se desarrollará la Tercera Guerra Mundial?” La respuesta fue rápida: “No creo que nadie pueda predecir eso, pero estoy seguro de que la cuarta será con el hacha de piedra”.

Sin embargo, la Crisis de Octubre de l962 fue la primera vez, y, por suerte, la última hasta ahora, en que la humanidad se vio al borde de la guerra nuclear, a punto de regresar al hacha de piedra, por lo que este suceso histórico continúa atrayendo el interés, medio siglo después, ya que aquellos días “estremecieron al mundo” en el sentido literal de la palabra.

Las primeras explosiones nucleares fueron realizadas por Estados Unidos en 1945, contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Naga­saki, las únicas efectuadas en situación de combate en la historia. La Unión Soviética de­tonó su primera bomba nuclear en 1949, comenzando así la carrera por el desarrollo de las armas nucleares, en la que Estados Unidos salía con cuatro años de ventaja y con una industria sobre la que no había caído una sola bomba durante la pasada guerra, mientras que la Unión Soviética había sufrido colosales pérdidas durante la misma.

Para el año 1962 la correlación existente de los medios portadores de armas nucleares que podían alcanzar el territorio del contrario era de 5 a 1 a favor de Estados Unidos. Pero la desventaja era mucho mayor si tenemos en cuenta las armas nucleares (cabezas de combate de co­hetes y bombas de aviación), pues mientras los soviéticos poseían algo más de 300 que llegaban a territorio norteamericano, estos contaban con unas 5 000 que podían impactar en la URSS, para una superioridad de 17:1.

Por entonces, hacía tres años que había triunfado la Revolución Cubana; durante los cuales el gobierno norteamericano trató de derrocar al gobierno revolucionario en diversas formas sin lograrlo, incluyendo la derrota sufrida por la invasión mercenaria en Playa Girón, en abril de 1961. Por cierto, esa derrota resultó sumamente humillante para el nuevo presidente de los Estados Unidos, J. F. Ken­nedy, al decir de su hermano y de algunos de sus asesores directos. Por esto, a fines de 1961 se organizó la Operación “Mangosta”, la que debía aportar el pretexto para realizar una nue­va invasión a Cuba, esta vez con las fuerzas armadas norteamericanas.

Ese objetivo fue siendo conocido por aquellos meses por los gobiernos soviético y cubano, de una forma más o menos segura. Al considerar los dirigentes soviéticos que Cuba no sería capaz de resistir la agresión militar directa de Estados Unidos, surgió la proposición de emplazar en la Isla un contingente de tropas soviéticas con cohetes nucleares de alcance medio que fueran capaces de alcanzar el territorio de Estados Unidos, considerando que esa sería la única forma de impedir la agresión, ya que en estas condiciones la misma ya no sería contra la pequeña Cuba, sino una confrontación directa con la Unión Soviética. Con­si­deraron además, que el traslado de los cohetes debía ser realizado en el más estricto secreto, dando a conocer su presencia en la Isla solamente cuando estuvieran emplazados y listos para el combate. Al hacer este planteamiento tenían en cuenta que Estados Unidos, a través de la OTAN, ya tenían emplazados en Europa cohetes de alcance medio nucleares que llegaban al territorio soviético, por lo que concluían que puestos ante el hecho consumado, los norteamericanos tendrían que aceptar la presencia de los cohetes en Cuba, al igual que ellos habían tenido que aceptar sus cohetes en Turquía, Italia e Inglaterra.


Esta proposición fue analizada los días 21 y 24 de mayo de 1962 en Moscú, por los máximos dirigentes del Partido soviético y por la jefatura de sus Fuerzas Armadas. En la segunda reunión fue aprobada la proposición presentada, quedando pendiente a la aprobación de la parte cubana; para hacer la proposición a los dirigentes de la Isla fue enviada con urgencia una comisión de alto nivel. La comisión llegó a La Habana el 29 de mayo y esa misma noche expuso el objetivo de su viaje al Primer Ministro, comandante Fidel Castro, quien ha expresado que en ese momento entendió que ellos estaban interesados en instalar los proyectiles, pues eso habría significado un cambio en la correlación de fuerzas y una mejoría en la posición militar de la Unión Soviética y de todo el campo socialista. El dirigente cubano hizo algunas preguntas y planteó que necesitaba reunir a la dirección del país para informar y tomar una decisión.

“A mí, personalmente, no me gustaba la presencia de esa base militar soviética en Cu­ba, por una razón de imagen de Cuba, de imagen de la Revolución Cubana. Pero no lo analizamos como una cuestión de gusto o no, sino desde el punto de vista ético y moral (...): si deseábamos que los soviéticos nos apoyaran en caso de una agresión, sería inmoral oponernos a la presencia de esas armas en nuestro país, puesto que ellas fortalecían también a la Unión Soviética (…) Por eso dimos una respuesta positiva”. [1]

Desde entonces se ha discutido cuál fue la causa verdadera del traslado de los cohetes soviéticos a Cuba: la defensa de la Revolución Cubana o el deseo de los dirigentes soviéticos de compensar la desventaja que tenían en armamentos nucleares con los Estados Uni­dos. Solo habría que agregar, sobre la base de los conocimientos actuales, que los dirigentes soviéticos conocían con bastante exactitud su inferioridad en aquella época y que con los cohetes que se decidió emplazar en Cuba esa inferioridad casi no se alteraba en la práctica.

LA COMPOSICIÓN DE LA AGRUPACIÓN DE TROPAS SOVIÉTICAS EN CUBA

El 10 de junio se realizó en Moscú una nueva reunión al más alto nivel, en la que se aprobó definitivamente el traslado de los cohetes nucleares a Cuba. El 13 de junio, el ministro de De­fen­sa de la URSS firmó las directivas para los jefes superiores de las tropas que participarían en la operación. En ellas se planteaban las misiones, la composición numérica, los tipos de ar­ma­mento y otras medidas, especificándose que todo sería ejecutado en total secreto. La composición prevista inicialmente para la Agru­pación de Tropas Soviéticas en Cuba fue la siguiente:

Tropas Coheteriles Estratégicas: Una división equipada con cohetes nucleares de alcance me­dio e intermedio. La división estaba compuesta por cinco regimientos, tres con cohetes de alcance medio del tipo R-12 (SS-4 según la denominación de la OTAN) y dos con cohetes de alcance intermedio R-14 (SS-5). Cada regimiento contaba con ocho rampas de lanzamiento y 12 cohetes, para un total de 40 rampas y 60 cohetes.

El alcance de los R-12 era de hasta 2 100 km. La potencia de una carga nuclear se mide por la cantidad de explosivo convencional que provoca una explosión equivalente, por esto, si una carga nuclear tiene una potencia de 100 kilotones, ello indica que es equivalente a cien mil toneladas de explosivo convencional. La potencia de la carga nuclear de un R-12 era de un megatón (equivalente a la detonación de un millón de toneladas de explosivos convencionales); si tenemos en cuenta que la bomba de Hiroshima tenía una potencia de 13,5 kilotones, vemos que la carga de un R-12 era 77 veces más poderosa. Por su parte, los cohetes R-14 llegaban hasta 4 500 km, mientras que la potencia de su carga nuclear era de 1,65 megatones, es decir, 127 veces más potente que la de Hiroshima. Con los cohetes R-12 y R-14 emplazados en Cuba se podrían batir blancos en casi todo el territorio continental de los Estados Unidos (ver mapa 1).

Fuerza Aérea: Sus unidades fundamentales eran un escuadrón de bombarderos ligeros IL-28 y dos regimientos de cohetes alados de corto alcance. Los bombarderos estaban equipados para transportar una bomba nuclear de seis kilotones (0,45 de la bomba de Hiroshima) cada uno, hasta la distancia aproximada de 1 000 km.

Los dos regimientos de cohetes alados poseían en total 16 rampas de lanzamiento y 80 cohetes del tipo FKR-1. Su alcance era de hasta 150 km y podían llevar cargas convencionales o nucleares con potencias de cinco a 12 kilotones (0,4-0,9 de la de Hiroshima). Para cada cohete se llevarían una carga convencional y una nuclear.

Tropas de la Defensa Antiaérea: Integradas por dos divisiones de cohetes antiaéreos y un regimiento de aviones cazainterceptores.

Las dos divisiones contaban con 24 grupos de lanzamiento de cohetes antiaéreos SA-75, los que eran efectivos hasta 34 km de distancia, con alturas de hasta 27 km. El regimiento aéreo de caza contaba con 40 aviones MIG-21, con características de primera línea.

Tropas Terrestres: Compuestas por cuatro regimientos de infantería motorizada, tres de los cuales estaban reforzados con grupos de cohetes tácticos de corto alcance, del tipo “Luna”. Cada regimiento tenía 2 500 hombres y contaba con tanques, carros blindados, artillería, morteros y cohetes dirigidos antitanque, entre otros medios. Los cohetes “Luna” se utilizaban contra blancos terrestres, su alcance era de hasta 55 km. Se enviarían a Cuba 36 cohetes de este tipo, 24 con cargas convencionales y 12 con cargas nucleares de tres kilotones (0,23 de la de Hiroshima).

Marina de Guerra: Compuesta por una escuadra de buques de superficie integrada por dos cruceros y cuatro destructores; una división con siete submarinos de ataque, cada uno con tres cohetes alados R-13 de 540 km de alcance y cabeza de combate nuclear; una brigada de cuatro submarinos regulares, cada uno con un torpedo de carga nuclear y los restantes convencionales; una brigada de 12 lanchas coheteras, cada una con dos cohetes de carga convencional y 40 km de alcance; un regimiento de bombarderos ligeros IL-28 equipados con minas y torpedos y un regimiento de cohetes alados de defensa costera, con cuatro grupos de lanzamiento de cohetes del tipo “Sopka”, para ser utilizados contra blancos navales de superficie; su alcance era de 80 km y llevaban cargas de combate convencionales.

Se previó iniciar el traslado de la Agrupación a fines de la primera quincena de julio y debía estar en disposición combativa en la Isla para fines de octubre.

A fines del mes de septiembre se decidió no enviar la escuadra de buques de superficie y la brigada de submarinos de ataque.

LA UBICACIÓN DE LAS UNIDADES SOVIÉTICAS QUE LLEGABAN

A medida que arribaban, a partir de finales de julio, las unidades de la Agrupación de Tropas Soviéticas (ATS) iban ocupando los lugares que les correspondían en el orden combativo previsto. Aunque los medios de la división de cohetes estratégicos aún no habían llegado, se trabajaba intensamente en la preparación de sus emplazamientos, los que habían sido seleccionados para dos regimientos de cohetes de alcance medio al norte de Santa Cruz de los Pinos-San Cristóbal-Candelaria, provincia de Pinar del Río, y un regimiento en Sitiecito-Calabazar de Sagua, provincia de Las Villas, mientras que los dos regimientos de cohetes de alcance intermedio se ubicarían en la zona de Guanajay (meseta del Esperón), provincia de Pinar del Río, y en Remedios-Zulueta, provincia de Las Villas.

En la gráfica de la página 4 se aprecian las ubicaciones previstas para los regimientos de infantería motorizada, en la zona de Artemisa, entre Managua y Santiago de Las Vegas, en las zonas de Remedios y Holguín, en las provincias de Pinar del Río, La Habana, Las Villas y Oriente. La base principal de los medios de la Marina de Guerra se encontraba en la bahía del Mariel. La jefatura y el estado mayor de la ATS fueron ubicados en los alrededores de la ciudad de La Habana. El almacén central de las cargas nu-cleares fue planificado en un polvorín subterráneo que estaba no lejos del poblado de Bejucal, a unos 20 km al sur de La Habana. Los dos regimientos de cohetes alados, del tipo FKR-1, se dislocaron en la Base Granma, cerca del Mariel, y en la zona de Mayarí Arriba, Sierra Cristal.

Los bombarderos ligeros IL-28 serían ensamblados en la Base Aérea de San Julián, provincia de Pinar del Río, operando posteriormente desde esa base y desde la Base Aérea de Holguín, en la provincia de Oriente. Por su parte, el regimiento de aviación de caza, equipado con los MIG-21, se basificaría en la Base Aérea de Santa Clara, desde donde se podrían dirigir hacia las regiones occidental u oriental del país, en dependencia de las necesidades, mientras que la Base Aérea de San Antonio, en la provincia de La Habana, permanecía como base principal de la aviación cubana.


El presidente estadounidense J.F Kennedy se dirige a la nación el 22 de octubre de 1962. Foto: Archivo


SORPRENDIDOS IN FRAGANTI

De acuerdo con un análisis, presentado por la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos a principios de octubre, había unidades de cohetes antiaéreos en las provincias de Orien­te, Las Villas, La Habana y Pinar del Río. En Oriente y Las Villas existían bases aéreas y gran­des unidades importantes de las fuerzas cubanas, en La Habana, estaba la base aérea más importante, además de otros grandes objetivos militares y civiles, pe­ro en la provincia de Pinar del Río no había na­da importante conocido y precisamente allí es­taban varios de los emplazamientos antiaéreos detectados. ¿Qué hacían en aquel lugar?

Según informes recibidos, en la parte central de la provincia de Pinar del Río había un área grande restringida que era controlada por personal militar soviético y cubano, además de que los cubanos que vivían allí habían sido evacuados. Las informaciones sobre el personal militar soviético en Cuba indicaban una mayor concentración de este en el extremo occidental de la Isla, mostrando mayor interés en Pinar del Río que en otras provincias. Era significativo que si con centro en el área restringida indicada se trazaba un círculo de 2 000 km de radio, alcance considerado de los cohetes SS-4, el territorio abarcado incluía las ciudades de Filadelfia, Pitts­burg, San Luis, Oklahoma, Dallas, San Antonio, el Ca­nal de Panamá y los campos petroleros de Mara­caibo, en Venezuela.

9 de octubre: El presidente Kennedy aprobó el vuelo de un avión U-2 sobre Cuba, con el propósito de obtener evidencias acerca de la sospechada construcción de emplazamientos para cohetes de alcance medio en el área restringida, de que se tenían noticias en la provincia de Pi­nar del Río. Durante la mayor parte del mes de septiembre y principios de octubre reinó el mal tiempo en Cuba, con muchas nubes sobre la Isla, lo que impedía o hacía poco eficiente la toma de fotografías aéreas del territorio; incluso este vuelo, ya aprobado, fue suspendido durante varios días por las condiciones del tiempo.

14 de octubre: Era domingo y reinaba el buen tiempo sobre Cuba; resultaba la oportunidad que esperaban los norteamericanos desde hacía cinco días. En las primeras horas de la mañana un avión U-2 fotografió, en una trayectoria de vuelo desde el sur hacia el norte, la franja del territorio occidental de la

Isla que pasaba sobre la localidad de San Cristóbal, en la provincia de Pinar del Río. Las 928 fotografías obtenidas so­bre territorio cubano durante seis minutos brindarían la primera evidencia segura de la presencia de cohetes de alcance medio en Cuba.

Lunes 15 de octubre: Un equipo de interpretación identificó en los alrededores de San Cris­tóbal varios objetos similares a los componentes de los emplazamientos de los cohetes de alcance medio SS-4 (R-12 para los soviéticos).

Tarde en la noche Ray Cline, subdirector de Inteligencia de la CIA, llamó por teléfono a McGeorge Bundy, consejero especial del presidente Kennedy para

Asuntos de la Seguridad Nacional, informándole que habían sido descubiertos cohetes de alcance medio en Cuba. Bundy decidió esperar a la mañana para alertar al Presidente.

Mientras tanto, en Cuba, el jefe del aseguramiento técnico-nuclear, al haber concluido las comprobaciones de la técnica que tenía confiada con resultados positivos, informó al jefe de la Agrupación de Tropas Soviéticas que las municiones nucleares estaban verificadas y listas para ser empleadas si surgía la necesidad.

Así estaban las cosas aquel lunes apacible.

Martes 16 de octubre: El presidente Kennedy recibió las fotos en la mañana. Entonces formó un grupo asesor de alto nivel, que fue conocido como el

Comité Ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad (ExCom, por sus siglas en inglés), para analizar la situación y proponer medidas.

La primera reunión del Comité fue esa ma­ñana. Kennedy explicó la situación creada y so­licitó a los presentes que abandonaran cualquier otra tarea. Al principio, el sentimiento ge­neral fue de que había que emprender alguna acción, no obstante, una pequeña minoría estimaba que los cohetes en Cuba no alteraban el equilibrio de fuerzas, por lo que toda acción era innecesaria. Mas la mayoría pensaba que el único camino posible era un ataque aéreo sorpresivo contra las bases de los cohetes.

Durante esa primera reunión no se tomaron acuerdos, pero se plantearon algunas de las ideas esenciales que discutirían en la se­mana. Entonces en el

Comité casi existía consenso a favor de una acción militar, pero sus integrantes desconocían que, cuando dicha acción podía ser inminente, ya había en

Cuba decenas de cargas nucleares para los cohetes tácticos, destinadas a rechazar un desembarco en la Isla, por lo que cualquier acción drástica de las fuerzas norteamericanas hubiera elevado demasiado el riesgo del inicio de una guerra nuclear general.

Desde aquel día comenzó a organizarse el Comando Unificado del Atlántico, órgano prin­cipal de mando para la dirección de las acciones militares futuras, al cual estarían subordinadas todas las fuerzas terrestres, navales y aéreas comprometidas.

Al mismo tiempo, al puerto de Mariel llegaba la motonave Omsk, en su segundo viaje, transportando seis cohetes R-12 para el regimiento de Santa Cruz de los Pinos-San Cris­tóbal, con lo que se completaban los 36 cohetes del tipo R-12 destinados a la división coheteril estratégica.

Durante el resto de la semana el Comité Eje­cutivo analizó las distintas variantes que po­drían ser aplicadas, hasta que el sábado 20 de octubre recomendó el bloqueo naval de la Isla, denominándolo “cuarentena”, de modo que fue­ra más aceptable para la opinión internacional, lo que fue aprobado por el presidente Kennedy; entonces se decidió que este se dirigiera a la na­ción y al mundo en la tarde del lunes 22.

Por entonces, el regimiento de cohetes R-12 emplazado en la región central de Cuba estaba listo para el combate, mientras que los dos regimientos ubicados en la zona de San Cristóbal continuaban preparándose. Además, una serie de barcos soviéticos se dirigían al Caribe, entre ellos el Alexandrovsk, con las cargas nucleares para los proyectiles R-14 y las 40 restantes para los cohetes alados tácticos, así como otros cuatro buques con los 24 cohetes R-14.

LA INTERVENCIÓN DEL SEÑOR PRESIDENTE

Lunes 22 de octubre de 1962: Cuando en horas de la mañana se anunció que Kennedy hablaría a las 7:00 p.m., para dar a conocer acontecimientos extraordinarios a la población de Estados Unidos, y teniendo en cuenta una serie de movimientos militares que se habían de­tectado en el sur de Estados Unidos, el Co­mandante Fidel Castro apreció que eso estaba relacionado con Cuba y con los cohetes soviéticos. Da­das esas circunstancias, ordenó poner en Si­tuación de Alerta a las FAR a las 3:50 p.m., y a las 5:35 p.m., decretó la Alarma de Combate pa­ra toda la nación, casi hora y media antes de que hablara Kennedy.

A las siete de la tarde, el presidente Kennedy inició su intervención:

“Conciudadanos, buenas noches. El Go­bier­no (…) ha mantenido una estrecha vigilancia sobre las actividades militares soviéticas en la isla de Cuba.

Durante la última semana se han obtenido pruebas inequívocas de que se están instalando bases de cohetes ofensivos en aquella Isla esclavizada. El objeto de estas bases no puede ser otro que el de montar una fuerza de ataque nuc­lear contra el hemisferio occidental”.[1]

Vease que desde el inicio pone a los cohetes la etiqueta de “ofensivos”, y los define como “una fuerza de ataque nuclear contra el hemisferio occidental”, como si los pérfidos soviéticos y cubanos quisieran reducir a polvo y cenizas a Costa Rica, Paraguay o Ecuador, entre otros.
“(...) Esta urgente transformación de Cuba en una base estratégica (…) constituye una evidente amenaza a la paz y a la seguridad de todos los americanos, en flagrante y deliberada violación (…) de las tradiciones de esta nación y de este hemisferio (…), de la Carta de las Naciones Unidas y de mis propias y públicas advertencias a los soviéticos”.

Veamos el párrafo anterior por partes.

—“de las tradiciones de esta nación”—. ¿A cuáles se referiría? A los viejos vicios de intervenir militarmente al considerar afectados sus intereses, de lo que eran aventajados testigos Mé­xi­co, Haití, República Dominicana, Nica­ra­gua, Cuba, etc., algunos incluso más de una vez. A las tradiciones de imponer Enmiendas Platt o a las de la política del Gran Garrote…

—“y de este hemisferio”—. Sería a las tradiciones de sumisión, de golpes de Estado, de corrupción galopante, de rendirles culto de ro­dillas a los dioses del Norte. ¿A cuáles de las tradiciones tendría en mente?
—“de la Carta de las Naciones Unidas”— . In­vocaba esa Carta cuando la iban a violar, haciendo caso omiso de dicha Carta... Cuando iban a implantar una medida de guerra en tiempo de paz, pues el bloqueo es un método de la guerra, por lo que solo puede ser legal en tiempo de guerra. El derecho internacional moderno no reconoce ningún “bloqueo pacífico”.

En otra parte de su intervención el señor Presidente planteaba: “...y nuestra historia, a diferencia de la soviética (…), demuestra que no tenemos el menor deseo de dominar o conquistar a cualquier otra nación, o de imponer a su pueblo nuestro sistema”.

¡Sorprendentes planteamientos! ¿Qué había pasado en Guatemala en 1954?, ¿qué estaba co­menzando a pasar en Vietnam?, ¿qué estaba pasando con Cuba desde hacía casi cuatro años?

En base a semejantes declaraciones, y a otras que harían demasiado extenso este trabajo, el señor Presidente resolvía, entre otras co­sas, las siguientes: “...se inicia una estricta cuarentena de todo equipo militar ofensivo con destino a Cuba. Todos los buques (…) serán obligados a regresar si se descubre que llevan armamentos ofensivos”.

Era una medida de fuerza, como la que solo podría haber aprobado el Consejo de Seguridad de la ONU en determinadas condiciones. ¡Pero es que ningún Estado puede ha­cer eso! Ningún Estado puede detener los barcos de otro. ¿Dónde lo harían? ¿En aguas norteamericanas? ¡No! ¡En alta mar, es decir, en aguas internacionales!

Y hacia el final de su discurso el señor Pre­sidente manifestaba: “Por último, quiero decir unas palabras al pueblo cautivo de Cuba (...) Os hablo como amigo (...) Pero nuestro país no quiere causaros sufrimientos ni imponeros ningún sistema político (...)”.

El Presidente mencionó que le hablaba al pueblo como amigo. ¡¿Qué clase de amigo?! ¿Sería amistosa la invasión de Playa Girón, lo de pintar los aviones como los cubanos para bombardear, sería muy amistoso?, ¿sería amistoso lo del bloqueo?

Lo que sí estaba claro era que el gobierno nor­teamericano no quería causarle ningún su­fri­miento al pueblo cubano, todo lo sucedido du­rante los últimos años no era más que un mal entendido. Y sobre todo, no querían imponer ningún sistema político. ¡Qué va!

En conclusión, que dos grandes potencias y el mundo en su conjunto estaban a medio paso de la catástrofe nuclear.

El discurso del Presidente fue brusco, persiguiendo el objetivo de crear la impresión, en los estadounidenses y en la opinión pública mundial, de que los cohetes soviéticos en Cuba re­presentaban en sí una amenaza mortal para Es­tados Unidos y otros Estados latinoamericanos, ya que a rusos y cubanos les hormigueaban los dedos por comenzar a oprimir los botones de lanzamiento.

LA REACCIÓN DE LOS “CAUTIVOS”

Martes 23 de octubre: Desde la tarde anterior, en Cuba se desarrollaba la movilización de los “cautivos”, para defenderse de sus posibles “li­beradores”.

Al amanecer ya estaban en completa disposición combativa muchas unidades cu­banas y soviéticas. El regimiento de la región central podía efectuar el lanzamiento de los cohetes 2:30 horas después de recibir la orden, pero las cargas nucleares se mantenían en el almacén central, a más de 300 km, por lo que se requería un plazo real de 20 horas para el lanzamiento. El regimiento de Candelaria-San Cris­tóbal y uno de los grupos de combate del de San­ta

Cruz de los Pinos-San Cristóbal, estaban casi listos, con sus rampas en diferentes plazos para el lanzamiento, en dependencia de sus condiciones concretas. Ambos regimientos estaban a 80-100 km del almacén central de cargas nucleares.

Mientras tanto, al puerto de Isabela de Sa­gua llegaba la motonave Alexandrovsk con las cargas nucleares de los cohetes R-14 y las 40 que faltaban para los cohetes alados tácticos FKR. Por la noche comenzó la descarga de las últimas. En aquellos momentos, la Agru­pa­ción de Tropas Soviéticas en Cuba ya contaba con alrededor de 43 000 hombres.

El Comité Ejecutivo se reunió en la Casa Blanca. Se discutió lo que se haría si uno de los aviones U-2 era derribado; se convino en que sería destruida la base de cohetes antiaéreos que hubiera disparado. Al finalizar la reunión, Kennedy aprobó la realización de vuelos de reconocimiento a baja altura sobre

Cuba para obtener más fotos, y más detalladas, de los emplazamientos de los cohetes soviéticos.
A partir de las 11:30 de la mañana se realizaron los primeros vuelos sobre las posiciones soviéticas y cubanas; se efectuarían dos veces al día, en la mañana y en la tarde, por varios aviones de forma más o menos simultánea sobre distintas regiones de la Isla. El Gobierno soviético solicitó al cubano que no se disparara contra ellos para no empeorar la situación.

Al llamado de la Revolución el pueblo respondió con valentía y firmeza. Nunca antes se había sentido tan cercano el peligro de la agresión militar directa; sin embargo, el país se preparó tranquilamente para enfrentar y resistir a pie firme el bloqueo total, los golpes aéreos limitados o masivos y la invasión.

Don­de­quiera ha­bía gente armada. Por toda la costa se abrieron trincheras, se emplazaron cañones, tanques y otros armamentos, mientras que por carreteras y caminos se desplazaban interminables co­lum­nas de tropas que se dirigían hacia todas partes. En las ciudades había mítines masivos y se organizaban nuevas unidades de milicianos; en los edificios habían colocado telas y carteles con consignas y llamados: ¡Patria o Muerte!, ¡Vence­re­mos!,

¡Cuba sí, yanquis no!, ¡Todos a las ar­mas! y otros.

En la Isla no existía pánico alguno, funcionaban la televisión y la radio, eran editados periódicos y revistas. A pesar de la alarmante situación y del peligro inminente, en el país reinaban el orden y la tranquilidad. En distintos puntos de La Habana y otras ciudades estaban emplazadas baterías de armas antiaéreas. En aquellos días no se interrumpió la vida cultural y social del país, al contrario, se desarrollaba una elevada actividad. Funcionaban los cines, clubes, círculos sociales, playas, teatros e instalaciones de­portivas. La gente reía, cantaba, bailaba, se burlaba del enemigo, engendraba hi­jos, en fin, disfrutaba de la vida, aunque podría decirse que esta transcurría por el filo de una navaja. El heroísmo era multitudinario. Tenía gran éxito el Ba­llet Nacional de Cuba, encabezado por Alicia Alonso, que realizó funciones en las trincheras. En tales momentos críticos, el pueblo mostró su tradicional fervor patriótico. En las ciudades te­nían lugar enormes manifestaciones, el pueblo enjuiciaba la agresión norteamericana y el país se convirtió en un gran campamento militar.

A las 7:06 p.m., el presidente Kennedy fir­mó la “Proclamación 3504”, en la que se de­claraba que la “cuarentena” de Cuba se establecería a partir de las 2:00 p.m. del 24 de octubre (hora de Greenwich).



*Teniente coronel (r) y fundador de las Tropas Coheteriles Antiaéreas
[1] Kennedy, Robert: Trece días (La crisis de Cuba) Editorial Plaza & Janes, p. 53. Las citas siguientes del discurso del presidente Kennedy también fueron tomadas de esta obra.