Desde los primeros días del triunfo de la Revolución, el pueblo cubano se vio obligado a enfrentar enconadas batallas contra las campañas de mentiras, difamación y calumnias organizadas
Autor: Eugenio Suárez Pérez | internet@granma.cu
Operación Verdad. En el salón Copa Room del Hotel Havana Riviera, Fidel responde a preguntas de los periodistas y expone la verdad de Cuba. Foto: Archivo
Desde los primeros días del triunfo de la Revolución, el pueblo cubano se vio obligado a enfrentar enconadas batallas contra las campañas de mentiras, difamación y calumnias organizadas, en su gran mayoría, desde territorio norteamericano.
La primera de ellas —y tal vez una de las más violentas de esas campañas contra Cuba— se desató en las primeras semanas de enero de 1959 cuando el Gobierno Revolucionario tomó la decisión de organizar los tribunales revolucionarios para juzgar a los criminales que durante los siete años de dictadura habían torturado y asesinado a varios miles de cubanos.
CUBA CONVOCA A LA OPERACIÓN VERDAD
Dos grandes agencias norteamericanas de noticias —Associated Press y United Press—, junto a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y varios congresistas estadounidenses, desataron la más infame e injusta de las campañas. Precisamente, quienes callaron ante los crímenes de la dictadura de Fulgencio Batista, se unieron a quienes apoyaron y armaron al ejército de la tiranía, para acusar a la Revolución Cubana por los juicios revolucionarios que comenzaban a celebrarse.
Ante esta situación, el Comandante en Jefe invitó a La Habana a todos los periodistas que quisieran conocer la realidad cubana, al tiempo que convocaba al pueblo cubano para desmentir las calumnias en la concentración más grande jamás vista hasta ese momento en el país. Este hecho ha pasado a la historia con el nombre de Operación Verdad.
El 21 de enero de 1959, más de un millón de cubanos se concentraron frente al Palacio Presidencial para demostrar su apoyo a la Revolución y su repudio a la campaña de prensa en contra de la aplicación de la justicia revolucionaria a los criminales de guerra. Ese acto contó con la presencia de 380 periodistas venidos de todo el continente americano para informar al mundo sobre la realidad de Cuba.
Ante el cuerpo diplomático y centenares de periodistas extranjeros, el Comandante en Jefe Fidel Castro, denunció la campaña enemiga contra Cuba, la cual calificó como “la más infame, más criminal y más injusta que se ha lanzado contra ningún pueblo” y resaltó el trato justo del Ejército Rebelde hacia los prisioneros del ejército enemigo devueltos a la Cruz Roja Internacional, y cómo cientos de heridos en combate habían sido atendidos por los médicos rebeldes.
EL JURADO DE UN MILLÓN DE CUBANOS HA VOTADO
En un momento de su intervención, Fidel expresó: “Imaginad, señores periodistas de todo el continente, señores representantes diplomáticos acreditados en Cuba, imaginad un inmenso jurado, imaginad un jurado de un millón de hombres y mujeres de todas las clases sociales, de todas las creencias religiosas, de todas las ideas políticas. Yo le voy hacer una pregunta a ese jurado; yo le voy hacer una pregunta al pueblo. Los que estén de acuerdo con la justicia que se está aplicando, los que estén de acuerdo con que los esbirros sean fusilados, que levanten la mano (la multitud levanta la mano unánimemente). Señores representantes del cuerpo diplomático, señores periodistas de todo el continente, el jurado de un millón de cubanos de todas las ideas y de todas las clases sociales, ha votado”.1
APROBADO RAÚL COMO SEGUNDO JEFE DEL M-26-7
Pese a conocer la creciente preocupación del pueblo por su seguridad ante la posibilidad de que él pudiese ser víctima de una agresión, Fidel reafirmó su voluntad de seguir desafiando tranquilamente todos los peligros.
No obstante, para prevenir las consecuencias de cualquier atentado fatal contra su vida, planteó que le iba a proponer a la Dirección del Movimiento 26 de Julio que designara al compañero Raúl Castro como segundo jefe del Movimiento. No porque fuera su hermano —alegó Fidel—, sino porque lo consideraba con cualidades suficientes para sustituirlo en el caso de que él mañana muriera en la lucha. También expuso las virtudes del entonces
Comandante Raúl Castro y manifestó que él no solo pensaba en el presente, sino también en el futuro de la Patria.
Para no decidir unilateralmente la propuesta de que Raúl pudiera sustituirlo, el líder revolucionario consultó al pueblo si estaba de acuerdo o no. Con aclamaciones y gritos, el pueblo le respondió: Sí.
YO ME SOMETO AL EXAMEN Y AL INTERROGATORIO
Al día siguiente —el 22 de enero de 1959—, en el salón Copa Room del hotel Havana Riviera, reunido con los periodistas convocados al acto de la Operación Verdad, Fidel destacó que en menos de 72 horas “se ha reunido la conferencia de prensa más grande del mundo. Y se hizo a través de los periodistas cubanos, que también sufrieron siete años de abuso y censura constante, con perjuicio para la prensa y para ellos y que además el hombre que tiene una profesión no solo vive de ella, sino que siente por ella”. Fidel agregó: “Se llamó a los periodistas cubanos y se les dijo: inviten a sus compañeros de todo el continente, y eso fue lo que hicieron. Así se convocó esta reunión de hoy, para que ustedes vean cómo son las cosas cuando se hacen correcta y honestamente, tienen éxito y en menos de 72 horas vinieron los periodistas. Muchos gobiernos nos prestaron aviones, lo que les agradecemos mucho, pero los aviones no eran para bombardear, se emplearon para traer a los periodistas. Considero que con esta introducción es suficiente así que vamos a discutir los problemas. Yo me someto al examen y al interrogatorio de la opinión pública de América a través de ustedes.2
Durante la extensa conferencia, un periodista mexicano le preguntó a Fidel cómo se defendería Cuba en caso de que la campaña iniciada contra el país desembocase en un bloqueo económico. Fidel respondió: “Nosotros no creemos que ese bloqueo vaya a ocurrir, porque sería una política en contradicción total con los intereses de los propios Estados Unidos que serían los que tendrían que iniciar ese bloqueo… Además, en cuanto a la forma de hacerle frente a cualquier medida de tipo económico, cualquier bloqueo de tipo económico, creo que no hay más que una forma y es, la disposición de sacrificio que tiene nuestro pueblo. Si esa circunstancia se presentara, ya verá usted cómo la afrontamos, porque el pueblo está decidido a afrontarla, y eso es lo importante.3
Sus respuestas a las preguntas de los periodistas fueron diáfanas y concretas. Entre ellas, el Comandante en Jefe expresó su profundo sentir por los intereses de la Patria y de nuestra América, la Patria Grande.
1 Fidel Castro Ruz. Discurso pronunciado en el Palacio Presidencial el 21 de enero de 1959, Centro de Documentación del CC PCC, No. 041, p. 4.
2 Fidel Castro Ruz: Conferencia de Prensa, 22 de enero de 1959. Centro de Documentación CC PCC, No. 042, pp. 4-5.
3 Ibídem, pp. 10-11.