Científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) exploran las posibilidades de colaboración con Cuba, a fin de aprovechar su posición estratégica en el Caribe.
Brent Holben, miembro del Laboratorio de Ciencias Biosféricas de la NASA, quien participó en un taller científico en la oriental provincia de Camagüey, declaró que a varios de sus colegas les interesa potenciar la cooperación con la isla antillana en áreas como meteorología, oceanografía y astronomía, entre otras.
Agregó que aunque aún no existan vínculos oficiales con instituciones científicas, de vuelta a su país informará a su departamento acerca de las posibilidades reales de concretar proyectos de investigación conjunta, beneficiosos para ambas partes.
Considerado el primer investigador de la NASA en Cuba con esos propósitos, Holben expresó que el actual ambiente político entre Washington y La Habana es una oportunidad para fortalecer el intercambio de información científica.
Invitado a un encuentro por los 10 años de cooperación entre el Grupo de Óptica Atmosférica del Centro Meteorológico de la provincia de Camagüey y su homólogo en la Universidad de Valladolid, España, Holben exhortó a Cuba para que se incorpore a la recién fundada Red Caribeña de Aerosoles, asociada a Aeronet.
Se trata de una red de instrumentos robóticos destinados fundamentalmente al estudio de los aerosoles, pequeñas partículas suspendidas en la atmósfera en estado sólido o líquido, las cuales pueden ser de origen marítimo, desértico o de contaminación industrial. Su alta concentración produce impactos negativos a la salud humana.
Enfatizó que este es un esfuerzo orgánico e integrador en el área del Caribe, en el cual la provincia de Camagüey desempeña un papel importante, pues recibe abundante polvo del desierto del Sahara y posee el único fotómetro solar de la nación para caracterizar esas partículas.
Explicó que instrumentos de este tipo son muy valiosos para la NASA, pues permiten validar las observaciones satelitales de los aerosoles mediante mediciones realizadas desde la superficie terrestre.
Su monitoreo posibilita conocer los niveles de contaminación en la atmósfera, origen y movimiento, así como los impactos en el cambio climático y en la salud humana.
(Con información de Prensa Latina)