Obama ha presentado 13 posibles instalaciones para sustituir la prisión de Guantánamo.
El plan de la administración de Barack Obama para el cierre de la prisión de la bahía de Guantánamo, en Cuba, ha sido presentado al Congreso estadounidense.
No obstante, el tan esperado plan, que se revela pocas semanas antes del histórico viaje a Cuba del presidente estadounidense, todavía tendrá que enfrentarse a la oposición de los legisladores republicanos, que están en contra del cierre, escribe 'The Wall Street Journal'.
El plan, que inicialmente fue rechazado a finales de 2015 por la Casa Blanca debido a su elevado coste de 600 millones de dólares, forma parte del último esfuerzo de Obama de cumplir con su promesa de cerrar la prisión, que data de 2009.
En Guantánamo actualmente se encuentran 91 prisioneros, en comparación con los 242 que había en 2009, cuando el presidente Obama asumió el poder.
¿Adónde serán trasladados los detenidos?
Treinta y cinco de estos 91 prisioneros han sido aprobados para el traslado si se cumplen las condiciones de seguridad. Fuentes estadounidenses ya habían comentado que a través del plan se pediría su traslado a sus países de origen o terceros países. Asimismo, algunas fuentes han expresado la esperanza de que todos los prisioneros aprobados para el traslado salgan de Guantánamo para el verano.
Por otro lado, los oficiales del Pentágono ya han estudiado distintas instalaciones como la brigada de la Armada en Charleston (Carolina del Sur), la base militar de Fort Leavenworth (Kansas) y la prisión de máxima seguridad ADX Florence (Colorado) como posibles alternativas adonde se trasladarían los detenidos de largo plazo, incluidos los calificados como demasiado peligrosos para reubicar o aquellos acusados o condenados en el sistema de comisiones militares creado tras los ataques de 2001.
Actualmente, el Congreso prohíbe el traslado de prisioneros de Guantánamo a EE.UU. de modo que es posible que Obama tenga que recurrir a acción ejecutiva si no consigue trabajar con el Congreso para cambiar la ley actual.
Al mismo tiempo, el plan de cierre podría servir como un patrón sobre cómo tratar a los futuros sospechosos de terrorismo capturados en la lucha contra el Estado Islámico, señala la revista 'Newsweek'.
Brennan Linsley
La oposición de los senadores
Senadores republicanos de tres estados ya afirmaron el lunes que siguen firmemente opuestos a los esfuerzos de Obama. "Se prevé que el plan presente las opciones para la reubicación de Guantánamo, pero independientemente de si es Kansas, Carolina del Sur o Colorado, ninguna de estas opciones es aceptable", comentaron los senadores Pat Roberts, Tim Scott y Cory Gardner, de Kansas, Carolina del Sur y Colorado, respectivamente.
"Nuestros estados y nuestras comunidades se mantienen opuestos al traslado de los terroristas más peligrosos del mundo a tierra estadounidense", han reafirmado los políticos.
Relaciones con Cuba
El plan del cierre de Guantánamo se publica en un contexto de la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana, que comenzó en diciembre de 2014 y en el que la cuestión de Guantánamo han sido uno de los temas más peliagudos. El presidente de Cuba, Raúl Castro, al intervenir ante la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2015, dijo que la normalización de las relaciones con EE.UU. se alcanzará cuando Washington ponga fin al bloqueo impuesto contra Cuba y cuando devuelva "el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo".
" Para que haya relaciones normales será necesario devolver a Cuba el territorio ocupado ilegalmente por la Base Naval en Guantánamo"
Delegación cubana a la primera reunión de la Comisión Bilateral Cuba-EE.UU., 11 de septiembre de 2015.
Polémica en torno a la prisión de Guantánamo
La prisión fue abierta en 2002 por el expresidente republicano George W. Bush para acoger a los sospechosos extranjeros de terrorismo detenidos después de los ataques del 11-S. En consecuencia, EE.UU. se hizo centro de fuertes críticas en relación con Guantánamo, donde la mayoría de los prisioneros han permanecido durante más de una década sin juicio.
Desde su fundación, los defensores estadounidenses e internacionales de los derechos humanos criticaron a la Administración Bush por graves violaciones de los derechos humanos de sus prisioneros, incluida la tortura, humillación moral y física, ultraje de los sentimientos religiosos de los prisioneros y la detención de personas sin cargos.