Por PATRICK HEALY y JONATHAN MARTIN 22 julio 2016
Donald Trump durante su discurso en el que aceptó la nominación republicana para competir por la presidencia de Estados Unidos. CreditDoug Mills/The New York Times
CLEVELAND, Ohio — Donald Trump aceptó la nominación presidencial republicana este jueves con un rotundo llamado a los estadounidenses que sienten que su país está fuera de control y anhelan un líder dispuesto a implementar medidas tajantes, incluso extremas, para protegerlos.
Trump, de 70 años, es un exitoso empresario de bienes raíces y una estrella de televisión que supo aprovechar su fama y su personalidad para convertirse en un político poco convencional que se presentó como un líder capaz de identificar y luchar contra las amenazas a Estados Unidos.
En la última noche de una convención inusualmente turbulenta y dividida, Trump emocionó a su audiencia al atacar a su rival demócrata, Hillary Clinton, y a los enemigos de la estabilidad de Estados Unidos.
Trump acusó a Clinton de haber cometido “crímenes terribles, muy terribles”. La calificó como una agente de las élites internacionales, una líder que se ha equivocado en sus decisiones sobre política exterior y economía, volvió a describirse como el “candidato de la ley y el orden”, y le rindió homenaje a las familias de las víctimas de delitos cometidos por inmigrantes indocumentados.
“A partir del 20 de enero de 2017, restauraremos la seguridad”, dijo refiriéndose al día de la toma de posesión del próximo presidente.
Los discursos de nominación suelen ser optimistas y personales, llenos de esperanza y revelaciones que le presentan a los votantes la mejor imagen de los candidatos. Pero Trump se dirigió a una nación tensa y trató de tranquilizar al electorado, tal vez aún escéptico sobre su temperamento y habilidades para ocupar la presidencia.
“La primera tarea de mi nueva administración será liberar a nuestros ciudadanos de la delincuencia, el terrorismo y la anarquía que amenazan a sus comunidades”, dijo.
“Tengo un mensaje para cada persona que amenaza la paz en nuestras calles y la seguridad de nuestros policías: cuando tome posesión del cargo el próximo año, voy a restaurar la ley y el orden en nuestro país”.
También se permitió especular y sugirió que el presidente Obama se había arrepentido de poner a Clinton al frente del Departamento de Estado.
“Estados Unidos es mucho menos seguro —y el mundo es mucho menos estable— que cuando Obama tomó la decisión de poner a Hillary Clinton al mando de la política exterior del país”, dijo Trump.
En un intento por atraer a los demócratas descontentos con la nominación de Clinton, invocó el mensaje político del senador Bernie Sanders, y sugirió que él también compartía las críticas republicanas al desempeño político de la candidata.
El cierre de la Convención Republicana en la Quicken Loans Arena en Cleveland, OhioCreditDoug Mills/The New York Times
“Sus malos instintos y sus malas decisiones —algo que Bernie Sanders ya señaló— son la causa de muchos de los desastres actuales”, dijo Trump. “Pero el legado de Hillary Clinton no tiene por qué ser el legado de Estados Unidos. Los problemas que ahora enfrentamos —pobreza y violencia doméstica, guerra y destrucción en el extranjero— continuarán mientras sigamos confiando en los mismos políticos que los crearon”.
Su lema “America First” jugó con la angustia de aquellos votantes que sienten que el resto del mundo ya no respeta a Estados Unidos. Trump se comprometió a actuar con rapidez para que los estadounidenses se sientan mejor sobre su país y también prometió que advertirá a aliados y enemigos que su país se centrará exclusivamente en la protección de sus propios intereses.
“Mi mensaje es que las cosas tienen que cambiar y deben cambiar ahora mismo”, afirmó el candidato.
“Los estadounidenses que esta noche me están viendo también han visto las últimas imágenes de la violencia en nuestras calles y el caos en nuestras comunidades”, dijo en referencia a los últimos tiroteos y asesinatos de agentes de policía. “Muchos han sido testigos de esta violencia y, personalmente, algunos han sido sus víctimas. Tengo un mensaje para todos ustedes: el crimen y la violencia que hoy aflige a nuestro país pronto llegará a su fin”.
También prometió reducir los impuestos y las regulaciones, así como reorientar la política exterior para asegurar que otros países “traten a Estados Unidos con respeto”.
Dibujó una triste imagen de Estados Unidos como un país en crisis y un mundo en guerra por culpa de los líderes de Washington. Sin nombrar a George W. Bush, Trump consideró que las acciones en el extranjero en la última década fueron perjudiciales para la seguridad nacional de su país.
“Irak es un caos”, aseveró Trump. “Irán está en la senda de las armas nucleares. Siria está envuelta en una guerra civil y en una crisis de refugiados que amenaza a Occidente. Después de 15 años de guerras en Medio Oriente, después de miles de millones de dólares gastados y miles de vidas perdidas, la situación es peor que nunca”.
Y agregó: “Este es el legado de Hillary Clinton: muerte, destrucción y debilidad”.
Trump no suavizó su tono ni se apartó de la línea dura que ha caracterizado su campaña. Por el contrario, describió a los estadounidenses comunes como víctimas de los inmigrantes, las empresas internacionales y los líderes irresponsables, y se presentó como el defensor de los “hombres y mujeres olvidados de nuestro país”.
“Existe un pueblo que trabaja duro pero no tiene voz: yo soy su voz”, exclamó.
También hizo promesas más personales y dijo ser el último guardián de las generaciones más jóvenes de Estados Unidos.
“A cada padre que sueña por sus hijos y cada niño que sueña con su futuro, esta noche les digo: estoy con ustedes, lucharé por ustedes y voy a vencer por ustedes”.