Mi blog sobre Economía

miércoles, 11 de enero de 2017

CUBA.- EU.- Senador Marco Rubio se opone a Ley de Ajuste Cubano

Por Arthur González

El senador republicano Marco Rubio, miembro de la mafia terrorista anticubana radicada en Miami, se declaró opuesto a los beneficios que otorga la Ley de Ajuste Cubano, los que consideró como “abusos en el sistema de beneficios a los refugiados cubanos”, de acuerdo a sus declaraciones el pasado 05.01.2017 a la prensa miamense.

¿Dónde estaba todos estos años el Senador que solo ahora se ha venido a dar cuenta de la farsa, desde que en 1966 la mencionada Ley fuera aprobada?

Desde sus inicios dicha Ley, que otorga beneficios extraordinarios solo a los cubanos, se diseñó con la malsana intensión de tergiversar la realidad de la Revolución cubana, como parte de la guerra psicológica creada por especialistas de la CIA para fomentar matrices de opinión en su contra, lo mismo que siguen haciendo con las campañas mediáticas sobre supuestas detenciones arbitrarias y la “represión” a los llamados “disidentes”.

El primer paso en esa dirección se llevó a cabo en enero de 1959 cuando le dieron refugio a los asesinos y ladrones del régimen de Fulgencio Batista, que huyeron de la justicia cubana con bolsas repletas de millones de dólares y les permitieron quedarse a residir en territorio de Estados Unidos, a pesar de las reclamaciones oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.



Precisamente para ayudarlos, el Presidente Dwight Eisenhower inauguró en diciembre de 1960 el Centro de emergencia de Refugiados cubanos en Miami, dando inicio a la categoría de “refugiados” para aquellos que arribaban a los Estados Unidos, sin fundamento legal para eso.

De acuerdo con documentos desclasificados, la CIA utilizó a los llamados “exiliados” para actividades subversivas, estableciendo bases de entrenamiento militar para la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos en abril de 1961.

Posteriormente, en 1961, el presidente John F. Kennedy, aprobó el Programa de Refugiados Cubanos (Cuban Refugee Program), destinado a facilitar la integración de los “exiliados”, con el supuesto objetivo de “ayudar a toda persona que huía del régimen y situarla en las mejores condiciones para adaptarse y disponer de un mejor nivel de vida”, además de comprometerlas con el Gobierno yanqui en sus acciones agresivas contra la Revolución.

A partir de esos beneficios ratificados y ampliados por el presidente Lyndon Johnson, el 2 de noviembre de 1966, con la firma de la Ley Pública 89-732, conocida como “Cuban Adjustment Act”, o “Ley de Ajuste Cubano”, cientos los prófugos de la justica revolucionaria lograron ajustar su estatus migratorio en Estados Unidos, a sabiendas de sus autoridades que tenían decenas de crímenes y delitos comunes en su aval como esbirros de la tiranía batistiana, o por acciones terroristas cometidas al servicio de la CIA.

Ahora medio siglo después, el senador Rubio se viene a percatar que ninguno de los cubanos que arriban a Estados Unidos, procedentes de Cuba o de cualquier país del mundo, no es un perseguido político y solo buscan favorecerse económicamente de una política fabricada para intentar lesionar la imagen y credibilidad de la Revolución, algo que nunca lograron y menos en estos momentos con la entrada a la Isla de 4 millones de visitantes anuales que pueden comprobar tales falsedades.

Como un boomerang, el engendro de Ley se les ha venido encima en momentos en que la crisis económica golpea severamente a Estados Unidos y en especial al estado de Florida, verdadero motivo por el cual Marco Rubio pretende revocar parcialmente lo estipulado en el marco legal, pero al presentar su proyecto a discusión del Congreso no le quedará más remedio que reconocer los vicios de derecho que contiene la Ley de marras.

Poco a poco se van desmoronando las políticas criminales que diseñó la Casa Blanca durante casi 60, para demonizar a la Revolución y que esas al final también dañan al pueblo norteamericano, que se ve obligado a pagar fuertes contribuciones para mantener líneas de acción, que solo tienen como resultado pérdidas económicas y políticas.

Lo mismo pasará en los próximos años con las campañas de apoyo a la contrarrevolución interna, calificada de “disidencia”, la cual le cuesta al contribuyente estadounidense no menos de 20 millones anuales, que bien pudieran ser empleados en programas de salud, educación y seguridad social, en vez de alimentar a los que en Cuba han podido vivir sin trabajar, gracias al papel teatral de “opositores” que les diseña Estados Unidos.

Esperemos por la reacción de otros integrantes de la mafia anticubana como Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, que han vivido y viven gracias a sus falsas acusaciones contra Cuba, pues reconocer que los cubanos “no huyen del comunismo” echa por tierra todo el diseño de su política anticubana y con ello peligran los millones de dólares que les permite disfrutar de una vida gracias a las artificiales acusaciones que realizan a diario contra la Revolución.

Preciso fue José Martí cuando afirmó:“De la podredumbre misma sale la luz”.

Trump reacciona a los últimos 'informes' de Inteligencia: "¿Vivimos en la Alemania nazi?"

Publicado: 11 ene 2017 12:40 GMT | Última actualización: 11 ene 2017 13:25 GMT

La cadena CNN y el portal de noticias Buzzfeed difundieron un informe no contrastado que afirma que Rusia tiene información comprometedora sobre el presidente electo de EE.UU.


Carlo AllegriReuters

"Las agencias de inteligencia nunca deberían haber permitido que esta falsa noticia 'se filtrara' al público. Un último tiro hacia mí. ¿Vivimos en la Alemania nazi?", reza el mensaje del presidente electo de EE.UU. Donald Trump en Twitter.

Minutos antes el magnate había publicado en su página oficial una nota que se refería al informe no contrastado que Buzzfeed difundió junto a la CNN sobre la existencia de datos "comprometedores" sobre él en manos de Moscú.


Intelligence agencies should never have allowed this fake news to "leak" into the public. One last shot at me.Are we living in Nazi Germany?


"Un informe pagado por opositores"

Además, Trump destaca que el documento "pagado por opositores políticos" es, según Rusia, "un montaje", además de "un absoluto sinsentido", subrayando, asimismo, que "los retorcidos oponentes" tratan de minimizar su victoria con "noticias falsas".

"Rusia nunca ha tratado de influirme. No tengo nada que ver con Rusia: ni acuerdos, ni prestamos, ni nada", ha aclarado.
"Literatura barata"

Este miércoles, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha señalado que el documento supone "un intento de dañar las relaciones bilaterales". "Se puede comparar la calidad de este bulo con la del informe anterior, publicado por los servicios secretos de EE.UU. sobre el intento de Rusia de influir en las elecciones estadounidenses y en inglés esto se llama 'pulp fiction' ['literatura barata']", indicó.

El documento es atribuido a un ex agente de inteligencia británica y la información, en manos de "agentes rusos", incluiría datos financieros del presidente electo y de su vida personal. Concretamente, el informe habla de un supuesto apoyo de Rusia a Trump durante más de cinco años, tiempo en el que se habría recopilado información que lo compromete, incluyendo sus supuestas citas con prostitutas.

Ambos medios, especialmente Buzzfeed, que publicó el informe completo pese a que no pudo contrastarlo, han sido fuertemente criticados por otros medios y por el portal de revelaciones WikiLeaks por el carácter dudoso de la información.

NYT: La despedida de Obama: ‘Sí, lo hicimos’

Por MARK LANDLER y MICHAEL D. SHEAR 


El presidente Barack Obama pronunció su discurso de despedida en Chicago, el martesCreditDoug Mills/The New York Times


CHICAGO — El presidente estadounidense Barack Obama pronunció un nostálgico y esperanzador discurso de despedida el martes por la noche, pero también le advirtió, tanto a la dividida nación que lideró durante ocho años como a su sucesor, no rehuir los desafíos de la desigualdad económica, las luchas raciales y la apatía de los votantes que todavía amenazan su ideal de democracia.

Obama volvió a Chicago, la ciudad que potenció su carrera política y su viaje a la Casa Blanca, cuando solo faltan 10 días para que Donald Trump tome posesión. En su último discurso ante la nación, Obama expresó su creencia de que incluso las más profundas divisiones ideológicas pueden ser superadas por una población activa y comprometida.

“Después de ocho años como su presidente, sigo creyendo eso”, le dijo Obama a una gran multitud reunida en McCormick Place, el vasto centro de convenciones que en 2012 fue el escenario donde le agradeció a sus simpatizantes al ser reelegido. “Y no solo es mi creencia. Es el corazón palpitante de nuestra idea americana: nuestro audaz experimento de autogobierno”.

Al terminar el último discurso de su notable carrera política, Obama le agradeció a su esposa, a sus hijas, a su vicepresidente y al ejército de partidarios que los ayudaron a convertirse en el primer afroamericano en la Casa Blanca.

“No voy a parar; de hecho, estaré allí con ustedes como un ciudadano más, por el resto de los días que me quedan”, prometió Obama mientras la audiencia se levantaba. Les pidió que creyeran, como lo hicieron durante su primera campaña. “Si podemos. Sí, lo hicimos. Si podemos”.

Obama instó al país a enfrentar los persistentes problemas que socavan la igualdad, la diversidad y la unidad que intentó alcanzar durante su mandato. Dijo que la desigualdad económica seguiría causando “desafección y división” y advirtió que los problemas raciales seguirían siendo una potente fuerza que dividirá a la nación, a menos que la discriminación sea atacada y eliminada.

“Pero las leyes por sí solas no serán suficientes. Los corazones deben cambiar”, le dijo a la multitud. “Cuando los grupos minoritarios expresan su descontento, no se dedican al racismo inverso o practican la corrección política; cuando protestan pacíficamente, no exigen un trato especial, sino la igualdad que le prometieron nuestros fundadores”.

El mandatario dijo que los medios de comunicación amenazaban la democracia al permitir que la gente se retirara a sus propias burbujas de conocimiento, por lo que todo el mundo tenia una versión distinta de los hechos. “Nos volvemos tan seguros en nuestras burbujas que solo aceptamos la información, verdadera o no, que se ajuste a nuestras opiniones, en lugar de basar nuestras opiniones en la evidencia que existe”, dijo.

También dijo que el orden democrático de Estados Unidos está amenazado por una sensación de apatía entre los estadounidenses que no votan o participan en la vida cívica. Instó a los miembros de ambos partidos políticos a trabajar para restablecer la confianza en las instituciones de la sociedad de manera que atraigan a más personas que se involucren en el destino del país.

“Si algo necesita arreglarse, pónganse los zapatos y organícense”, le dijo a la multitud. “Si estás decepcionado por los funcionarios electos, agarra unas planillas, busca firmas y postúlate para el cargo. Aparece. Sumérgete. Persevera. A veces ganarás. Otras veces perderás”.

Y agregó: “Pero muy a menudo, su fe en Estados Unidos -y en los estadounidenses- se verá confirmada”.

“Ustedes son los mejores partidarios y organizadores que cualquier persona podría esperar, y siempre estaré agradecido. Porque sí, ustedes cambiaron el mundo”, dijo Obama. “Esta noche dejo el escenario y soy mucho más optimista sobre este país de lo que lo era cuando empezamos”.



Barack Obama fue juramentado como el 44º Presidente de Estados Unidos en una ceremonia celebrada en Capitol Hill, Washington, el martes 20 de enero de 2009. CreditDamon Winter/The New York Times

Pero esa expresión de esperanza fue contrastada por la realidad que se desarrolla en la capital de la nación: Trump ha prometido atacar el legado de Obama, borrando el enfoque disciplinado y profesoral del actual presidente al gobernar, sustituyéndolo con un estilo ruidoso y caótico de liderazgo.

Obama dijo que se había comprometido para garantizar que Trump tuviese “la transición más suave posible”, lo que generó algunos abucheos entre la multitud. En un momento, los asistentes empezaron a cantar: “Cuatro años más”. Sin embargo, Obama los apaciguó rápidamente. “No puedo hacer eso”, dijo.

En otras partes del discurso, Obama parecía estarle hablando a Trump advirtiéndole sobre los peligros de continuar alimentando las divisiones que ayudaron a los republicanos a derrotar a Hillary Clinton durante la campaña presidencial.

“Es por eso que rechazo la discriminación contra los musulmanes estadounidenses”, dijo Obama mientras la multitud lo aplaudía. “Es por eso que no podemos retirarnos de las luchas globales -para expandir la democracia, los derechos humanos, los derechos de las mujeres, y de las comunidad LGBT. Independientemente de lo imperfectos que sean nuestros esfuerzos, no importa cuán oportuno parezca ignorar esos valores”.

Para un sucesor que a menudo ha cuestionado la realidad del cambio climático, Obama pareció decir: Tenga cuidado.

“Podemos y debemos discutir sobre el mejor enfoque de ese problema”, dijo. “Pero simplemente negarlo no solo traiciona a las generaciones futuras; traiciona el espíritu esencial de la innovación y la solución práctica de problemas que guiaron a nuestros fundadores”.

Para muchos residentes de Chicago, que abrazan a Obama como uno de los suyos, el discurso del presidente fue el final de una carrera política que habló tanto de su propia evolución, como de una comunidad y una nación que ha cambiado durante sus ocho años de gobierno.

La Casa Blanca planeó meticulosamente el evento, desde el lugar hasta el tono y la cadencia del discurso. Obama aún estaba reescribiendo el discurso el martes por la tarde, dijo uno de sus asistentes, después de haber estado despierto el lunes por la noche escribiendo más cambios.

Decenas de exbecarios de la Casa Blanca y colaboradores políticos de Obama se reunieron en Chicago para presenciar el último gran discurso de su líder, luego asistieron a fiestas y recepciones por toda la ciudad. “Cervezas y lágrimas”, fue como lo describió Ben LaBolt, exsecretario de prensa de la campaña de reelección de Obama.