Mi blog sobre Economía

lunes, 23 de enero de 2017

Intensas penetraciones del mar en el litoral norte occidental (+Fotos)


En zonas del malecón habanero se reportan grandes olas y la evacuación de decenas de personas


23 de enero de 2017 19:01:29



Inundaciones costeras por penetraciòn del mar en zonas bajas del litoral habanero Foto: Jose M. Correa

Desde horas de la tarde de este lunes 23 de enero se reportan intensas penetraciones del mar en el litoral norte occidental, y fuertes rachas de viento que han provocado inundaciones en zonas costeras de esa región del país. 

De acuerdo con las primeras imágenes a las que Granma tuvo acceso, las fuertes marejadas han provocado la entrada de agua en varias zonas de lugares bajos del malecón habanero, así como la evacuación de familias que se encuentan en peligro de ser afectadas. 



Las principales autoridades del Partido y el gobierno en la capital acudieron inmediatamente a las zonas inundadas y evaluaron las medidas tomadas para la protección de los bienes de la población y del Estado. 



Igualmente, se reportan inundaciones en la zona de los bajos de Santa Ana, en la localidad de Santa Fe, municipio de Playa, así como en otros lugares donde tradicionalmente el mar penetra debido a las fuertes marejadas, anunciadas por nuestro diario el pasado sábado. 


De acuerdo con el Instituto de Meteorología de Cuba una fuerte y extensa baja extra tropical sobre Carolina del Sur, Estados Unidos, abarca con su amplia circulación todo el territorio cubano, impuso sobre la región occidental vientos fuertes de región Noroeste entre 25 a 40 kilómetros por hora, con rachas superiores a los 60 kilómetros por hora y fuertes marejadas en el litoral norte occidental. 

La persistencia de los vientos está provocando inundación costera moderada en zonas bajas del litoral norte occidental, incluyendo el malecón habanero. Esta situación meteorológica comenzará a disminuir gradualmente desde la mañana del martes, cuando los vientos giren al norte y disminuyan su intensidad.

EN CUBA TAMBIÉN SE RECUERDA EL 23 DE ENERO

Por Pedro Martínez Pírez

Este lunes se recuerda en Cuba la llegada a Caracas el 23 de enero de 1959 del Comandante Fidel Castro, invitado a participar en los actos por el primer aniversario del derrocamiento del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez.

Fue el primer viaje al exterior de Fidel Castro luego del triunfo de la Revolución Cubana, para agradecer al pueblo venezolano la ayuda extraordinaria que había brindado a los combatientes que lucharon en Cuba contra la dictadura de Fulgencio Batista.

La Junta Patriótica que asumió el poder en Venezuela tras el derrocamiento de Pérez Jiménez fue la primera que reconoció el 5 de enero de 1959 al Gobierno Provisional de la Revolución Cubana, y uno de los integrantes de la Junta, el contralmirante Wolfgang Larrazábal, estuvo en el aeropuerto de Maiquetía a recibir al líder cubano.

Cuando Venezuela reconoce al Gobierno Provisional de la Revolución Cubana Fidel Castro estaba en la central ciudad de Santa Clara, camino a La Habana, a donde llegaría el 8 de enero de 1959 al frente de la Caravana de la Libertad que había salido el día primero de la oriental ciudad de Santiago de Cuba.

Multitudinaria y muy cálida fue la acogida popular a Fidel Castro durante su estancia en la capital venezolana, donde permaneció hasta el 26 de enero de 1959, y plena vigencia tienen sus discursos llamando a la unidad de los pueblos de Nuestra América y exhortando a los venezolanos a hacer realidad los sueños del Libertador Simón Bolívar.

Basta ya de levantarle estatuas a Simón Bolívar con olvido de sus ideas –dijo Fidel Castro en el ya lejano enero de 1959--, y enfatizó que “lo que hay que hacer es cumplir con las ideas de Bolívar”, y no tener vergüenza de hablar de las ideas de Martí y de los grandes hombres de América.

Y a partir de aquella visita de Fidel a Caracas cada 23 de enero es una fecha venezolana que también se celebra en Cuba, este año por primera vez sin la presencia física del líder de la revolución cubana, cuyas cenizas fueron llevadas desde La Habana hasta la ciudad de Santiago de Cuba y en el cementerio de Santa Ifigenia reposan muy cerca de los restos del Apóstol de la independencia cubana José Martí.

A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y A TRUMP...

Por Jorge Gómez Barata

Al tomar posesión como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump prometió “Trabajar para hacer a América grande otra vez…” La pregunta es ¿Cuándo dejó de serlo? ¿En qué aspectos? y ¿Por qué?

Estados Unidos es la primera economía mundial con un PIB de casi 18 billones de dólares, más que China, Rusia y Gran Bretaña juntas. Un poderío militar, respaldado con un presupuesto de más de 600 000 millones, 13 000 aviones y 400 buques entre ellos 11 portaviones y 61 submarinos, de propulsión nuclear y más de cinco mil ojivas atómicas. Esta fuerza, excepto por la cohetería y la flota de submarinos nucleares rusos, no puede ser retada por ningún país.

En materia de ciencia, tecnología e innovación, con una inversión de más de 400 000 millones de dólares, unos 200 000 millones más que China, no hay modo de emular sus registros. En ese ámbito el futuro se asegura por casi ocho mil universidades y centros de educación superior, donde estudian más de 15 millones de jóvenes, alrededor del cinco por ciento de la población total.

En materia de empleos y salarios, aunque existen problemas, la situación no es desesperada. El potencial laboral del país es de unos 159 millones de trabajadores, de ellos 152 millones están empleados. El dato no registra la actividad informal. La preponderancia, en muchos sentidos hegemonía en la producción cultural, el entretenimiento y la circulación de noticias, lo cual le confiera una sólida posición estratégica. 

El sistema político, sin ser el dechado de virtudes que sus admiradores promueven, no es un desastre. El país y sus instituciones funcionan razonablemente bien, excepto por la desmesurada influencia del dinero en su operación, de lo cual el propio Trump y su gabinete son expresión.

EN QUE FALLAN LOS ESTADOS UNIDOS

A la vez que el país más rico, Estados Unidos es el más desigual, violento y racista de las naciones desarrolladas. No existen argumentos para justificar los más de cuarenta millones de pobres, entre ellos veinte millones de niños. La población carcelaria es un dato obsceno. Los niveles de racismo, la humillación y el abuso que lo acompaña, son una gigantesca mácula que la Norteamérica opulenta y un riesgo latente de explosión social.

Obviamente, como ha denunciado el nuevo presidente, el neoliberalismo y la desregulación que se aplicó de un modo irresponsable, condujo a la aplicación de políticas económicas erradas y probablemente sea cierto que el establishment empoderado en Washington fue insensible y dio la espalda a los sectores más vulnerables.

No obstante, los graves problemas sociales del país tienen poco o nada que ver con el exceso de importaciones y la relocalización de ciertas capacidades industriales. Hace bien la nueva administración en buscar a los culpables, pero seguramente no están en México ni en China y no se relacionan con la emigración. Ningún muro acabará con la pobreza, el racismo, la exclusión y la injusticia.

Hay capítulos que Trump no aludió en su breve discurso inaugural y que se relacionan con otros desempeños, pasados y presentes, de los Estados Unidos, algunos asociados a la política, a los ambientes internacionales y a comportamientos imperialistas. Luego veremos cómo los enfoca. Entonces les cuento. Allá nos vemos.

La Habana, 22 de enero de 2017

*Este artículo fue escrito para el diario mexicano ¡Por Esto! Al reproducirlo o citarlo, indicar esa fuente