Mi blog sobre Economía

lunes, 22 de mayo de 2017

Martí: Destierro

“Abomino los odios fanáticos, tanto como amo los corazones generosos. La libertad de mi patria, quisiera verla surgir de entre alas, no de entre charcas de sangre; pero a mi tierra la llevo en el alma, como a una hija querida, y a quien me ha admirado y consolado a mi tierra, y dado favor y cariño a sus hijos, a raudales le doy esta alma mía, para que haga con ella lo que quiera, ya que ella es tal que no dejará nunca que se haga de ella nada malo, y en un abrazo que no se acaba, aprieto a mi corazón al hombre generoso que puso una corona de sus flores libres en el ataúd de nuestros muertos, y dio amparo y calor en sus horas de desdicha a estos otros muertos, ¡los desterrados!”

Fragmento de un discurso en elogio de Santo Domingo, s.f. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. VII, 308:

Carmona: "Yo no puedo resolver gasolina y otras cosas...eso pasa solo con Víctor"



Las últimas semanas habían sido para Carmona un eterno calvario, que aceptaba, pero que no comprendía, a la espera de un puesto como manager que no llegó Foto: Jhonah Díaz

Por Jhonah Díaz González.

La Habana, 4:20 pm, sábado 20 de mayo. Sentado en la sala de su casa, Guillermo Carmona manosea un largo tabaco con los dedos de su mano derecha y recuerda que hace 72 horas debió estar vestido de frac en una de las oficinas de la Dirección Provincial de Deportes. Su barrio, en las cercanías del Hospital Ortopédico Frank País, tenía preparada una fiesta para celebrar la noticia que traería consigo, como si se tratase de la actividad del Comité de Defensa de la Revolución que organizan sagradamente cada mes de septiembre. Y su hermano, rebozado de orgullo, esperaba su regreso con dos botellas de ron Havana Club.

Las últimas semanas habían sido para Carmona un eterno calvario, que aceptaba, pero que no comprendía, al punto de que cuando las autoridades le informaron que Víctor Mesa había sido el seleccionado como nuevo mánager de Industriales sintió que una corbata le apretaba la garganta y lo ahogaba. «¡Creí que estaban jugando conmigo! Estuve a punto a decirles: ¿Ustedes están hablando en serio o esto es un bonche? Luego de eso, me levanté y les dije que todo estaba bien si al final creían que él era el más idóneo, perfecto, y me fui tranquilo», relata, ahora molesto.

¿Y por qué esa molestia, si alegan que usted era tan solo una de las tantas propuestas que existieron?

«Ahí es donde está el problema. Si era únicamente una propuesta, entonces por qué en la inauguración y en la clausura de la Serie Provincial estuve junto a Javier Méndez, como el mánager que entra y el que sale. Ayer Javier estuvo por aquí, en este mismo espacio, y lo hablamos, que incluso a él lo presentaron como una Gloria Deportiva y no como director de Industriales. Esa fue una evidencia de que ya yo era el mánager de Industriales.

Por tal motivo, me sentí muy indignado cuando leí en el periódico Granma las declaraciones de José Martínez Cedeño, director provincial de Deportes en La Habana refiriendo que «no se había hecho ningún compromiso con Carmona». No, no, no. Menos sobre la base de un viaje.

El mentado viaje sale por una conversación que tuve con William, un amigo mío al que le comenté sobre la posibilidad de un contrato en Italia, pero eso yo nunca se lo dije a ellos. No es cierto — como dice Martínez Cedeño — que ellos no habían hecho ningún compromiso conmigo.

¿Pero quiénes exactamente le habían dado el visto bueno para regresar a dirigir?

«Todos. El comisionado Provincial de Béisbol, Arley Zamora; el propio Cedeño; Ángel, el director de actividades deportivas. Ahora quieren hacer ver que ellos fueron los que tomaron la decisión; eso es mentira. No decidieron nada y tengo que hablarlo así. Y estoy disgustado, pero tengo que hablar porque hay que decir la verdad. Ellos no decidieron nada, porque siempre me dijeron que el elegido era yo. El comisionado me lo dijo a mí de esa manera, que si no era Javier era yo. Entrevístenlo a él, que es una gente de honor. Que te diga si es verdad lo que estoy diciendo o no. Y entrevisten a todo el mundo en la provincia.

» Además… ¿Por qué fui yo quien chequeó la provincial?. Dale para acá, dale para allá, Santa María del Rosario, Regla, Guanabacoa… Si era tan solo una propuesta, como se dice ahí… ¿Por qué el trabajo no lo hicimos todos?

No fue así. Quien estaba encargado del total de las labores era Guillermo Carmona. Inclusive, me dijeron que preparara el cuerpo de dirección y a Javier Dreke, quien era mi preparador físico, lo llamaron y le dijeron oficialmente que desempeñaría esta labor en los Industriales

¿Cree que jugaron con su persona, que fue una especie de carnada mediática para atraer al público?

«Sí, creo que sí. Y eso no se hace. Cuando salió la entrevista de Héctor Villar, ahí la cosa empezó a cambiar, y cuando Pavel Otero mencionó en la televisión el nombre de la otra propuesta, definitivamente comenzó el cambalache, el truco. Entonces de qué estamos hablando. Lo correcto era decirme que esta situación se podía dar porque a ellos se les iba de las manos, pero a mí me estuvieron mintiendo hasta el último día. Decían que iban a hacer una cosa para hacer otra al final. Todo el mundo, incluidos los jugadores, manejaban mi nombre. Es feo lo que se hizo. Y siempre lo dije con transparencia, lo importante es que acaben de decidir, porque estamos en la incertidumbre. Ahora estoy relajado porque decidieron; pero muy disgustado por lo que dijeron, no por la elección. Víctor es el más idóneo».

¿Víctor es el más idóneo?

«Hasta yo creo que Víctor es quien debe dirigir ese equipo. Yo, Carmona, digo que el más idóneo para dirigir Industriales es Mesa, por las condiciones que tiene él y las existentes aquí en La Habana, pero no así como se hicieron las cosas. Ningún entrenador de Cuba ha terminado de dirigir un grupo y ha dicho que va a dirigir otro y pasa a hacerlo en el mismo año. No. ¿Quién hace eso? Víctor. ¿Quién puede eso? Víctor.

»Por ejemplo, hace muy poco tiempo, Yordanis Samón vino con la idea de jugar por la capital y le dijeron rotundamente que no, pues no querían “extranjeros”. Y ahora en la preselección de Industriales aparece Samón, y hoy en la transmisión del juego entre Matanzas y Villa Clara del Sub-23 dijeron que él y Alexander Rodríguez pidieron la baja del equipo yumurino después de que se dio a conocer que Víctor era el mánager de Industriales, y eso pasa con Víctor nada más.

»Ese poder solo lo tiene él, por eso lo admiro, pues su poder viene de su historia, de las amistades que tiene, que lo ayudan. Él va a resolver los problemas que no puedo resolver yo, un poco de gasolina y otras cosas. Yo no puedo resolverle gasolina a nadie. Lo único que puedo resolver está en el terreno de pelota: batear, fildear, traspasar la experiencia que tengo.

Entonces es Víctor quien debe dirigir Industriales porque puede resolverles las dificultades y es el que puede quedar campeón, porque le va a conseguir a esos muchachos todo lo que necesitan; eso que no le dieron a Javier, a Anglada, que no le han dado a nadie».

¿Algún sentimiento encontrado hacia Víctor?

«No, por el contrario, yo lo que lo admiro. Lo admiro por su dedicación al deporte, siempre fue un gran jugador, por el don que tiene, uno que no tiene nadie en este país, por ejemplo, decir que quiere dirigir un equipo y lo dirige. Eso no lo podemos hacer ninguno de nosotros. Estoy diciendo que lo que siento por Víctor es regocijo, afecto. ¡Víctor no tiene culpa de nada! La culpa es de las otras personas y contra ellas tampoco tengo nada. Yo no estoy en contra de nadie, excepto de la mentira, de que no digan la verdad.

»Mira, según tengo entendido ya se están resolviendo un saco de problemas, unos porque ya hay director y otros porque sabemos que tiene buenas influencias. Ahora, si Víctor decide tener una enemistad conmigo, es un problema de él, incluso, si lo veo por la calle, lo saludo. Le deseo que gane el campeonato y que resuelva todos los problemas. Como dije, el más idóneo para resolver los problemas es Víctor Mesa».

¿Ha hablado con Víctor en estos últimos días? ¿Lo ha felicitado?

«No, es que simplemente me desaparecí. La gente se desaparece y de todas maneras siguen vivos, entonces desaparezco también. No he ido más a la Ciudad Deportiva ni a ningún otro lugar de esos, solo a la provincia porque me llamaron para darme el tiro de gracia. Lo que hago es estar en el barrio, dar vueltas por aquí y sentir a las personas cuando me dicen: “Oye, acabaron”».

Y después de la decisión, ha tenido algún contacto con el comisionado Zamora, quien, según me dice, fue de los que lo acercó al banquillo nuevamente.

«Déjame decirte algo, el comisionado es una víctima de todo esto. Es un hombre sincero y de honor, como dije antes. Y no he podido hablarle porque está enfrascado ahora mismo en el torneo Sub-23, pero en la reunión se veía que quería decirme algunas cosas, e incluso me hizo una propuesta de trabajo dentro de la Comisión o algo así, que no entendí. Yo, en ese instante, no creía lo que estaba pasando, así que no lograba entender nada a mí alrededor, estaba ofuscado. Hasta ahora es y no me he despertado de aquel laberinto donde estábamos.

»Es como ver que de pronto comienza un terremoto y la casa se te está cayendo encima. Esto no lo entiende nadie, ni siquiera ellos mismos entienden lo que pasó. Que no me dieron la propuesta, que no me prometieron nada… eso no lo voy a entender nunca. Si alguien quiere dibujar el tema por beneficio propio, que lo haga, pero yo no. Y sigo sin entenderlo. Fíjate, que un día me dijeron: “Carmona, hasta hace quince días aquí no se podía mencionar el nombre de Víctor, y de hace quince días para acá ha cogido tremenda fuerza”».

¿Cómo quedas ahora sin contrato en Italia y sin Industriales en La Habana?

«No sé lo que voy a hacer. Estoy un poco desorientado. Mi idea era dirigir, ahora no sé. Debo buscar la forma de trabajar, porque lo que yo siempre he hecho es trabajar. Para ser revolucionario no hay que decirlo todos los días, porque si vamos a aplicar el concepto de Revolución, hay que cambiar todo lo que deba ser cambiado y hay que luchar contra fuerzas externas e internas, así lo dijo nuestro eterno Comandante».

Carmona, el mundo no para de girar, qué pasaría si dentro de un tiempo llega una nueva propuesta para dirigir Industriales.

«No pocos amigos me han dicho mira a ver lo que tú dices, para que después no te caigan ladrillos de tu tejado. Habría que ver quién dirige, quién lo propone y cómo están las cosas. Seguramente, si es con esta dirección yo le voy a decir que no porque me engañaron. Pero lo de personas como este servidor es jugar pelota y dirigirla, y vivir en este país».

¿Se imagina un Industriales campeón en la próxima Serie Nacional?

«Creo que desde ya Industriales viene siendo uno de los favoritos para ganar, porque sin refuerzos salía un buen equipo este año. Ahora tiene a varios de afuera y eso es una ayuda. Yo soy de los que piensa que la selección debe estar formada por peloteros de La Habana, incluido Víctor Víctor, quien también es de La Habana.

»Pienso que es la novena con mejor línea central del país y esa es otra gran ventaja, además, tiene jugadores de experiencia que no están acabados, que solo necesitan una buena preparación. Sin embargo, ganar el campeonato es otra cosa, influyen los plays off, los otros refuerzos, entre muchos detalles. Eso que él [Víctor] está prometiendo lo puede cumplir fácilmente y yo lo hubiera cumplido también si me dan a mí esas condiciones. Yo también lleno el estadio y clasifico».

A 114 años de una imposición yanqui a Cuba

Por Pedro Martínez Pírez

Este lunes, y para vergüenza del gobierno de los Estados Unidos de América, se cumplen 114 años de la imposición a Cuba de un tratado para perpetuar la dominación imperialista y garantizar la permanencia de una base militar en la oriental provincia cubana de Guantánamo, que se mantiene hasta hoy contra la voluntad del gobierno y pueblo cubanos.

Nunca olvidaré a un profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, Miguel D.Estefano, quien advertía siempre sobre el fariseísmo de la política exterior de Estados Unidos, ratificado por el presidente Donald Trump el pasado 20 de mayo, fecha que Washington sigue celebrando como la de la independencia de Cuba cuando en realidad marca el inicio de la República neocolonial, cuyo primer presidente Tomás Estrada Palma fue precisamente quien firmó el Tratado de relaciones onerosas con Estados Unidos.

Donald Trump, quien en estos días se pasea por el mundo vendiendo armas a sus aliados, y regalando alguna que otra declaración sobre la democracia y los derechos humanos, olvidó decir en su mensaje del 20 de mayo que precisamente ese día del año 1985 el gobierno de Estados Unidos inició las transmisiones de la mal llamada Radio Martí, que no ha logrado su propósito de subvertir el orden interior en Cuba, pero sí ofendió a todo el pueblo cubano por la utilización inescrupulosa del nombre del héroe y apóstol de la independencia cubana, José Martí.

Los colegas de la televisión cubana, al referirse a la declaración de la Casa Blanca del pasado sábado, hicieron bien en calificar de ridículo el mensaje de Trump, y calificarlo también como “el mal asesorado Presidente de los Estados Unidos”.

Pero los cubanos no seguimos el consejo del anterior jefe de Estado yanqui, Barack Obama, quien durante su visita a Cuba pidió que nos olvidáramos del pasado. Y es que duele la permanencia de una base militar en Guantánamo impuesta hace más de un siglo y el mantenimiento de un bloqueo económico, comercial y financiero que el escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, calificó como la mayor violación de los derechos humanos cometida en América.

El día de la independencia cubana no es el 20 de mayo, cuando en 1902 nació una República mediatizada, sino el primero de enero, porque no fue hasta el triunfo de la Revolución en 1959 que Cuba accedió plenamente a su soberanía e independencia, y fue posible entonces eliminar el racismo y la discriminación introducidos por las tropas yanquis que ocuparon el territorio antillano durante la intervención oportunista de Estados Unidos en la guerra hispano-cubana.

Prohibido olvidar, como ha dicho el presidente saliente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, el hombre que deja en su legado a los ecuatorianos, entre otras realizaciones, haber cerrado la base militar que los Estados Unidos tenían en la ciudad ecuatoriana de Manta.