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domingo, 30 de julio de 2017

CNE extiendió horario de votación ante masiva asistencia de electores para elegir a constituyentistas

30 Julio, 2017 18:21 

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La vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Sandra Oblitas, anunció este domingo que el horario para ejercer el derecho al voto fue extendido hasta las 7:00 de la noche ante la masiva asistencia de electores a los centros de votación.

“El balance que tenemos a esta hora es absolutamente positivo en términos de la participación, los centros han venido funcionando con normalidad en todo el país”, expresó en declaraciones a los medios de comunicación transmitidas por VTV.

El horario inicial para el cierre de mesas de votación era las 6:00 de la tarde pero tras la demostración de participación del pueblo venezolano ante la convocatoria del presidente Nicolás Maduro, las autoridades del órgano comicial decidieron ampliar el horario de votación.

Foto/Roberto Gil

Fuerte explosión en Caracas deja varios policías heridos


Publicado en julio 30, 2017  CHÁVEZ VIVE


Una fuerte explosión en Caracas dejó a varios efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana heridos, según reportaron medios y ciudadanos en la red social Twitter.

Los efectivos patrullaban en motocicletas por la zona de Altamira en el municipio del Chacao al este de la capital venezolana cuando una fuerte explosión los tomó por sorpresa, tal como muestran los videos que ciculan en las redes sociales.

Un artefacto explotó e incendió al menos siete motos en la plaza Francia de Altamira, 2 de funcionarios y 5 de civiles dejando varios civiles y policías heridos, informa el periódico local El Nacional.

Los policías realizaban patrullaje de control para garantizar tranquilidad en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente que se lleva a cabo en el país.

Unos 19 millones de venezolanos están convocados desde las 6.00 hora local (10.00 GMT) de este domingo para elegir a 537 constituyentes (173 sectoriales y 364 territoriales) más ocho diputados de los pueblos indígenas, que ocuparán los 545 asientos de la Asamblea.

La oposición, que considera ilegal la convocatoria, prometió boicotear la elección.

El Gobierno sostiene que la Constituyente permitirá generar un gran debate nacional para dirimir las diferencias y encontrar una solución a la crisis política, económica y social que enfrenta el país.

Los centros de votación cerrarán a las 18:00 hora local (22:00 GMT) o hasta que terminen de sufragar las personas que continúen en la fila en ese momento.

Sputnik Novosti

Maduro en la Constituyente: "Quise ser el primer voto por la paz"

RT Publicado: 30 jul 2017 10:38 GMT | Última actualización: 30 jul 2017 10:54 GMT


El mandatario venezolano madrugó este domingo para ser el primero en sufragar en el proceso electoral que definirá los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, su esposa Cilia Flores y Diosdado Cabello, diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, durante la clausura de las próximas elecciones de la Asamblea Constituyente en Caracas. 27 de julio de 2017.

Carlos Garcias Rawlins / Reuters

"Quise ser el primer voto por la paz", dijo el presidente Nicolás Maduro al sufragar este domingo en Caracas para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

El mandatario venezolano sufragó en el colegio Miguel Antonio Caro, en el populoso barrio 23 de Enero del oeste caraqueño, en la controvertida elección que la oposición califica de "fraude" después de abstenerse de participar.


"Quise ser el primer voto por la independencia y la soberanía de Venezuela, y el primer voto por la tranquilidad futura del país", indicó el Jefe de Estado en declaraciones transmitidas por televisión. Acompañado de su esposa, Cilia Flores, admitió que no había dormido en toda la madrugada.

Este proceso electoral se da en un momento de gran fricción política, puesto que la derecha venezolana ha prometido boicotear el comicio porque considera que el gobierno conducirá al país a una "dictadura". En la víspera, la nación suramericana ha sido amenazada por EE.UU. de aplicarle "fuertes y rápidas" sanciones económicas si no detenía la convocatoria a las urnas.

Por eso, Maduro instó a los ciudadanos a ejercer su derecho al voto: "Si tú no decides, ¿quién va a decidir, Donald Trump?". El mandatario venezolano acusó a su homólogo estadounidense de "emperador" por "querer impedir" el derecho al sufragio en el país.

A medio siglo de Cien años de soledad



Foto: AFP.

Las letras hispanas conmemoran con justicia el cincuentenario de la publicación de Cien años de soledad. El entonces joven periodista Gabriel García Márquez había escrito en aquel momento otros textos narrativos. Pero el éxito súbito, inmediato, fulgurante de Cien años… lo sorprendió tanto como a sus editores. Las reimpresiones se sucedían a ritmo impresionante. Macondo, lugar mítico, se convirtió en referente familiar aun para aquellos que no habían leído la novela. Algunos lo asociaron a la noción del subdesarrollo. Como suele suceder con fenómenos de tan vasto alcance, varios factores intervinieron en tan sonado acontecimiento. Había aparecido un escritor de garra que estaba renovando los códigos literarios. Otros, sus pariguales en la historia literaria, tuvieron que atravesar un camino lleno de obstáculos. El contexto histórico favoreció la sorprendente acogida.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el imperio extendió su poderío. Se desencadenó la Guerra Fría y se aceleró el proceso de descolonización. Tanto había sido el horror que las capas medias que conformaban una parte significativa del potencial público lector, ansiaban un mundo de paz, se distanciaban del círculo cerrado de su entorno inmediato y colocaban la mirada en otros horizontes. El mundo se había vuelto más pequeño y, sin embargo, contenía muchos territorios aún inexplorados. La literatura europea, que había marcado pautas por varios siglos, mostraba señales de cansancio. Fue la etapa del auge de los viajes submarinos y del descubrimiento de testimonios de civilizaciones perdidas. Comenzaba a renovarse el interés por América Latina.

En esas circunstancias, del lado de acá del planeta ocurrió lo inusitado. Un puñado de guerrilleros, armados con recursos propios, derribó una dictadura sostenida por un ejército profesional y respaldada por el Gobierno de Estados Unidos. En medio de los festejos del Año Nuevo, la noticia recorrió el mundo. Lo insólito se había convertido en realidad posible. El triunfo de la Revolución Cubana y el pensamiento renovador, ajeno a presiones dogmáticas que dimanó desde la Isla, fueron factor decisivo, a no dudarlo, para un cambio de época.

En ese contexto, Cien años de soledad propone una lectura metafórica de la historia de América. No hay que buscar en la novela, desde luego, un recuento documentado, atenido al orden severo de los calendarios. Aislado en un sitio inaccesible, Macondo es una síntesis poética del drama que ha atravesado Colombia, pero que también atañe a la América toda. En el comienzo, estuvo la utopía. El fundador, José Arcadio Buendía —el significado de su nombre está cargado de sentido— marchó con sus seguidores, abriendo trochas en la selva hasta el sitio donde había de asentarse la aldea. Distribuyó las viviendas de modo que todos se beneficiaran en igualdad de condiciones, de las bondades del sol y la brisa. Arribaron gitanos, portadores de una antiquísima sabiduría. José Arcadio Buendía abandonó sus deberes. Al margen del tiempo histórico, se dejó tentar por la alquimia y por la búsqueda de la piedra filosofal. De la historia de América se percibían chispazos, señales inconexas carentes de sentido: un galeón español inexplicablemente clavado en plena tierra o un vago recuerdo de los ataques del pirata Francis Drake.

Con la interminable guerra entre liberales y conservadores, el tiempo real irrumpe en el tiempo mítico. García Márquez vivió el renacer de esa contienda cuando asistió en Bogotá al asesinato, a la luz del día y en plena calle, del dirigente Jorge Eliécer Gaitán. No se conocían en aquellos días, pero llevado por otros motivos, también estaba allí Fidel Castro. El crimen desató la insurrección en la capital de Colombia, con su saldo de muerte y destrucción. Volvieron los combates, mientras los políticos liberales negociaban espacios de poder con el gobierno. Dando un salto atrás en el tiempo, las empresas bananeras norteamericanas se habían introducido en Macondo.

A pesar del interés de estos temas, el éxito de García Márquez se debió a su capacidad de contar. Desde la oración inicial —el clásico imán— los acontecimientos se suceden sin dejar al lector un instante de respiro. Con similar rango, se intercalan lo grande y lo pequeño. La historia mayor transcurre casi siempre en el trasfondo. Su portador es el coronel Aureliano Buendía, hijo del fundador de la estirpe. Pero los hechos se reflejan en la sutil transformación de los valores que van marcando la continuidad de una familia y de un pueblo, así como el desgaste de una memoria diluida en el polvo, en la pérdida de sentido de los objetos, sobreviviente apenas en la implacable lucidez de Úrsula, centenaria y ciega.

En su obsesión extemporánea por la alquimia y la piedra filosofal, José Arcadio Buendía procuraba alcanzar el conocimiento. Luego, sobrevino la tentación del progreso. Con el ferrocarril, entró la bananera con todas sus secuelas.

Toda obra literaria se va haciendo a partir de una tradición bien asimilada, porque nada se construye sobre la nada. Gabriel García Márquez asimiló creativamente la nuestra, desde aquella narrativa de la tierra, fuente de una poética del inmenso espacio de nuestra América, con sus pampas y sus selvas. Encontró en la Comala de Juan Rulfo otro espacio mítico. No desconoció la confrontación entre civilización y barbarie, abierta por el clásico Facundo de Sarmiento. Conoció en Carpentier la coexistencia de tiempos históricos diversos.

Con tantas fuentes nutricias y con su experiencia de vida, creció una poética singular, atravesada por los grandes temas universales del tiempo y el espacio en que vivimos, de la soledad y de la idea de la muerte que nos acompañan. En ese diálogo entre lo local y lo universal, con la pericia de un narrador dueño de las artes de la seducción, García Márquez impuso a los lectores de acá y de allá el reconocimiento de una realidad, ajena a la progresiva homogeneización del mundo.

(Tomado de Juventud Rebelde)