Diputados cubanos recibieron una explicación sobre una política de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) vigente desde hace un año o dos, para aceptar y ubicar a jóvenes homosexuales en el servicio militar, en respeto de su derecho a participar en la defensa del país.
El tema surgió durante la sesión de trabajo de la Comisión de Defensa Nacional que el pasado 10 de julio evaluó los resultados de las inscripciones en el Registro militar y la incorporación de jóvenes al cumplimiento del servicio militar activo (SMA).
Como parte de los debates previos al último periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en esta reunión participaron también representantes de instituciones militares e integrantes de otras comisiones permanentes como Salud y deporte; Educación, cultura, ciencia, tecnología y medio ambiente; y Atención a la juventud, la niñez y la igualdad de derechos de la mujer.
Aunque esta arista de la discusión sobre el cumplimiento del SMA no trascendió en ninguna de las versiones periodísticas que pude consultar sobre el encuentro, su abordaje en nuestro Parlamento tiene sin dudas gran relevancia noticiosa e interés político y público para la comunidad LGBTI cubana.
Por ese motivo procuré información con colegas periodistas allí presentes, pero no fue hasta hace solo unos pocos días que tuve acceso a las grabaciones de audio con la pregunta que hizo al respecto Joaquín Lázaro Cruz Martín, diputado por el municipio capitalino de Boyeros y miembro de la Comisión de Atención a la juventud, la niñez y la igualdad de derechos de la mujer; y la respuesta que le brindó el General de Brigada Juan Rafael Ruiz Pérez, también diputado y presidente de la Comisión de Defensa Nacional.
Queda para otro momento quizás el análisis sobre la importancia de este acontecimiento. Considero que ambas intervenciones merecerían sendos análisis. Les confieso como adelanto que ahora mismo me resulta difícil valorar qué es más trascendente, si el hecho de que un diputado preguntara sobre la participación de homosexuales en el ejército y la defendiera en público; o la respuesta del presidente de la Comisión de Defensa Nacional, al informar sobre una política todavía con evidentes rasgos discriminatorios —él propio Ruiz Pérez admite que no perfecta—, pero que en la práctica representa sin dudas un salto cualitativo favorable hacia el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI en Cuba.
No obstante, muchas inquietudes y dudas restan por despejar, no solo en relación con la inclusión de soldados homosexuales en las FAR, sino también con los derechos de las personas gais, lesbianas, bisexuales y trans que aspiren a ser oficiales o —incluso— ya lo sean.
Sin más, transcribo la pregunta y la respuesta íntegras, solo con pequeños ajustes que debí hacer para intentar ser fiel en el lenguaje escrito al tono e intención del hablante, separar las ideas en oraciones lo más breve posibles, así como obviar las referencias y menciones directas o coloquiales a algunas personas presentes cuyos nombres me resultaron ininteligibles en la grabación.
Diputado Joaquín Lázaro Cruz Martín: El otro tema que tengo, que me preocupa grandemente, es exactamente cuál sería la política a seguir, en esta material específicamente, con los jóvenes y las jóvenes homosexuales y bisexuales.
Cómo se trata, cómo es la política con estos jóvenes, que para nada son diferentes en nuestra sociedad; o sea, merecen un lugar de respeto también, esa es su preferencia sexual y para nada creo que esto influya…
En estos momentos son tiempos de sumar, no de restar, y necesitamos el apoyo de todo el mundo. Para nadie es un secreto que en este momento, como se observa que no están siendo tan discriminados como en tiempos anteriores —aunque todavía existe la discriminación, es un problema que nos atañe a todos—, muchos más, son cada vez más los que se identifican…
Muchas gracias.
Diputado Juan Rafael Ruiz Pérez, presidente de la Comisión de Defensa Nacional: De este último tema me voy a tomar la palabra para explicar y dejar eso claro.
Como ustedes oyeron, existe en las Fuerzas Armadas –eso ya lo conocemos de otras veces- una comisión del organismo que establece la política del cumplimiento del servicio militar.
O sea, el servicio militar está en una ley, la ley tiene su reglamento, pero esta comisión va estableciendo las políticas. Por ejemplo, ninguna ley dice lo del año diferido, del muchacho que cogió carrera en la universidad. Eso es una política.
El servicio es dos años, todos deben cumplirlo, etcétera, etcétera, etcétera… Ah, pero si usted aprueba los exámenes de ingreso y obtiene una carrera, entonces la política establece que nada más cumpla un año, para interferir lo menos posible en su incorporación. Eso es política.
Entonces, con relación a ese tema que plantea el compañero se estableció y aprobó desde hace ya un año, dos años quizás, una política, que en esencia es la siguiente:
Primero, ningún joven, por su preferencia social (sic) está excluido de poder cumplir con su preparación para la defensa de su patria.
Segundo, si ese joven es llamado, pero él considera que por esta razón no le va a ser posible cumplir su servicio en las condiciones de un lugar militar, se excluye.
Y tercer elemento, tratamos también de aplicar una tercera alternativa que existe, y que le puede permitir cumplir con lo primero, sin tener que caer en el servicio —vamos a decir— tradicional, de dos años en una unidad militar, en las maniobras, etcétera… También se puede conducir para que el cumplimiento de su servicio militar, y por tanto de la ley, lo haga mediante formas alternativas.
Por lo tanto, un joven con estas características se llama el servicio militar, da la preparación militar básica, si fuera posible, y se destina a cumplir el servicio militar alternativo. Digamos, puede ser como enfermero, como auxiliar en un hospital, incluso puede ser en un hospital militar, o se destina a trabajar en otro lugar.
Está cumpliendo su servicio, está cumpliendo con la Ley, está cumpliendo con la patria. Se puede haber preparado para la defensa, y sin embargo, está en condiciones que le pueden resultar más apropiadas para esa situación.
Ah, no, usted es capaz que aunque tenga su… sobreponerse a eso, y mantenerse… Porque también el medio puede influir mucho. Estamos hablando de una barraca con 80 de otra preferencia, hablando otras cosas, diciendo otras cosas… ¿Ah, usted no eso?… Correcto, usted no se llama y se le da esa posibilidad.
Qué sucede, que a veces pasa esto que decían sobre un caso que entró y que después de detectó. Bueno, esto hay veces que no se detecta, porque a veces incluso la persona todavía no lo quiere decir…
¿Se detecta después? Hacemos eso. ¿No puede?, licenciado. Ya, te licencias. ¿Hay posibilidades de que vayas a terminar de cumplirlo mediante formas alternativas en un lugar, de acuerdo a que haya un plan, etcétera? Eso es una variante. ¿Otra variante?, no ya, te vas para tu casa.
O sea, lo que tiene que quedar claro: por esa razón a nadie se exime —por la política— de su derecho de prepararse para defender su patria.
Pero, atendiendo a las condiciones existentes y demás… Como mismo tú dices, el servicio militar no es que sea una panacea, eso es cumplir, eso lleva su rigor, eso lleva su exigencia y demás. No (puede)…, bueno, no va, ya. No va. No es una enfermedad, simplemente no va, por las condiciones, es una posibilidad que se le da. O también, ir hacia ese otro cauce que puede ser el servicio mediante formas alternativas.
Esa es la política que está aprobada, por escrito, orientada a todo el país, lo que pasa es que suceden esas cosas, porque a veces no se detectó y puede ser escogido, bueno, después se hace lo que se hizo ¿me entiendes?
Pero la política está aprobada, y esto es lo que se está siguiendo. No quiere decir que sea perfecta, todo aquí es provisional. Pero sí está ya identificado el asunto y es lo que se está haciendo.