A pedido del Comandante Guillermo García, a la sazón al frente del partido en la entonces provincia de Oriente, fui promovido como Director de la Empresa del Azúcar en esa provincia en junio de 1968. Venía de la provincia de Camagüey donde había dirigido las zafras 1965, 66, 67 y 68.
Mi tarea fundamental era dirigir la realización de la zafra de 1969, priorizando las inversiones y preparación de la zafra de ¨Los 10 millones¨ en la que esta provincia tenía la cifra mayor a producir.
La Zafra de 1970 comenzó a finales de julio de 1969 por el Central “Antonio Guiteras”, y terminó en ese Central casi 11 meses después, el 26 de julio de 1970. Ya comenzados los carnavales en Santiago, aún los centrales ¨Guiteras¨ y ¨Menéndez¨ estaban liquidando sus casas de caldera.
Para que se tenga una idea del esfuerzo físico y mental al que nos vimos sometidos, baste recordar que en la provincia de Oriente operaban 41 centrales azucareros y en más de una decena se realizaron ampliaciones que requerían respuestas de proyectos, materiales, etc., lo que a su vez generaba infinidad de reuniones a la cuales había que asistir y dar respuesta.
Es justo destacar la participación y apoyo permanente del Comandante Guillermo García en la búsqueda de soluciones y definiciones a los problemas presentes, ante un complejo plan de inversiones para una provincia con 41 centrales en una geografía tan extensa.
Decir que el no cumplimiento del plan de los 10 Millones de toneladas métricas de azúcar moralmente no me afectó, después de tanto esfuerzo y sacrificio, sería una falsedad. Fueron meses trabajando incansablemente todos los días, fines de semanas y días feriados. Y más, si se tiene en cuenta que la confianza en el Jefe de la Revolución, nos hizo entender su necesidad y confiar en esa posibilidad, cuando dijo: “no queremos los 10 millones por el orgullo de decir hacemos los 10 millones , es que resulta decisivo para el porvenir, es lo que nos abrirá el paso a los grandes progresos del futuro.´´
Cuando se dio la noticia del incumplimiento del plan, ya se había nombrado como nuevo Ministro del Azúcar al compañero Marcos Lage, quien me había visitado en la Empresa Azucarera de Oriente, de la que yo era Director desde finales del año 1968. Lage me había planteado que, dados los esfuerzos que yo había hecho en estas zafras, más la experiencia acumulada desde la provincia de Camagüey, fuera para el Ministerio para que organizara una Dirección de Producción Mecánica, que abarcara todos los talleres y fundiciones de producción de los Equipos básicos de la Industria Azucarera.
Realmente yo deseaba y buscaba un cierto descanso y retorno a La Habana, donde estaba mi familia. Con esto decidido, el compañero Lage dio un Consejo de Dirección Ampliado en la Empresa con los delegados regionales, explicó mi traslado para el Ministerio y presentó a Jesús Pérez Othón, que sería mi sustituto. Al otro día iniciamos con Pérez Othon un recorrido por regiones, para presentarlo.
A los pocos días viaje a La Habana, por motivos familiares. El día 5 de septiembre de 1970 un compañero del Ministerio del interior me llama a mi casa y me dice que quería verme. Nos ponemos de acuerdo y fuimos para una oficina del MINAZ. Allí me dice: “Edison ¿que te pasó con Fidel?...” Le digo: “Nada en absoluto, la última vez que me vio en Oriente me echó el brazo por los hombros con mucho afecto”. El compañero me comenta, “EDISON, EL JEFE TE DIO DURÍSIMO”.
Inmediatamente extrajo un documento, donde venía escrito lo dicho por el Comandante en Jefe en la Asamblea de la CTC efectuada el 3 de septiembre de 1970, para analizar críticamente la situación del no cumplimiento de los 10 millones y de la economía del país. Se entró en un debate con la participación de los trabajadores que colmaban el teatro. Se produce, entre otras intervenciones, la de un compañero llamado Eliecer, trabajador de Transporte del Minaz, quien hizo algunos planteamientos alrededor de los abastecimientos, agregando al final lo siguiente: “FIJESE, COMANDANTE, CUAL ES LA SITUACIÓN DE LOS ABASTECIMIENTOS PARA LAS REPARACIONES, QUE EL COMPAÑERO EDISON DE ORIENTE VA A VENIR A LA HABANA A PLANTEAR LA SITUACIÓN.”
Es entonces que el compañero Fidel, seguramente contrariado, hizo los siguientes comentarios:
“!¿EDISON?!. EDISON ESTÁ AHORA DE VACACIONES. CREO QUE SE IBA A SUICIDAR, DICEN QUE ESTABA TAN DESESPERADO, Y ESTABA PIDIENDO GENTE DE OCCIDENTE PARA LAS REPARACIONES. YO PLANTEE QUE NO, PORQUE ES MUCHO MÁS FÁCIL PEDIR QUE MOVILIZAR A LA GENTE HACIENDO TRABAJO POLÍTICO. ¿HASTA CUANDO? NO PUEDE SER. AHORITA PIDEN OTRA VEZ LA COLUMNA LENIN PARA ALLÁ; TIENEN QUE MOVERSE Y TRABAJAR; ESTÁ DE VACACIONES, ESTÁ MEDIO TOSTADO.”
Me quedé, más que sorprendido, traumatizado. En el propio Ministerio saqué tres fotocopias del documento con las palabras de Fidel. Hicieron gestiones y me consiguieron un pasaje en el primer vuelo para Santiago de Cuba. Llamé a la Oficina de la Empresa para que el chofer me recogiera en el aeropuerto.
De allí salí directo para el Puesto de Mando en el Yarey. Fui a ver al Comandante Guillermo García, Miembro del Buró Político y Secretario del PCC de la Provincia. Le mostré el documento, se asombró, nada sabía de esa Asamblea. Estuvimos mirándonos desconcertados unos minutos, y le expresé: “Comandante, pero aquí está incluido usted, el que hace el trabajo político no soy yo”. Y me dice: “Efectivamente, a mi también me criticaron”. Entonces le expresé: “Yo no se lo que usted hará, pero yo no me quedo con esto por dentro”.
Me apoyé en el buró de su oficina, cogí las dos fotocopias y le dije: “Comandante, voy a hacerle una nota a Fidel, pienso que Ud. se la puede entregar”. El me dijo: “Edison, con esta situación yo no se si veré a Fidel”. Le contesté: “Usted tiene mas posibilidades que yo”.
Llegado a este instante de mi relato, es esencial mostrar a continuación cómo evolucionaron los acontecimientos en aquel momento crucial para mi imagen política como revolucionario, y consciente de la situación surgida de lo expresado por nuestro querido y entrañable Comandante en Jefe.
Es precisamente del conocimiento de estos señalamientos críticos del compañero Fidel que surge, en mi atormentada cabeza, la decisión de enviarle, con mucho respeto, mi nota que había comentado con el Comandante Guillermo, y en la que textualmente escribí, debajo de lo expresado por el compañero Fidel:
“QUERIDO FIDEL,
NO ESTOY AGRAVIADO, NI OFENDIDO CON LO QUE UD. HA DICHO.
LO QUE MÁS ME PREOCUPA ES QUE A TANTOS AÑOS DE REVOLUCIÓN HAYA COMPAÑEROS ALREDEDOR SUYO QUE DIFAMEN A LOS VERDADEROS REVOLUCIONARIOS.
DÍGAME QUÉ TAREA, DE LA MÁS DIFÍCIL HAY QUE REALIZAR, DENTRO O FUERA DEL PAÍS, PARA DEMOSTRARLE QUE YO SOY UN REVOLUCIONARIO DE VERDAD.
RECIBA MIS AFECTOS REVOLUCIONARIOS. EDISON¨.
Con la inconformidad, que tanto me dolía en aquellos momentos tan turbulentos de mi existencia como revolucionario, y seguro de mi lealtad incondicional a los principios que me fueron inculcados precisamente por nuestro querido Jefe, la intranquilidad me consumía. Sin embargo, siempre en mi fuero interno, me animaba la certeza probada en todo momento de su justeza, modestia y sencillez.
Pasaron 4 días interminables de mi conversación y entrega de mi nota al Comandante Guillermo.
Estando en el Central “Antonio Guiteras” con Pérez Othon, me llama el Comandante René Rodríguez por la planta de radio: “Edison, “El Tres” está aquí, hace falta que de inmediato vengas al Yarey”. Inmediatamente, de allí atravesé por Holguín hacia el central “Urbano Noris” y, por el camino interior, salí al Yarey. Allí estaban los Comandantes Almeida y Guillermo, y me dicen: “Vamos, que estábamos esperando tu llegada para una reunión en el Comité Provincial del PCC”.
Aquello me extrañó. Ya todos reunidos, se plantea: “Compañeros, esta reunión se hace por orientaciones del Comandante en Jefe, ¿Edison que fue lo que dijiste y luego escribiste y entregaste a Guillermo?¨.
Yo empecé a explicar y Almeida me interrumpió, expresando: “Tu dijiste malas palabras, repítelas”. “Bien, Comandante… Le expliqué en principio al Comandante Guillermo que eso era una mariconada de algún guatacón de moda, y escribí una nota a Fidel debajo de lo que él había dicho”. Así lo repetí en presencia de todos los reunidos.
El Comandante Almeida entonces se dirige a mí y a todos los presentes: “Edison, Fidel en su próxima comparecencia pública te va a dar una satisfacción personal, y cualquier acción que se haya tomado, por lo que dijo, queda sin efecto. Y, compañeros: Edison goza de la confianza del Comandante en Jefe. ¿Alguien quiere decir algo?... Ok, terminada la reunión”.
Me quedé con los Comandantes Almeida y Guillermo y me invitan a almorzar con ellos. Entonces aprovecho y le digo a Almeida: “Comandante, es excesivo que Fidel me de una explicación pública, yo soy una simple hormiguita en esta Revolución para merecer una satisfacción en público, ya con la palabra que usted me trasladó de Fidel para mi es más que suficiente; además, hay un Ministro nuevo que ya se ha reunido en la empresa y anunció mi traslado para el Ministerio y que presentó mi sustituto, darle para atrás -esto no luciría bien para un Ministro acabado de nombrar.”
El Comandante Almeida me dijo: “Nada de eso me importa, yo cumplo lo que me ordenó el Comandante en Jefe”.
Me fui de allí un poco sorprendido, motivado y estimulado, no era para menos: saber lo que el Comandante en Jefe hizo conocer por conducto del Comandante Almeida era realmente algo muy grandioso, confirmación de la genial justeza, humildad y modestia de nuestro querido Fidel. Era un martes.
El sábado me encontraba en la casa de visita en Santiago de Cuba, estaba almorzando. Como la puerta de entrada de la casa se había quedado abierta, de momento alguien entró. Era el Comandante Almeida con el Comandante René Rodríguez. Sonrientemente dijo: “Edison, te traigo noticias de Fidel. Fidel agradece tu gesto, Edison, y aceptó lo que me comentaste en el almuerzo¨. A continuación me da un documento escrito de puño y letra de Fidel con tinta roja, y me añade: “Dice Raúl que guardes para la historia esta carta, ya que Fidel jamás ha pedido perdón ni a Lina, su madre que lo trajo al mundo”. Adicionalmente me dijo que Raúl me enviaba un abrazo.
Naturalmente yo tomé como una broma de Raúl lo que me mandó a decir sobre que Fidel jamás había pedido perdón, dado que lo hacía ante mi, a quien apenas conocía y que era una insignificante hormiguita.
El Comandante Almeida sustituyó al Comandante Guillermo en la dirección del Partido en la provincia de Oriente y me dejó con él atendiendo la actividad azucarera.
(Adjunto la carta de Fidel, donde más alto se puede ver su grandeza y modestia.) (1)
No puedo dejar de reconocer y expresar mi agradecimiento al Comandante Guillermo García, por la confianza que depositó en mi al hacer llegar la nota que escribí a nuestro Comandante en Jefe, expresión clara y diáfana de nuestra identificación sincera y revolucionaria durante los años en que trabajamos juntos.
Transcurridos unos años pasé al Ministerio del Azúcar, atendiendo como Viceministro, entre otras tareas, la construcción de los centrales nuevos.
Cuando Raúl fue a inaugurar el nuevo central “Jesús Suárez Gayol”, en Camagüey, el 31 de diciembre de 1983, ya habían transcurrido 13 años de la carta de Fidel. Cuando me vio se mostró muy cariñoso conmigo y quería que siguiera para Santiago de Cuba con él y Vilma. Era final de año
.
En el acto mencionado, el presentador está anunciando unos reconocimientos a los destacados y casi al final dice que debido al trabajo que durante dos años el Viceministro Edison Velázquez ha realizado, el Buro del PCC ha decidido otorgarle un reconocimiento.
De inmediato el Comandante Raúl se puso de pie, cogió el Certificado y dijo en voz alta: “ Le debo un abrazo a Edison desde hace unos años”. Todos los presentes se sorprendieron y se sonrieron. Y yo, mas sorprendido todavía (como se puede ver en la foto que adjunto), me da el abrazo que me había prometido y enviado con el Comandante Almeida. (2)
Es importante destacar que ese día era el 31 de diciembre de 1983. Habían transcurrido 13 años.
Si la carta de Fidel mostró su grandeza, modestia y justeza , fue muy significativo que el compañero Raúl, luego de transcurridos 11 años, a más de memoria prodigiosa, expresión máxima de modestia y sensibilidad humana, me hiciera objeto público de una distinción tan llena de sentimiento y cariño, lo cual tuvo de mi parte el corresponderle con admiración, cariño y eterno agradecimiento.
(1)--Carta de Fidel, manuscrita en tinta roja al final de un fragmento mecanografiado con las palabras dichas por el sobre Edison el 3 de septiembre de 1970 en la Asamblea de la CTC. (se respeta la ortografia del original).
“EDISON,
ESTO QUE APARECE AQUÍ ES CIERTAMENEE LAS PALABRAS QUE PRONUNCIE, PERO PUEDO ASEGURARTE QUE NO ESTABA EN MI ANIMO OFENDERTE.
ME PARECIA CASI ALGO NATURAL, DADA LA CATASTROFICA SITUACION DE LA PROVINCIA, PARA QUIEN TENIA LA RESPONSABILIDAD DE LOS 41 CENTRALES DE ORIENTE. ALGUIEN ME DIJO ALGO DE DESESPERACION Y SUICIDIO, TRATO DE RECORDAR QUIEN FUE CONCRETAMENTE, ENTRE LOS VARIOS COMPAÑEROS QUE ABORDARON EL ASUNTO. YO PARTIA DE UN ESTADO DE AGOTAMIENTO O DE SALUD QUEBRANTADA. NADIE HIZO NINGUNA IMPUGNACION DE ORDEN MORAL CONTRA TI. Y EN CUANTO A TU TRABAJO TODO EL MUNDO HABLO SIEMPRE DE LA CALIDAD DE TU ESFUERZO EN LA INDUSTRIA AZUCARERA. TU NO ME CREERAS SI TE DIGO QUE NO RECUERDO AL QUE HABLO DE SUICIDIO, PERO SI LOGRO INVESTIGARLO CON LAS PERSONAS QUE POR ESOS DIAS ME HABLARON DE LA SITUACION, TE LO INFORMARE. TEMO, INCLUSO, QUE AHORA SEA DIFICIL HALLAR AL AUTOR Y TENDRE QUE CARGAR CON LA RESPONSABILIDAD DEL ASUNTO.
EN ESE CASO, ESPERO QUE TU ME LO PERDONES.
FRATERNALMENTE,
FIDEL CASTRO.”
(2) Adjunto foto de la presidencia del acto en la que se muestra a Raúl dándome el abrazo y copia de la carta de Fidel.