Mi blog sobre Economía

martes, 18 de diciembre de 2018

Carlsen y un reinado incontestable en el ajedrez mundial

Breve repaso a la trayectoria de este trebejista noruego de solo 28 años de edad


18 de diciembre de 2018 21:12:55

Foto: Internet


El genial ajedrecista noruego Magnus Carlsen hizo semanas atrás valer su estelar clase en las partidas rápidas para batir al estadounidense Fabiano Caruana en la final del Campeonato Mundial y extender así su reinado al menos hasta el 2020.

Después de 12 tablas consecutivas en los encuentros clásicos, Carlsen apeló a la estirpe de los grandes y le dio un repaso a Caruana en los cotejos de desempate, para dejar sin aliento al retador en el histórico edificio de estilo victoriano The College, ubicado en el barrio londinense de Holborn.

El vigente monarca retuvo el cetro tras mostrarse sólido en una de sus especialidades, los cotejos a 25 minutos más diez segundos adicionales por movimiento, ante el rival más exigente que ha tenido y en la final más igualada de la historia.

Forzado por la falta de tiempo, Caruana cometió errores bien aprovechados por Carlsen para ganar los tres primeros encuentros de muerte súbita y retener así el título universal que conquistó por primera vez en el 2013.

El marcador final reflejó un engañoso 9-6 para el campeón, quien apeló abiertamente a los compromisos semirrápidos frente a un adversario que soñaba con devolverle el campeonato mundial a los Estados Unidos después, del triunfo del genial Bobby Fischer en 1975.

DE NUEVO RATIFICÓ SU CLASE

Por segunda vez consecutiva, Carlsen conquistó la corona gracias a su velocidad de análisis en el desempate. En el 2016 derrotó también por esa vía al ruso Sergey Karjakin. Este fue el décimo desempate que jugó en 11 años y, como en todos los anteriores, aventajó a su adversario con gran facilidad.

El noruego llegó al duelo decisivo al frente del ranking de ajedrez clásico con 2 835 puntos Elo, solo tres más que Fabiano Caruana, pero también en la cima del rápido (2 800) y en el relámpago o blitz (2 939), modalidades en las que el aspirante ocupaba el décimo puesto del escalafón (2 789) y el 18 (2 767), respectivamente. En los tres últimos años, el norteamericano tenía igualada a tres las partidas rápidas ante Carlsen y cedía ante el noruego por 2,5 a 5,5 en el blitz.

Con su cuarto título y solo 28 años, Carlsen supera al ruso Vladimir Kramnik en la suma total y quedó a solo uno del indio Viswanathan Anand, a quien venció en el 2013 para proclamarse monarca mundial por primera vez.

«El nivel de Carlsen en rápidas es fenomenal; todos jugamos peor a medida que lo hacemos más rápido, pero Carlsen, quizá en la mejor relación de la historia, solo juega un 15 %», admitió el ruso de origen azerí Gari Kasparov, titular mundial de 1985 al 2000.

Además, se colocó a un paso de convertirse en el segundo jugador de la historia que más meses conservó el primer puesto del ranking mundial, desde que la Federación Internacional (fide) de Ajedrez adoptara el sistema de puntuación del matemático y aficionado a la diosa Caissa, Arphad Elo, en 1970.

El indiscutible número uno es Kasparov, con 255 meses, seguido del ruso Anatoly Karpov (102) y Carlsen (101). La cuarta posición corresponde al mítico Fischer (54) –retirado prematuramente de las competiciones–, la quinta al búlgaro Veselin Topalov (27), la sexta a Anand (21) y la séptima al ruso Vladimir Kramnik (9).

Carlsen nació el 30 de noviembre de 1990 en la ciudad noruega de Tonsberg. Su padre, Henrik, le enseñó a jugar al ajedrez a la edad de cinco años. Cuando tenía ocho, comenzó a participar en torneos.

Al darse cuenta del gran talento que el niño tenía, su progenitor lo dio de baja en el colegio, compró una caravana y se fue de gira por Europa, de certamen en certamen, con toda la familia, para que el infante pudiera adquirir toda la experiencia posible.

En el 2004, casi elimina a Kasparov en una lid de la modalidad rápida y eso lo hizo saltar a la fama internacional, poco después ganó el grupo c del Torneo Corus, con 10,5 puntos de 13 posibles.

Ese mismo año también se convirtió en el tercer trebejista más joven de la historia en obtener el título de Gran Maestro, con 13 años, cuatro meses y 27 días.

DESDE EL 2010 EN LA CIMA

Desde el 2010 se instaló de forma continua en la cima del ranking mundial, con una edad de 19 años y un mes, y fue el ajedrecista más joven en superar los 2 800 puntos Elo y en lograr un récord de 2 882 unidades, la cifra más alta de todos los tiempos, superior a los 2 851 de Kasparov, en julio de 1999.

En el 2013 ganó el Torneo de Candidatos en Londres y la corona universal, segundo campeón más joven de la historia después de Kasparov, y también segundo ajedrecista del hemisferio occidental en romper la supremacía de la escuela soviética desde Fischer.

De acuerdo con los especialistas, Carlsen tiene un conocimiento profundo del juego que le permite salirse de las líneas clásicas con suma facilidad y dominar casi cualquier posición, a ello se suma su brillantez en los finales y posibilidad de aprovechar al máximo las ventajas más mínimas que consigue.

Por el momento, retendrá el título mundial hasta el 2020 y si se lo propone podría extenderlo más allá. (PL)

Trump acepta cerrar su fundación, acusada por la fiscalía de seguir un “patrón de ilegalidad chocante”

La organización benéfica del presidente de EE UU estaba siendo investigada desde hace un par de años



Donald Trump en un acto benéfico cuando era candidato a las presidenciales SCOTT OLSON AFP


La Fundación Trump se disuelve. El presidente de Estados Unidos y sus tres hijos mayores han llegado este martes a un acuerdo con la fiscal general del Estado de Nueva York, Barbara Underwood, para que "bajo supervisión judicial" se inicie el proceso por el que se desmantelará la organización benéfica, investigada por seguir un “patrón de ilegalidad chocante”. Underwood ha indicado que los activos de la fundación serán distribuidos entre otras obras de caridad. "Es una importante victoria para el imperio de la ley, dejando claro de que las normas son iguales para todos", ha afirmado la fiscal en un comunicado.





#BREAKING: We’ve secured a stipulation requiring the Trump Foundation to dissolve under judicial supervision, with our review of recipient charities.

The Foundation functioned as little more than a checkbook to serve Mr. Trump’s interests. Our lawsuit remains ongoing.


Los Trump ya señalaron con anterioridad que estaban dispuestos a cerrar la fundación, ante los problemas legales que afrontaba desde hace dos años. Pero querían establecer sus propios términos para hacerlo. Underwood explicó en su cuenta en Twitter que finalmente se pactaron las condiciones para la disolución y precisó que sus activos “solo podrán ser distribuidos” a organizaciones “respetables” aprobadas por su oficina.

La fiscal del Estado de Nueva York, del Partido Demócrata, inició hace seis meses una acción legal en la que instaba al presidente y a sus tres hijos mayores —Donald Jr., Eric e Ivanka— a que disolvieran la organización caritativa. En la demanda les acusó de haber utilizado la fundación como una hucha para los negocios que controla la familia, cubrir costes legales y financiar la campaña electoral de 2016, que terminó colocando a Donald Trump en la Casa Blanca. “Violaron de una manera extensa y persistente las leyes”, afirmó el pasado junio la fiscal, que explicó como los gestores de la campaña Trump dictaban los tiempos, las cantidades y los receptores de los fondos que recaudaban con fines benéficos. Así mismo, utilizó su nombre para promover la campaña. 

Con la demanda, que sigue su curso, la fiscal también reclama la devolución de 2,8 millones de dólares (2,47 millones de euros) y una orden de inhabilitación contra Trump y sus tres hijos mayores para que no puedan ocupar cargos directivos en ninguna otra organización sin ánimo de lucro de Nueva York. Además, Underwood solicitó a la agencia tributaria información para saber si la organización benéfica se utilizó para esquivar el pago de impuestos. El pacto por el que se comprometen a cesar las actividades se anuncia a dos semanas de que la fiscal deje el cargo.

Su predecesor, Eric Schneiderman, que renunció al cargo el pasado mayo, ya había solicitado un mes antes de las elecciones presidenciales a los responsables de la fundación que desistieran de recaudar fondos porque la organización no disponía de los permisos necesarios para operar. Donald Trump respondió diciendo en ambos casos que se trataba de una maniobra de los demócratas con fines políticos. “No voy a pactar en este caso”, afirmó.

El acuerdo alcanzado también permite a la fiscalía revisar adónde ha ido a parar la ayuda de una fundación que, según los informes fiscales más recientes, cuenta con unos activos netos valorados en 1,7 millones de dólares (1,5 millones de euros).

Donald Trump creó la fundación en 1988 para gestionar su faceta filantrópica. Pero durante la campaña electoral surgieron diversas informaciones periodísticas que revelaron que el entonces empresario la utilizó para lucrarse y destinar parte del dinero a costear demandas. Su reacción fue pedir que investigaran también la fundación de los Clinton, bajo el argumento de que era una “empresa corrupta”.

La investigación sobre la fundación es uno de los tantos frentes judiciales con los que ha estado lidiando la figura de Trump durante sus dos años en la Casa Blanca. El Departamento de Justicia le pidió este lunes a una corte de apelaciones que desestimara o al menos detuviera temporalmente una demanda que acusa al neoyorquino de beneficiarse ilegalmente de los gastos de gobiernos extranjeros en sus propiedades, particularmente del hotel que lleva su nombre en Washington. La demanda fue presentada por los fiscales estatales del Distrito de Columbia y Maryland. La semana pasada el juez les permitió a estos emitir citaciones para obtener registros comerciales de la Organización Trump y grupos afiliados.

De todas las investigaciones en curso la principal es la denominada trama rusa, que busca esclarecer si el republicano o su equipo se coordinaron con la injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016. El equipo del fiscal especial a cargo, Robert Mueller, ya ha acusado a 33 individuos, cinco de ellos exasesores del presidente, y a tres empresas.

Chomsky, 90 años


Por Atilio Boron, La Haine

En 2015 escribió que EEUU es el Estado terrorista número uno, por su apoyo al terrorismo en Siria

El pasado 7 de diciembre Noam Chomsky cumplió 90 años. En el fárrago de noticias de esos días el onomástico de uno de los más grandes pensadores de nuestro tiempo ese acontecimiento pasó desapercibido. La prensa hegemónica estaba ocupada entonando sus himnos fúnebres por la muerte de un criminal serial, el ex presidente George H. W. Bush, la absoluta futilidad de la sesión del G-20 en Buenos Aires o el arresto en Canadá de la heredera del gigantesco emporio telefónico Huawei. Los ideólogos del establishment no hicieron otra cosa que imitar a la prensa autoproclamada libre e independiente -que no es ni lo uno ni lo otro- en el sistemático ninguneo de la figura del lingüista, filósofo y politólogo estadounidense.

La cobardía intelectual del mandarinato burgués e imperialista –tanto en EEUU y Europa como en América Latina– es revulsiva. Dado que no podrían durar ni cinco minutos debatiendo con Chomsky –y con tantos otros, ninguneados también como él– lo que hacen es ignorarlo y ocultarlo a la vista del gran público. Montados en sus enormes aparatos de propaganda, que no de información, desde allí peroran y mienten impunemente, o barren bajo la alfombra las opiniones fundadas, irrefutables y valientes de ese enorme francotirador intelectual que es el ex profesor del MIT.

Por eso las “fake news” son sólo un nuevo nombre para designar una vieja costumbre del pseudo-periodismo que procura disimular su condición de órgano de propaganda proclamando su carácter “profesional” e “imparcial”. Sus voceros son pigmeos intelectuales que hacen de la prepotencia verdad; o de la asimetría entre los que pueden hablar y los que no también verdad. Son los que aupados sobre sus enormes oligopolios mediáticos proclaman sus sofismas e inoculan sus venenos para enturbiar la mente del gran público, para confundirlo, para sumirlo en la ignorancia porque cuanto más confuso e ignorante sea más fácil será someterlo.

Alabados como grandes personalidades del mundo de la cultura y la comunicación por las mentiras dominantes les cabe a ellos y ellas el sayo de la cáustica réplica que Gyorg Lúkacs espetara ante sus inquisidores: “un conejo parado en la cima del Himalaya sigue siendo un conejo”. Conejos que deben impedir que el mundo sepa que Chomsky vive, piensa y escribe; y que sobreviven y medran en su oficio porque suprimen toda disidencia bien fundada. Cuando forzados por las circunstancias montan un simulacro de debate seleccionan cuidadosamente sus rivales. No hay lugar para Chomsky. Eligen en cambio a sus críticos más rústicos, elementales, impresentables y salen airosos de esa falaz contienda.

Por eso el lingüista norteamericanos, pese a ser el “Bartolomé de Las Casas del imperio americano”, como acertadamente lo describiera Roberto Fernández Retamar, es un gran desconocido para el público de EEUU. Sus opiniones son dañinas y no deben circular masivamente. Y su nonagésimo cumpleaños no fue celebrado como la supervivencia de un fabuloso tesoro de conocimientos acumulados, de audaces teorizaciones, de valientes denuncias sino como la insoportable longevidad de un excéntrico al que no se le debe prestar ninguna atención. Para el pensamiento dominante (y ya sabemos de quién es ese pensamiento) sus opiniones sólo revelan su odio y sus patológicos prejuicios sobre la sociedad norteamericana.

No son opiniones propias de gentes “razonables”, esas que comprenden que cuando EEUU mata a millones de personas en todo el mundo –en Siria, en Irak, en Palestina, en Afganistán, en Yemen, en Libia– o cuando provoca desastres humanitarios en Honduras y Haití, o cuando bloquea y agrede a países como Irán, Cuba y Venezuela, sometiéndolos a indecibles sufrimientos, son heroicos y desinteresados sacrificios que la Casa Blanca hace en defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos. Chomsky no comparte ese discurso autocomplaciente. Por eso, a sus noventa años, no hay nada que celebrar, nada que festejar, nada que dar a conocer.

Termino recomendando la lectura de una de sus notas más punzantes de los últimos años (publicada en La Jornada el 3 de noviembre del 2015) y que lleva por título “EEUU, el Estado terrorista número uno” (https://lahaine.org/fM3Q). Comienza así: “Oficial: EEUU es el mayor Estado terrorista del mundo y se enorgullece de serlo. Esa debería ser la cabeza de la nota principal del New York Times del 15 de octubre pasado, cuyo título, más cortés, dice así: Estudio de la CIA sobre ayuda encubierta provoca escepticismo sobre el apoyo a terroristas sirios”.

Con retraso desde la Argentina y toda Latinoamérica le mandamos este afectuoso saludo por su nonagésimo cumpleaños deseándole que “cumplas muchos más”, como dice la canción mexicana, y que nos siga inspirando con su excepcional inteligencia, sus sólidas denuncias y su fecunda prédica antiimperialista.


Texto completo en: https://www.lahaine.org/bL7j