A casi un año del accidente aéreo del Boeing-737 de la compañía mexicana Damojh, el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) dieron a conocer hoy una nota oficial con los resultados del proceso investigativo realizado tras el suceso del 18 de mayo de 2018, en las cercanías del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana.
“Referente al lamentable accidente ocurrido el 18 de mayo de 2018 con la aeronave B-737-200, matrícula XA-UHZ, de la aerolínea DAMOJH S.A, fletada con su tripulación por la empresa Cubana de Aviación, la Comisión Investigadora determinó, según los datos aportados por los registradores de vuelo (cajas negras) de la aeronave y el resultado obtenido de la caracterización de los estándares aeronáuticos para este vuelo, que la causa más probable del accidente fueron las acciones de la tripulación y sus errores en los cálculos de peso y balance, que conllevaron a la pérdida de control y desplome de la aeronave durante la etapa de despegue”, informa el texto.
El Instituto de la Aeronáutica Civil de Cuba reconoce la cooperación de todo el pueblo y de las instituciones durante la investigación, así como de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, el fabricante Boeing de Estados Unidos y la autoridad aeronáutica de México.
Génesis de la investigación
A raíz del accidente aéreo ocurrido en La Habana se creó una comisión para investigar el siniestro. Según los protocolos establecidos, la mayor representación la asumió el IACC como autoridad aeronáutica y también participó la Corporación de la Aviación, la línea aérea y otros especialistas que fueron necesarios.
Por ser este un proceso complejo y específico requiere que las comisiones de investigación encargadas estén en capacidad de considerar un gran número de factores con el objetivo de interrelacionarlos, analizar y establecer las causas que dieron lugar a los sucesos.
La indagación contó con tres momentos principales: la notificación, la investigación y la información.
En el caso del primero, contempla la RAC 13 que el Estado cubano, ante la ocurrencia de accidentes o incidentes graves en el territorio nacional en los que intervienen aeronaves de otro Estado contratante, tiene la responsabilidad de enviar una notificación con la menor demora posible y por el medio más adecuado de que disponga referente al Estado de matrícula; Estado del explotador; al Estado de diseño y al Estado de fabricación.
El proceso de investigación comprende la reunión y el análisis de información, la obtención de conclusiones, incluida la determinación de las causas y factores contribuyentes y, cuando proceda, la formulación de recomendaciones sobre seguridad operacional.
En esta etapa es de suma importancia la conservación de las evidencias, así como mantener la custodia eficaz de la aeronave y su contenido, durante el periodo de tiempo que sea necesario para realizar la investigación.
Dicha protección incluye la conservación, por procedimientos fotográficos u otros medios, de toda prueba que pueda ser trasladada, o que pueda borrarse, perderse o destruirse.
La comisión gubernamental que investigó las causas del accidente aéreo del 18 de mayo de 2018 en La Habana, concluyó en marzo pasado la modelación del perfil del vuelo de la aeronave accidentada.
La modelación permitió reconstruir y tener una visualización completa para poder realizar los cálculos necesarios en una investigación de este tipo.
El descifrado total de las dos cajas negras permitió a los expertos determinar con exactitud elementos como la velocidad, alturas, giros, potencia de motores y posibles fallas técnicas del avión Boeing 737-200 que Cubana había rentado a la compañía mexicana Air Global.
Por consenso, la investigación de las cajas negras se realizó en los EE.UU.ya que en Cuba no existe el equipamiento técnico acorde con el modelo de esta aeronave.
Durante la pesquisa, la comisión gubernamental señaló que no existe relación entre la aeronave accidentada en mayo de 2018 en La Habana y las catástrofes aéreas recientes de los aviones Boeing 737 MAX 8.
Identificación de las víctimas
Luego de ocho días de intensa labor, el 28 de mayo de 2018, concluyó la identificación “absoluta” de cada una de las víctimas del siniestro ocurrido durante el despegue en La Habana de un Boeing 737 con destino a Holguín.
El doctor Sergio Rabell Piera, director del Instituto de Medicina Legal, al informar sobre el proceso destacó la complejidad del trabajo, que requirió la labor conjunta de diversas especialidades, y en la participación determinante de los familiares de las víctimas.
Rabell Piera explicó que la investigación del desastre aéreo fue un proceso, por lo cual el establecimiento de la identidad de las personas fallecidas “es un alto en el camino”, con lo cual las familias pueden dar sepultura a sus familiares y de alguna manera terminar un poco su duelo.
La única sobreviviente del desastre aéreo fue Mailén Díaz Almaguer, una joven de 20 años que estuvo varias semanas en estado grave, pero que poco a poco fue mejorando sus parámetros vitales.
Aunque todavía cumple tratamiento en los hospitales cubanos, Mailén ya está fuera de peligro y poco a poco se reincorpora a su vida normal.