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martes, 15 de octubre de 2013

Tiene una idea, pero no quiere crear una empresa. ¿Qué puede hacer?

 
Por NEIL PARMAR

¿Quiere saber un par de secretos? No hace falta ser un emprendedor para tener una gran idea de negocios. Y tampoco hace falta crear una empresa para obtener ganancias con una gran idea.

La inspiración le puede llegar a cualquiera, en cualquier momento. Alguien tiene dificultad con una tarea en la casa y piensa en un aparato que sería de gran ayuda. O quizás está dando vueltas en Internet para conseguir información y se da cuenta de que una aplicación podría automatizar el trabajo.

El próximo paso es lanzar una empresa nueva, ¿no es cierto? No necesariamente.

Hay muchas opciones para quienes tienen una gran idea pero no quieren asumir la carga de formar y administrar una compañía. Ya sea que quieran obtener una ganancia económica inmediata o una renta recurrente, o que quieran vender su idea o mantenerla bajo su control, hay pasos que pueden dar que son mucho más simples y menos intimidantes que convertirse en un emprendedor a toda máquina. A continuación, algunas opciones.

Ganancia rápida

Es el arreglo más simple que puede haber: alguien cede los derechos de una idea, recibe un cheque y disfruta del pago. Esta opción puede ser atractiva para alguien que tiene un empleo satisfactorio de tiempo completo y no quiere dejarlo. Quizás también para alguien que busca una rápida inyección de efectivo sin dolores de cabeza.

Antes que nada, los inventores deberían conseguir protección para su propiedad intelectual, como una patente. De hecho, eso se ajusta a cualquier situación en la que alguien sale a ofrecer una idea. Sin protección, un comprador podría apropiarse del concepto, advierte Elle Kaplan, presidenta ejecutiva y socia fundadora de la firma de gestión de activos Lexion Capital Management, de Nueva York.

Para reforzar la propuesta —y potencialmente aumentar el precio de venta—, sirve preparar un prototipo o presentar evidencia que muestre que existe una demanda para la invención. Datos de encuestas podrían ayudar, aunque las cartas de intención de potenciales consumidores son significativamente mejores.

Para encontrar compradores, una buena forma de comenzar es investigar a los líderes del mercado en esa industria. La gente puede ingresar a los sitios web de una firma y buscar comunicados de prensa u otros materiales que describen productos externos o ideas emprendedoras que han comprado. En los últimos años, muchas grandes empresas han adquirido inventos de terceros para reforzar sus esfuerzos de innovación. Asociaciones de ex alumnos, grupos profesionales y eventos del sector pueden ayudar a hacer contactos relevantes.

Para la gente en el campo académico, las universidades suelen tener una oficina de transferencia tecnológica, que está en contacto con capitalistas de riesgo sobre patentes con potencial empresarial desarrolladas por el personal. Tenga en cuenta que estas oficinas podrían aspirar a que la universidad se quede con la patente, no el creador, y así quedarse con una parte de la ganancia.

Vivir de las rentas

Quizás una recompensa rápida no sea lo ideal. Por ejemplo, si un inventor creó algo con potencial de venta a largo plazo, como un utensilio de cocina, entonces quiere una porción permanente de las ventas en lugar de un cheque único.

Eso significa otorgar en licencia la idea en lugar de venderla. En general, el inventor recibirá un pago inicial más pequeño y luego entre 5% y 15% por cada producto vendido.

John Janning, de Ohio, EE.UU., tomó este camino. Cuando su esposa le pidió que encontrara la bombilla quemada en unas luces navideñas, se inspiró y pensó en una forma de mantener las luces encendidas aunque una estuviera quemada. Janning, un ingeniero retirado que tiene decenas de patentes, pensó que la idea tenía potencial. Luego de obtener una patente, investigó a fabricantes y encontró uno que estaba dispuesto a producir y vender sus luces. Los términos: US$50.000 de pago inicial, más regalías de 5% sobre ventas futuras.

Para cubrirse las espaldas, los inventores pueden asegurarse de que el acuerdo de licencia especifique un nivel mínimo de producción y que la empresa entregue con regularidad copias de informes de ventas para garantizar que las regalías se calculen correctamente.

Lazos a largo plazo

En algunos casos, un inventor no puede hacer seguimiento al desarrollo de una idea pero quiere mantenerse involucrado en el proceso, más allá de recibir un cheque de regalías de forma regular. A menudo quieren tener un rol importante como asesor, con influencia sobre temas como el precio o los métodos de crecimientos de la marca.

En estas situaciones, hay un par de estrategias amplias que la gente puede seguir. Primero, podrían encontrar socios, o una empresa existente, para establecer una conexión. Los socios brindan la financiación para el emprendimiento y gestionan la operación diaria, mientras el creador controla el panorama general.

Por supuesto, hay desventajas. Como los creadores no invierten dinero en lanzar el negocio, podrían quedarse sin un pago inicial y considerarlo el costo de obtener una participación y un rol continuo. Es más, quienes eligen este camino corren el riesgo de quedar al margen a medida que la empresa crece e incorpora más gente.

La otra opción es que, en lugar de encontrar socios que financien el emprendimiento, el inventor aporte el efectivo y contrate empleados que realicen las tareas básicas del negocio. El inventor es el dueño de la compañía y dirige las estrategias, y los trabajadores hacen el resto.

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