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lunes, 24 de marzo de 2014

China da pasos para apuntalar el crecimiento de la economía

Por BOB DAVIS y WILLIAM KAZER 

BEIJING—Los líderes chinos empiezan a elevar el gasto en un esfuerzo para contrarrestar una desaceleración económica que se vuelve cada vez más evidente. 

En las últimas semanas, el gobierno ha tomado pequeñas medidas para contener el declive, desde preparar nuevos gastos en infraestructura hasta facilitar el acceso al dinero.

El apuntalamiento de la tasa de crecimiento de la segunda mayor economía mundial tiene implicaciones importantes en China y el resto del mundo. Para el gigante asiático, el debilitamiento económico podría amenazar la creación de empleos, una de las mayores prioridades del gobierno. También podría reducir el respaldo a los planes de reforma económica, como la transformación de las empresas estatales y la liberalización de las tasas de interés, que afectarían aún más la expansión a corto plazo.

Para los socios comerciales de Beijing, una desaceleración en China significa una desaceleración en sus economías. China es un destino importante para materias primas de América Latina y Asia, bienes de capital de Estados Unidos y Europa, y aparatos electrónicos de Japón. J.P. Morgan estima que un declive de un punto porcentual en el crecimiento de China provoca una reducción de 0,35 punto porcentual la expansión del Producto Interno Bruto del resto del mundo.


Un grupo de trabajadores dobla toallas en una planta en la provincia de Shandong . 

La señal más reciente de un pronunciado debilitamiento en China provino de un indicador de actividad manufacturera. El lunes, HSBC señaló que su índice preliminar de gerentes de compras se ubicó en marzo en 48,1, la lectura más baja en ocho meses y el tercer mes consecutivo por debajo de 50, nivel que divide la expansión de la contracción. La cifra está basada en entre 85% y 90% de las respuestas a la encuesta de HSBC.

"No anticipo más pedidos y sigue siendo muy difícil atraer clientes del exterior", dice Ma Chunhua, dueño de Dadong Shoes Co., en Wenzhou, una ciudad en el sudeste de China. "Los requisitos están aumentando".

La desaceleración del sector manufacturero en marzo se suma a una serie de datos decepcionantes en las ventas minoristas, la producción, el comercio y la inversión en enero y febrero que han llevado al gobierno chino a tomar cartas en el asunto. La semana pasada, el primer ministro chino, Li Keqiang, afirmó que el gobierno debería "estabilizar el crecimiento e impulsar la demanda interna" aunque no mencionó políticas específicas.

Yu Song, analista de Goldman Sachs, prevé una política de estímulo de ajustes pequeños y graduales que se centre en el gasto fiscal, en momentos en que Beijing busca alcanzar su meta de crecimiento del PIB de 7,5% en 2014. En los últimos días, los reguladores han autorizado gastos de 142.400 millones de yuanes (US$23.000 millones) para construir cinco líneas ferroviarias. 

China también busca reanimar su mercado inmobiliario. La semana pasada, dos desarrolladores de bienes raíces fueron autorizados a vender acciones en colocaciones privadas, el primera vez en cuatro años que el gobierno ha permitido a una empresa inmobiliaria recaudar fondos de esta manera.

Asimismo, ha habido una considerable relajación monetaria. Las tasas de interés en el mercado de dinero de China han caído de forma pronunciada desde la restricción de efectivo a fines de enero como consecuencia de los días festivos en el país. El descenso de los costos de endeudamiento también se debió en buena medida al mayor suministro de efectivo como resultado de la campaña del banco central chino en las últimas semanas para debilitar el yuan. 

La moneda se apreció 0,2% en relación al dólar desde el inicio del año hasta mediados de enero, pero desde entonces ha caído 2,9%, lo que ha borrado el alza de 2,9% registrado en 2013.

Si bien muchos analistas consideran este intento de depreciar el yuan como una medida para desalentar el ingreso de capital extranjero especulativo, algunos también lo atribuyen en parte a un deseo de contrarrestar la desaceleración económica y ayudar a los exportadores atribulados. 

Las medidas de estímulo fueron tomadas directamente del manual de políticas económicas de China. Cuando el crecimiento del PIB bajó en 2011 y 2012, los líderes chinos facilitaron el crédito y llevaron a cabo una serie de medidas para que la expansión fuera mayor a 7,5% en ambos años.

Varios analistas proyectan que la expansión del PIB en el primer trimestre caiga a alrededor de 7% interanual, frente a 7,7% en el cuarto trimestre de 2013. Para todo el año, J.P. Morgan redujo su previsión de 7,4% a 7,2%, mientras que Bank of America Merrill Lynch recortó la suya de 7,6% a 7,2%.

El primer ministro Li ha afirmado que se necesita un crecimiento de 7,2% para sostener el empleo, que parece ser la prioridad del gobierno. Si China no logra reforzar el crecimiento, el respaldo a las reformas económicas perderá fuerza, señala Jian Chang, analista de Barclays.



Richard Silk y Lilian Lin contribuyeron a este artículo.

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