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domingo, 23 de noviembre de 2014

El renacer de una fábrica de conservas



De la fábrica de conservas Ponupo, en la cabecera del municipio de Songo-La Maya, en la provincia de Santiago de Cuba, habrá que hablar antes y después de 2014, por ser el año que marcó su renacer luego de 30 años en explotación.

Desde su inauguración, el ocho de marzo de 1984, solo contaba con una línea de conservas y mermeladas de frutas y vegetales, realmente insuficiente para procesar las cosechas en un territorio de tierras fértiles para esos renglones.

El azote del huracán Sandy, en octubre de 2012, prácticamente destruyó su cubierta y a pesar de los destrozos continuó funcionando por la voluntad de sus trabajadores.

Felizmente al siguiente año fue aprobada una inversión, que incluyó moderna tecnología, procedente de Italia, y la remodelación de la totalidad de las edificaciones, gracias a un donativo de la Agencia Española de Colaboración Internacional para el Desarrollo (Aecid).

Hoy es una realidad poder ampliar y diversificar sus entregas tradicionales de cremas de frutas, pulpas, mermeladas, concentrados, dulces en almíbar y otros por el montaje de cinco líneas, con capacidad para alrededor de 13 toneladas de productos terminados, en un turno de ocho horas.

En lo adelante se incorporarán nuevos renglones como encurtidos, jugos y néctares en bolsitas de naylon, potes y vasos.

Violedis Marrero Columbié, su administrador, destacó que a plena capacidad podrá procesar 24,5 toneladas en un turno -hay previstos dos- y en picos de cosecha llegar a tres.

Su plantilla de trabajadores -ahora 100- ha recibido una fuerte inyección de jóvenes, algo saludable para asegurar el relevo de quienes hace tres décadas la pusieron en marcha e hicieron que la marca Ponupo se conociera y gozara de prestigio entre los consumidores.

Entre los fundadores permanece en su puesto Arsenio Ortiz, mientras que en la fuerza de nuevo ingreso está Disney Castelnau, quien estaba desvinculada laboralmente y luego de la capacitación asumió el mando central de esa planta desde la pizarra, tarea nada fácil por la responsabilidad que entraña.

Una mirada por dentro

Cuando se entra a la industria la primera línea a la vista es la conocida como "en caliente", dedicada a procesar una amplia diversidad de frutas y obtener mermeladas, cremas y concentrados.

Le siguen la de néctares y jugos pasteurizados con la materia prima recibida de la antes mencionada, una pequeña línea para entregar dulces en almíbar, con 0,5 tonelada por hora, y la cuarta solo acogerá frutas exóticas como guanábana, zapote, anón, tamarindo y otras que se trabajan en frío.

Con capacidad para 0,25 toneladas por hora, se destinará a la fábrica de helados, en construcción, en la cabecera municipal.

La quinta línea es la de encurtidos para el procesamiento de vegetales como zanahoria, remolacha, rábano, pepino, quimbombó, habichuela y otros, también con capacidad para 0,25 toneladas.

El producto final será envasado en latas y bolsas de nylon, mientras el vinagre se producirá en la propia industria.

Solo las líneas de dulces en almíbar y encurtidos serán procesadas de forma manual, lo cual muestra la humanización en la labor del hombre, que trajo consigo esa tecnología, de la marca Girasol overSeas S.A.

Para operar los equipos fue capacitada la fuerza de trabajo por especialistas extranjeros, a cargo del montaje y puesta en marcha.

Vital el abastecimiento de frutas y vegetales con calidad

Marrero Columbié explicó que 85 % del abastecimiento de las frutas correspondiente al presente año está contratado en Songo-La Maya y el otro 15 % en los municipios de San Luis y Segundo Frente.

En la propia localidad, precisó, está en marcha un programa de desarrollo de frutales con 30 hectáreas bajo riego, con importantes metas para el próximo año, de manera que pueda abastecer a la fábrica para el 2016.

Por su parte, José Rodríguez, representante de la firma Girasol overSeas S.A.-que asesoró el montaje y puesta en marcha de la nueva tecnología-, insistió en la importancia de la calidad de la fruta para garantizar el buen funcionamiento y, sobre todo, la entrega aceptable de renglones a la población.

Dicho centro renovó, asimismo, su laboratorio, de ahí la responsabilidad de todos de velar porque la marca Ponupo gane en prestigio en mercados, unidades de gastronomía, organismos y el sector del turismo.

Esa será la mejor manera de retribuir la inversión que le permitió renacer a Ponupo.(AIN)

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