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sábado, 14 de febrero de 2015

Churchill recordado por su nieta en Cuba

Arturo Delgado Pruna
Cubaperiodistas.cu 

Inspirada por el recuerdo, Celia Sandys, nieta de Winston Churchill, visitó recientemente el poblado de Arroyo Blanco, ubicado en la región central de Cuba. Luego de un periplo de varios días a bordo de un crucero y después de seguir por tierra casi la misma ruta que recorrió su abuelo en 1895, la visitante fue recibida en la conocida popularmente como Casa Comunal de Arroyo Blanco, por ser el sitio en el que la leyenda local asegura que descansó su antecesor cuando tenía apenas 20 años.

Pero lo más importante no es si Churchill escogió en aquel entonces esa casona para resguardarse sino lo que dejó por escrito sobre el pueblo en unas memorias que muchos parecían conocer al dedillo debido a lo explícito de las descripciones y lo ilustrativo del mapa que las acompaña. Por tanto, se creía que todo estaba dicho. Hasta que apareció Lourdes Méndez Vargas, cuyos ancestros formaron parte de una familia de independentistas que se opusieron al colonialismo español en el siglo xix, coincidentemente en Arroyo Blanco.

Méndez Vargas, exdiplomática cubana sin experiencia alguna como historiadora profesional, expuso el resultado preliminar de su pesquisa en el Seminario Internacional Cuba en los intereses anglo-hispanos. Reflexiones en el 250 aniversario del sitio, defensa y toma de La Habana, desarrollado en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, en el año 2012. Y luego, mientras estructuraba su libro, intercambió breves correos con Celia Sandys para ponerla al corriente de esa la labor.

De manera que, aunque no lo habían pactado, el encuentro entre ellas fue ineludible por razones históricas y personales. Si Sandys regresó a Cuba no lo hizo solo para disfrutar en plan turístico, sino sobre todo para concatenar lo que su abuelo dejó incompleto en sus memorias con lo que Lourdes revela en el volumen Arroyo Blanco, la ruta cubana de Churchill, publicado por Ediciones Luminaria en Sancti Spíritus.

Así, en el portal de la añeja Casa Comunal, Lourdes Méndez Vargas le obsequió a Celia Sandys su libro y luego de conversar sobre temas comunes, le dijo: «Celia, estoy segura de que su abuelo recordó a Arroyo Blanco durante toda su vida»; a lo que respondió ella: «Lo llevaba en el corazón, y yo también».

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