Por Carlos Enrique Dallmeier
Se ha sostenido insistentemente que la abrupta baja de los precios del petróleo es consecuencia de la explotación de los llamados yacimientos de esquistos.
Nada más lejos de la verdad, a juzgar por las estadísticas de producción petrolera a nivel mundial, entre ellas las de la AIEE y la emitida por la firma British Petroleum.
En efecto, de acuerdo a esas cifra, al comparar la producción petrolera de Estados Unidos entre el año 2010 y el 2013, vemos que aumentó en 2.451.000 barriles diarios, al pasar de 7.552.000 de barriles al día en 2010 a 10.003.000 en 2013, en tanto que la demanda mundial pasó de 87.801.000 barriles a 91.331.000 en el mismo período, con un aumento neto de 3.530.000 diarios, muy superior al incremento de producción experimentado por Estados Unidos gracias a la producción mediante la técnica del tracking.
Es decir, que de acuerdo a esas cifras, el precio no solo no debió haber bajado, sino que se debería estar cotizando en alrededor de unos 120 dólares el barril.
¿Cuál es la verdad?
La realidad es que varios países, confabulados con Estado Unidos, aumentaron su producción del 2010 al 2013 en 4.392.000 de barriles diarios, los que sumados al aumento de la producción norteamericana arroja un incremento total en la oferta de 6.843.000, muy por encima del incremento de la demanda mundial de 3.530.000 barriles diarios, y que por supuesto, es la causante de esa brutal baja.
Ese aumento en la producción diaria de barriles se discrimina de la siguiente forma: Irak: 651.000; Kuwait: 605.000; Qatar 319.000; Arabia Saudita: 1.450.000; EAU: 751.000 y Canadá: 616.000
Hay que señalar que un aumento de este calibre en la producción petrolera no se hace de un día para otro, ya que hay que explorar, perforar, extraer, transportar, almacenar, refinar y llevar a los demandantes. Una inversión gigantesca en tiempo y recursos que en este caso el plan ha tomado más de cuatro años, con el fin de utilizar al petróleo como arma de guerra.
¿Por qué los países árabes participan en esta guerra?
En el caso de los países árabes se entiende perfectamente. Son monarquías primitivas que ejercen el poder despóticamente. En el caso de Arabia Saudita estamos ante una monarquía absoluta y retrógrada, en donde ni siquiera las mujeres pueden manejar automóviles.
Unos verdaderos trogloditas para quienes la presencia de regímenes democráticos, como los de Irán, Siria, Nigeria, Argelia o Palestina, en donde las autoridades se eligen por votación, significa un verdadero peligro para su subsistencia, y pensaron que logrando una disminución de los precios delpetróleo los golpeaban fuertemente en sus economías, lo que permitiría que sus huestes del Estado Islámico, Boko Haram y de AlQaeda pudiesen alzarse con el poder en esos países.
¿Por qué lo hace Estados Unidos?
Por cuatro razones principales:
1 – Tener al frente de los países árabes productores de petróleo a dirigentes fanáticos y primitivos, como sucedió en Libia, que impidan que esas naciones utilicen los recursos que produce el oronegro para alcanzar un desarrollo industrial que compita con los países imperiales por el consumo de petróleo.
2 – Aparecer como vanguardia de las potencias imperialistas occidentales en su actual confrontación con Rusia, bajo el argumento de que un petróleo barato golpeará sensiblemente una economía que depende en buena medida de sus más de 10.000.000 de barriles diarios de producción.
Pero esa confrontación con Rusia fue planificada y alimentada por los norteamericanos para abortar cualquier alianza económica que se pudiese tejer entre la Unión Europea y Rusia, que de alcanzarse se convertiría en la primera gran megapotencia económica del planeta, y si se toma en cuenta el crecimiento brutal que está experimentando China, ocasionaría a mediano plazo que Estados Unidos quedase relegada a nivel de potencia de segundo orden.
Si se diese esa unión, Europa accedería a un gigantesco mercado así como el tener la garantía del suministro energético de petróleo y gas, lo que le permitiría sacudirse del actual chantaje que le tiene Estados Unidos, que se vende como el garante de las provisiones de petróleo del Medio Oriente con su presencia militar en esa zona.
Si se diese esa alianza en cifras tendría un territorio de 26.563.000 km2 (casi tres veces el tamaño de USA) una población de 794 millones de habitantes, (unas dos veces y medio la de Estados Unidos) y un PIB actual de 20.568.000 millones de $ (vez y cuarto el de Estados Unidos) Y eso los gringos deben impedirlo a toda costa.
3 – Tomar el control férreo de las principales reservas mundiales de petróleo. Porque vamos a estar claros, si nos atenemos a las estadísticas, el crudo de esquistos no alcanzará ni con mucho para satisfacer la creciente demanda energética. Siempre se dependerá, y en grado creciente, de los yacimientos tradicionales de petróleo
4 – Desestabilizar a Venezuela, colocando en el poder a sus miserables lacayos de la MUD, y controlar de nuevo nuestras riquezas petroleras, buscando de esta manera golpear de muerte cualquier intento de crecimiento económico importante de la región al sustraerle el acceso a la abundante energía presente en nuestro subsuelo.
¿Qué hacer con la OPEP?
Lo grave de esta situación es que países miembros de la OPEP han utilizado el petróleo como arma en contra de naciones que pertenecen a esa organización, desvirtuando la razón de ser de ella.
Esta guerra interna está afectando a Venezuela y a otros países productores.
Pienso que se debería diseñar una estrategia que permita una acción coordinada con estos últimos, bien sea creando otra organización, o constituyendo un grupo de trabajo o de contacto con naciones como Irán, Argelia, Angola, Nigeria, Rusia, Ecuador, Brasil, Kazajistán, Argentina, etc. que en conjunto produjeron en el 2013 la cantidad muy respetable de 27.749.000 barriles diarios (el 32% de la producción mundial) más que la producción sumada de loa países miembros de la OPEP que están confabulados para bajar los precios.
Pero también es cierto que hay un nuevo rey en Arabia Saudita y que las organizaciones militares que ellos crearon como el EI se ha salido de control y hoy son percibidos como una verdadera amenaza para Europa, lo cual puede imponer algún tipo de cambio en la estrategia.
De todas maneras, cualquier acción que se tome debe tener en cuenta los intereses de países consumidores que hoy son nuestros aliados, y ante los cuales Estados Unidos, para romper esas alianzas, pretende presentarse como los “héroes” que han conseguido bajar los precios del petróleo gracias al desarrollo en la explotación de los esquistos.
La verdad es que están utilizando el mito del esquisto para crear una falsa sensación de seguridaden los países consumidores en el suministro de petróleo para el futuro, tratando así de neutralizar cualquier apoyo que tengan o puedan conseguir los países productores de crudo, como Rusia con Europa y Venezuela con los países de Suramérica y El Caribe.
Ecoportal.net
Alainet
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