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lunes, 18 de mayo de 2015

Alcalde de Key West: “Mi abuela era cubana”

Por Miguel Hernandez

Mañana los habaneros que se asomen al Malecón verán las primeras embarcaciones con las banderas de Estados Unidos con rumbo a las inmediaciones del Morro, después del giro radical de Barack Obama hacia Cuba.

Comoquiera, será un momento histórico.

Por primera vez en 50 años Washington dio su autorización oficial a una regata de veleros para su travesía desde Cayo Hueso a la isla;la versión anterior, en el 2000, se había realizado pero sin el visto bueno de la administración norteamericana lo que supuso las imaginadas peripecias y riesgos de sanciones para los participantes

Sería la última competición náutica tras el endurecimiento de la política del gobierno republicano de George W.Bush.

“Mi abuela era cubana, de Pinar del Río”, revela a OnCuba el alcalde de esa ciudad, también republicano, Craig Coates, quien al preguntársele sobre su filiación, respondió que más allá de tintes partidistas, su objetivo es llevar a vías de hecho el mandato y el deseo de su comunidad del sur de La Florida: consolidar las relaciones históricas con Cuba.


Al centro, con camisa blanca, el Alcalde de Key West[attention]…[/attention]

El popular regidor de Key West, un ex campeón en carreras náuticas y de autos, encabezó la ceremonia de bienvenida junto al comodoro del Club Náutico Internacional Hemingway, José Miguel Díaz Escrich, de casi un centenar de estadounidenses que arribaron a la marina al oeste de La Habana en 18 embarcaciones de recreo encargadas de reanudar,tras 15 años, la regata Havana Challenge.

Los norteños estaban eufóricos en la velada del club cubano adornado con banderas de Cuba y Estados Unidos; “hoy es un día histórico” era la frase que más se escuchaba. Parecía el principal estribillo por añadidura, a los sones cubanos salidos de un equipo de música.

“No vengo como político sino como amigo”, expresó Coates al auditorio, copado de sus coterráneos y demás anfitriones:competidores cubanos, funcionarios locales de la náutica,una delegación chilena que momentos antes había suscrito un acuerdo con la institución cubana,y reporteros de ambas orillas.

“Estamos retomando las relaciones de años anteriores” remarcó el intendente estadounidense en su tercera visita a la nación comunista caribeña,la más reciente en el último día de diciembre de 2013, en el también histórico primer vuelo comercial desde Key West en 50 años.

El republicano Coates es el primer alcalde norteamericano en participar en una competición deportiva entre ambos países en la isla tras el acercamiento de las dos naciones pactado por Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre último.

Esta autorización facilitará también la participación de un centenar de embarcaciones en regatas como la de Sarasota-La Habana en su edición de 2016 , aumentará el número de competidores dentro de unos días en el 65 torneo internacional de la pesca de la aguja “Ernest Hemingway”, y como se confirma, ha despertado el interés de otros clubes náuticos en la Unión Americana.

“Contra vientos y fuertes marejadas,contra quienes no saben lo que es la amistad, estamos estamos celebrando hoy un momento memorable”, señaló el emocionado comodoro Díaz Escrich.

Este martes los de la bandera de las barras y las estrellas medirán sus fuerzas con veleristas cubanos en el tramo de una milla en aguas frente al Malecón entre los hoteles Nacional y Deauville, y al día siguiente los botes desfilarán engalanados a lo largo del litoral,para retornar al sur de La Florida el jueves.

El catamarán ‘Wolbem’ capitaneado por George Bellenger, John McCandless y Wil Kinsey, fue el primero en cruzar la línea de meta, en la entrada del canal del club habanero – con capacidad para unos 400 yates- para liderar las tres embarcaciones de recreo del tipo Hobie Cat-16 que iniciaron la ya célebre regata ,tras unas 10 horas de travesía. Bellenger y y Joe Weatherby, también en el grupo,concursaron en la primera “Havana Challenge” del año 2000.

Cinco catamaranes estaban encargados de competir, pero uno sufrió una avería y otro se hundió a 42 millas de La Habana.El principal tripulante del velero que hizo aguas contó a OnCuba las grandes olas y fuertes vientos que destruyeron su bote en mar abierto que abandonó hasta nadar a uno de las 15 embarcaciones de apoyo,entre ellas dos pintorescas goletas, réplicas del siglo XVIII.

“¿No aparecieron tiburones?” se le preguntó. “Je,je,.. estoy aquí ¿no?”, ironizó mientras bebía su cerveza cubana.

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