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jueves, 16 de julio de 2015

Continuaremos a nuestro ritmo el proceso de transformaciones en la sociedad cubana ( Discurso Raul)

Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, expone sus impresiones en la clausura del V Periodo Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular


15 de julio de 2015 23:07:49

Foto: Estudio Revolución

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del V Periodo Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 15 de julio de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas-Consejo de Es­tado)

Compañeras y compañeros:

En los últimos meses hemos sido testigos de varios acontecimientos de gran relevancia para el país, de los cuales ustedes y nuestro pueblo han sido informados oportunamente.

Como es habitual, los diputados recibieron en estos días abundante información acerca del desempeño de la economía durante el primer semestre y los estimados hasta fin de año.

Ciertamente ha podido revertirse la tendencia a la desaceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto —conocido por las siglas PIB— que se manifestó en años recientes. Hasta el 30 de junio el PIB creció un 4,7 % y estimamos que al concluir el año quedará en el entorno del 4 %. Y esto es muy bueno, teniendo en cuenta que en el pasado año solo crecimos un 1 %; no obstante, para lograr este 4 % esperado, hay que trabajar duro y con mucha disciplina, sobre todo en el orden económico como señalaba el ministro de Eco­nomía, Marino Murillo.

A pesar de diversos incumplimientos, creció la producción de las industrias azucarera y manufacturera, así como la construcción, el comercio, la actividad turística y la producción agropecuaria, aun cuando esta última sufre los efectos de la intensa sequía que se manifiesta en todo el territorio nacional.

Debo enfatizar, en este sentido, la necesidad de un uso más racional de ese recurso vital, como se han referido varios compañeras y compañeros. Al cierre de junio el agua embalsada era solo del 38 % de la capacidad existente —hoy está el 36,1 % según informó la presidenta del Instituto de Recursos Hidráulicos, Inés María Chapman—, presentándose el es­cenario más desfavorable en las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Las Tunas, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Pinar del Río.

Una de las mayores insatisfacciones en la ejecución del plan se encuentra en el sector del transporte, lo que ha ocasionado dificultades en el comportamiento de la economía a causa de deficiencias organizativas y baja disponibilidad técnica en el sistema ferroviario y el transporte automotor, asociada a la falta de piezas de repuesto y problemas en el mantenimiento y las reparaciones. Esta situación se vio también agravada por el retraso en la llegada al país de los equipos correspondientes al plan del pasado y del presente año, la mayoría de los cuales deben arribar en el 2015.

A lo anterior se une la decisión adoptada en la reciente reunión del Consejo de Ministros de entregar medios de transporte y también equipamiento constructivo de la Reserva Estatal, así como anticipar la contratación de los equipos inicialmente considerados en el plan del 2016.

Durante el primer semestre hemos enfrentado severas restricciones financieras externas; sin embargo, el país ha continuado cumpliendo rigurosamente sus obligaciones de pago con acreedores y proveedores extranjeros, práctica que favorece el paulatino restablecimiento de la credibilidad de la economía nacional, a pesar de que el bloqueo norteamericano sigue en pleno vigor.

En medio de estas dificultades, se ha logrado preservar los servicios sociales a la población —cuestión que jamás descuidaremos— y como muestra de ello podemos señalar que ha mejorado de manera sustancial la situación epidemiológica del país.

Por otra parte, se mantiene el equilibrio monetario y financiero. La inflación, en general, se encuentra contenida en los niveles previstos, entre el 3 % y el 5 %, aunque no ignoramos la justa preocupación de la población por los altos precios de los productos agropecuarios, que crecen más que el salario medio.

Ustedes han podido apreciar, a diferencia de sesiones anteriores de la Asamblea Nacional, que en esta oportunidad no se incluyó la información sobre el estado de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados por el 6to. Congreso del Par­tido, atendiendo a que hemos considerado con­veniente concentrarnos en la elaboración del proyecto del informe que sobre esta temática será presentado al 7mo. Congreso, en abril del 2016, tal y como fue convocado por el Pleno del Comité Central efectuado ayer.

No obstante, me referiré brevemente a las principales tareas llevadas a cabo en interés de la actualización de nuestro modelo económico y social. Entre ellas se encuentra la elaboración de la conceptualización teórica del socialismo en Cuba y las líneas y sectores estratégicos que conformarán el programa de desarrollo económico y social hasta el 2030. Ambos documentos formarán parte de los temas que se analizarán en el próximo Con­greso del Partido.

Al propio tiempo, se continuó avanzando en la elevación del papel que corresponde de­sem­peñar a la empresa estatal socialista como figura fundamental de la economía nacional, ajustando medidas aprobadas con anterioridad e incorporando otras relativas a su funcionamiento más flexible y a sistemas salariales asociados a los resultados del trabajo.

Igualmente, se han ejecutado diversas trans­formaciones en el proceso de planificación económica en consonancia con el perfeccionamiento del sistema empresarial, lo que ha permitido incorporar al plan, con mayor integralidad, las políticas aprobadas como resultado de la implementación de los lineamientos y la programación de los equilibrios monetarios en el Plan y el Presupuesto del Estado.

Prosigue el avance en el cumplimiento del conjunto de medidas orientadas a la unificación monetaria, proceso de extrema complejidad y que resulta imprescindible para un eficiente desempeño de la economía. No es ocioso reiterar lo planteado en varias ocasiones, ante nuestro Parlamento, acerca de que se garantizarán los depósitos bancarios en divisas internacionales, pesos cubanos convertibles (CUC) y pesos cubanos (CUP), así como el efectivo en manos de la población y las personas jurídicas nacionales y extranjeras.

De la misma forma, se mantiene en marcha el proceso experimental de creación de cooperativas no agropecuarias, el que tiene como prioridades consolidar el funciona­mien­to de las existentes y seguir avanzando de ma­nera gradual en la constitución de nuevas cooperativas, sin repetir las distorsiones ya identificadas.

A ello se une que poco más de medio millón de cubanos se de­sem­peñan como trabajadores por cuenta propia en múltiples actividades, cifra que seguirá creciendo de manera paulatina, al trasladarse a esta forma de gestión un conjunto de establecimientos gastronómicos y de servicios a la población, preservando el Estado la propiedad de los inmuebles.

Continuaremos a nuestro ritmo el proceso de transformaciones en la sociedad cubana, que hemos decidido soberanamente con el apoyo mayoritario del pueblo, en aras de la construcción de un socialismo próspero y sostenible, garantía esencial de nuestra independencia.

El primer semestre del año se ha caracterizado por una intensa ejecutoria internacional.

La III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoa­me­ricanos y Caribeños (CELAC), efectuada en enero en Costa Rica, expresó el firme reclamo de que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero y exhortó al presidente Obama a utilizar resueltamente sus am­plias facultades ejecutivas para modificar de manera sustancial la aplicación de esa política. Apenas días después, la Cumbre de la Unión Africana hizo un planteamiento similar.

La VII Cumbre de las Américas, a la que Cuba asistió por primera vez, celebrada en Panamá en abril, fue espacio propicio para que la región reiterara el apoyo a la justa lucha de nuestro pueblo frente al bloqueo y planteara la necesidad de modificar la naturaleza de las relaciones hemisféricas en esta época en que ya no puede tratársele como traspatio.

Precisamente en Panamá, sostuvimos una reunión con el Presidente de Estados Unidos.

Mis palabras en ambos eventos recogen la invariable posición de principios de la política exterior de la Revolución Cubana y expresan lealtad a las ideas que nuestro pueblo ha defendido, frente a todos los riesgos y desafíos, bajo la guía del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Eso me libera de repetirlas hoy aquí, ya que son bien conocidas por ustedes.

Sin embargo, debo reiterar nuestra solidaridad con la Revolución Bolivariana y el gobierno que encabeza el presidente Nicolás Maduro frente a los intentos de desestabilización y cualquier acto de injerencia externa. Conocimos con satisfacción los resultados de las elecciones primarias del Partido Socialista Unido de Venezuela, al tiempo que seguimos con atención el proceso de diálogo entre ese país y Estados Unidos.

Denunciamos las campañas desestabilizadoras contra el gobierno del presidente Rafael Correa y la Revolución Ciuda­dana en Ecuador, a los que confirmamos la solidaridad de Cuba.

Apreciamos que se ha puesto en práctica una ofensiva imperialista y oligárquica contra los procesos revolucionarios y progresistas latinoamericanos, la cual será enfrentada con determinación por nuestros pueblos.

Llegue desde este Parlamento el saludo solidario a la presidenta Dilma Rousseff y al pueblo brasileño que defienden los importantes avances sociales y políticos de integración regional y de los países del Sur frente a los intentos de revertirlos.

A principios de mayo, asistimos a la impresionante conmemoración en Moscú del 70 Aniversario de la Victoria contra el Fascismo, hecho que nadie podrá tergiversar ni borrar de la memoria de la Humanidad.

Nosotros advertimos tempranamente, en es­ta propia sala, que el intento de extender la OTAN hasta las fronteras de Rusia traería serias amenazas a la paz y la seguridad internacionales.

Hoy reafirmamos que el propósito de aplicar sanciones contra Rusia lesionará los intereses de Europa y traerá mayor inestabilidad y nuevos peligros. Esta posición fue planteada nuevamente por Cuba en la Segunda Cumbre CELAC-Unión Europea, donde se ratificó también nuestra disposición al diálogo y la cooperación en el bloque comunitario, con el cual estamos negociando un acuerdo al respecto. En esta ocasión presidió nuestra delegación el primer vicepresidente, compañero Miguel Díaz-­Canel.

Saludamos el acuerdo alcanzado entre la República Islámica de Irán y el grupo de países miembros permanentes del Consejo de Se­guridad más Alemania. Reiteramos nuestro respaldo al derecho inalienable de todo Estado al uso pacífico de la energía nuclear. Este resultado demuestra que el diálogo y la negociación son la única herramienta efectiva para solventar las diferencias entre los Estados.

Desde ahora, nos preparamos para recibir, el próximo mes de septiembre, al Papa Fran­cisco, con afecto, respeto y hospitalidad, como merece.

Despierta admiración mundial su prédica a favor de la paz y la equidad, la erradicación de la pobreza, la defensa del medio ambiente y su análisis de las causas de los problemas de la Humanidad, que todos hemos seguido con atención, especialmente durante su memorable recorrido por Ecuador, Bolivia y Paraguay.

Ya fue informado que el próximo 20 de julio, como resultado de las negociaciones que se desarrollaron de manera respetuosa y en pie de igualdad, quedarán oficialmente restablecidas las relaciones diplomáticas entre Cuba y Es­tados Unidos y se reabrirán Embajadas en las respectivas capitales; en primer lugar la nuestra.

Habrá concluido así la primera fase del proceso iniciado el 17 de diciembre y comenzará entonces una nueva etapa, larga y compleja, en el camino hacia la normalización de las relaciones, que requerirá voluntad para encontrar soluciones a los problemas que se han acumulado por más de cinco décadas y afectan los vínculos entre nuestros países y pueblos. Como hemos dicho, se trata de fundar un nuevo tipo de lazos entre ambos Estados, distintos a los de toda nuestra historia común.

Tal como señala la Declaración del Go­bier­no Revolucionario del 1ro. de julio, no es posible concebir, mientras se mantenga el bloqueo, relaciones normales entre Cuba y Es­tados Unidos.

Al reconocer el llamado del presidente Oba­ma al Congreso norteamericano para que le­vante el bloqueo a Cuba, reiterado en su declaración del pasado 1ro. de julio, esperamos que continúe usando sus facultades ejecutivas, es decir, aquellas que él como Presidente pue­de adoptar sin participación del Con­greso, para desmantelar aspectos de esta política, que cau­sa daños y privaciones a nuestro pueblo. El resto de las medidas del bloqueo corresponden como es natural, al Parlamento, o sea, su Con­greso.

Para normalizar los vínculos bilaterales también será necesario que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, que cesen las transmisiones radiales y televisivas ilegales hacia Cuba, que se eliminen los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas, y se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados a causa de las políticas de Estados Unidos.

Cambiar todo lo que deba ser cambiado es asunto soberano y exclusivo de los cubanos. El Gobierno Revolucionario tiene la disposición de avanzar en la normalización de las relaciones, convencido de que ambos países podemos cooperar y coexistir civilizadamente, en beneficio mutuo, por encima de las diferencias que tenemos y tendremos, y contribuir con ello a la paz, la seguridad, la estabilidad, el desarrollo y la equidad en nuestro continente y el mundo.

Compañeras y compañeros:

Hace pocas semanas, recibimos en la Patria a los integrantes del Contingente “Henry Ree­ve” que participaron en la batalla contra el Ébola en África Occidental, donde dieron un extraordinario ejemplo de solidaridad, altruismo y valor personal al enfrentarse a esa mortífera epidemia. Nuestro eterno homenaje a Jor­ge Juan Guerra Rodríguez y Reynaldo Vi­lla­franca Antigua, los dos cooperantes que fa­llecieron por otras enfermedades contraídas durante el cumplimiento de esa misión.

También una brigada médica cubana, que regresa en los próximos días, asistió con gran espíritu solidario a las víctimas de los terremotos en las montañas de Nepal.

Nuestro país continuará cumpliendo, se­gún sus posibilidades, con el deber internacionalista de apoyar a los pueblos necesitados, como hoy lo hacen decenas de miles de compatriotas en más de 80 países de América Latina, el Caribe, África y Asia, bajo el principio de que aquellos que puedan sufragar la colaboración lo hagan y a los que no cuenten con recursos los proseguiremos ayudando.

En apenas 10 días celebraremos el 62 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y los 500 años de la fundación de la ciudad de Santiago de Cuba. Allí compartiremos con ese aguerrido pueblo la alegría por estos acontecimientos —aguerrido igual que el resto del país, incluyendo la Isla de la Juventud y sus cayos adyacentes (Aplau­sos)— y escucharemos las palabras del Se­gundo Secretario del Comité Central del Par­tido, compañero José Ramón Machado Ven­tura (Aplausos).

Quien hoy compare esa ciudad heroína con aquella que quedó después de ser azotada por el huracán Sandy, hace menos de tres años, podrá comprender que no hay nada imposible para un pueblo unido, como el nuestro, dispuesto a luchar y defender la obra de su Revolución.

Nos veremos en Santiago,
Muchas gracias (Aplausos prolongados).

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