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sábado, 26 de septiembre de 2015

Falta de inversiones frena la limpieza de la bahía habanera

La recuperación de la rada requiere de una mayor articulación de actores.

MEDIO AMBIENTE Redacción IPS Cuba 26 septiembre, 2015 


Según el más reciente estudio de muestreo dentro y fuera de la rada, la calidad del agua es mala, debido a la presencia de gran cantidad de hidrocarburos.

Foto: Jorge Luis Baños

La Habana, 26 sep.- Los problemas y soluciones ambientales en la bahía de La Habana y su cuenca hidrográfica, que figura entre las más contaminadas del mundo, fueron analizados en el taller SOS Bahia+16, que sesionó en esta capital.

Organizado por el Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana (GTE-BH) y la no gubernamental Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre (FANJ), el encuentro reunió a especialistas de La Habana, Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba, ciudades donde existen experiencias de manejo y gestión de sus radas.

Educación ambiental y trabajo comunitario, desarrollo de proyectos de parques ecológicos y áreas protegidas, gestión ambiental empresarial, inversiones para el mejoramiento de las condiciones de la bahía y la colaboración internacional, fueron expuestos en la cita realizada el 22 y 23 de septiembre.

Mercedes Gzegozewski, especialista principal de gestión y educación ambiental empresarial del GTE-BH, explicó la situación en el saneamiento de la rada habanera, comprometida hoy por la rotura de los equipos tecnológicos de la entidad del Ministerio de Transporte encargada de esas acciones.

“No hay en estos momentos equipamiento para la limpieza de los sólidos flotantes en la bahía y se están haciendo solamente a mano la recogidas de desechos del litoral”, dijo.

Como posible solución, la Empresa de Servicios Portuarios de Occidente y el Instituto de Desarrollo Naval trabajan por construir un nuevo equipo limpia-bahías, dado que el existente no cumple con las requerimientos para el trabajo.

En la cuenca de la bahía habita cerca de un millón de personas y su extensión territorial incluye a 10 de los 15 municipios de la capital cubana, en un área de unos 85 kilómetros cuadrados.

Según el más reciente estudio de muestreo dentro y fuera de la rada, la calidad del agua es mala, debido a la presencia de gran cantidad de hidrocarburos.

Aunque hay oxígeno y vida acuática, “no es la calidad del agua a la que queremos llegar, con las condiciones necesarias para que en el futuro sea una bahía turística”, especificó.

Jorge Kalaf, del estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, explicó las perspectivas de crear plantas de tratamiento de residuales para disminuir la carga contaminante de los ríos que desembocan en la bahía, cuya ejecución ha demorado más allá de lo proyectado.

Esta iniciativa prevé beneficiar a más de 300.000 habitantes de la capital cubana, residentes en zonas donde no existen redes hidrosanitarias.

En su investigación “Inversiones ambientales en la bahía de La Habana, actualidad y perspectivas”, Kalaf indicó que unos 10 proyectos están en proceso de estudio de factibilidad y construcción. Uno de ellos se ejecutará en el poblado de Mantilla, cuyas aguas contaminadas terminan en la rada habanera después de pasar por un afluente del río Luyanó.

A juicio de Gzegozewski, debe continuar el trabajo por mejorar el desempeño ambiental de las entidades que atiende el GTE-BH, pues pese a los avances, “se ha llegado a un momento en que ese desempeño se ha detenido por condiciones de inversiones, recursos y materiales que necesitan, así como por la poca estabilidad del personal que atiende el tema dentro de las empresas”.

Liliana Núñez, presidenta de la FANJ, destacó la importancia de la estrategia de saneamiento de las aguas, en cuyos márgenes se ejecutan proyectos para convertir en turístico este puerto comercial.

Mientras Justino Baró, especialista de manejo integrado costero de la bahía de Matanzas, destacó la importancia del taller porque divulga la experiencia de trabajo del GTE-BH, en medio de un contexto nacional donde existen problemas de recogida de desechos sólidos y la eliminación de vertederos.

A su juicio, además de la voluntad política, la recuperación de la rada requiere de mayor articulación de actores, entidades, mayor educación y cultura ambiental.

La primera mesa redonda SOS Bahía+10 se realizó en 2005, en ocasión del séptimo aniversario de la creación del GTE-BH, ente estatal que tiene como misión sanear, conservar y desarrollar ese ecosistema.

Luego se convirtió en un foro bianual de responsables del rescate ambiental de la bahía y su cuenca hidrográfica tributaria. (2015)

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