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miércoles, 1 de junio de 2016

Silvio Rodriguez: Intercambio con el poeta Waldo Leyva


El 31 may 2016:

Poeta, ayer entré en F… y vi tu comentario sobre la amistad y seguí tus recomendaciones después de leerlo íntegramente no sé si lo hice como corresponde pero lo intenté. Creo que te comenté en ese momento que hace algún tiempo escribí varios poemas donde reflexionaba sobre ese asunto de la amistad y ciertos “amigos”. Fue un tema que siempre me preocupó. En uno de esos textos, breve por cierto, decía: 

Hoy me senté a la puerta de mi casa
A ver pasar la gente.
De cada tres, dos eran conocidos.
De cada dos me saludaba uno.

A veces no resulta fácil saber cuándo estás en presencia de alguien que es, por encima de cualquier circunstancia, un amigo, ese que no aplaude tus errores y te critica si lo considera necesario, pero que tú sabes que será capaz de morir contigo. En la nota de ayer hice referencia a un soneto que quise montar en F.. pero creo que lo hice pésimo. Al final de esta nota te lo dejo. Antes quería comentarte que durante los días 8 , 9 y 10 de Junio juntaré en la Casa del Alba cuatro poetas mexicanos, entre los que estará Eduardo Langagne. El motivo es propiciar una jornada poética Cuba-México. Tenemos pendiente tu lectura de poesía en La Casa del Alba. ¿Te gustaría compartirla con Eduardo y yo los acompañaría solo para facilitarles la palabra? Si no te parece bien seguimos con la idea de, cuando te parezca oportuno, hacer tu recital de poesía. 
Y ahora sí el soneto prometido:

NADIE PUEDE SABERLO

Es difícil saber qué es un amigo
descubrir en sus ojos la lealtad,
saber cuándo te ofrece su amistad
sin otra condición que estar contigo.

Nadie puede saberlo, eso lo digo
con el pecho partido a la mitad;
estoy pagando aún la ingenuidad
de confundir abrazo con amigo.

Yo nací para dar sin condiciones,
y me duele saber que nada es cierto
que si te busca alguien, sus razones

sólo conducen a su propio puerto.
Me cansé de bregar con falsos dones
para cierta “amistad” estoy ya muerto.

Otro abrazo, poeta, y disculpa lo extenso del mensaje.
Waldo Leyva

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Waldo, el poema, el soneto tuyo me ha removido por su desnudez. Algo se me atragantó, leyéndolo. Si tú me lo permites voy a publicarlo en Facebook a tu nombre, pero también me gustaría que sirviera como entrada a mi blog. Incluso con este intercambio nuestro sobre la amistad. Pero esperaré a que me autorices.

Te anticipo que para mi será un honor compartir esa tarde a la que me invitas con Eduardo y contigo en la Casa del Alba.

Lo que publiqué en Face fue siguiendo instrucciones de una vieja amiga que vive en Orlando, llamada Dania, a la que quiero mucho, a ella y a su marido Pancho. Para tratar de evitar que se pensara que el escrito era mío, al final puse unas palabritas que al parecer no dieron resultado.

Yo le he cantado a la amistad. Recuerdo la canción Amigo mayor, compuesta al servicio del engranaje rítmico del grupo Afrocuba. Pero unos años antes había hecho otra sobre el mismo tema que siempre me gustó más y que después dediqué a mi amigo puertorriqueño Roy Brown:

Si tengo un hermano

Si tengo un hermano
hermano de suerte
hermano de vida
de historia y de muerte
no mido sus años
su poca fortuna
no mido su facha
ni mido su altura

si tengo un hermano

Si tengo un hermano
hermano que arde
hermano mestizo
hermano de hambre
empapo mis himnos
con luz de su aire
tiño mi bandera
también de su sangre

si tengo un hermano

Si tengo un hermano
hermano de sueños
hermano de bala
hermano de empeños
le entrego mis libros
le entrego mis manos
sin un humillante 
recibo de pagos

si tengo un hermano

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Silvio, puedes hacer lo que consideres más apropiado con el poema. Yo también cuando lo escribí algo se me había atravesado en el pecho y no me quedó otra que sacármelo. Se escribió en una época en que cada palabra dolía, como ahora, aunque ahora duele de otra manera, más hondo o se le siente más hondo. Recuerdo que un día, de esos en que no parecía que hubiera salida ni respuesta que calmara ciertas angustias escribí:

No sé si un tigre loco
O un escorpión cercado por el fuego
Es lo que llevo hoy dentro del pecho.
A dónde ir, contra que muro romper mi sangre.
Me mata ese aguijón encarcelado
Ese rugido que no logro sacarme por la boca.

Ahora, tal vez sea por la edad, o por lo ya vivido intensamente, me mueve más la reflexión.

Pasando al tema de la lectura con Eduardo Langagne. Te cuento sobre la jornada en general y en particular sobre tu lectura: Será un encuentro Cuba-México de poesía. Sesionará en la Casa del Alba los días 8,9 y 10 de junio.

El 8 a las seis de la tarde se inaugurará una exposición de fotografía de un poeta, ensayista y Diplomático Mexicano, Andrés Ordoñez. A las 6:30 se hará un recital de apertura con poetas cubanos y Mexicanos.

El día 9 a las diez de la mañana comenzará una mesa de reflexión sobre la poesía con ponentes de los dos países. Eso durará hasta las doce del día.

A las cinco de la tarde de ese día 9 podríamos hacer la lectura tuya con Eduardo Langagne. Dispondríamos de una hora para esa lectura y yo los acompañaría.

A las 6:30 haríamos otra mesa de lectura con otros poetas de ambos países.

El día 10, a las seis de la tarde un encuentro de trovadores y poetas, cerraría el evento. En ese programa Augusto Blanca, con Pepe Ordás , Rochy y Corina Mestre harían un pequeño recital con canciones compuesta por Augusto sobre Carlos Pellicer, Poeta Mexicano y Nicolás Guillén. Participarían otros trovadores y varios poetas.

Te doy toda la información para que sepas pero solo tendrías que llegar el nueve.

Otro abrazo

Waldo

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