Mi blog sobre Economía

jueves, 21 de julio de 2016

Hace falta que el presidente Obama cumpla sus promesas.


La periodista Mariana Escobar del diario El Colombiano me envió un cuestionario sobre el primer año de relaciones diplomáticas Cuba-EEUU. Estas fueron mis respuestas. 

¿Perciben los cubanos en el día a día cambios desde el deshielo entre Cuba y Estados Unidos?

Perciben que hay más viajeros norteamericanos en visitas “educativas” y visitantes ilustres de esa procedencia con resonancia mediática a pesar de que desde EEUU se mantiene prohibido el turismo a Cuba. Las sanciones de EEUU sobre la economía cubana siguen vigentes y las empresas cubanas no pueden usar el dólar en transacciones internacionales lo que encarece todo, ya sean las remesas desde el exterior o la importación y exportación, por ende la vida material del día a día no puede haber cambiado en relación con el “deshielo”.

¿Qué beneficios ha traído el hecho de que el diálogo entre los dos países sea más fluido?

Que se sistematicen contactos entre ambos gobiernos, que los funcionarios norteamericanos conozcan de primera mano los criterios cubanos sobre sus políticas hacia la Isla y que se avance en temas de interés común como el cuidado ambiental o el combate al narcotráfico. También ha tenido el efecto sobre aliados de EEUU, ya que luego del 17D se sienten más libres para visitar, invertir y negociar con Cuba. Pero no hay resultado en los temas esenciales que Cuba reclama: fin de las sanciones económicas, fin de la ocupación militar del territorio que ocupa la base naval de EEUU en Guantánamo, cese de transmisiones ilegales de Radio y TV desde EEUU hacia Cuba y eliminación de los veinte millones de dólares que presupuesta el gobierno de Washington destinados a crear una “oposición” artificial en la Isla. 

¿Qué hace falta para que se dé fin al embargo?

Hace falta que el presidente Obama cumpla sus promesas. El bloqueo económico o “embargo” como lo llama el gobierno de EEUU es una Ley y por tanto debe ser derogada por el Congreso, no obstante el presidente Obama está lejos de tomar todas las decisiones que le permite la Ley para debitarlo. Obama tampoco se ha involucrado en un debate con el Congreso sobre la eliminación del bloqueo como prometió el 17 de diciembre de 2014.

¿Por qué se dice que se intensificó la salida de cubanos y la violencia policial desde entonces?

Los sectores extremistas asentados en Miami que se han beneficiado históricamente de la hostilidad del gobierno norteamericano hacia Cuba y los medios de comunicación que le son afines necesitan crear matrices de opinión que entorpezcan el actual proceso de deshielo pero lo cierto es que posiblemente sea Cuba el país con menos violencia policial de este hemisferio, la policía cubana practicamente no usa armas ni instrumentos de aplicar violencia como es la norma en el continente.

Por otra parte, muchas personas creen que como parte del “deshielo” es posible se elimine la Ley de Ajuste cubano, una herramienta de Guerra fría que data de 1966 y que da acogida automática y privilegios únicos a cualquier emigrante cubano que llega a EEUU, por ende los que piensan emigrar han acelerado sus planes mientras la embajada de Washington en la Habana sigue negando visas a la mayoría de los solicitantes pero su gobierno los recibe si arriban ilegalmente a su frontera. Por supuesto, los emigrantes de otros países que no gozan de ese privilegios no son visibilizados por los medios de comunicación que solo se ocupan de los cubanos, diciendo que “huyen del comunismo”, pero de cuál comunismo huyen los emigrantes mexicanos, centroamericanos y colombianos que a diferencia de los cubanos no son noticia.

El Diario Colombiano como lo reflejó.


MARIANA ESCOBAR ROLDÁN

El 20 de julio del año pasado, cuando Cuba reabrió su embajada en Washington y los gobiernos celebraban el fin de medio siglo de tensiones, muchas fueron las expectativas.

Restablecer oficialmente las relaciones diplomáticas entre la isla y Estados Unidos significó rápidamente que Raúl Castro se inaugurara con un sonado discurso en la Asamblea General de la ONU; que Barack Obama se presentara ante su Congreso y pidiera levantar el histórico embargo a La Habana (sin obtener resultados aún); que se permitiera de nuevo el correo postal directo, el uso de dólares y se diera aval a viajes individuales a la isla con fines educativos.

Sin embargo, otra parece ser la sensación de los ciudadanos. “Teníamos la esperanza de que con las embajadas íbamos a ver una mejoría, pero el que se ha fortalecido es el régimen. Desde hace un año, justamente, se recrudeció la violencia policial, han salido más de 40.000 cubanos de la isla y el transporte y la electricidad están colapsados porque a Castro ya no le dan la misma cantidad de petróleo de Venezuela”, relata Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, que lucha por los presos políticos.

Según la disidente, en la agenda de los dos países muy poco se habla sobre derechos humanos. “Obama viene a la isla con 800 personas y nadie nos pregunta a los movimientos qué está pasando. Por otro lado, Castro es un oportunista, hace negocios con las potencias, pero no ofrece garantías jurídicas de nada”, opina, y añade que en los últimos meses, “más que nunca”, a las damas las han atacado.

“Hemos sufrido detenciones injustificadas por más de 72 horas, han frenado nuestras manifestaciones de los domingos, nos roban de nuestras carteras, suspenden las pruebas escolares de nuestros hijos y violan con espejos las cámaras que tuvimos que instalar para grabar las agresiones de la Policía”, relata la representante.

De hecho, el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos de Cuba llamó la atención sobre el hecho de que las violaciones a los derechos y libertades, lejos de disminuir, han aumentado con el deshielo: “Solo entre abril y mayo, más de 100 integrantes de las Damas de Blanco, así como periodistas independientes y decenas de activistas de otros movimientos han sido detenidos”, informaron.

Un embargo sin fin

En la cotidianidad tampoco se percibe mejoría en la situación económica de las familias cubanas. Iroel Sánchez, académico castrista, argumenta que las sanciones de Estados Unidos sobre la economía cubana siguen vigentes y, mientras tanto, las empresas cubanas no pueden usar el dólar en transacciones internacionales. “Esto encarece todo, ya sean las remesas o la importación y exportación. Por ende la vida material del día a día no puede haber cambiado en relación con el deshielo”, dice.

Lo que sí sucede, aclara, es que desde en La Habana se siente que hay más viajeros, a pesar de que desde EE. UU. se mantiene prohibido el turismo a Cuba.

Asimismo, el mejoramiento de las relaciones ha permitido que se sistematicen contactos entre ambos gobiernos, que los funcionarios norteamericanos conozcan de primera mano los criterios cubanos sobre sus políticas hacia la isla y que se avance en temas de interés común, como el cuidado ambiental o el combate al narcotráfico.

Entretanto, al analista le preocupa que no haya resultados en asuntos esenciales que Cuba reclama: fin de las sanciones económicas y fin de la ocupación militar del territorio por la base naval de Estados Unidos en Guantánamo.

La falta de voluntad política de Obama y sin consenso con el Congreso son para él las respuestas. En eso coincide Julio Londoño, diplomático colombiano que fue embajador en La Habana en 1998, y quien tampoco nota que el restablecimiento de las relaciones se refleje en el nivel de vida. Según dice, Obama no se ha involucrado lo suficiente y hay sectores orientados por antiguos disidentes cubanos y grupos de la derecha en el Congreso que terminan de obstaculizar


Periodista del área Internacional de EL COLOMBIANO.


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