Por: Manuel Alejandro Hernández Barrios
Constituye la primera causa de muerte en nuestro país, gravitan sobre él múltiples factores y tiene también diversas maneras de enfrentarlo. Al Programa Nacional de Atención Cardiovascular, un asunto de salud de relevante importancia, estuvo dedicada la emisión de este martes 9 de mayo del espacio televisivo Mesa Redonda.
Las enfermedades cardiovasculares son un asunto que para nuestro país son de gran preocupación, pero Cuba le ha dedicado importantes recursos humanos, científicos y materiales. Cuánto hemos hecho, cómo hemos avanzado, cuáles son los servicios que hoy el país brinda, y hacia dónde nos encaminamos fueron las interrogantes abordadas en la Mesa Redonda.
Sobre cómo se manifiestan las enfermedades cardiovasculares, su prevalencia en el mundo, cómo es su incidencia en Cuba, y cuáles son los factores de riesgo y las maneras de atenuar la incidencia de esas enfermedades, el doctor Juan Adolfo Prohías Martínez, jefe del Cardiocentro del Hospital Hermanos Ameijeiras explicó que “las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte a nivel mundial con un número mayor en los países en vías de desarrollo o subdesarrollados, y menor en los desarrollados.
“De acuerdo al análisis de las tendencias y cómo se expresan en la actualidad la diabetes, la hipertensión, el hipercolesterolemia, el hábito de fumar, se estima que el número de enfermedades cardiovasculares antes de los 70 años, en 2013 era de 5.1 millones, en el 2015 deben ser 7.9 millones.
“La única vía para poder reducir la morbimortalidad es la prevención cardiovascular. En nuestro país se miden los factores de incidencia de esta enfermedad a través de encuestas que realiza el Instituto de Higiene y Epidemiología, que permite identificar conductas y comportamientos que de su análisis se deriven acciones de prevención efectivas para poder generar una estrategia.
“La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular que conlleva diferentes análisis porque es necesario identificar al paciente, que comprenda el significado de la enfermedad y la acepte, que disponga del tratamiento, que cumpla la prescripción médica y que demuestre que está controlado adecuadamente con lo cual se garantiza que este factor de riesgo no incida.
“En el policlínico Carlos Verdugo de Matanzas se realiza una iniciativa del Ministerio de Salud Pública junto con la OPS para analizar cómo se expresan los factores en nuestra sociedad en interrelación con otros factores de riesgo y viendo la incidencia que puede tener en enfermedades y lesiones de órganos diana por la hipertensión como son la renal o la vascular. La hipertensión provoca invalidez, una rehabilitación prolongada, y una carga social y familiar importante”.
Sobre la incidencia del hábito de fumar informó que “Cuba es el país que más fuma en América Latina. Debemos desarrollar estrategias de aumentar la comunicación, los espacios libres de humo y el control de esta enfermedad porque a su vez este factor de riesgo incide en los años de vida perdidos de nuestra sociedad en las enfermedades crónicas no transmisibles. Incide en el cáncer de tráquea, bronquio y pulmones, que son los principales tipos de cáncer que afectan a nuestra población. Algo grave para nuestro país ya que se estima que los grupos etarios más jóvenes están aumentando la frecuencia de fumar.
“Otro factor de riesgo pudiera ser la Diabetes Mellitus, un factor de riesgo que crece en el mundo, y está demostrado que daña a nivel cardiovascular y del miocardio. El manejo de la diabetes se realiza en toda la cadena del sistema de salud cubano”.
Respecto a cómo actuar preventivamente frente a este tipo de enfermedades refirió que “la atención de la prevención cardiovascular debe estar enfocada a partir de la atención primaria en consonancia con las prioridades del ministerio en el programa de atención del médico de la familia, porque es el escenario donde mayor cantidad de actividades preventivas pueden realizarse. Estas actividades de prevención son el aumento de la estrategia comunicativa, interacción del médico y la enfermera en el ambiente real en el que se desenvuelve la persona y la incidencia de estos factores.
“Para poder enfrentar los efectos de estas enfermedades se debe obtener un apoyo intersectorial, ya que requiere de una participación activa de todos los componentes de la sociedad para poder contrarrestarlos”.
Para una vida saludable el doctor recomienda que “primero, aumentar la percepción de riesgo; mejorar la estrategia comunicativa; evitar la adicción a la sal que es un producto que dispone a la hipertensión; controlar el tabaquismo, porque también se daña el fumador pasivo; y masificar el ejercicio físico, como elemento que repercute en la modificación de factores lipídicos, calidad de vida y sensación de bienestar”.
Llama la atención Prohías Martínez al desconocimiento general de la población porque nadie es capaz de saber cómo va a evolucionar una enfermedad cardiovascular. Es importante que las personas comprendan la importancia y la interrelación que tienen estos factores con otras enfermedades”.
Las redes cardiológicas cubren todo el sistema de salud cubano
El doctor Lorenzo Daniel Llerena Rojas, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, una prestigiosa institución rectora en Cuba que coordina todo el programa cardiovascular en el país. Sobre cómo funciona el sistema de atención a la cardiología y a la cirugía cardiovascular en nuestro sistema de salud, el doctor comenta que “el instituto trata de cumplir con los objetivos del sistema de salud pública, el principal de ellos es incrementar el estado de salud de nuestro pueblo y lograr incrementar los servicios que se brindan.
“Existe una Red Cardiopedíatrica Nacional (RCP) que brinda la coordinación necesaria para aquellos pacientes que requieren una atención médica especializadas. Permite accesibilidad e intercambio de experiencia. También existe la Red para Adultos. La RCP funciona desde hace 31 años. En el principio organizada en el pediátrico William Soler bajo la dirección del profesor Eugenio Selman.
“Las enfermedades cardiovasculares son enfermedades crónicas no transmisibles. La cardiopatía isquémica es la principal dentro de las cardiopatías cardiacas. Las personas piensan que toda cardiopatía es quirúrgica y que se puede resolver con una operación. Las enfermedades cardiovasculares tienen diagnósticos, tratamiento médico y a veces un tratamiento intervencionista con procedimientos quirúrgicos.
“El diagnóstico precoz del infarto agudo de miocardio permite un impacto en la reducción de la mortalidad. Un diagnóstico precoz conlleva a un tratamiento inmediato que permita la disolución del trombo. Después se debe definir la conducta que deberá seguir el paciente de acuerdo al riesgo”.
Desde 1985 hasta 2016 ha habido un crecimiento vertiginoso de procedimientos intervencionistas en pacientes adultos. En ese periodo se realizaron un total de 30 984 entre el Hospital Armeijeiras, en el CIMEQ, en el Instituto de Cardiología, en el Finlay y en un centro de Villa Clara y otro de Santiago de Cuba. A los niños se les realiza en el Cardiocentro Pediátrico William Soler.
En el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular se realizan alrededor de 2000 procedimientos diagnósticos por año para un total de 99165 desde 1985 hasta 2016, y alrededor de 1000 procesos intervencionistas por año también.
El doctor Llerena Rojas añadió que “el objetivo de cada uno de estos centros y procesos es mejorar la sobrevida de algunos pacientes, y en otros la calidad de vida”.
Sobre la diferencia conceptual entre la cardiología y la cirugía cardiovascular el doctor explicó que “no todos los pacientes con síntomas agudos en el miocardio terminan en la cirugía, pueden llevar un tratamiento intensivo. Muchos pacientes presentan bloqueos auriculoventriculares o arritmias cardiacas y estos habitualmente requieren la implantación de marcapasos. Tenemos centros habilitados para la implantación de marcapasos en todas las provincias excepto en Mayabeque y Artemisa. Se implantan más de 3000 marcapasos por año en nuestro país. También se implantan desfibriladores. Cada desfibrilador cuesta entre 10 mil y 12 mil dólares.
“La fortaleza principal del Sistema de Atención Cardiovascular en Cuba es su universalidad, su horizontalidad, es gratuito, con accesibilidad para todo paciente, la presencia de centros en toda la isla con una interrelación con el nivel primario de atención y con las redes integradas de servicios que nos permite utilizar los recursos que disponemos para disminuir la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares. Es un reto llevar vida saludable. Nunca es tarde para prevenir, controlar y actuar”.
El programa de cirugía cardiovascular
A la cirugía cardiovascular nadie debe querer llegar, pero es un proceso que es parte también de la atención que brinda la red cubana a las enfermedades cardiovasculares. El doctor Ángel Manuel Paredes Cordero, jefe del servicio de cirugía del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, catalogó que “el programa de cirugía cardiovascular posee especial atención por las autoridades de salud del MINSAP. Más de 22 mil cubanos fallecen anualmente por estas dolencias.
“El objetivo de la cirugía es mejorar la calidad de vida de los enfermos y disminuir la mortalidad por estas afecciones. Los recursos que se utilizan en la actualidad son específicos y de alto valor financiero.
“Los primeros intentos de cirugía cardiovascular en Cuba se realizaron en el hospital Calixto García. Fue en el Instituto Fajardo donde se creó un grupo encargado de desarrollar la cirugía cardiovascular. Más tarde se instituyó en 17 y Paseo en el municipio Plaza de La Habana, el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. En agosto de 1986, por idea del Comandante en Jefe se inauguró el Cardiocentro pediátrico William Soler. En octubre de 1986 se inaugura el Cardiocentro Ernesto Guevara en Villa Clara, que tiene más de nueve mil operaciones. En enero de 1987 se inaugura el Cardiocentro de Santiago de Cuba con más de 8000 cirugías realizadas hasta la actualidad”.
Aunque estamos bien equipados, contaremos con las máximas tecnologías
El capital humano, la inteligencia que se ha creado y la tecnología puesta en función de las enfermedades cardiovasculares confluyen en nuestro país en beneficio del sistema de salud cubano. El doctor en ciencias Manuel Nafeh Abi-rezk, jefe del servicio de cirugía cardiovascular del Hospital Hermanos Ameijeiras, expuso que “para hablar en Cuba de cirugía cardiovascular hay que referirse a la voluntad política del gobierno dirigido por el Comandante en Jefe Fidel Castro. En el área de América Latina solo Cuba ha mantenido durante sesenta años un programa del tipo de cirugía cardiovascular.
“El primer trasplante cardiaco en Cuba, realizado en los años ´80, fue el segundo en América Latina. En ese periodo también se realizó el primer trasplante de corazón-pulmón, y el primer implante de un corazón artificial humano en América Latina. El peso de este desarrollo estuvo en manos de los profesores Hernández Cañero y Noel González.
“En estos momentos cada cardiocentro del país está equipado con la tecnología necesaria que permite llevar a cabo las operaciones más complejas. Estamos enfrascados en introducir mejores tecnologías para enfrentar mayores retos. Hemos tenido que buscar tecnologías más costosas en Europa y puedo asegurar que en los próximos años tendremos la tecnología de punta en este campo. En 2018 contaremos con las máximas tecnologías.
“Entres 2000 y 2008 operamos en Cuba a todos aquellos casos pendientes que nos quedaron de los años ´90 debido a la crisis económica que sufría el país. Fue una campaña parecida a la operación milagro. En ese periodo de tiempo fue en el que más se realizaron operaciones cardiovasculares en Cuba”.
La atención primaria es clave
El doctor Lorenzo Daniel Llerena Rojas completó que “todo el trabajo realizado en cardiología no es posible solo con médicos, se requiere de todo el trabajo mancomunado de todo el grupo de trabajo, de las enfermeras. En segundo lugar, la integración de los diferentes niveles de atención, el fortalecimiento de la atención primaria, secundaria y terciaria y el intercambio y el desarrollo de la educación continuada es lo único que puede conducir a todos nuestros pacientes a la disminución de la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares graves”.
Vea el Video de la Mesa Redonda:
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