WEST KENDALL
Casi seis décadas y Cuba sigue siendo la presa más codiciada de Estados Unidos y el pretexto de un sector de extrema derecha de cubanoamericanos que han vivido subsidiados por el gobierno de Estados Unidos y republicanos que han ascendido al Congreso estatal y nacional recabando apoyo mediante sus denuncias contra Cuba. Durante todo este tiempo el odio iba dirigido a Fidel y Raúl Castro, pero ahora con Miguel Díaz-Canel continúa el asedio. Inclusive la primera dama de Cuba, Lis Cuesta Peraza, es criticada y avergonzada por su forma de vestir, en vez de resaltar su educación y alta capacitación profesional. Prácticamente para Cuba no existe ninguna oportunidad.
Ante esta situación, es importante destacar que el presidente Trump públicamente ha expresado su admiración por el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un. Inclusive con un vídeo les mostró el crecimiento al cual podrían aspirar sus ciudadanos de llegar a un acuerdo nuclear. Además, Estados Unidos tiene relaciones comerciales con China y Viet Nam. Los tres países tienen un gobierno comunista. Una ceguera selectiva por parte del gobierno estadounidense, basada en el miedo por ser países grandes y en la ambición comercial debido su número de habitantes. Cuba no tiene armas nucleares, ni es una amenaza.
¿Por qué el gobierno republicano del presidente Trump niega a Cuba el mismo trato y las mismas oportunidades? Creo que responde a una larga historia de codicia por parte de Estados Unidos hacia Cuba que data de 1898. De ahí la imposición de la Enmienda Platt, un apéndice agregado a la Constitución de Cuba durante la primera ocupación estadounidense (1899-1902) y por ende el tratado militar de la Base Naval de Guantánamo, todo respondiendo a los intereses de Estados Unidos. Esta misma relación contenciosa llevó a Estados Unidos a imponer el primer embargo económico en 1960, cuyas medidas fueron endurecidas en 1962 y permanece vigente hasta la fecha. Cuba ha sido bloqueada económicamente durante 58 años, el embargo económico más largo de la historia.
La negación del gobierno de Estados Unidos a levantar el embargo o bloqueo económico a Cuba es inaceptable y una plena violación de los derechos de todos los cubanos en la isla. Cada país tiene derecho a proteger su soberanía nacional y su pueblo a prosperar sin injerencia extranjera.
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